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Capítulo 16: Quiero ser normal.

El pinche pensamiento retocaga, retrógrada, corrijo, sobre cómo ser normal me tenía hasta los huevos.

Yo no era normal, y no quería sonar presuntuoso, pero desde mi primer diagnóstico me dejaron eso en claro: mi vida tendría un destino distinto al resto, así sobreviviera al cáncer nunca podría cambiarme ese nombre por el peligro de que volviera a aparecer en un futuro.

Pero no quería pensar que estaba condenado o algo similar. Me cagaban las personas que por ver reír a alguien decían: "Puta vida, a ellos les va mejor. Yo soy infeliz". No, qué raro sería si fueras el único infeliz. Y ya, me valía madres, era distinto pero solo me quedaba decidir hacer algo con eso no mandarme a la chingada.

Cáncer.

Me morí a los pocos días de trabajar en el McDonaldO.

Me morí como dos minutos, después Capgras me sacó a rastras del lugar y llamó a mi familia para ver qué pex, si seguía vivo o ya mi ultimo perreo fue una canción china o coreana. Pero todo chevere.

-CÁNCER, ¿QUÉ PASÓ? -Gritó Dep a plena hora de la mañana, domingo, abriendo la puerta corrediza hasta hacer eco en la habitación del hospital.

-Me dio Covid. -Murmuré, tirado en el suelo frío como un muerto.

Los colores beiges a mi alrededor se sintieron más cálidos por el reflejo del sol matutino que les quemaba en el exterior. Me sentí como la verga toda tiesa que dibujaba en los pupitres de la prepa.

-¡Me escribiste como si fueras tu mamá diciendo que falleciste, hijo de... AAAAAAH!

Depresión corrió hacia mí, dispuesto a arrojarme una patada. Di una vuelta para quedar boca arriba, consiguiendo que se rindiera con golpearme. Prefirió ponerse de cuclillas para solo palpar mi cabeza y decir que le había dado el infarto de su vida, salió corriendo en la mañana.

-Dios, ¿y qué haces tirado aquí?

-Nada, ya me iba. -Di aviso.

Me paré, terminé de atarme una agujeta y Dep me ayudó a levantarme. Iba a llevarme mi mochila y alcanzar a mi familia en casa, ellos salieron temprano por el plan que teníamos para hoy. Le di algo de contexto a Depresión para que no se preocupara por lo que fuera a pasar.

-Soy Cáncer de páncreas -me presenté, encimando mi brazo sobre sus hombros-. Es poco visible y actúa extraño, esperaban que comenzara a desarrollarse en unos años más pero ya empezó hace como dos años. Consumo mucha piña por la misma razón.

Cuando paré en el hospital ayer lo primero fue un regaño horrible de mi asistente médico seleccionado. No podían forzarme a la quimio -ni salir al sol si la tomaba, así que preferí cancelarla-, mucho menos a una operación, tampoco a asistir a las consultas, razón por la que deseaba ahorcarme y mandarme a chingar a mi madre por nunca informarle nada. Pero mi madre estaba allí así que se contuvo al contarnos la situación.

-Vas a comenzar a debilitarte, pero de todas formas se van a multiplicar tus medicinas -informó, dándole la hoja del cronograma a mi madre. Inflé el cachete, emputado porque el wey castaño ya no quería interactuar conmigo-. No podemos tampoco hacer ensayos clínicos en ti si no firman, pero les recomendaría en caso de que busquen otras alternativas que no sean la quimio.

-¿Me quiere usar de conejillo de indias? -Interrogué, con la pata sobre su escritorio hasta que mi madre le pegó para que la bajara.

-Cán. -El joven cubrió su rostro por mi acusación.

Me pidieron pasar las noches allí al menos para tenerme en observación. No me podían despedir del trabajo por unas leyes del gobierno, a menos que quedara por completo inválido, pero por ahora podía seguir asistiendo a cualquier sitio siempre y cuando tuviera cuidado de no forzarme. Me preguntaron si mi consumo de agua aumentó e hicieron estudios en mi piel que de forma inevitable lucía amarillenta.

Mi familia trajo cosas a la habitación que me apartaron en el edificio secundario, donde la mayoría eran ancianos o niños muy pequeños en observación. Era anormal encontrar a alguien de mi edad a menos que se hubiera accidente y estuviera en recuperación, pero al parecer en mi corredor no había más allá de viejitas al borde de la muerte comiendo semillas.

Parecen fósiles, a la vergaaaaaaa.

Me sentí en un museo, pero aquí sí podía tocarlas y se movían pensando que era el nieto.

Estaba bonito, olía a pompitas de bebé y era bastante grande; no me molestó la idea de pasar allí aunque fuera unas semanas. Mi madre dobló ropa dentro de los cajones tras haber enviado a Estocolmo a pedir otra almohada.

