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Capítulo Once








—Puta madre —exclamó sin poder controlar su boca el pelirosa. Sostiene el celular entre sus manos, tecleando mientras el psicólogo termina de escribir algunos papeles en su escritorio. Rápidamente se cubrió la boca y con mirada culposa la dirige con temor al mayor.

Jeno se encuentra viéndolo con una ceja arqueada y media sonrisa. —¿Puedes tener una boca tan sucia siendo idol? —cuestionó en un toque humorístico.

Nana se sonroja notablemente avergonzado. ¿Por qué de todos los días el mundo eligió joderlo justo el día en frente de su crush?

—Tengo una razón muy justificable, uso esta expresión en sentido de sorpresa —se defendió, tragándose el orgullo y fingiendo.

—¿Ah sí? ¿Y cuál es?

Jaemin mira nuevamente la pantalla de su celular sintiendo una mala sensación en su corazón. —Creo que mi mejor amigo está en problemas.

—¿El joven Zhong? —la pregunta le salió tan naturalmente y es que lo soltó sin pensar.

—¿Cómo lo sabe?

Ante ello, Lee carraspea y desvía la mirada —Todos lo saben.

¿Debería ilusionarse? Se preguntó Jung sin poder evitarlo.

Sonríe radiantemente, mostrando de manera poco discreta su ilusión.

—¿Usted tiene pareja? —decidió atacar directo. Quien no arriesga no gana.

—No.

—¿Le gusta alguien? —lo mira fijamente, esperando que le responda de manera paciente mientras lo ve tecleando en la computadora. No entiende mucho lo que hace, pero se ve sexy haciéndolo. Tan lindo y atractivo. Su mandíbula marcada producto del ejercicio, su cuello delgado y tristemente sus clavículas que imagina sensuales cubiertas por la ropa. La bata blanca de doctor le luce tan bien que lo vuelve loco. Sus sentidos siempre se entorpecen junto al mayor, hace cosas que nunca ha hecho. Es su culpa por ser tan bello e irresistible.

Jeno desvía la mira de la computadora para volver a posarla en el menor. Un silencio y tensión extraño se formó en el aire, como si su mirada transmitiese todo lo que las palabras no—Si, me gusta —fue tan vago que no es  específico, en un tono de voz bajo y suave.

El aroma a té dulce y lluvia amena se cierne en el aire, mezclándose con un delicioso durazno jugoso de primavera. Un sentimiento que llenó de felicidad a sus lobos.

Jaemin estuvo tentado a preguntarle si realmente esta alucinando o es que de verdad le está coqueteando. Pero no fue capaz. Tal vez el miedo al rechazo fue más fuerte, además, es idol.

No debería hacer esto pero es tarde, cayó sin vuelta atrás.

—Vamos, te llevaré a casa.

Asintió ante las palabras del mayor, aquellas que rompieron el ambiente por completo.

El azabache se levantó y se quitó la bata para dejarla colgando, tomó su maletín y dirigió su vista en el menor. Espero a que se cubriera por completo y salieron.

Como todo hospital, es obvia la multitud entre los pasillos.

Odió el momento en que el auto fue estacionado justo enfrente de su residencia. Maldijo al mundo por no haber hecho algo para dejarlos más tiempo juntos.

Preparó ññ sutilmente sus cuerdas vocales —Gracias por lo de hoy —le dijo con dulzura mirando al sexy doctor de a su lado.

—No hay de que —le correspondió amable —Pero no vuelvas a hacer esto, no es bueno que te escapes y tomes taxi a escondidas.

—Si estás preocupado, puedes cuidarme tu mismo —arrojó sin pensarlo mundo.

—Te cuidaré.

Su respuesta tan honesta, le dejó pasmado, no pensó que le respondería así. Su corazón volvió a revolotear de amor. Necesita llamar a Chenle y contarle todo, tal vez así pueda ponerlo de mejor humor ahora que están involucrandolo en un escándalo absurdo.

