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Capítulo 11: Los gringos del Savant están por llegar.


Y entonces, ahí estaba yo. Gritándole a una cucaracha que se muriera. Tóxica como yo. A veces quería matarla a pisadas.

Pisarme a mí mismo también.

Cáncer.

Aún en la actualidad, la pelea común entre síndromes, trastornos y enfermedades estaba presente. También las marchas a favor y en contra de los virus.

Todos estábamos mal, pero eso no significaba que no íbamos a odiarnos. Me mamaban, en el mal sentido.

—Pinche gente llena de odio —murmuré, masticando los chicles con pesadez y mi pecho sobre el frío suelo—. Los odio.

—Te lo creo, animal. Si quieres me mato. —Bufó Lupus, posando sus manos en el piso para estirar su espalda en arco.

—Ya te estás matando, puta. —La miré amenazante.

—Tú también, perra tóxica. —Lupus me devolvió la mirada.

Ambos nos reímos a los segundos, antes de volver a vernos con profundo odio y seguir ofendiéndonos. Mure se quitó un audífono para gritar desde su asiento que nos calláramos y continuáramos poniéndonos de acuerdo para el evento. Tenía puestos lentes de sol porque como buen pinche irresponsable maestro que era, se dormía en su silla.

—Hay que organizarnos ya en serio, cabrones. —Propuso Diabetes, extendiendo sus piernas en el círculo que formábamos los alumnos de la clase.

—¡Deja de llamar cabrones a todo el mundo, engendro! —Le gritó Dal con furia, azotando sus manos pecosas contra el afro de Diabetes.

—¿Qué eran los carbones? —Cuestionó Alzheimer, confundiendo las palabras.

—¡Shhhhh! Pendejos, cállense la riata. —Silencié con bajo tono.

Yo estaba acostado boca abajo en el suelo, manteniendo a Dep chiquito dormido con su cabeza sobre mi espalda. Me recordaba a mi hermano Estocolmo cuando dormía en la sala viendo series conmigo. Ambos eran igual de imbéciles y el Insomnio les afectaba gravemente, así que no tenía bronca con dejarlo ahí otra hora.

—Pero neta, chingada madre con este wey, no se me despega. —Balbucí, masticando más el chicle de uva.

Nuestro grupo estaba a cargo de repartir aguas y toallas para los que participarían en el evento. No habría sido así de no ser porque la clase tenía enfermedades de alto riesgo y no querían causarnos una desestabilización.

Como dos hielos en la sombra, esperando a que el sol saliera. Derretirnos por completo tardaría unos años más. Quizás menos para mí, pero no podía forzar al mundo a darme un trato especial.

—Abran la puta puertaaaaaa. —Fibromialgia se hallaba afuera, al menos hasta que Lupus decidió abrirle.

La mujer marginada ingresó con una bitácora, pidiendo los nombres de los que iban a participar en las carreras. Mi club iba a dar apoyo moral, fue una idea mamalona del presidente TOC, me gustaba porque yo no iba a hacer nada. Fuera de eso, no tenía interés en participar en ninguno de los deportes. Me gustaba ver partidos profesionales de las actividades prohibidas para menores de 20.

Actualmente solo podíamos practicar dos cosas: Atletismo limitado, pero les gustaban en especial las carreras de velocidad o maratones, ciclismo, nado y baile. Al chile, no practicaba ninguno.

—No se vayan a apuntar, busca pulmones. —Me reí como pendejo en la cara de los Asmas.

—Chinga tu madre, Cáncer. —Ambos se unieron, cruzándose de brazos en la esquina del salón.

—Chinguen ustedes, me enteré de que le andaban haciendo bullying a Dep. Es de mi equipo, pinches víboras deprimidas. No les voy a volver a llamar carnalitos. —Lupus fue señalada por el profesor para que todos se detuvieran.

—Ah...

Roté los ojos, regañando a los que me rodeaban por despertar a Dep con sus discusiones. Le preguntaron si él iba a participar en la carrera pero dijo que no, levantando su cabeza de mi espalda para saludar a Fibromialgia y sentarse a su lado. Me agradeció dejarle tomar una siesta.

—Mi lumbar no recibe tu gratitud, wey. —Bufé, devolviendo la vista al frente.

Daltonismo Acromático se apuntó a la carrera, parecía gustarle ejercitarse o una de esas madres. Al chile, tampoco lo conocía muy bien. Bros, me gustaba el chile. Era medio masoquista.

Cáncer pendejo, céntrate en las instrucciones.

—Y bueno, les quedó claro, ¿no? —Parloteó Mure, devolviéndome a la realidad en la que yo no comprendía porqué habló de la nada.

Ya me perdí.

No había entendido nada de nadita, pero asentí como si no me hubiera perdido la gran charla. Traté de preguntarle a Lupus sobre las instrucciones que habían dado para el gran día pero ella también me miró con una sonrisa irritante, proclamando:

—No lo sé, soy imbécil y no escuché. —Asintió la muy pendeja.

—Ni yo. —Asentí como pendejo también.

