Capítulo Diez
—¿No te parece que esto es hermoso? —Chenle chilla del otro lado de la línea, una mano toma su celular y con la restante sostiene un bolso de la última línea de Chanel. Muestra con orgullo y emoción a su chico.
Jisung se encuentra sentado en la banca del gran campus de la Universidad. Se pueden ver a algunos jugando en la lejana grada, otros caminando y algunos sentados en la pradera. Un día soleado y bonito, y más aún que recibió una vídeo llamada de su novio del extranjero.
—Tu eres el hermoso —soltó con completa honestidad. No hay nada más bello que su alma gemela, no importa qué clase de joya preciosa le mostrasen o qué actor esté frente suyo, seguirá diciendo una y otra vez que su novio es el más precioso ante sus ojos.
Chenle lo mira y sonríe grandemente con orgullo —Lo sé, lo sé —se hace el modesto y delicado, aunque por dentro su corazón latió de forma descontrolada por el halago de su novio. Aunque no le guste demostrarlo, en realidad a veces si necesita esta clase de palabras para seguir creyendo ese hecho.
En eso, recuerda algo sumamente importante y deja la cartera en el gran estante de su armario, lleno de múltiples modelos de bolsos. —Jisunggie, hay algo que vi que debemos hacer.
Al escucharlo y mirar como aquellos ojos brillaron, supo que debe estar tramando algo como siempre. Se acomodó echando su espalda contra el respaldo del banco. —Dime.
—Tener sexo por vídeo llamada.
Una vez el rubio pronunció aquella oración, el azabache abrió los ojos como platos estupefacto, creyendo que se ahogaría con su propia saliva y lo peor fue ver como unos estudiantes que rondaban cerca lo escucharon. ¡Lo oyeron!
Sus mejillas y orejas se ruborizaron a mil, y sin saber qué hacer le colgó de inmediato.
Tomó su bolso y se levantó para caminar apresurado muerto de la vergüenza. ¿Cómo puede ser tan desvergonzado? Chenle realmente es un caso y a parte.
De pronto, su celular vuelve a sonar. Es claro que es su novio. Contesta y deja el teléfono en su oreja.
—¿Si quiera te escuchas? ¿Acaso estás loco? —le regañó entre susurros temiendo que alguien lo escuchase —Estás loco, realmente loco, Chenle.
—Si, loco por ti —contestó sin pena —¿Qué? ¿No quieres hacerlo? ¿No me necesitas? Porque yo te necesito.
Claro que lo necesita, lleva casi un mes afuera y su lobo lo ansia cada noche, anhelando sentir su cuerpo y calor para unirse de nuevo en uno solo.
—Si pero así no. ¿Qué te pasa? ¿Se te drogó el cerebro? ¿Qué te metieron en la cabeza esos estúpidos franceses?
—Al menos me han metido algo en este mes, te has quedado atrás —contesta en un claro tono sugerente. —Bueno, si prefieres en presencial en vez de virtual ¿Debería comprar un boleto para ir este fin de semana a Corea?
—Tienes clase, ¿Cómo es que vas a venir? No faltes más.
—Si voy el viernes en la noche y regreso el domingo, significa que tendremos nuestro sábado juntos, ¿No te parece buena idea?
—Te vas a cansar, además, tienes que estudiar —soltó un suspiro pesimista pero de pronto, una lucesita alumbró su cabeza —Pero puedo ir yo.
—¿Ah?
—He adelantado mi tarea y estudio de la semana que viene, puedo ir a visitarte aunque sea unas pocas horas —no puede creer que haya dicho aquellas palabras, pero es inevitable, lo extraña, necesita verlo y sentirlo. Tomar un vuelo el fin de semana a París para volver ese mismo fin de semana a Corea y todo para ver a su novio. ¿Suena descabellado? Tiene tareas y exámenes de por medio, pero su nota es alta y ya ha estudiado lo suficiente.
La risa de delfín, tan graciosa y contagiosa del menor resonó en la línea —¿En serio vas a venir a París solo para tener sexo conmigo?
Jisung paró en seco. Estuvo por negar, pudo haberlo hecho pero no lo hizo. —Y-Yo solo... —se aclaró la garganta un tanto nervioso.
—No te averguences, yo también quiero —responde con picardía —Pero mejor yo voy a Corea.
—No, yo iré a Francia.
—No lo hagas, mejor yo voy.
—Tienes que estudiar, ya yo lo he hecho.