—Tiene mi número, puede escribirme cuando guste y saber dónde estoy —dice con molestia y tal vez, un poco coqueto. Abrió la puerta y salió, despidiéndose con un guiño atractivo —Nos vemos, Hyung —dicho esto, cerró la puerta sin darle chance al mayor para responderlo.

A Nana le gusta tener la última palabra.

Le dio la espalda y con elegancia fue caminando hacia la puerta principal del edificio. Al cerrar la puerta detrás de si, fue cuando el auto del Psicólogo arrancó.

Fue bonito. Fue bueno que se arriesgara, no perdió nada con hacerlo. Además, Jeno no responde negativamente ante su obvia audacia. Es algo bueno, ¿No?

Cuando llegó al departamento, inmediatamente tomó su celular pensando en llamar a Chenle, pero se detuvo y se desvió a otro contacto. Taeyong Hyung. Presionó llamar y colocó el aparato en su oreja.

No puede olvidar la conversación que escuchó sin querer y aunque haya tenido la oportunidad de preguntarle a Jeno sobre ello, no lo hizo para dar espacio. Aquel Hyung pelirosa es una persona amable y luchadora, alguien realmente bueno, un muy buen amigo de su hermano mayor. Se sintió mal por él.




«Tres años, dijo que llevan tres años intentándolo» su estómago se aprieta de dolor.



Lee contestó —Hola, Jaeminnie. ¿Cómo estás? —le habló tan amable como siempre.

—H-Hola, Hyung. Bien y usted, ¿Cómo ha estado?

—Bien, gracias —una respuesta de pura cortesía —¿Sucede algo?

Es obvio, usualmente nunca le llama a menos que necesite algo de él. Tienen una diferencia de edad de diez años, lo que los separa bastante.

—Nada, solo quería hablar con usted. La verdad... —vacila un poco no sabiendo exactamente qué decir. Se acomodó en el sofá y soltó un suspiro —Ultimamente mis días han sido malos.

—¿Ah, si? ¿Qué es lo que pasa? —le pregunta suave. —¿En qué te sientes mal?

—Gracias a usted estoy mejor —arrojó honestamente —Si no hubiera insistido con mis pruebas, no estaría tratándome con el Psicologo Lee. Creí que realmente todos los días serían oscuros y malos conmigo pero tal vez... Me equivoque —pensó en Jeno y su cálido apoyo conmoviendo y tranquilizando su corazón —Siempre vendrán días buenos aunque no lo parezca, aún cuando nada salga como planeamos. Ser y estar saludables, tener a nuestros seres queridos a nuestro lado y tener la posibilidad de disfrutar la vida no es algo que todos pueden tener. Gracias por ayudarme.

Cada palabra, salió desde el fondo de su corazón, esperando que así, pudiese consolar de manera indirecta. En más de una ocasión ha escuchado e incluso ha sido de los ignorantes que le pregunta para cuando un descendiente. Se arrepiente de haber sido descarado sin darse cuenta. Taeyong ha fingido por el último tiempo que no quiere, no se atreve a enfrentar la realidad de que en realidad, no puede.

Había escuchado que viene de una familia Budista bastante religiosa, incluso parecen tener un templo, bueno su padre quien se divorcio de su madre hace tiempo atrás. Escuchó por ahí que su padre ya incluso tiene un hijo con su segunda mujer, y su antigua esposa se encuentra viviendo cerca de Tae y su novio japonés.

Le parece un poco triste como le han ido las cosas a su Hyung. No es tonto, sabe lo que le sucedió a su familia para que terminara separándose así.

—Todo estará bien, sanaremos y dejará de doler —fue un consuelo no solo para el mayor sino también para si mismo.

Su atormentado corazón lo hunde día a día en agobios que no lo dejan vivir en paz. Se asfixia con su propia vida y respirar parece quemarle a veces. Es inevitable perder el control, la ansiedad se adueña de su nublada mente y lo sumerge en un abismo oscuro imparable.

Sonríe aunque quiera llorar. Dice estar bien aunque no lo esté. Y finge ser feliz cuando a veces solo quiere escapar.

Así es la vida.