-No vas a estar mucho rato aquí, mi gordis -habló, quitando la atención que tenía puesta en mi teléfono. Lo apagué para sentarme en la mesita auxiliar junto a la cama-. Estoy segura de que en las pruebas pueden descubrir algo nuevo.

-Jefa, solo el 2% se ha curado de esta mamada. -Le recordé, cansado de escuchar siempre lo mismo.

Desearía que solo lo aceptara.

-¿No puedes portarte normal ante esta situación?

Alcé los ojos hasta ver su una parte de su perfil, protegiéndose sobre su hombro. Pude ver las arrugas que me recordaron que ella ya no era tan joven como antes. Su espalda era delgada, se mantenía en forma, su cabello lo tenía siempre arreglado y su maquillaje era mejor cada día. Le gustaba tener una buena apariencia, para que nosotros pudiéramos presumirla incluso como una hermana mayor.

Su entrecejo estaba arrugado y sus labios se mordían para evitar llorar en cualquier momento.

-¿No puedes ser positivo y pensar que saldremos de esto? -Insistió, apretando sus dedos contra la ropa dentro del cajón.

-Jefa. -Traté de sonreírle, jugando con mis pies que quedaban al aire por mi posición-. No soy tan especial como para contarme dentro de ese 2%. Y no quiero considerar que lo soy, porque sería más difícil, ¿sabes?

-No me respetas. -Reclamó, limpiándose sus mocos antes de azotar el cajón y abandonar la habitación.

Suspiré, estirando mis manos hasta dejarme rodar hacia la cama. Era difícil hacer entender a mis seres queridos, yo no los habría escogido de no ser porque nacimos bajo el mismo techo. Mi padre era alguien poco expresivo pero sé que en el fondo se sentía igual de afectado, pues solo se limitaba a comprarme lo que quisiera y escucharme hablar de puterías.

A mi hermana le afectó más cuando le llamaron para decirle que me desvanecí en el trabajo. Fue a recoger a Estocolmo para visitarme y asegurarse de que todo estaba bien.

No sé, fue todo muy caótico, y me sentí incómodo.

-Fue muy gracioso y pedorro a la vez, mi mamá me mandó a comer caca por pendejo. -Concluí con Dep.

Caminamos todo el tiempo por los pasillos hasta salir del edificio tras identificarnos. Él me ayudó cargando mi mochila porque me daba hueva llevarla, yo le pedí que me siguiera hasta la parada de autobús pero no tomamos ninguno, solo seguimos platicando allí mientras oíamos los pajaritos del día.

-¿Y qué harás hoy? -Dep sonrió sin hacer preguntas personales. Sacudí su cabello de jícara para quitarme el estrés.

-Vamos a la playa, cámara.

Quedó en pausa un momento sin agarrarme el pedo. Se lo tuve que confirmar, logrando que se opusiera de inmediato pero no acepté un no por respuesta. Era domingo, mi familia ya iba a pasar con la camioneta, dudaba que él tuviera algo más que hacer.

-¿Pero por qué? ¿No prefieres ir con Capgras? -Sacudió sus manos desesperado.

-Se emputó.

-¿Otra vez?

-Disque se le olvida que tengo cáncer al pendejo. -Me carcajeé. Toda puta mi Capgras, al chile estaba medio tarado y se asustaba más cuando recordaba mi condición.

Le propuse a Depresión prestarle mi traje de baño. Dijo que no era tan nalgón como yo, seguro se le caería. Le di la oferta del traje de mi hermano que siempre llevaba como tres por emergencia, tuve que hablarle de su edad y estatura antes de que supiera si podía usarlo.

-¿Qué edad tiene? -Tocó sus labios como fuckboing.

-14.

-Sí me queda. -Confirmó.

Aguardamos allí sentadotes, mirando a lo tonto carros pasar. Lo golpeé por cada bocho que vi, él solo devolvía el golpe por amargado. Mi familia, menos mi hermana pues tuvo un compromiso, llegó al poco tiempo y nos subimos a la camioneta, listos para irnos a la verga, disfrutar el solecito y beber mi piña colada a una hora de la ciudad.

-Gracias por venir, huesitos. -Mi madre saludó a Dep tras darle un golpe en la pelona a mi papá para que se echara a andar.

La vi con indignación. Yo era el gordo y Dep el flaco a sus ojos.

-Buen día... -Dep también se sacó de pedo, preguntándome con señas si acaso ella estaba ciega.

El viaje se sintió largo a pesar de que la playa no quedaba tan lejos, solo salías de la ciudad y te desviabas hacia los pueblos bajos. Habían lagunas cerca y una playa virgen, no solía ir mucho con mi familia pero esa semana me sentía con más ganas de pasear; conocer un poco de lo que me rodeaba más allá de la montaña.