—¿Por qué eres tan insistente? Cállate y deja que yo vaya.
—Te dije que no, ¿Por qué no entiendes?
—Quiero ir a Corea, ¿Acaso no puedo volver?
—¿Desde cuándo quieres tanto este país? Estando aquí te la pasas viajando al extranjero y ahora en el extranjero ¿Quieres volver?
—Porque estás tú.
—Pero ahora yo iré a por ti.
—Quiero volver, es simple.
—¿Por qué?
—Porque... Si —fue inseguro, su tono de voz claramente denotó temblor e inseguridad algo que Jung notó al instante. Bajando la entonación hasta que su voz se perdió en la nada.
—¿"Porque si"? —no le creyó ni una verga. —¿Qué pasa? —cuestionó sin rodeos.
Chenle ríe ligeramente aunque se puede notar sus nervios —¿De qué hablas? Obviamente nada.
¿Por qué sigue fingiendo estar bien cuando claramente no lo está?
Jisung no es tonto y su lobo tampoco. Lo siente en el profundo de su hilo rojo, los sentimientos desbordantes de su alma gemela, triste y preocupado como si tuviera miedo de algo. Se hace el loco, se hace el desentendido pero no puede seguir haciendo eso para siempre.
Hay algo en París que hizo que Chenle se escapara a Corea del Sur por una semana. ¿Y ahora intenta escaparse de nuevo por un fin de semana?
—Solo... No me gusta mucho aquí —contestó un tanto nervioso, dejó de reír o sonreír, parece cohibido y extraño, con un revoltijo en su corazón.
—¿Por qué?
—B-Bueno, es que no estás tú.
«Mentira, es mentira.
Puedes extrañarme y querer que esté a tu lado pero vacilaste, lo hiciste» no puede creerle. Si tiembla es porque miente, debe sonar seguro para ser verdad. Así es Chenle.
—¿Porqué no estoy yo? Es tu sueño.
—Quiero volver —reveló bajito, en un hilo de voz tan bajo que descolocó el corazón del Alfa. Sonó tan lamentable que despertó su lado primitivo, tiene ganas de lanzar todo por la borda y viajar a París en ese mismo momento.
—¿Qué pasó?
—Nada, nada.
—¿Quieres que me crea eso?
—París no es para tanto, solo es un país más. P-Podría volver y seguir la carrera en Corea, ¿No te parece eso bueno? Volveremos a estar juntos.
—¿De qué hablas? ¿Si quiera te escuchas? París siempre ha sido tu sueño desde pequeño, ¡Es tu sueño!
—¿Acaso no quieres que vuelva?
—¿Por qué no querría que volvieras? Claro que lo hago pero estás mintiendo, yo sé que París sigue siendo tu sueño.
«Hace solo unos meses estabas tan emocionado cuando quedaste en la Universidad que creí que te volverías loco.
Desbordaste tanta alegría por semanas y meses que se me contagio.
Lo amas, sé que lo amas. Es tu sueño.
¿Por qué... Lo dejarías?»
—Si estás pensando en volver por mí y nuestra relación, te digo que no tienes porqué preocuparte de nada. Soy paciente, puedo esperarte.
—¿Seguro? Después de todo sigues siendo un hombre.
—¿Qué insinuas?
—Nada, solo digo.
—¿Solo dices?
—Digo que esa puta japonesa debe ser tan atractiva como para que la quieras seguir viendo —soltó aquellas palabras con pudor y clara molestia. Brotaron de su boca sin pensar con claridad.
Jisung frunció el ceño perplejo —¿Hablas de Giselle? ¿Ella otra vez? ¿No crees que te estas pasando ya?
—¿Me crees estúpido? ¿Qué no sé nada? Esa perra no se ha rendido contigo y me ha estado hac... —suelta un pesado suspiro al pararse abruptamente, callando lo que diría.
—¿Haciendo qué?
Silencio.
—El paraguas —soltó de repente. —Es molesto, ¿Por qué le diste tu paraguas? ¿Tanto te preocupas por esa pequeña perra?
—Tu...
—¿Yo qué, eh?
—Realmente no se puede contigo.
—Si, si, soy un cabeza terca, lo sabes desde el principio y aún así decidiste quedarte conmigo.
—Lo decidió la Reina Luna, no yo —fue tan claro que dolió.
—¿Qué quieres decir con eso, Jung Jisung?
Bien, tal vez se pasó con ello.