La línea quedó varios segundos en un completo silencio de parte del doctor, quien se aclaró la garganta —Gracias, Jaeminnie —en un tono de voz un tanto ronco.

Tae agradeció que todo esté por llamada porque si el menor hubiera expresado aquellas palabras de frente inmediatamente rompería en llanto, aunque en este momento no esté muy lejos de hacerlo. Sonríe aunque no es visto y lágrimas se acumulan en sus ojos.

—S-Sinceramente aprecio tus palabras —lucho día y noche por ello para al final seguir en el mismo lugar, sin poder avanzar sintiendo que ha estancado su vida y la de su pareja. Un estorbo imperfecto. Silenciosas lágrimas forman un camino por sus sonrojadas mejillas, las cuales limpia con sus dedos temblorosos. Dicen que Lee Taeyong es el Omega perfecto, pero está lejos de serlo.

—Mm... —asiente con un nudo en la garganta. Espera realmente aplicar en su vida lo dicho, pero es imposible, él es su problema. —Y-Yo... Bueno, colgaré.

—Esta bien, nos vemos. Adiós y cuídate, Nana.

—Igual usted, Hyung.

Y así, la llamada finalizó.


«Vivir es difícil para todos»










Sus manos pican intensamente mientras mira aquel número telefónico al cual se debate a si mismo llamar o no. Chenle no le ha dicho nada, ni siquiera ha dado señales de vida y necesita con desesperación hablarle y preguntarle qué sucede.

Se rindió y decidió llamarle, no puede esperar más tiempo y eso que no se han hablado desde que discutieron anteayer. Fue una discusión estúpida pero Jisung no puede flaquear hasta saber la verdad y hasta que el mayor por meses admita que está siendo paranoico con esa japonesa que no tiene nada que ver en su vida.

Puso el celular en su oreja y esperó. Pensó que tal vez Chenle no le contestaría pero lo hizo.

—¿Qué quieres? Estoy ocupado estudiando —fue seco, corto y conciso, parece aún molesto.

Le dolió a su lobo, usualmente siempre empieza la conversación con "Mi amor" "mi pollito hermoso" "Mi bebé" y aunque se moleste y le pide que deje de llamarle así, muy internamente disfruta de sus muestras de afecto escandalosas.

—¿Estás bien? —fue lo primero y más congruente que pudo articular su boca. Todas sus preocupaciones y dudas por el escándalo se reduce a aquellas dos palabras.

Sin saberlo, su cuestión dejó pasmado por algunos segundos al rubio, quien soltó su lápiz a un lado dejando su diseño a medio hacer. La respuesta mas honesta sería un "no" pero él es Chenle, es fuerte.

—Obvio. ¿Me morí? No ¿Me quedé sin dinero? No ¿Podré comprar la siguiente colección de Dior? Si.

Jisung soltó un suspiro aliviado —Me alegro.

Fue tan honesto que revolvió el corazón del Omega, una punzada atacó su pecho y lo hizo dudar. «Si le digo la verdad, ¿Qué hará? ¿Vendrá por mi?»

—¿Y qué harás?

—¿Qué puedo hacer?

—¡Tomar acciones legales contra quienes hayan hecho esto!

—Tardaste en decirlo, ya empecé.

—¿Sabes quiénes fueron? ¿Fue tu familia? —la pregunta brotó de sus labios por si sola. ¿Tan mala es su relación como para que se hayan atrevido a hacer algo así? En realidad, no le extrañaría. Ellos son conocidos por hacer trucos sucios desde tiempos memorables.
Chenle suelta una pequeña risa como respuesta, como si hubiese soltado una broma.

El pequeño Zhong balanceo su cabeza de un lado a otro juguetón y esboza una sonrisilla —Si fueron realmente ellos... Que mal, ¿Ya no me tienen miedo?

—¿Crees que lo hizo tu familia?

—No —contestó en un extraño tono áspero y frío, su mirada oscureció de manera notoria aunque su sonrisa sigue intacta —Si fueran ellos me habrían acusado con otra cosa.

—¿Entonces quién fue?

