Capítulo 17: Qué asco de viaje es este.
Diríjanse a la verga, putos. Yo manejo.
Cáncer.
Quería disculparme una vez más, pero quizás eso le parecería innecesario. A veces hacía cosas que en serio no deseaba, pero temía a que me perdonaran por mi enfermedad.
Me hizo bien saber que a TOC le valía pito, por eso era el consejero.
—'Tons, ¿qué tranza? ¿Estamos bien? —Choqué puños con el cuatro ojos, recibiendo el suyo con más fuerza.
—No, siguiente pregunta. —Contrajo las cejas, siguiendo el ritmo de su voz.
Clavé mi vista en el cielo plagado de la luz del sol, rogando a los dioses lunáticos porque lo apagaran un pinche segundo para que el calor se fuera a la verga y no chingara dentro del asfixiante camión. No andaba de buenas porque debíamos partir a las 4 de la tarde, pero gracias a que epilepsia se echó un breakdance hace media hora y la enferma intervino: ahora partiremos a las 5.
—Depresión ni siquiera se ha montado a este, ¿verdad? —Lancé un golpe contra el camión amarillo a mi derecha. Me contraje con dolor—. ¿Se durmió en el salón o qué pedo? Para que lo vaya a buscar.
—Se va en el mismo camión con Insomnio por su lesión, quería cuidarlo y el profesor lo permitió —moví la cabeza hacia los lados con desaprobación, pero equis, no era mi pedo—. Les pido de favor que no olviden darse una vuelta por la cabaña de los trastornos; recuérdale a Insomnio, deben cuidar de Sexomnia. Al menos hagan eso ya que no pueden quedarse conmigo a organizar el papeleo de la próxima semana, Disfluencia es mi único apoyo.
—Cabrón, ¿si sabes que nosotros no podemos escoger los días del campamento, no? Qué putas contigo. —Saqué la lengua con repelús.
—Permisooooo. —Lupus me abrió a la verga.
Metí mi mochila junto a la de ella. Ambos llevábamos bastantes cosas por si había alguna emergencia, aunque supongo que era el caso de todos. La escuela pidió que lleváramos tantas cosas que la maletera de los camiones lucía tan llena como una hamburguesa jumbo. La variedad de colores almacenados daba nauseas.
—Oye, ¿te gusta la combinación de estos colores? —Me reí, atrayendo a mi compañero Dal.
—Puta cucaracha rastrera —Dal rodó los ojos—. No lo sé, pero ya me vale madres. Diré que se ve culero. Todo se ve culero.
—¿Y el cielo?
—También me vale madres. —El pelirrojo parecía divertirse al negar la belleza de cualquier cosa. Sus palabras se estaban haciendo parte de mi vocabulario de tanto escucharlo en nuestros proyectos.
Subimos juntos al camión donde Mure se posaba como guardián junto al chofer. Habían un par de escaleras antes de llegar a la fila de asientos. La primera cara que vi fue la de Diabetes peinando sus cejas; Dal se sentó a su lado, dejándome sin espacio.
—Nacos, quién quisiera sentarse con su equipo. —Bufé, arrastrándome en búsqueda de un asiento libre.
—¿Quieres ver Evangelion? La voy a empezar. —Avancé sin detenerme en Alzheimer: me daba un poco de cosita.
Lupus y Fibromialgia me hicieron señas desde el fondo del camión. Fibro tenía atado un listón morado en su cabello castaño, mientras Lupus sacudía sus botas con tal intensidad que su falda corta se levantaba sin importarle los mirones. Empujé sus hombros para despegarlas y sentarme en el medio, rodeándolas así con ambos brazos.
—Qué poderoso me siento sentado aquí. —Ambas asintieron, recargándose en mí.
—Sí sabes que te estamos dando este lugar porque nuestro pequeño Depresión no está, ¿cierto? —Comentó Fibromialgia, arrugando la nariz.
—Nos falta nuestro miembro favorito del equipoooo. —La gótica culona de Lupus se quejó.
—Seguro ya está echándose una siesta en el otro camión. —Les comenté, seguro que ni estaba pensando en ellas.
