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Capítulo Trece





Jaemin se encontraba en los desiertos pasillos de su empresa, buscando un poco de agua para calmar su sed. El día ha sido sumamente estresante para él. Desde la ventana podíq ver el bullicio de quienes lo odian, con pancartas, megáfonos y gritos, exigiendo "justicia". Dicen que revelen la verdad sobre Jaemin y el anterior aprendiz. Jung, si bien, lo conocía por cortesía, nunca hablaron o se acercaron. ¿Qué verdad quieren saber de ellos? ¿Ahora pretenden tacharlo de Bully y mal portado?

Ahora son más de la una de la mañana, muchos trabajadores se han ido y pronto será la hora en que ellos regresen a casa y descansen.

Llegó a la máquina expendedora y compró una botella de agua, ahora de vuelta mientras camina se encuentra ensimismado en su mente. Sin embargo, un repentino escalofrío recorrió su espalda al sentir la inquietante sensación de que no esta solo. A medida que camina, pasos resuenan detrás de él, como un eco amenazante que lo persigue.

Comenzó a caminar más rápido, tratando de ahogar sus temores y convencerse de que solo era su imaginación jugándole una mala pasada. Se atrevió a girar ligeramente su torso para verificar y lo vio, una sombra oscura apareció de entre las esquinas del pasillo. Un hombre encapuchado lo sigue de cerca, acercándose con cada paso apresurado, tratando de llegar a él.

El pánico se apoderó de él y sin pensarlo dos veces, comenzó a correr a toda velocidad por los pasillos. Lo peor, fue sentir como el sujeto se apresuró a llegar a él. Llego al ascensor y presiona los botones desesperadamente, sintiendo como tarda una eternidad. Viendo al hombre cada vez más cerca, se desvió y azotó su cuerpo abriendo de forma sonora la puerta que guía a las escaleras de emergencia.

Baja apresurado, saltando algunos escalones, sintiendo el hombre detrás de él. Las lágrimas se acumulan en sus ojos sin saber qué hacer. La adrenalina impide su mente pensar con claridad, torpe y con solo el deseo de escapar. Bajó a un piso aleatorio, ya ni sabe dónde está mi a dónde tiene que ir. Jadeando y con el corazón latiendo desbocado en su pecho se desvió a otro pasillo, fue entonces cuando chocó abruptamente con un pecho ajeno, su compañero, Huang Renjun quien frunció notoriamente su ceño estando a punto de reclamarle su torpeza.

Pero notó que algo anda mal, los ojitos mieles del contemporáneo desbordandose de lágrimas, su cuerpo tembloroso y como el miedo parece grabado en su frente. Levantó la vista sintiendo otra presencia y vio a un hombre encapuchado, sus ojos se conectaron. Parece sorprenderse al ser descubierto y rápidamente bajo el rostro cubriéndose con la gorra y escapó.

Renjun no pudo permitirse dejar escapar a ese maldito cobarde. Con furia, Renjun tomó una sombrilla puntiaguda que está en una cesta de al lado y salió en busca del extraño.

—¡Renjun! —Jaemin temeroso se quedó, cayendo de rodillas mientras busca hallar el aire perdido. —N-No vayas...

La oscuridad parece engullirlo en los pasillos desiertos, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho.

Al final, el chino no encontró rastro del misterioso perseguidor y rápidamente volvió a Jaemin encontrándolo inestable en el suelo.

—Jaemin, ¿Estás bien? —se apresuró a él, arrodillándose. El pelirosa dejó caer su cabeza en el hombro ajeno mientras sufre espasmos.

Sin saber qué hacer, aún pasmado por lo sucedido, con temblor e inseguridad levantó sus brazos y enrolló el cuerpo de su compañero en un abrazo un tanto incómodo para el. Siente como su hombro es empapado de lágrimas y nota temblor e inestabilidad en la respiración ajena. Jaemin se está dejando gobernar por la ansiedad, lo nota en su agitada respiración, el como se desespera por hayas el aire que se le escapa.

—Todo está bien, ya se fue. Se fue —dice suave.

No entiende lo que sucede. Pensó que solo era un fanático lunático el que le mandó la supuesta carta de "amenaza" pero al parecer es cierto, hay un hombre oscuro detrás de Jung. Y aquello, le molestó.