—Una maldita plaga que lleva molestándome desde hace tiempo y está vez, no tendré piedad para deshacerme de ella —fue tan oscuro y seguro de si mismo que Jung se dio cuenta que quien sea que fuera, había hecho enojar a su novio y quién haga enojar a un Zhong debe empezar a cavar su tumba. —Pero no te preocupes, no dejaré que esto crezca. Voy a acabarla.

—Esta bien —no puede pedirle que tenga piedad, esa persona se lo merece no importa sus razones.

Chenle es algo altanero y orgulloso pero nunca un abusador. Nunca ha molestado a nadie como para ser llamado un Bully. Y además, ¿Llamarlo un maltratador de pareja?

—Mi cara está en todas las redes sociales por esto, subí de seguidores.

—Que bueno, te has hecho famoso.

—Voy a escribir una carta y la subiré, especificaré que no estoy siendo abusado por ti y no soy infeliz a tu lado. Si, la reina Luna fue la que unió nuestros hilos rojos pero fui yo solo quien prometió amarte y nunca abandonarte. Estoy a tu lado porque quiero, no porque sea deber u obligación. Te amo, Chenle. Nunca nadie podrá hacer latir mi corazón como tú, ten eso en cuenta y no te sientas inseguro por una tontería.

—Yo... Lo siento, tal vez me pase un poco. Es que solo... —otra vez, otra vez no es capaz de terminar su palabra. —Pronto entenderás porque estoy así, te lo haré saber todo solo...

—¿Necesitas tiempo?

—Necesito tiempo —asintió ligeramente con un nudo en la garganta.

—Si realmente te sientes mal en París, ven cuando quieras y cuando lo necesites. Yo seré tu refugio.

—Siempre lo has sido, Jung.

—Lo sé, siempre he sido tu hogar, Señor Jung.

—Eso sonó atractivo —arrojó con picardía mientras suelta una honesta risilla. Un rubor tiñe sus mejillas y su corazón late rápido —¿Todavía va lo de sexo por vídeo llamada?

Ríe pero niega —Podemos aguantar un poco más.

—Yo sé que no pero haré como que te creo por esta vez.

—Bueno, tengo que ir a la Universidad. Hablamos más tarde.

—Adiós, mi tortolito de azúcar.

Jung esboza una sonrisa silenciosa más no dice nada y colgó.

Esta vez, de buen humor tomó su mochila y salió de la habitación. Bajó por las escaleras y se encontró con su progenitor quien le miró curioso.

—¿Ya se reconciliaron?

—¿Qué? —mira a su padre pasmado.

—Se nota cuando discuten —contesto obvio —y se nota cuando se reconcilian.

El menor se rasco la nuca avergonzado —fue algo tonto, no es nada.

—Es normal en parejas —afirmó sin más —¿Has hablado con Jaemin?

—¿Jaemin-hyung? No, ¿Por qué?

El padre simplemente negó —Siento que algo está haciendo, hace tiempo no me llama ni me escribe.

—Debe estar ocupado debido al trabajo, regañare a Hyung.

Bin se ríe y niega —Si quieren discutir otra vez.

—Voy a la universidad, estoy tarde. Adiós —se despidió apresurado para salir de casa y montarse en su vehículo.

Ahora que lo piensa, cuando Jaemin se aleja es porque sucede algo o está haciendo algo. Al pensar en ello, sus recuerdos viajaron en un suceso de hace algunos años cuando aún estaban en la escuela, Nana era un estudiante y aprendiz. Fue la primera vez que vio a su hermano mayor caer y se dio cuenta que a pesar de su característico comportamiento seguro de si mismo, el corazón en su interior era igual de frágil que un vaso de cristal.

Sale de las rejas de su casa y sus ojos captaron fugazmente un sujeto oscuro que no había prestado atención. Se gira abruptamente a la defensiva para verificar pero, no ve a nadie como si hubiera sido una simple imaginación suya.

Frunció el ceño y siguió su camino a la Universidad. Sacudiendo su mente.

Llegó y se estacionó. Cuando salió apenas con unos cuantos pasos, un montón de periodistas aparecieron en su campo de visión interrumpiendo su camino.