—Luego hago un chat y les cuento todo —suspiró fibromialgia, dejando una hoja en el centro para que pusiéramos nuestros números—. Menos lo Asmas... ¡Ya, a la chingada, ustedes también! Trato como me tratan.

La campana sonó para indicar que era hora de retirarnos. Pasé a apuntar mi número, dándome empujones con Diabetes para que me dejara hacerlo primero. Ambos terminamos empujando a Addison, pero al final quien nos aventó a todos fue Dal.

Pasó lo mismo en la salida del salón, algunos querían pasar primero y yo no quería dejar pasar a nadie así que la mayoría se tardó en abandonar. Diabetes y Dal se mantuvieron conmigo en el pasillo, discutiendo sobre los próximos proyectos.

—¿No sienten como que algo muy raaaaaro está por pasar, cabrones? —Inquirió Diabetes, haciendo obvio el hecho de que alumnos desconocidos nos rodeaban y se fijaban con atención en nuestro grupo.

Los pasillos azules y con leves colores amarillos parecían personificarse debido a quienes tenían el uniforme completo. Algunos variaban los colores del suéter, pero las grandes letras L.A resaltaban aún. Era cierto que varios nos estaban rodeando pero no entendíamos la razón de aquella intervención.

Dep permanecía al fondo del pasillo con cara de "no entiendo nada, ya me voy".

—Ahora que lo dices, Simón. —Observé a mis costados, centrándome en la silueta del presidente Narcisista que se aproximaba a lo lejos.

—Ya me voy... —Murmuró Dal, dando la espalda a lo que venía.

Hush hush hush. Bush bush bush.

—Me lleva el chile que me mantiene. —Volvió a maldecir Dal, dejándonos en claro lo que sucedía.

Le hice señas al cabeza de micrófono de Diabetes para que nos apartáramos del centro y fuéramos parte de la multitud. El señor muy "me vale verga" rodaba los ojos mientras plantaba su tenis con fuerza en el suelo, girando para encarar al presidente que se aproximaba cantando con sus flores de narciso.

You are now my big fat crush. —Cantó el presidente, con su índice señalando a Dal cara de piedra, cantando en inglés la canción de Crush Song como si fuera uno de los niños pendejos del Savant.

—No sé inglés... —Balbuceó Diabetes, arrugando su nariz.

—Ni yo wey, cállate porque no escucho. —Le di un empujón.

—I'm single as I can be. You're single perfect for me —el presidente cantaba con fuerza mientras la vicepresidenta Artritis le hacía coros y lo apoyaba con una banderita que decía "larga vida al presidente"—. I'm gonna give you a bunch of reasons why you should date me.

¿Alguien bilingüe que me diga por qué el presidente Narcisista tiene cara de querer cogerse a Dal? —Asma levantó la mano para pedir voluntarios, pero el resto sacudió la cabeza mientras seguían haciendo espacio para no entrometerse en el baile del pasillo.

—El bilingüe es Dal, en realidad. —Les informé, observando cómo la paciencia del pelirrojo se consumía—, y... ah, ya se fue el depresivo. Dep habla inglés. Pinches calificaciones altas se carga en esa materia.

Reason number one: I'm super hot. —Le sacó la lengua, tomándolo de la corbata para acercarlo más a él aunque el wey pareciera querer meterle un putazo—. Reason number two: she's super not. Reason number three: I'm all you got. And all you got is someone hot.

—Estoy hasta la mierda de este país. Yo me largo. —Masculló Dal, empujando a Narcisista de su rostro para extraer su teléfono y comenzar a marcar algunos números.

—¡Haz que te expulsen! —Alguien le gritó aquel consejo.

—¡Había un wey en mi escuela al que expulsaban de todas partes por pegarle a otros! —Le grité para darle ánimos y que comenzaran los vergazos.

—¡Ya déjame, carajo! —Dal le escupió al presidente Narcisista, logrando que el güerito detuviera su canto de golpe y observara a los costados con preocupación.

—Retirada. —Murmuró ya rendido, tomando de la mano a su ayudante para huir del pasillo que echaba carcajadas por la vergonzosa declaración del tipo de tercer año.

Aquellos pasillos blancos y azules podían convertirse en hielo que en algún momento se derretiría y ahogaría alguien. El presidente no podía lidiar con un rechazo, y como culpable se hallaba su trastorno.

No estaba seguro de qué tan normal era odiar a la persona que gustaba de ti. El odio era peculiar, me gustaba un poco.

~•~•~•~

La primera asamblea fue para toda la escuela, informándonos que en menos de media hora comenzarían a llegar los autobuses de la institución para síndromes. Dentro de hora y media se abrirían las puertas a los visitantes. Hablaron sobre los puestos de comidas, nos pidieron respeto para con los estudiantes y cantamos el himno de la escuela.

¡Oh, L y A, nuestro hogar y tierra estu... —subí la nota con flojera, bajándola de golpe—...diantil! ¡Verdadera pasión, los doctores nos brinden La Paz! ¡Los doctores nos brinden La Paz!

Los gritos del jodido Insomnio filas al frente lo hacían parecer un soldado. El himno en realidad era bastante lento pero ese pendejo ni cantar sabía. Quería cubrirme los oídos, arruinaba la linda melodía.