Otros alumnos del curso abordaron. El profesor Mure pasó lista, sus ojos pequeños tenían ojeras más grandes conforme más se le observaba; ser profesor tampoco era sencillo, supuse. Enseñar a otros podía ser un asco, a mi madre le tomó dos años enseñarme a cagar.
La luz del sol apenas poniéndose se reflejaba en las ventanas, queriendo atravesar las cortinas que Fibromialgia cerró pues le molestaba la luz. Los demás se pusieron audífonos, Dal se puso un antifaz para dormir, vi algunos teléfonos fuera de quienes habían descargado películas y el profesor fue ignorado cuando preguntó si todos llevábamos nuestros sleeping bag. Parecía un camión dorado.
Directo a la verga, o sea, el cielo digo.
—¿No se quieren echar unos caldos? —Bostecé, palpando la cabeza de ambas chicas que me usaban de cojín.
—No, cállate. —Fibro me ignoró.
~•~•~•~
Al llegar al campamento de lunáticos, la noche ya era entrante. Algunos bajaron somnolientos, mi energía aún estaba presente tras echarme una siesta pero la oscuridad en medio de la nada me hacía sentir aún con sueño. Hicimos una fila junto al camión para sacar nuestras cosas, encendimos nuestras lámparas y nos dirigimos al domo entre los arboles que se encontraba a varios metros del estacionamiento.
—Hay hoyos así que pisen con cuidado. —Nos aclaró Mure, sacudiendo su linterna a los costados por donde otros maestros guiaban a sus alumnos.
Nuestras sombras se alargaban entre el follaje, se veía algo tétrico, ver tu figura deformada por la oscuridad. Hice un conejito con mis manos pero tampoco lucía bien.
—HoyOs. —Diabetes metió el pie en uno apropósito, su veredicto fue que dentro estaba húmedo así que no debíamos confiar en hacer lo mismo, menos porque era pasto y tierra.
Las estrellas se veían más claras en las montañas, las luces de la ciudad no las opacaban. Entré al domo con la mirada alzada, casi ciego por la iluminación del interior donde había una esquina con los enfermeros y en el otro extremo la cocina donde preparaban los alimentos.
—Dep, ya te unes a nosotros. —Mure recibió al cabeza de jícara con la mano en sus hombros, casi como un hermano mayor cuidando del menor.
—Pueden sentarse en el suelo, formando círculos. Les llevaremos su cena. —Otros nos dieron la instrucción mientras preguntaban por nuestros nombres, no querían darnos algo pesado para la noche o cosas que no pudiéramos consumir.
A los celiacos les dieron barritas de cereal sin gluten y unas tortitas de carne fría con tomate. Mi círculo con las chicas, Depresión y otros de la clase, recibimos leches de chocolate con donas y unas barritas de avena, excepto a Diabetes, a quien le ofrecieron cosas con menos azúcar. Otros prefirieron comer las botanas que sus familias les empacaron.
—Yo traje un montón de dulces para tragar en la cabaña. —Les comenté, usando mi mochila como almohada mientras esperábamos a que el organizador principal terminara de hablarnos del campamento.
Era un hombre pequeño con una panza redonda y una camisa amarilla con franjas azules. Nadie le prestaba atención aunque tenía un micrófono, su voz hacía eco en el domo, y las luces lo hacían destacar intencionalmente, era poco carismático. Las charlas entre los grupos recostados en el suelo eran más notorias, como si banquetearan sin banquetas en el interior de un mundo propio, y bebieran alcohol en cajas de leche.
—Yo traje pan dulce.—Dep no ignoró mi intento de dinámica. Sus pies al frente se sacudían y chocaban entre ellos, como si jugara.
—Pura chuchería asquerosa que me matará. —Dal dijo eso sin apartar la vista del organizador.
—Yo igual. —Lupus habló.
—Traje galletas sin gluten y chocolates amargos sin azúcar. —Fibromialgia y Diabetes fueron los sanos.