No es necesario que sean amigos para protegerlo, aquello está mal y debe evitar que siga sucediendo. No le desea este mal ni a Jaemin ni a nadie más.

Los minutos fueron pasando, hasta que el silencio gobernó el pasillo. El pelirosa dejó de llorar y lentamente se fue separando.

—G-Gracias... —murmuró un tanto cohibido. Es raro, nunca ha tenido esta cercanía con el chino, siempre es duro y cruel con él.

—¿Quién es ese tipo? ¿En dónde lo viste?

—F-Fue cuando fui a buscar agua, me empezó a perseguir.

—Maldita sea, que psicópata —bufa molesto —Hay que decirle a la empresa para que busque en las cámaras de vigilancia y lo atrapen. No podemos dejarlo libre.

Jung asiente ante sus palabras. Sintiéndose, de alguna forma, bien. Es la primera vez que Huang se preocupa por el.

—¿Te puedes levantar? Vamos con los demás.

—Si puedo —con cierta inestabilidad fue levantándose y para su sorpresa, las manos del castaño lo tomaron del hombro ayudándolo. Y así, juntos fueron caminando.

Es raro, es raro que sea amable con el.

En ese momento, en que ambos están en soledad y el chino mostró un poco de empática e interés. Se atrevió a cuestionar.

—¿Seunghan era tu amigo?

Recuerda que ambos eran bastante cercanos en su época de aprendices. Jaemin con quién más hablaba era con Yangyang y Eunseok, aquel Chino vivaz y amable, tan dulce como un algodón de azúcar y el coreano atractivo y más tranquilo.

El contrario se detuvo en seco y lo miró —¿Por qué lo preguntas?

—¿Por eso me odias, no? Porque robe su lugar —asumió con un agrio sabor en la boca. Sus ojos se cristalinan y siente las ganas de llorar de nuevo —E-Él era muy bueno, pero y-yo destruí sus sueños... T-Todos aman a mi hermano mayor, p-pero nadie me ama a mi. N-No me ven, n-nunca p-pueden verme... Si dicen que me quieren, está el nombre de mi hermano de por medio. S-Solo así... Puedo ser notado y-y querido... P-Pero J-Jaehyun se lo merece, m-merece la felicidad... S-Sufrió y l-luchó m-mas...

—Todos luchamos para estar donde estamos.

—¿Entonces p-por qué me odias? ¿No es por eso?

Renjun vaciló y no fue capaz de decir algo más. Si, se supone que lo odia fue por eso. Él y Seunghan se conocen desde la escuela, incluso antes de audicionar. Soñaron juntos y se ilusionaron juntos, audicionaron y fueron aceptados.

Trabajaron duro, entrenando cada día con esmero.

Creyeron que por un segundo, sus ingenuos deseos se harían realidad en aquel injusto mundo. Hasta que llegó Jaemin, quien fue aprendiz por dos años. Llegó como una estrella aún cuando solo tenía una habilidad muy promedio e inferior a muchos. Atractivo y de buena familia, todos hablaban de él y decían que su debut estaba asegurado.

Lo veía de lejos pero no le interesaba acercarse, ni siquiera lo odiaba, solo eran dos extraños que luchaban por el mismo sueño.

Dijeron que Seunghan debutaría. Dijeron que lo haría junto a él. Pero, Renjun logró avanzar y su amigo se quedó un paso atrás. Fue doloroso ver como uno es seleccionado y el otro no, aún cuando prometieron avanzar juntos.

Y su amigo, con una sonrisa le dijo "Está bien, cumple tus sueños". Pero fue incapaz de ser feliz cuando lo vio abandonando sus sueños para no perder la oportunidad de entrar a una Universidad y cursar una carrera "decente".

¿Qué significa una "carrera decente" para la sociedad?
¿Por qué la música no lo es?

Aún así, tal vez, solo tal vez, pudo haberse llevado bien con Jaemin a través de los años pero... Con todo el maltrato que reciben, ¿Cómo podría sonreírle cuando solo quiere golpear su hermoso rostro y arruinarlo?

Es cierto, pocos ven al pelirosa por lo que de verdad es. Nunca imaginó que en ese momento, sentiría lástima por alguien que se supone que es "exitoso".

















Camina furiosamente por los pasillos de la universidad, dando pasos fuertes con un aura oscura. Sus ojos envueltos en negrura y su lobo furioso, deseoso de atacar.