—No, solo decía... Yo me equivoque, eso no era lo que quise decir.
—Dado a que soy tan estresante y fastidioso ¡Mejor acuéstate con esa perra, apuesto a que esa zorra te complace sonriéndote bonito y tratándote como si fuera una mojigata de mierda! ¡Debes disfrutar tanto su atención como para que no puedas dejar de verla, eh!
—¿¡De qué puta estás hablando!? —bramó furioso. —¿¡Qué te hizo para que la odiaras tanto!? ¿Solo por la publicación de instagram? ¿¡Si quieras puedes pensar con lógica, alguna vez lo has hecho!? ¿Realmente crees que yo sería capaz de engañarte? ¿En qué mundo vives? ¡Es más probable que tú te hayas acostado con algun puto francés, amas a su país tanto como a sus hombres!
—¿¡Cómo puedes acusarme de algo así!? ¡Sabes que tu eres el único para mi!
—Pero de disco a bar, de whisky a ron. ¡Es más probable que me hayas visto la cara de estúpido desde que estabas en Corea así que no andes acusándome así con algo que nada que ver!
—¿¡Sabes a cuántos Alfas mejores que tú rechace!?
—¡Pues no debiste!
Y colgó cargado de frustración. ¿Cómo puede ser así? ¿No ve que está preocupado? ¿Él con Giselle? ¿Acaso se drogó o se tomó la pastilla equivocada?
¿Solo por un puto paraguas se va a poner así? ¿No cree que está exagerando ya?
Soltó un suspiro cargado de molestia y se dirige a paso rápido hacia su vehículo.
—Oh, Jisunggie, aquí estamos —es Wonbin quien le llamo a un costado.
Pero el nombrado pasó de largo mostrando claramente humos salir por sus orejas.
—No está de humor —murmuró mientras retrocede sintiendo la espesa aura oscura y escalofriante, Jung da miedo enojado y lo demuestran sus oscuros vórtices a los que llama ojos.
A pasos rápidos y fuertes apretando sus puños sintiendo las ganas de romper algo, se controla aún cuando sus manos pican. Abrió la puerta de su vehículo y lanzó todo en el interior sin humor, se sentó de piloto y prendió el auto.
Cuando estuvo por partir, una persona claramente no deseada se posó justo en frente de la ventana a su lado. Con fastidio teniendo ganas de gritarle a quien sea, giró su rostro y se encontró con la persona que menos tiene ganas de ver.
Giselle.
¿Acaso no le dijo antes que se apartase de su camino? ¡Está teniendo problemas ridículos por ella!
Pudo haberla ignorado olímpicamente pero vio entre las manos de ella, su paraguas y unas llaves, las llaves de su casa. Rápidamente se revisó los bolsillos dándose cuenta que se le había caído.
Soltando un bufido baja la ventana.
—Se te cayó esto ahorita —le extendió las llaves hablando con su baja y dulce voz. A eso se refiere Chenle, tal vez este enojado porque su propia voz es aguda, infantil y chillona al igual que su aroma.
Tomó las llaves de un tiro —Te dije que te quedaras con eso —se refirió a la sombrilla.
—Es tuyo, no puedo quedármelo —se lo extendió con sus ojitos brillando de ilusión e inocencia.
—Te lo regalo —dicho esto de manera cortante cerró la ventana y arrancó con furia.
«El día en que llegues a pensar con el cerebro realmente será el fin del mundo»
Dado que el día es bastante aburrido, Jaemin decidió hacer algo más que estar malditamente encerrado.
Anteayer vio al psicologo Lee y hablaron un poco. No sucedió nada especial en su sesión luego de su escapada, solo Jeno hablandole y escuchandole. Se sinceró aunque se sintiese avergonzado. Tuvo un ataque de ansiedad por esa carta de amenaza. ¡Pero es solo una carta! ¡No tiene nada! Además del pobre pajarito.
Pero Jeno... Jeno dijo que no es tonto, que él es importante. Y todo lo que le haga reír y llorar también lo es.
Entonces ¿Significa que no es un exagerado?
Quiere creerle y hacerle caso. Tal vez ya cayó irremediablemente enamorado sin percatarse.
Como el día de mañana estará ocupado ya que volverá al trabajo, decidió echarse una mini escapadita nada más.