Cantamos el himno escolar, nos hablaron de la organización de las cabañas, cómo funcionaban las duchas y lo que había a los alrededores. El pueblo más cercano estaba a 10 minutos en carro, la propiedad era privada y si caminábamos por el campo en la mañana solo nos encontraríamos con un lago y una casa de ancianos. Hacía bastante frío así que se nos recomendó encender los calefactores correspondientes
—Los levantaremos a las cinco y media así que duerman temprano. No orinen afuera ni vayan a los baños tan noche porque luego están medios dormidos y dejan la caca en el retrete.
—YO SÍ QUIERO HACER AL AIRE LIBRE. —Un grito se escuchó entre la multitud, varios le apoyaron.
—¡¿Por qué tan temprano?!
—¡Oigan, yo soy ciego, ¿quién será mi guía?! ¡¿Pueden asignarme a alguien?!
—Si no tienes amigos no tienes guía. -Se rió el organizador pensando que lo de ser ciego era una broma, pero en realidad el trastorno ciclotimia de primer año era famoso por ser ciego de nacimiento, y no tener amigos.
Ah, qué culero.
En las habitaciones de cada cabaña que formaba un gran cuadrado con las demás, habían algunas mesas y calentadores al igual que cosas para uso personal. Dal, Diabetes, Asma y Dep estuvimos en la misma habitación. El wey asma fue el primero en dormir pegado a la pared e ignorarnos pues nadie lo toleraba.
—¿Tienes un 5 de corazones? —Diabetes celebró al recibir una afirmación de Dep, quien le entregó su carta.
Jugamos un rato con una baraja de Dal, aunque él no estaba muy atento al juego porque juró que haríamos trampa; toda su atención era consumida por sus papas fritas y sus audífonos anchos. Aunque Depresión tampoco estaba atento, se le veía clavado en el celular, estirando su mano porque no tenía buena recepción.
—Cabrones, somos los únicos que estamos jugando en serio. —Diabetes parecía apunto de mudar su cabello por el estrés.
Quedará calvo, ahuevo.
—Voy a salir por un poquitito de señal. —Dep se levantó tambaleando en su pijama gigante y térmica que lo hacía ver una bola colorida. Sonrió como menso y se apresuró a salir cual pollito-. Lo siento. Vuelvo rápido.
—Va a culear. —Diabetes bromeó cuando el otro cerró la puerta.
—Anda viendo el porno en inglishu. —Formé una boca de pez en mi cara.
—No sexualicen todo, ugh. —El hombre zanahoria puso la mirada en blanco.
Asma comenzó a toser con fuerza, se oyó doloroso y depósito en una bolsa sus flemas. Seguía recostado, dándonos la espalda, sus fosas nasales se oían silbar por el frío y respiraba poco por la boca; se ahogaba entre la madera. Diabetes se levantó para preguntar si estaba bien. El rubio de Asma solo cubrió su pecho y se forzó a aparentar que dormía cómodamente.
Los asmas no sufren discriminación, pero tampoco son muy importantes. Hay bastantes de ellos, ya nadie se preocupa.
—Diabetes, ni lo peles —le hablé al niño afro que le estaba dando un jarabe de miel—. Ese wey y la otra Asma le andaban haciendo bullying a Depresión. Deja que se muera y ya'stá, yei.
—Aunque sea ustedes por lástima se hacen notar... —Escupió otra flema en su bolsa, arrebatándole a Diabetes el jarabe.
Mamoncito.
—Ya, cabrones. Me vale tres kilos de verga qué problemas haya entre ustedes. —Diabetes le dio un vaso con jugo, aunque sabía que no debía tomarlo pues quizás lo fresco le haría toser más—. Me caga que estés tosiendo y al borde de la muerte así que, quiérete, rey.
Jugamos "yo nunca nunca" con el jugo de Dal. El alcohol no era permitido por claras razones, pero empacharse con jugo era igual de pesado si lo forzabas. Terminabas cargado de de antioxidantes, con el estómago inflamado y con ganas de vomitar cuando se trataba del de zanahoria natural. No sé dónde se lo vendieron, pero qué culero estaba.