Por otro lado, Dep apenas se desconectaba de redes.

-Están llamando mierda una opinión que compartí, Dios. Bola de exagerados. -Murmuró él, consiguiendo la atención de Estocolmo que estaba sentado en la cajuela.

-¿Te andan funando?

-En serio, estoy harto de esta gente hipócrita. Me dan vergüenza con sus zzzz, su repetido no eres basado y el mismo discurso en el que me cancelan por ser disque blanco, qué mierda.

Aclaró que invalidaron su opinión sobre cancelar al Gurú falso por eso, su color de piel y por tener como nombre de usuario "Dep666" que disque era diabólico. Tuvo que cambiar los números por cuatros para que pararan el acoso. Y otras cosas más que les pasó a sus amigos de internet de ciertos fandoms en redes.

-Pinche grasa, son zzz. -Depresión me echó unos ojitos para que no hiciera el mal chiste.

Presioné el botón al costado de su teléfono, lo apagué, y le dije que aunque fuera tomara una siesta de 10 minutos o escuchara música. Él ni siquiera llevaba audífonos, solo estaban las noticias en la radio y el sol que pegaba de su lado. Para ver afuera solo habían casas pequeñas y árboles idénticos que se desplazaban a los costados como fotogramas.

-Dep, internet es una máquina de porquería. -Me escuchó atento. Se recorrió hasta juntar brazos en su intento de escapar del sol-. Solo hacen los mismos chistes putos con las mismas palabras. Ríete y ya, déjalos ser. Solo están buscando una personalidad así como los edgys mamadores.

-Ow, mi gordis. -Mi mamá volvió a sus asuntos cuando la miré rogando que no se metiera en la conversación.

-Pronunciaste bien edgys. -Depresión se vio feliz, palpando mi hombro.

Curso intensivo con Cap, cobra mucho.

Las redes no me gustaban, solo las usaba para ver memes pero todas mis cuentas eran privadas y no usaba mi nombre real. Subía fotos guapetón, estaban llenas de comentarios de Diabetes diciendo que me veía re mamado, con Dal comentando "ok" en todas las fotos, y entre ellos también Depresión que parecía abuelito dando ánimos:

"Te ves bien. Salúdame a tu mamá".

Prefería quedarme en ese lado del internet, donde no veía funas cada día ni escuchaba críticas que no necesitaba. Depresión pisaba ese lado oscuro muchas veces, terminaba colapsando sin saber cómo afrontar a las personas que se cancelaban más rápido que series hetero.

Continuamos con la dinámica hacia la playa: bajarnos del vehículo e irnos a la verga. Mi madre se sentó bajo la carpa de un restaurante en la arena y pidió unos cócteles, allí nos prestaron los vestidores para que nos metiéramos en el traje de baño y saliéramos semi-desnudos. Depresión parecía de la edad de mi hermano, solo con la piel más vieja, pero su panza toda pálida se vio peor con bloqueador.

-Chale, yo parezco salchicha con mayonesa. -Expresé, mirando a mi hermano que estaba igual que yo, todo moreno con el bloqueador encima similar a caca de pájaro.

Nos pedimos unas piñas coladas, y agotados tras comer sin siquiera poner un pie en el agua nos sentamos a platicar hasta que la comida bajara. Mis papás estaban abrazados junto a la orilla, mirando a Estocolmo quien seguro se ahogaba en las profundidades.

Mi amigo y yo brindamos como gordos antes de profundizar en el chisme.

-Dormí en la casa de Insomnio anoche por lo de la peda.

Sorbí la piña colada como si fueran pinches pulmones llenos de aire pues no pasaba mucho líquido por el popote. El frío se sintió en mi cabeza, casi abrí la boca, pero el chisme potente no lo quise interrumpir, preferí escuchar toda la cagada que se armó y después comentarlo.

-No sé qué esperaba, si te soy sincero. -Puso la piña entre sus muslos y golpeó el comienzo de sus palmas contra su frente.

-¿No hablaron de nada ni hubo putazos? -Negó con la cabeza-. ¿Solo terminó así y ya? Qué chafa, igual que el asunto de Lupus.

-De Fibro. -Me corrigió. Estábamos en distintos bandos con ese tema así que preferimos solo dejarlo de lado, era cosa de terceros, no de nosotros. Aparte Lupus también era media mentirosa, así que ni idea.

Estiramos los pies hasta sentir el sol tocar la punta de estos y tostarnos lentamente. Mi madre ya estaba con Estocolmo, salvado del ahogamiento, mi padre en otra esquina hablaba con un extranjero que llevaba en sus manos un cangrejo gigante. Yo sacudí mis patas para llenarlas de arena.

-¿Y cómo te sientes? -Pregunté, jugando con mi ombligo.

Estoy sentado como si me fueran a dar una manada, dijo Insomnio.