Se vistió un pantalón holgado beige y una simple camisa blanca junto a una sudadera del mismo color del pantalón que cubre su cabellera rosada. Tapabocas, lentes de sol y una gorra. Obviamente antes de salir se maquilla y arregla para verse atractivo de forma natural, que se vea brillante pero que no parezca que se haya echado una pizca de maquillaje.
Ha estado de muy bajo humor últimamente y lo único que lo ha incentivado es el Psicologo Lee. Alborota su corazón de buena manera y lo hace sentirse en las nubes con solo una mirada, y ni hablar de su Omega quien se descontrola como niña quinceañera.
Por eso y más, decidió ir a "verlo". Tomando un taxi llegó al hospital. Mordió su labio inferior una vez bajó y vio a tantas personas. Agachó la cabeza y entró.
¿Será que está siendo muy apresurado?
¿Parece desesperado?
Es idol no debería hacer eso pero... Quiere ser feliz, ¿Esta mal serlo?
Es obvio que Jeno no lo ama y solo esté haciendo su trabajo, pero es inevitable. A este punto, se permite ilusionarse sabiendo que caerá duramente contra la realidad pronto pero es mejor seguir de esta forma. Si no fuera por Lee habría caído en la completa locura.
Sus charlas, sus cuidados, su atención. Todo de él, es tan suave y dulce. Le hace sentirse bien, como si no fuera un enfermo, como si sus pensamientos valieran.
Si mejora sus ataques de ansiedad serán solo y gracias a su enamoramiento por ese hombre que desea que lo marque ya.
«¡Basta, Jaemin!
Eres un idol»
Es un idol que apenas ha debutado hace dos años. Recordarlo le hace sentirse mal. En el contrato con la empresa le permite tener relaciones luego de cuatro años y es que aunque se cumplan esos cuatro años, igual es mejor morir a que salir con alguien.
Quiere ser un artista, claro que su sueño lo es. Adora cantar, bailar y sentir como vuela en cada presentación. Las ovaciones de los fans le dan fuerza y el sentirse amado le hace bien.
La música está en sus venas, desde pequeño ha mostrado interés en ello.
No se arrepiente de haberse vuelto Idol pero si se lamenta un poco que sus relaciones personales y amorosas se han vuelto muy limitadas. Todo lo bueno trae lo malo, no hay nada completo en el mundo.
En la escuela, nunca nadie le interesó. Siempre estuvo ocupado con su vida familiar y personal. Ocupado mejorando y mejorando como traineer que no tuvo ni tiempo en pensar formar una relación con alguien. Ya a dos años de haber debutado, a pesar de haber visto a un sin fin de personas atractivas como ángeles, ninguno le ha interesado de más. Creyó que tendría un corazón de piedra hasta que lo conoció a él, si, el psicólogo.
¿Por qué es tan hermoso?
¿Por qué es tan perfecto?
¿Por qué tiene una sonrisa tan bella?
Cayó inmediatamente y ya no puede escapar. Se hundió.
Por ello mismo, hará disimuladamente que está visitando a Taeyong-hyung y así tendrá excusa para verlo. Tal vez no debería estar ahí, que va, no debe estar ahí pero... Quiere verlo fuera de los horarios de la cita, de forma casual como si fuera obra del "destino". ¿Acaso no puede? ¿Esta mal ilusionarse?
Ya tiene suficiente con todos los problemas que lo rodean. Merece paz y estabilidad y eso solo lo obtiene viéndolo y oliendo su precioso aroma tranquilizador.
Camina por los pasillos del hospital como si fuese un fugitivo, de pared en pared dándole la espalda a todos los ojos temiendo que lo reconozcan. Y completando su misión llegó a la sala de espera frente a la puerta de la oficina del Dr. Lee.
Tomó bocanadas de aire profundas preparándose a si mismo. Una y otra vez. Una y otra vez.
«Recuerdalo, dices qué viniste con tu madre a visitar a Taeyong-hyung y que pasaste a saludar.
Si, no lo olvides. Tu puedes, no te comportes como un tonto»
Y ganando una confianza que no existe, tomó la perilla de la puerta y la abrió directamente, recordando tardíamente que debía tocar. Pero antes de arrepentirse, notó que no hay nadie, absolutamente nadie.
«¿Dónde está?» se preguntó, cayendo en la completa desilución.
Entró dando pasos lentos.
—¿Lo espero? —se preguntó. —¿Tardará mucho?
Nunca ha estado solo en la oficina de Jeno, es la primera vez. Cerró la puerta detrás suyo. «¿Será que debería conocer el territorio?»