—Yo nunca nunca he tenido sexo en un lugar público. —Diabetes dijo eso aunque no bebió, le vimos extrañado pero juró que en serio no lo había hecho. Le creímos.
—Yo menos, wey. ¿Tengo cara? -Se me arrugó la expresión y me encogí de hombros, airando mi propio cuerpo con mi playera blanca.
Miramos a Dal. Él nos miró incrédulo, ya sabíamos que era el que menos probabilidades tenía de hacer algo así. Le daba asquito la existencia misma. Dijo que la simple idea era asquerosa así que ni siquiera tenía interés en probarlo. Al final nadie bebió.
—Bueno, siga...
Asma sacó la mano de su sleeping bag y bebió un sorbo en silencio. Lo señalé, luego Diabetes, y a Dal se le escapó un:
—Qué verga te pasa, puto salvaje. —Se sintió perturbado de que alguien fuera tan antisistema.
—YA NO ME HAB... —Se lastimó la garganta con su grito.
Continuamos el juego, ahora incluyendo a Asma que se había hecho bolita en una esquina. El wey rubio se veía como todo un clasista, o eso pensé con cada confesión que soltaba. Era el clásico mirrey con complejo de inferioridad que hacía bullying para ocultarlo.
—Yo nunca nunca he estado al borde de la muerte. —Dal se metió su chupito de jugo tras eso.
—Casi me da una sobredosis de hipoglucémicos. —Diabetes también se metió uno.
—Un chingo de veces. Suelo ir a ferias ya viejas en la ciudad, apropósito claro, así que casi siempre se me abren las barras de seguridad. Se siente intensoooo —bebí otro, ya quería vomitar.
—Eso es suicida, Cán —bufó Asma, bebiendo también.
—Es que el Cáncer ya se quiere morir. —Diabetes centró el tema.
Hubo un largo silencio que nadie quiso interrumpir. Mantuve la vista fija en el chico de color, sus ojos oscuros parecían burlones, no, más que eso se veía el deseo de charlar al respecto como si quisieran corregir mi mentalidad. Dal bebió más jugo sin palabras, su juego de ropas oscuro se contraía con movimientos incómodos ante la situación.
—¿Se cree simio? —Asma se atrevió a abrir la boca a pesar de mi clara molestia.
Ya fuiste.
—Quizás no entendió lo que dije. —Diabetes se unió otra vez.
A veces olvido que Dia es un chingaquerito hijo de la verga, sucio animal.
—Ay, no me entiendes así, ¿verdad? —Su afro se aproximaba, andando de rodillas por la madera impecable hasta acercarse a mí—. ¿Te hablo en tu idioma?
Me sentí atrapado. Nadie me presionaba tanto para que yo hablara sobre mis sentimientos, ni mi familia, ni mis anteriores compañeros de secundaria. La preparatoria era aterradora, te obligaba a asimilar cosas aún por las malas, incluso si querían ayudarme a sacar el tema, esa forma me tomaba desprevenido. El campamento de lunáticos hacía milagros en uno.
—Uh, uh, uh. —Hizo el chillido de un mono, provocándome de frente.
Habría lanzado el primer golpe. Le habría destrozado el rostro, atacado hasta dejarle sin cabellos. Me preguntaba si acaso tenía amigos, si ellos lo eran o no, si había sentido de que fuera a un campamento, si era lógico tratar de vivir si iba a morir, si me debía sentir mal por vivir menos que el resto aunque realmente nadie sabe cuándo va a morir.
En la cabaña, que se cubría por la luz de una luna culera, un bosque espantosamente denso, con nadie relevante para mí, quizás pude aprender algo: esto no es en serio, ni siquiera valía la pena atacar y defenderme como un perro rabioso cuando el único culpable de células divididas era mi cuerpo.
Era yo.
—Me largo. Tomaré aire —eché mi espalda hacia atrás, estiré una mano para sostener mi chamarra y poder levantarme con ella puesta. Les dirigí otra mirada por el rabillo del ojo—. La neta, qué culeros son. Me cagan todos. Asma por bully, Diabetes por cabrón y Dal por ignorante. Cambien.