-Ojalá lo supiera. -Expresó, deslizándose hasta adoptar la misma posición que yo y tocar su panza flácida también.

El sol parecía querer darse un chapuzón en el mar, al final del día siempre se encontraban, y la luna los perseguía de igual forma. Mi mamá dijo que yo era muy preguntón de pequeño, cuando veníamos a la playa yo solo quería saber porqué la luna y el sol se tenían que ocultar. Me explicó que se tomaban turnos para cuidarnos, porque nos querían y brillaban para todos por igual.

No sé, me decían muchas pajas que me emocionaban en ese tiempo. A la verga, ahora mi mamá solo rodaba los ojos por cada cosa pendeja que escupía. Depresión también tenía una forma extraña de expresarse o hacer preguntas.

Pero eso era más normal para mí, cada día habría un nuevo dilema o algo que quisiéramos aclarar para entender mejor lo que hacíamos. O cualquier deseo repentino al despertar, como ser un chango en un edificio de Nueva York o ser un gigante tipo Godzilla. Yo quería ser más alto.

-¿No quieres convertirte en un humano normal? -Preguntó Dep, dejando caer su mano sobre la mía para concentrarme.

-La neta me importa un pepino. -Admití.

-¿Cómo lo haces? ¿Cómo evitas que te importe?

El doctor, del que tanto huía, me dijo algo cuando mi madre abandonó la sala. "Somos la historia que nos contamos, y nos ven como nos escuchamos", yo era un producto de babosadas revueltas que trataban de ser realistas. Si yo me hacía a la idea que el sol se turnaba con la luna y no que era solo cosa del universo, me la creía, y se volvía una verdad para mí.

No existía para cambiar el pensamiento de otros o siquiera del mundo. Eso era imposible, pero era lo verdaderamente normal para mí.

-No lo sé, wey. Estoy en otro nivel intelectual -me mamé con mi reflexión, estaba feliz.

-Andas más tranqui que otros días -se rió, también contento de no verme tan intenso-. No me has dicho que trago pito.

-El de tu abuela. -Me lanzó un vergazo en el ojo.

Nos levantamos tras los llamados de mi madre para meternos al agua. El cielo no era completamente azul, ni cerca del color del mar debido al sol, pero seguía siendo mi color favorito. Le dije a Dep que lo mandaría a verlo y lo pateé de la cola para que entrara sin miedo al agua.

Lanzó arena a mi cara y echó tremenda patada sin saber que mi hermano estaba sumergido, otra vez. Estocolmo no se quejó, dijo que estaba acostumbrado a que las jícaras andantes le pegaran, era usado como esclavo por un egocéntrico de primer año en su secundaria.

Egocéntrico de cabello negro y así bien puñetas.

-Chale, es mi hermano. -Dep se sintió mal.

-Ponte vergas, choto. -Le advertí la pelea que venía, arrojando combo de patadas para meterle el agua salada a los ojos. Iba a mostrarle mi Sharingan del Death Note, esa madre coreana de China.

Nos perseguimos por la playa hasta toparnos con piedra, perritos en la zona y un pájaro muerto. Nos empujamos, nos pateamos y hasta nos detuvimos con un vendedor ambulante para comprar una pelota y jugar. El día fue increíble, la pasé súper chido, se me había olvidado que me gustaba mucho el pinche sol mamón hasta volver a sentirlo en mi piel.

Daría mi huevo derecho porque ambos siguiéramos teniendo esa amistad. Solo me quedaba estar agradecido con Dep, por no alejarse a pesar de yo no encajar en lo que es la normalidad.

-Cómete esta. -Me senté en su cara, recibiendo todos sus golpes con las manos y patas al cielo que solo mostraban su asfixia.

-CÁNCER, LO VAS A MATAR. -Mi madre ladró emputadísima.

• • •
AY, QUÉ CAPÍTULO TAN TRANQUILITO. Me dio la paz que necesitaba.

Amo mucho la amistad de Depresión y Cáncer. En mis borradores de EPTYE siempre fueron ellos dos, y me alegra que sigan estando juntos como lo había planeado. ¿Qué quieren decir de ello?

¿Opiniones de Cán en este capítulo? Estuvo bastante tranquilo, tratando de mantenerse a raya. Él siempre es muy caótico pero la verdad se bajoneó con todo esto. Pero anda bien en lo que cabe, y eso lo quiere entender.

Cáncer nunca habla mal de Inso ni de Dep cuando está con alguno de ellos, prefiere limitarse a escuchar. Ya después se anda quejando alv, pero los respeta como cucarachos.

EN FIN, ha sido un respiro para mí. ¿Cómo han estado? ¿Qué me cuentan?

Me retiro con mucho amor. <3 Amo la canción de multimedia.

~MMIvens.

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