Busca entre los estudiantes hasta que reconoció su silueta femenina junto a su larga cabellera castaña suelta. Se encaminó hacia ella y la tomó bruscamente de la muñeca para llevarla a rastras.

—¿Jisunggie? —su voz inocente y "genuina" como si no rompiese ni un plato.

Encontró un salón vacío y se adentró junto a ella, soltándola sin cuidado. Cierra la puerta y la miró.

Inmediatamente la Omega de la muchacha tembló, cada parte de su cuerpo se heló al ver la oscura mirada que le envía el azabache. Tenebroso y sombrío. Como si hubiera despertado una clase de demonio en su cuerpo.

—¿Realmente creíste que no me enteraría de tus trucos? ¿Cómo puedes ser tan sin vergüenza? ¿Haciendo todas estupideces crees que así me tendrías? 

—¿De qué hablas? No entiendo. Me asustas.

—Fui respetuoso contigo porque me sentía mal por ti —escupió con molestia. Dando paso tras paso hacia la muchacha quien empieza a retroceder. —Te dije por las buenas que me dejaras y te respetaras a ti misma. No quisiste entender ¡y ahora tiras mierda en las redes a mi novio! —soltó mientras a su vez, golpea el escritorio a su lado, sonando un sonido ensombrecedor que heló su sangre.

—E-Él no es bueno para ti —tembló con lágrimas en los ojos —Y-Yo puedo amarte mejor, yo puedo...

—Aún cuando mi relación con Chenle termine o incluso si no lo hubiera conocido o no hubiera sido mi destinado, nunca y créeme que nunca estaría con alguien como tú. No tienes oportunidad ni en la vida real, ni en los sueños ni en otro universo, ¿¡Entiendes!?

—P-Pero...

—¡Y llega a subir esa fotografía de ambos y me encargaré yo mismo de acabar con tu vida! No dejaré que putas se metan en mi relación ni en mi vida, ¡No tienes derecho de arruinar mi vida! Soy amable pero no soy tan tonto para dejarme caer por alguien como tú.

—¿En serio te vas a poner en su lado? —se ve herida y ofendida, no pudiendo creer que le está hablando de esa forma tan fea.

—Si, es mi destinado y lo amo, punto —contestó frío. —Y toma mis palabras como una amenaza, porque estoy listo para atacarte —dicho esto, da la media vuelta y se fue.

Humos salen de sus orejas mientras un aura oscura invade su alrededor, pesado y atocigante logrando llegar a todos los que se presentan en el pasillo, sin querer espanta a algunos y otros se alejan temerosos.

Nadie juega con Jung Jisung y menos con su novio, si se meten con él, es como ir directo al camino de infierno.

El día la pasó con un humor de mierda, sin poder concentrarse por completo debido a su ira. Cuando salió de la universidad pasó por una farmacia para comprar supresores y calmantes. Había mareado y molestado a algunos compañeros en el salón debido a su insistente olor.

Ramas deshabridas y viejas, troncos secos y llenos de hongos. Semejante al olor de un pantano mal oloroso.

Volvió a casa y lo primero que hizo fue encerrarse. Obviamente no se reunirá con su madre hasta que esté mejor.

Se sentó en el escritorio y coloca música relajante para sus oídos. Gruñe cuando las notificaciones de su celular se escuchan e interrumpen su música.

Lo ignora, pero sigue y sigue sonando.

—Maldicion, ¿Quién envía tantos mensajes? —salió de YouTube y entró a Kakao para encontrarse con mensajes de su amigo beta, ese estúpido inoportuno.






Wonbin

¿Viste las noticias de tu novio?

Jisung

¿Las viste?

¿Qué está pasando?

¿Por qué no contestas?

AAAHHHHHH

Sé que debe ser falso pero las fotografías se ven muy reales.

¿Jisung?

¡Contesta!









«¿Fotografías?

¿Esa perra subió las fotos?»

Inmediatamente fue a buscador y escribió el nombre de su novio para encontrarse con impactantes noticias de hace solo unos minutos.




El menor de los Zhong es visto en un hotel en París con famoso magnate Francés.

Imágenes del famoso Chenle con su supuesto "amante" pasando la noche en un hotel.

El infiel Chenle, es captado en cámaras al día siguiente luego de pasar la noche con su amante.