Sintiéndose un tanto nervioso caminó al escritorio y ojeo algunos papeles.
Tal vez consiga algo que los acerque "naturalmente". Si, eso es lo que busca.
Se sentó en la silla y abrió el primer cajón encontrando más papeles aburridos que no se molesta en revisar. Abre el segundo cajón y encuentra un pequeño recuadro con una fotografía. Lo toma y puede reconocer inmediatamente a un Jeno más joven y una mujer a su lado sonriendo tan brillantemente. Ambos abrazados con una hermosa pradera de flores por detrás. Es tan linda y cálida la fotografía pero mirándolo de cerca, se da cuenta que ambos ojos parecían enrojecidos e hinchados, como si estuviesen sentimentales ese día.
Frunció los labios ligeramente un tanto triste y con su dedo acaricia el rostro de Jeno con añoranza.
«¿Usted también llora? ¿Por qué? ¿Qué te habrá hecho llorar en ese entonces?» se preguntó apenado con su lobo encogiéndose como un bebé sintiendo dolor, dolor porque no sabe de las agonías ajenas. Se está abriendo cada vez más con Jeno pero no es recíproco, no sabe nada más de él, solo lo poco que le han dicho los amigos de su hermano.
Es molesto, es como si aún tuvieran marcada bien clara la línea profesional entre los dos.
De pronto, escucha la perilla de la puerta siendo girada. Alarmado y sin saber qué hacer cerró la gaveta y se escondió debajo del escritorio abrazando el cuadro a su pecho que sube y baja ansioso.
Como pudo suprimió su aroma y cerró los ojos con fuerza esperando que no sea nadie, o que venga por cualquier cosa y se devuelva por donde vino.
—Es bueno que el tratamiento este haciendo efecto —es Jeno quien habló, siendo el primero en adentrarse a la oficina con unos papeles en mano.
Un pelirrojo extranjero entra detrás de él, con una amable sonrisa. Se sentó en el sofá y asintió.
—Xion es fuerte, el podrá hacerlo —mas que una afirmación, sonó a una súplica, como si estuviese deseándolo. Como doctor claro que desea que sus pacientes se curen y pasen con éxito todas aquellas adversidades.
Jeno caminó al escritorio y deja los papeles encima, ordenandolo en una carpeta. —¿Cuándo Taeyong-hyung volverá al trabajo?
Aquella cuestión dejó sorprendido al pelirosa oculto. «¿Cómo? ¿No vino hoy?» todo su plan se fue por la borda. Ahora no le queda más que buscar cómo escaparse.
Jeno se sentó y se inclinó para abrir una gaveta de abajo pero se detuvo al instante en que vio unos pies que no son suyos debajo del escritorio. Bajó aún más perplejo y se encontró con los grandes y lindos ojos expresivos de nada más y nada menos que Jung Jaemin.
¿Qué está haciendo ahí?
Toda la vergüenza que le quedaba, la pasó en ese instante que fue descubierto por su psicólogo. Le mira con ojitos desde su posición, esperando que no lo delate con Yuta. ¡Pueden decirle esto a sus hermanos y ellos a sus padres! ¡Estará completamente jodido cuando se enteren que le gusta un hombre nueve años mayor que él y ex compañero de su hermano mayor!
Ya se imagina todo lo que pasará de manera dramática. Su padre le matará y matara a Jeno con él para cavar sus tumbas a miles de kilómetros a distancia. Ni siquiera en el cielo le dejara en paz, lo visitará hasta en su próxima vida para impedir que se vean.
Jeno alza su dedo índice a sus labios como indicando silencio, su ligero asentimiento mostró que lo cubrirá, no dejará que Yuta se entere que está ahí, invadiendo el trabajo y la privacidad.
—Volverá la semana que viene —el tono de voz con el que habló el japonés fue indescifrable para el pelirosa, como lamentable.
Jeno se levantó, quiso abrir la boca y preguntarle porqué tan pronto o si está bien, pero aquel tema de conversación es confidencial, nadie más que ellos tres lo saben.
—¿No crees que es muy pronto? —el japonés le cuestionó al menor, quien asintió.
—Para su cuerpo, ese período de descanso está bien, pero psicológicamente, creo que necesita más tiempo —contestó honestamente, un poco triste por la pareja —Cuidalo y trátalo bien. Su Omega debe estar sufriendo y cuando estén mejor pueden volver... Tal vez si lo intentan una vez más... —rayos, se suponía que Jaemin no debe escuchar nada.