—¿Es cierto que el Joven Zhong abuso de usted?

—¿Es testigo de su maltrato?

—¿Que tiene que decir con los recientes rumores?

—¿Es cierto que es su novio o lo obligó?

—¿Fue chantajeado con dinero?
—¡Diga algo!

Distintos flashes molestan su vista, una voz tras otra cuestionando preguntas que se desordenan con las otras. Le duele la cabeza y hasta se siente fatigado.

—Estoy en la Universidad, vengo a estudiar —dice ante los varios micrófonos que se pelean por captar su voz.

—¡Ya, ya, ya! —su amigo beta apareció empujando sin piedad ni cuidado a todos los paparazzis —¡Dejen a mi amigo en paz, necesita respirar! —forcejean y termina cayendo de culo.

—¡Esto es ilegal, estoy llamando a la policía! —la tenaz y audaz voz de Karina llamó la atención de todos, ocasionando que se detengan abruptamente y se alejen.

Wonbin la miró desde el suelo perplejo, no pudiendo creer como ella pudo detenerlos simplemente hablando sin mover ni un dedo.

Jisung acomoda su mochila y camina entre los entrevistadores, quienes empiezan a seguirlo por detrás a una distancia prudente sin parar con las preguntas.

—Woah, eres genial —el beta se dirigió a la chica mientras soba su retaguardia herida.

—Odio esto, es ilegal e invasión a la privacidad. Solo necesitas una foto para demandarlos, Jisung.

Jung soltó un suspiro y miró de reojo a la cantidad de cámaras que lo capturan en todas las direcciones, siendo seguido igual a una celebridad.

—Chenle es el mejor novio que pude haber tenido y mi alma gemela —arrojó alto y claro dejando que todos lo escuchen. Fue lo último que dijo antes de entrar al edificio del campus dejándolos afuera.

—¿Habló con su novio?

Ante la pregunta de chico, el Alfa asintió —Si, es claro, eso es falso. Alguien intenta calumniarlo y Chenle parece saber quién es.

—¿En serio? ¿Y quién es?

—No lo sé, no me dijo pero creo que pronto lo sabremos.



Despertó de buen humor.

Tal vez pensar en el recuerdo del día anterior con el Alfa fue lo que hizo que tuviera una noche amena y cálida. También habló un poco con Chenle y este parecía despreocupado como si aquellos rumores no le afectaran, le alegro que estuviera bien.

Se vistió junto a sus compañeros y partieron a la empresa.

Hoy es un día de práctica, la temporada de promociones para su último comeback acabó por lo que pueden tomarse un pequeño respiro.

—Les traigo muy buenas noticias —dice el manager luego de haber agrupado al equipo en la sala de prácticas. —En dos semanas irán a Italia para una sesión de fotos para la nueva línea de la marca Prada.

Aquellas palabras sorprendieron con demasía a los integrantes. Si bien, ya han modelado en múltiples entrevistas, todas han sido nacionales o asiáticas, todavía no han superado el continente. Pero este proyecto es internacional, es algo alucinante. Les ayudará a hacerse un nombre mucho más fuerte en el extranjero, mostrarán sus rostros al implacable y lujoso mundo de la moda.

—¿Es en serio? ¡Wow! —Yangyang exclamó con emoción.

—Tenemos que hacerlo bien —aseguró Renjun con los brazos cruzados, más tranquilo pero aún así emocionado.

—No podemos desperdiciar esta oportunidad —asintió Eunseok a su lado.

Jaemin sonrió junto a su equipo, pero aquella expresión no duró mucho tiempo. «Espera, ¿Esa no es la marca de...»

—Y todo gracias al hermano de Jaemin —culminó el manager.

Nana sintió como un balde de agua fría cayó justo encima de su cabeza —¿Mi hermano?

—Al parecer nos recomendó, los ayudó a entrar a este mundo. Tendrán su primera portada en una revista mundial.

Incómodo. Así se sintió.