—El mundo es peor, Cán. Qué bueno que no serás parte de lo común. —Asma bostezó, dejándose caer como bolo de boliche en su bolsa de dormir.
Lo sé, tampoco quiero ser parte de esa asquerosa sociedad que te nombra como un problema. Gracias.
Benditos fueran los dioses lunáticos.
Escuché los susurros de Dal preguntarle el porqué había hecho eso. Diabetes dijo que yo no valoraba mi vida, mucho menos le daba importancia a mi enfermedad, y que debía tomármelo en serio porque seguro me tirarían más mierda en el futuro. Quise considerarlos posibles amigos, pero realmente me sentía mal como para hacerlo ante una situación así.
—Chale.
No debí salir, hace un chingo de frío.
Me abracé a mí mismo. Las cabañas formaban pequeños cuadros de césped en el centro, tenían números escritos en sus puertas y de algunas se escuchaban risas mientras que otras tenían ya las luces apagadas. Decidí caminar entre la hierba con las sandalias que tenía, los calcetines me protegieron de alguna sensación desagradable pero no la humedad. Tronaban algunas hojas secas, sentía los mosquitos andar cerca de mi rostro y el sonido de las cigarras.
Olvidé mi celular adentro así que caminé con más cuidado al percatarme de que algunas zonas lucían más profundas, eran hoyos. La luna era llena así que tampoco estaba en oscuridad total. Quizás iría al baño o solo daría vueltas hasta toparme con alguien.
Preferiría dormir a la intemperie antes que volver.
—Hace frío. —Apresuré el paso al escuchar la voz de Depresión desdoblar mi vista.
Se hallaba sentado sobre la madera afuera de una de las cabañas, el umbral siempre estaba en una altura considerada del suelo para no ser afectado por la humedad de la tierra. Tenía a Insomnio pegado a su espalda como una pulga, abrazándolo, sin quitar la cabeza de sus hombros; seguro estaba pesado.
Pinches jotos.
—¡Ay, papaya de Celaya! —Les grité a varios metros de distancia. Ambos voltearon en dirección a mí, achicando los ojos para intentar reconocerme entre los árboles—. ¡¿No debería Inso estar cuidando a Sexomnia?! Ni como esclavos son útiles, puta madre.
—Hace frío. ¿Quieres un abracito? —Depresión apartó a Inso, queriendo compartir el calor corporal que tenía de la forma más gay posible.
—Puagh, afecto físico. Qué mamada. —Me negué de inmediato—. Vayan a asaltar a los tuertos, debemos asegurarnos de que todo ande ok.
Cierto, tengo otras cosas de qué preocuparme.
Hay un wey con posibles tendencias violadoras aquí. Se va a poner terrorífico.
• • •
Ni es sábado pero ya estamos.
HOLA A TODOS, VENGO CON LA SECCIÓN DE PREGUNTAS Y RESPUESTAS. Si quieren quedarse aquí o seguir, adelanteeee.
Comenzamos, los dioses lunáticos -en resumen yo, Matt y Ethan-, estamos haciendo esto de nuevo porque era vieja costumbre en mi perfil que dejé mOrir.
Buzón de quejas o cosas que contar del día.
DEPRESIÓN:
¿Qué sientes hacia Insomnio y Adie?
-Insomnio ha sido mi amigo por muchos años, y aunque a veces puede ser abrumador o tener mala actitud, lo quiero demasiado porque sé la clase de persona que es. Se equivoca igual que yo, así que lo entiendo.
—Am... Sobre Adie... Está muy bonito y es cool¿¿¿
¿Por qué te gusta puro teñido?
—Quiero teñirme el pelo... Algún día.
¿Me dejas ponerte pasadores en el cabello?
—A veces me pongo cuando estudio porque no veo con mi flequillo, así que no veo el problema. Graciaaaas.
¿Me dejas abrazarte?
—Por qué quieres abrazarme¿
¿Qué es Insomnio para ti?
—Como un alma gemela. Siento que a veces nos preocupamos por las mismas cosas y aunque somos distintos en personalidad nuestros sentimientos se vuelven paralelos.