—Llevamos tres años ya, pienso que es mejor dejarlo así —es una decisión difícil, una realidad que deben aceptar y acostumbrarse. No sucederá lo que desean y no pueden seguir obligando al destino. —Taeyong sigue dañándose a si mismo por esto, como si fuera su culpa.
—No es su culpa.
—Claro que no lo es y se lo he dicho. Dice que esta bien pero sé que no está bien. Sigue mintiendo aún cuando sabe que puedo sentirlo en la marca.
Jaemin no está entendiendo absolutamente nada. Frunce el ceño mientras su oído se agudiza. «¿De qué están hablando? ¿Qué le sucede a Tae-hyung?»
—Es algo genético, no puede luchar con ello. Fue un milagro que su madre pudiera concebirlo, lo sabes.
Jeno quiso maldecir, al final todo fue soltado con un externo presente. Soltó un suspiro mientras apoya su espalda baja con el escritorio. —Lo sé, dale tiempo. Dile que si no se siente preparado para volver al trabajo luego de la pérdida, que no vuelva. Si lo ves sobreexigiendose aún cuando esté mal, llámame o llama al psicólogo Kim de al lado.
—Lo haré —aseguró. Luego vio la hora en su reloj y se levantó —Tengo que irme ya, luego hablamos.
—No lo olvides —con aquel último pedido, el pelirrojo se marchó, cerrando la puerta detrás suyo.
La oficina quedó en un silencio voraz y profundo, tan tenso que heló la piel del menor que se haya aún oculto, abrazando sus piernas contra su pecho pensando que así podría desaparecer.
—¿Cuándo piensas salir? —la voz de su psicólogo lo sacó de su ensoñación.
Con timidez y lentamente, creyendo que podría evitar lo que se avecina, fue saliendo y levantándose. Una vez sus ojos se encuentran con los iris oscuros del mayor que lo miran expectante, esboza una sonrisa nerviosa.
—No sabía que tenía un escritorio tan bonito —soltó la primera estupidez que se lo ocurrió —Incluso me dieron ganas de dormir dentro de él.
Jeno cruza sus brazos y arquea una ceja curioso —¿Qué haces aquí?
«¿Ahora qué le digo?»
Con lentitud deja el cuadro en la mesa ante la mirada atenta del mayor —¿Es su madre?
—Si.
—Es muy bonita y joven.
—Murió joven.
Abrió los ojos pasmado —Y-Yo... Oh no, lo lamento mucho.
—Esta bien —sonríe suave, se acerca deteniéndose justo delante de Jung y toma la fotografía. La ve por algunos segundos y luego la guarda en el segundo cajón.
La cercanía entre ambos se hizo notoria. Cuando el mayor caminó a él, se suponía que debía retroceder pero no pudo hacerlo. Sus pies quedaron clavados como si raíces lo hubiesen atrapado para no dejarlo ir nunca. Jeno al cerrar el cajón, dirige su vista en el lindo Omega frente a si, quien le mira con destellantes ojos mieles.
«¿Qué pasaría si lo beso? ¿Se molestará? ¿Por qué siento que no?» pensó Jaemin y sin poder evitarlo, bajó la vista hacia los labios ajenos, siento tal vez muy obvio.
Jeno retrocedió molestando al lobo Omega.
—¿Tenías una visita que hacer?
—Yo... Uhm... Si, si, de un compañero de la escuela —respondio rápidamente nervioso —y-y vine a saludarlo.
—¿Y por qué te escondiste?
—E-Es que pensé que podría molestarlo y...
El psicólogo soltó una melodiosa risa que causó un ataque cardíaco en el menor. Tan tunue y gélido como el cálido viento azotando majestuosamente su corazón. Un rubor sube a sus mejillas y mariposas revolotean en su estómago.
—Lo siento... —murmuró.
—Esta bien, mejoraste mi día —le sonrió de forma atractiva y el menor se la correspondió.
—¿En serio? —no debía ilusionarse, no tenía que hacerlo pero... Lo hizo.
—Si, en serio.
—¿Y qué hará? ¿Esta ocupado?
—La verdad tengo una cita en diez minutos, ¿Cómo viniste? ¿Cómo te vas a ir?
—Es lo de menos, un taxi.
—¿¡Taxi!?