Frunció el ceño.

—Pero ¿Qué coño están inventando?

Entró a una página por curiosidad, para ver las supuestas imágenes estúpidas.

«Maldita sea, ya no saben qué inventar.

Esos estúpidos están molestando y atocigando a Chenle.

Los demandaré a todos y arruinaré sus vidas» pensó con rabia.



Pero no se esperó que en realidad, Chenle si entró a un Hotel en la noche junto a un hombre europeo y desconocido para su persona.

Hay fotos, de cuando entro y de cuando salió, al día siguiente, ocultándose con una capucha y lentes de sol que impiden que logren ver su rostro con plenitud. Parece querer pasar desapercibido.

No entiende nada.

De inmediato llamó a Chenle. No contestó.

Volvió a llamar. No contestó.

Y lo volvió a intentar. Pero nada.

«¿Por qué?»

Vuelve al buscador para ver las fotos. Es imposible, no puede creer que en efecto, es Zhong Chenle quien entra a un hotel con otro hombre.














El hospital esta en silencio, un eco sombrío de conversaciones apagadas y pasos lejanos llena los pasillos. Jaemin, vistiendo una oscura vestimenta, pasa desapercibido entre los transeúntes. Camina un paso atrás de su manager, tratando de mantener la compostura después de los eventos recientes que lo están atormentando. Desde su perspectiva cada rincón del hospital parece más frío y distante, como si los muros mismos conspiraran para agudizar su ansiedad. Siente los ojos de las personas extrañas clavándose en su espalda con frialdad, como si estuviesen juzgandolo.

Pero de repente, se detuvo. Su respiración se volvió errática, sus ojos se abrieron de par en par, y un escalofrío le recorrió la espalda. Al final del pasillo, junto a la máquina expendedora, vio una figura de negro, alta y amenazante. Se parece al hombre que lo ha estado acosando, el que lo sigue a todas partes y mandó la carta. Su figura tenebrosa lo persigue hasta en sus peores sueños. En toda la noche no durmió bien, sintiéndose como la mierda misma fue levantado en contra de su voluntad de su cama para su cita de hoy.

—¿Jaemin? —dijo su manager, preocupado por verlo detenerse tan repentinamente.

Pero Jung no respondió. El terror se apoderó de él. Sin pensarlo, dio media vuelta y salió corriendo como si estuviese siendo perseguido por el Diablo, sus pasos resonando fuertemente mientras choca con algunas personas o las logra evadir. Su mente en blanco, solo un torbellino de pánico y desesperación lo guía y se hace cargo de su cuerpo. Corrió sin rumbo, girando en esquinas, subiendo y bajando escaleras, hasta que, sin aliento, encontró una puerta, un baño.

Se encerró en un cubículo, cerrando la puerta con un golpe que resonó entre aquellas cuatro paredes. Sus manos tiemblan mientras se deslizó hasta el suelo, arrastrando su espalda contra la fría pared. Se abraza las rodillas y las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, cayendo silenciosamente al suelo. Su respiración es rápida y superficial, como si el aire se negara a llenar sus pulmones.

Las sombras en el baño parecen alargarse y deformarse, cada rincón oscuro se convierte en un refugio para su acosador. Jaemin apretó los ojos con fuerza, tratando de alejar la figura de negro que lo acechaba incluso allí, en el aislamiento del baño. Su mente es un caos de imágenes y sonidos, fragmentos de momentos en los que había visto a su perseguidor, siempre observando, siempre esperando. Incluso de cuando estaba... En la preparatoria.

El como, lo perseguía incluso aún cuando era estudiante. Pensó que se había ido, que lo había dejado. Jisung se había encargado de él. Entonces... ¿Por qué está otra vez? ¿Por qué no lo deja en paz?

—¡Déjame en paz! —gritó, aunque su voz sonó débil y quebrada en el eco del baño vacío.

La sensación de asfixia se intensificó. No podía respirar. Los muros del cubículo parecen cerrarse sobre él, reduciendo el espacio a su alrededor. Cada pensamiento es una espiral descendente hacia la desesperación. La oscuridad en su mente se hace más profunda, engulléndolo, mientras el rostro de él permanece grabado en su conciencia.