¿Estarías en una relación con Inso?
—Ya estamos en una relación de amistaaaaaad.
¿Te llevas bien con tu hermano? ¿Qué es lo que más les gusta hacer juntos?
—Solo comemos juntos. No somos muy unidos.
¿Has pensando alguna vez qué será de ti tras dejar de ser "Depresión"?
—Me asusta un poco no lograr ser alguien común, pero igual creo que extrañaría quien soy ahora.
¿Cómo te sientes al respecto? ¿Te abruma o te emociona?
—Un poco de amboooooos, se siente rarito.
¿Planeas llamarte de algún modo ya?
—Quizás Denis¿ Como el lobo-hombre, le gusta a mi madre.
Tú e Inso son amigos desde siempre, pero se nota que te es más fácil ser feliz a lado de alguien que acabas de conocer (Adie), ¿por qué?
—Creo que te refieres a ser cotidianos... Soy muy feliz con Inso, nos divertimos a nuestra manera. Él está acostumbrado a que casi siempre tengo energía baja así que no me preocupo por mostrarme animado.
INSOMNIO:
INSOportable. ¿Sos consiente de que los sentimientos por Dep que tienes bien vistos, son dañinos? Nada que no se pueda cambiar, claro.
—¿De qué hablas?... Lo siento.
¿Vas a aceptar que te gusta Dep? Y si sí, ¿para cuándo la declaración?
—¡He aceptado! Y no sé cuándo pitos, seguro en mil años porque me da culo. hElp.
¿Qué videos randoms ves a las 3 am?
Mi catálogo es muy variado: Pies con plastilina, porno, hormigas bailando cumbia o ASMR.
¿Seguirás intentando enamorar a tú ya sabes quién? ¿A pesar de lo que dijo TOC?
—No le diría enamorar. Quiero impresionarlo. Quiero que él se enamore. Lo que dijo TOC es solo una advertencia, supongo, para que no actúe mal.
Yo te apoyo con el susodicho. ¿Tas bien? ¿Te duele la pata?
—Sii, ya se anda curandO.
¿Ves un futuro con Depresión?
—Veo toda una bidA.
¿Te sientes solo?
—En las noches, creo.
¿Quieres chillar?
—Lo que se ve no se pregunta, dijo mi Juanga.
¿Crees que algún día puedas superar a Dep y verlo solo como un amigo?
—El que se esfuerza prospera, wuuuu.
Cuando te medicas y logras dormir, ¿sueñas?
—Suelo soñar que soy una burbuja o que me caigo de la cama. Aunque una vez soñé que iba corriendo por el bosque, extendía mis alas y me sentaba en la punta del árbol más grande como si fuera King Kong. Fue súper bOmnito.
Me sentí libre.
¿En qué momento pasaste de cuidar y preocuparte por la vida de Dep a terminar enamorado de él?
—Ni siquiera yo lo sé. Es alguien muy lindo, o sea. Hacer cosas por él casi siempre me gustaba porque recibía sus halagos y agradecimiento, supongo que tanta aprobación de su parte hizo que comenzara a cambiar mi cariño por él.
¿Le dedicarías "Devuélveme a mi chica" a Adie? Sí es así, ¿cómo?
—Los dioses lunáticos se inspiraron en esa canción para que yo existiEra.
La forma más dramática que puedas elegir, y si es así, ¿por qué? Deja que el niño tenga sus amigos, porfa'. Igual te amo.
—Seguro termino cantándola solo en mi cuarto. No creo ser capaz de hacerlo frente a alguien, menos ese wey ciego.
CÁNCER:
¿Me enseñas a tener ego?
No, puta.
¿Puedo abrazarte?
Lo pensaré.
¿Crees que tú, Dep e Inso formarían un lindo trío de amigos idiotas NO homo?
—Sí, a la chingada. Pero Insomnio a veces me caga. Dep pasa.
¿Hay alguna forma de que cambies de opinión respecto a la quimio?
—No, chingas a tu madre.
¿Por qué te gustan las cucarachas?