—¿Esta preocupado por mi? —ladeo la cabeza juguetón —¿Sabe cuántas veces salgo en secreto al mes? —bueno, en realidad no muchas pero se quiso hacer el que sabe hacer todo este tipo de cosas delante de él —Puedo escaparme cuántas veces quiero —una manera muy sutil para decirle que no tiene problema de salir con él si está interesado, pero obviamente, los Alfas nunca captan indirectas.
—Quédate aquí, esta cita es la última del día. Te llevaré a casa.
Parece tan preocupado por el. Nana sonrió y asiente —Me quedaré.
Luego de la discusión de ayer, ninguno le ha escrito algo al otro. Sin evitarlo, el día de ayer soltó cosas sin pensar por puro enojo y hoy, está arrepentido.
Desde que despertó se ha debatido entre llamarle, escribirle o simplemente no hacerlo y esperar a que el rubio se de cuenta de su error.
Le duele mucho esto, si ya de por si le es difícil con añorarlo cada día, discutir con él a miles de kilómetros a distancia afectó a su lobo.
La noche fue fría e incómoda, casi no pegó un ojo y para distraerse se mantuvo estudiando como un zombie deambulante.
—¿Todavía estás enojado? —Wonbin se apareció a su lado, estuvo por saludarlo hasta que olió el aroma rancio de los tallos de árboles del más alto. —¿Qué pasó? ¿Discutiste con tu novio? —y eso que cuando recibió su llamada de ayer salió corriendo ignorando que tiene dos amigos a su lado. Pero rato después lo ve largarse furioso, ¿Por qué?
—No pasa nada —contesto duro.
El beta rueda los ojos mientras abre su celular y se pasea por instagram. —Son Almas gemelas, lo resolverán —se encoge de hombros restándole importancia.
Mientras Jisung se dispone a ignorarlo olímpicamente mientras llega al salón y se acomoda en un asiento, Wonbin lo hace a su lado paseándose por las publicaciones hasta que una le hizo fruncir el ceño, sigue tecleando con clara expresión estupefacta cada vez más eufórico.
—¡Jung Jisung! —exclamó golpeando la mesa de pronto, llamando la atención de algunos compañeros presentes.
—¿Y a este qué le pasa? —justamente Karina hizo aparicion, acomodándose justo al lado de los muchachos.
—¿Tu novio es un chaebol chino? —toma a Jung del cuello de su camisa haciendo que lo mire directamente.
—¿Ahora te enteras?
—¿En serio es hijo de la gran Corporación Zhong? ¡Son billonarios!
—Ya cállate, no es necesario decirlo tan alto —Jung se vio incómodo, con sus manos toma las muñecas del contrario para hacer que lo suelte —Solo es dinero, nada más.
—Si, si pero... ¡No puede ser! —volvió a exclamar volviendo sus ojos a la pantalla. —¿Entonces será real?
—¿Acaso qué estás viendo? —la pelirroja cuestiona confusa, el beta es tan expresivo y dramático a veces.
—Bepatch lo subió —cubrió su boca con la palma de su mano perplejo y sin ser capaz de decirlo, giró la pantalla de su celular en dirección del Alfa.
Jisung no está de humor para las estupideces del beta pero cuando sus ojos captaron aquellas grandes palabras como el título de una columna, frunció el ceño. Le arrebató el teléfono e investigo en el buscador confuso.
Si, es real. Esta sucediendo.
Una noticia se exparce como furor por las diferentes páginas, noticieros y blogs en distintos idiomas y el personaje principal es nada más que su novio en todos los títulos.
"El Influencer Chenle, hijo de la gran Corporación Zhong de China es un bully"
"El hijo de los Zhong es acusado de manipulación y maltrato en su noviazgo"
"'Siempre ha sido cruel y narcisista con todos' dijo un ex compañero que vivió en carne propia juntarse con uno de los Zhong"
"Huelgas y recolección de firmas virtuales que exigen justicia por las malas acciones del menor de los Zhong"
"El novio del Influencer Zhong Chenle es un estudiante universitario común que ha sufrido abusos"
"Los derechos de los Alfas también valen, usuarios de las redes sociales se revelan"
—¿Qué puta está pasando?
¿Chenle oculta algo más o de verdad es inconsciente con respecto a Giselle?
¿Los rumores afectarán la vida de nuestros protagonistas?
¿Descubrirán como se esparció todo?
¿Acercarse más al psicologo generará problemas para Jaemin?
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