Se siente atrapado, sin salida, consumido por un miedo que parece no tener fin. Las lágrimas siguen cayendo, y sus sollozos llenan el baño. En ese momento se dio cuenta que, la esperanza se desvaneció. Fue abandonado por el sol y su luz, cayendo en un interminable negro.

De pronto, la puerta es abierta bruscamente y los cubículos son abiertos uno a uno.

—¿Jaemin? ¡Jaemin, ¿Estás aquí?! —una voz resonó como eco, dejándolo pasmado y confuso, creyendo que es parte de su imaginación.

El aroma a lluvia y té de menta funde sus fosas nasales. Su lobo se desespera entre la agonía, arañando su corazón, esperando a que abra la puerta y se abrace al psicólogo para buscar el consuelo en su calor.

Su corazón late apresurado y una ola de deseo lo abrazó, necesita desesperadamente que Jeno esté ahí para protegerlo. Como si fuera una necesidad inevitable de su vida, como si fuera su...

—¡Jaemin, estás aquí! —la voz aliviada de su psicólogo resonó por encima de él. Sufriendo espasmos, alza su rostro y lo ve como parece trepar desde el cubículo de al lado para caer justo en el suyo.

Lee se arrodilló ante él con una mirada suave y preocupada. —¿Estás bien? ¿Te hiciste daño? —alzo la palma de la mano y acarició su rostro con sus largos dedos, secando sus lágrimas. El brillo en su mirar y el como siente el lobo contrario contraerse ante su dolor, lo hizo sentirse extraño.

Nana se dejó caer ante sus deseos y estampó su cuerpo con el ajeno ocultándose en su pecho. Siente los fuertes y protectores brazos del mayor rodear su cuerpo y acariciarle la cabellera con dulzura.

—Está bien, Jaeminnie. Estoy aquí, nada te sucederá.

¿Por qué suena tan real? ¿Por qué es tan íntimo?

—E-Estoy harto... Y-Yo no era a-así... N-No soy así... —solloza en su pecho, inhalando el aroma que deja que se impregne a su pecho. Quiere oler a Jeno y que huela a él también.

—Estaré junto a ti, no te dejaré y te ayudaré a pasar esta etapa.

Tan consolador y cálido, un consuelo que ansiaba escuchar.

Hace solo unos minutos sentía como su vida se desbordaba en la oscuridad pero ahora, un rayo de luz volvió a él, siempre vuelve a él junto a Jeno.

Sus mejillas sonrojadas junto a la punta de su nariz, ojos mieles y brillantes debido a las lágrimas, cabellera desordenada y respiración entrecortada. Se aleja ligeramente del pecho ajeno con aquella adorable y lamentable apariencia de cachorro abandonado y herido. Alza su rostro y conecta sus miradas, sintiendo como de alguna forma, aquel hombre lo sostiene como si fuese su más grande tesoro.

No, no es su imaginación. No, no es una ilusión.

—¿U-Usted es mi Alfa? —cuestionó en un hilo de voz bajo y roto. Arruga su nariz de forma tierno mientras sufre de hipo.

Lee se mantiene mirando el delicado rostro frente a si, tan cerca que puede inhalar el aire caliente que exhala. Se toma un tiempo para pasar sus dedos en aquellos cabellos de color pastel con cuidado —Lo soy —pronunció suave y tranquilo, como si no fuera una sorpresa para el.

Y Jung se dio cuenta que él es el único que parece enterarse tardíamente.

—¿S-Siempre lo supo?

Asiente ligeramente —Era obvio.

—Pero yo nunca me di cuenta —se sintió dolido y traicionado.

¿Cómo no se dio cuenta antes?
¿Por qué no le dijo?

Pero todas aquellas preguntas se esfumaron inmediatamente para volver aferrarse al cuerpo ajeno.

Mi Alfa.

Lo marcará como suyo y no lo dejará ir, nunca.










¿Qué hacía Chenle en un hotel con otro Alfa?
¿Giselle subirá sus fotos con Jisung para empeorar la situación?
¿Ahora que Jaemin está consciente de su lado destinado don su psicólogo qué hará?
¿Lograrán atrapar al acosador?
¿Lo conoce de antes? ¿Qué historia hay detrás y porque Jisung está metido?
¿Qué teorías tienen?

Espero que les esté gustando la lectura del libro💕 La verdad no será largo ya que más bien es como una temporada especial, no pasará de los veinte capítulos.






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