El manager se acercó al pelirosa y lo tomó de las manos —Estamos muy agradecidos por el apoyo de tu hermano mayor, realmente es muy significativo —luego se gira hacia los demás integrantes —Recuerden agradecerle a Jaemin, sin él no llegarían a tener esta oportunidad tan pronto.

Jung tragó duro y no se atrevió a sostenerle la mirada a nadie. Siempre es así, siempre dicen eso.

Gracias a Jaehyun debutó.

Gracias al reconocimiento de su hermano mayor fue que su grupo tuvo mucha atención desde un principio.

Gracias a que tiene el mismo apellido que su hermano, es tratado de una manera diferente a sus compañeros.

Si, no la tuvo difícil. Tal vez fue más mimado y mejor tratado que todos.

Quiso negarlo, seguir siendo un ignorante cuando sabe perfectamente que cuando debutó, no lo hizo por su talento. Robó la oportunidad de otro solo por su apellido.

Desde el principio todo ha estado mal en su vida. Su vida como idol, en la que se supone que debe trabajar duro para conseguir las oportunidades y no ser traídas por una bandeja de oro.

Todos tienen razón con lo que dicen de él.

No tiene suficiente talento. No sabe trabajar duro como los demás. No merece haber debutado pero aún así lo hizo.

Es horrible ese sentimiento de sentirse insuficiente y un estorbo, alguien que no sirve para nada como persona. Su interior y pensamientos, su ser mismo, nada lo vale, solo vale su apellido. Nadie lo ve como Jaemin, lo ven como el hermano menor de Jaehyun.

Su hermano mayor formó un muy buen nombre en toda la industria, creció tan rápido de fama debido a su trabajo duro. Era como si el universo hubiera estado esperando tanto el momento en que decidiera abandonar la medicina para dedicarse a la actuación y cuando por fin lo hizo, una ola de buenos proyectos le llegaron. Es su destino ser exitoso a donde sea que vaya por sus propios méritos.

Pero Jaemin siente que no es así para él. Sigue atascado en la sombra de su hermano mayor. Gran parte de su fandom solo está ahí porque él es el pequeño Jung que tanto Jaehyun dice querer y mimar.

¿Por qué tiene que ser así?

Le duele. Le quema el corazón.

Le afecta tanto que siente que se asfixia. Toma una temblorosa bocanada de aire sintiéndose inestable, un maldito inútil de mierda que no sabe trabajar sin necesitar el nombre de su Hyung.

—Empiecen a practicar, el CEO necesita hablar en privado con Jaeminnie —le dijo el manager a los demás integrantes con un tono de voz un poco más frío de lo normal. Pero cuando se dirigió a Jung, le sonrió amigable —Ven por aquí, nuestra estrella.

No le gusto, sintió una punzada de culpabilidad voraz que lo mareó.

Las lágrimas se acumulan en sus ojos debido a la impotencia y así, siguió a su manager.

—Gracias, Jaeminnie —fue la suave voz de Yangyang quien lo sacó de su mundo paralelo. Su corazón se estremeció ante la amabilidad del chino aún cuando no la merece. No fue capaz de girarse y encararlo, por lo que simplemente se mantuvo dándole la espalda hasta cerrar la puerta detrás de si.

Ver al CEO es muy díficil, siempre está ocupado debido al trabajo de la empresa. Tienen diferentes grupos, modelos, actores que atender, además de las propias situaciones laborales de la compañía.

Llegaron y dio una leve reverencia.

—B-Buenos días —saludó un poco nervioso a aquel hombre que se ve tan imponente en su escritorio. Un señor de tercera edad que se cuida.

—Sientese, jovencito —le dice amable y cordial.

Sintiéndose un poco raro y confundido, se acercó y se sentó justo delante del escritorio, su manager lo acompañó a un lado.

—Debes estar curioso de porqué te mande a llamar.

—Un poco —ríe de manera incómoda, intentando calmarse a si mismo y mantener la naturalidad.

—Manager Kim traigale un café, debe servirlo bien.

—Café, oh, si —se levantó abruptamente para ir a la máquina que se encuentra en un estante a un lado —Aunque Jaemin prefiere un café helado.