—LAS ODIO TANTO QUE LAS RESPETO.
¿De verdad no vas a planear tu futuro?
—Lo único que planeo son mis pajas y los tacos que cenaré.
¿En serio has perdido toda esperanza de tener una vida larga?
—Largo el pito. Pero hablando en serio, no quiero tener esperanza alguna. La muerte dolería si tuviera un poco.
¿Cómo te llamarías si sobrevivieras?
—Es bastante horrible que me preguntes eso.
¿Eres gay o hetero?
—Dios dijo Adán y Eva, no Adán o Eva.
¿Cuál es tu género de película favorita?
—Cualquiera, menos terror. Me cagan porque me gusta dormir temprano y esas cosas me dan un insomnio insoportable.
ADIE:
Casémonos. No es pregunta.
—Ah... ¿Quieres comer primero?
Eres bien cool. ¿Quieres ser mi amigo?
—Yei, aquí su humilde servidooooor.
¿Qué te parece Dep?
—Tiene una personalidad bastante risueña. Y su piel está bien bonitaaaaa. También su cabello y sus ojos redondos. Igual su carita es redondita. Y tiene pancita flácida. Habla bien bonito, I like that.
¿Ves a Dep como un amigo o algo más?
—Como una masita.
¿Qué opinas de Dep?
—Es muy tierno¿
¿Dep te interesa como algo más que un amigo?
—Je. Ayudaaaaaaa, no sé cómo responder tantas preguntas.
¿Qué pensaste cuando le prendiste el cigarro a Dep?
—Creo que lo noté. Se sintió rarooooo.
¿Por qué te tiñes el cabello?
—Es que me aburro, jajaja. El año pasado estaba rapado. Culparé a las crisis.
¿Jalas serio con Dep o solo amigos?
—¿Es una pregunta capciosa? Aunque yo soy serio respecto a todo lo que hago o he hecho en mi vida.
EIRÍN:
¿Me enseñas a cocinar?
—Soy mejor invocando demonios.
¿Por qué le gusta que todos en su casa tengan el corte de hongo?
—Pinche corte culero. Es el único que sé hacer.
¿No debería adoptar ya a Inso? "Duerme" ahí casi todos los días.
—Mi hijo no se sentiría cómodo; amo a Inso, pero primero está mi familia.
DAL:
¿De verdad no le darías una pequeña oportunidad a Narci?
—No sé quién seas pero voy a encontrarte, y te arrepentirás de preguntar.
¿Cómo sabes cuando algo tiene un color intenso?
—Vete a la verga.
NARCISISTA:
Amigo, ¿de verdad te interesa Dal o solo es un capricho?
—¿Capricho, bromeas? Es un papucho. Su cara parece tallada por los mismos ángeles.
¿Vas a seguir tras él, bro?
—Obvio, bobis.
TOC:
¿Qué tan estresante es estar con Dep, Cán e Inso?
—Me he estado echando shots de alprazolam, wey.
¿Qué es lo primero qué haces al despertar?
—Abro los ojos.
¿Cómo te controlas?
—Pastillas, algunas rutinas y muchos números que contar.
HIPOCONDRÍACO:
¿Qué se siente ser Hipocondríaco?
—¡YO NO LO SOY!
¿Qué se siente vivir en una familia de jícaros tan cute como la tuya? ¿Y que Inso se quede tantas semanas?
—Equis, soy pequeño para saber qué se siente. Ah, y que Inso chingue a su madre no a la mía.
¿Qué se siente tener nombre de perro?
—Qué.
CAPGRAS:
¿Es cierto lo que dice After Class?
—No sé de qué me hablas, bitch.
¿Qué pasó con Cán en el pasado?
—En secundaria, maybe. Pelea con Catsup por desacuerdo, él solo miró. Me expulsaron. Pero a ti qué te importa¿
BUENO, TERMINAMOS.
Todavía analizo algunas cosas que preguntaron re¿ Pero yastá.
¡Hasta la próximaaaaaaa! Se les quiere mucho. Gracias por seguir la lectura.
~MMIvens.
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