—Entonces mande a alguien a comprarlo.

—Eso haré, eso haré. Vuelvo en un momento —dicho esto salió apresurado de la oficina.

—No era necesario... —murmuró apenado. Lo tratan como a un Rey y eso le incomoda bastante.

—Claro que si es necesario —afirmó el mayor —El reciente comeback ganó mucha atención gracias al suceso de la presentación de hace un mes.

—¿Suceso?

—Tu ataque de ansiedad, muchos internautas se han apiadado de ti y otros han hecho muchos comentarios negativos, pero igual nos sirvió para promocionar la canción. Es su sencillo más vendido a la fecha y eso que era un mini album.

Es como si le estuviera agradeciendo haber sufrido un ataque de ansiedad delante de cientos de personas.

«¿Y qué quiere? ¿Qué me vuelva a desmayar?»

—Los compositores ya han sido avisados y empezaron la composición de la canción principal del siguiente comeback, Dreamies sacará por primera vez un álbum completo. Será la inversión más grande del grupo y su meta es vender un millón de copias.

Oh, aquello realmente es una muy buena noticia. Desde que debutaron han sacado puros mini álbumes, lo cual está bastante bien.

—Luego de eso, los promocionaremos en Estados Unidos y luego tendrán su primera gira mundial.

Solo se han presentado en el continente asiático y algunos puntos en Estados Unidos en su anterior gira, pero no llegaron a más países. Parece que está vez si se presentarán en múltiples lugares y aquello le emociona. Un año de duro trabajo les espera pero es algo que traerá frutos.

—Eso es muy bueno, en nombre del grupo estamos agradecidos —da una leve reverencia.

—Es bueno que estés agradecido —esbozo una media sonrisa —La verdad... Tengo una duda sobre algo.

—¿Sobre qué? Dígame.

El señor se aclaró la garganta fingiendo desinterés —Escuche que el contrato de su hermano mayor con su actual empresa que lo representa está por vencer. Ya hay varias compañías que le han ofrecido unirse pero ha rechazado. ¿Será porque quiere renovar?

Nana frunció el ceño, no entiende porqué le interesa el trabajo personal de su Hyung. —No lo sé, no he estado en contacto últimamente con él. Supongo que sí ya que ha rechazado a otras empresas.

—Nuestra empresa también cuenta con actores y modelos, tenemos a muchas caras reconocidas...

«No me digas que...»

—¿No sería genial estar en la misma empresa que su hermano? ¿Cuánta suma de dinero le han ofrecido los demás? Si lo averigua podemos duplicarselo y...

—No creo que él esté interesado en esta empresa —arrojó de manera abrupta. Sintiendo molestia.

—¿Ah sí? ¿Cómo lo sabes?

—Solo...

«¿Por qué lo quieren tanto? ¿No es suficiente con tenerme a mi?»

—Tenerlo aquí podría generar muchas oportunidades laborales para ustedes, tu hermano mayor obviamente no te dejará atrás, te está abriendo puertas y lo seguirá haciendo, es una buena persona. Lo admiro como Alfa.

Tensó su mandíbula sintiendo como las lágrimas le arden los ojos deseando salir. Un torbellino se forma en su corazón, tan furioso que lo azota a la locura. Duele, duele mucho esto.

—Eres inteligente, sabes lo que es mejor para ti y el grupo —fue lo último que soltó antes de que llegase su manager junto al café helado.

Jaemin lo agarró y sorbe una gran cantidad buscando bajar el nudo de su garganta.

—No es necesario que practiques con los demás, descansa todo lo que necesites y cuando quieras puedes bajar a la sala de práctica.


Pensó que podría mejorar su vida mirando y dejándose llenar de la calidez del brillante sol. Pero sigue nublado, no hay días buenos. No es un buen día y nunca lo será.









¿Jaemin podrá mejorar el trato injusto que tiene su grupo?
¿Brilla sin su hermano mayor?
¿Quien creen que sea la persona que difundió los rumores de Chenle?
¿Por qué tiene una tan mala relación con su familia?



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