Nos dejaron salir como cabras, echando desmadre por todas partes. No yo en específico, sino que todos parecían irritados por nuestra colaboración con otra escuela chingona.

A mí me valía, ni los conocía. Aunque estaba en serio confundido porque se me olvidaba a menudo el camino que debía recorrer para organizar las aguas y sueros, en especial los muchos sabores de Gatorade.

—¡Oigan, dicen que la capitana del club de porristas del Savant es una Alejandría en verdad!

—¿Ojos morados? ¡Pensé que no existía, deberíamos verla de cerca para asegurarnos de que en serio sea una Alejandría! —Los rumores sobre los invitados rodaban por el lugar.

—Esa mierda ha de ser falsa. —Le siguieron con el chisme.

—Internet dice que no.

—Internet dice que la migraña es porque te dieron un hachazo, puta madre, ¡ignorantes!

Anduve dando vueltas por varios minutos entre pasillos, llevando a mis espaldas el costal donde cargaba las bebidas. Escuché por otros alumnos que los de la otra escuela estaban llegando. Pude distinguir entre la multitud que andaba en la planta baja algunos chamacos con uniforme negro y rojo.

La verdad, qué bonito uniforme usan.

—Dame.

Escuché una voz baja, aunque no elevé la vista y seguí recto pues me habían dado la instrucción de llevar todas las botellas sin falta a la zona de descansos.

—No, ábrete a la verga. —Maldecí, acelerando mi paso hasta rebasarlo.

Sentí un empujón contra mi espalda igual que la sensación de un toque eléctrico, ocasionando que las botellas se cayeran conmigo en los lisos pisos que olían a cítricos. Santa madre, tenía tiempo sin darme un madrazo debido a mi enfermedad.

Toqué mi cabeza con preocupación, temía que se me hubiera caído un poco de cabello.

Mi fobia es estar pelón como un huevo.

Huevo de comida, no el que chupan. Ese sí tiene tres pelitos.

—Hijo de tu putamadre. Avísame, ¿no? —Bramé, lanzándole una de las bebidas al rostro—. Fíjate por donde caminas, canijo. No andes empujando a otros, neta, no seas ojete.

Oloverga, es el uniforme de los síndromes. Los pinches gringos del Savant ya llegaron.

—Are you fucking kidding, brat? —Ladró el rubio con greñas hasta los hombros, posándose como una especie de modelo con un palo extraño sobre su espalda.

—¡No te entiendo una verga! —Grité con mis expresiones exageradas, alargando las palabras—. No sé inglés, puto. Chingas a tu madre por si acaso.

Ya comenzaban a llegar los chismosos. El wey con el palo parecía perdido y encabronado por eso, rodeado por miembros de nuestra escuela. Escuché a algunos murmurar sobre ayudarme pues parecía ser "Ese Cáncer". Me emputé feo, quería romper jetas.

No sean hipócritas, ayudarme por estar enfermo no los va a llevar al cielo.

—Don't fuck with me. —El rubiecito levantó el palo con un suspiro segundos antes de que arrojara un golpe con él a mi rostro—. Move now and let me pass.

—No mamen, le pegó a Cáncer.

—A chingar a su madre, le metió un putazo a alguien intocable, ese no es de santos.

—Creo que lo aturdió. Le dio en un oído.

Quería imitar lo que decía en inglés pero quizás era un pacto satánico. De cualquier forma, estaba agradecido con el de arriba por el santo golpe que me metió ese pendejo. Tenía rato sin que alguien me golpeara por mi enfermedad. Por eso no odiaba a los gringos del Savant, eran unos insensibles que me golpeaban sin piedad.

Vi su palo aproximarse, aunque se detuvo cuando Dep se cruzó con las toallas para secar sudor en lo alto.

—Please, don't hurt him —pidió Dep, casi de rodillas como si fuera una novela visual mamalona de esas que yo no entendía—. He did nothing wrong. Just let him go until...

—Hablo español, asshole —le dio con su palo a Dep, ahora en un programa masoquista bilingüe.

Insomnio llegó corriendo para cubrir a su insecto, gritándole al rubio que no le pegara a Depresión. El wey rubio le metió un golpe a Inso con el palo también, dejándolo tumbado a un lado junto a mí. Ya comenzaba a darme risa, las carcajadas se me escapan mientras Dep observaba con plenos ojos muertos a su amigo.

Qué fea chinga le metieron.

—Inso, Inso... —Dep trataba de levantar al patas largas.

—Pinche naco —asentí seguro de lo que veía, sacudiendo mi ropa al pararme para verlo más de cerca.

Es ese cabrón al que expulsaban.

—Eres el puto síndrome de Capgras, ¿verdad? —Le golpeé el pecho con mis dedos, haciéndolo enojar—. Me mamas, wey. Iba contigo en la secu.

• • •
El crossover más raro de la temporada. sadclown_ y yo teníamos a Capgras en mente desde hace un rato, representando la personalidad de su personaje "Robin" de Hometown. Curseada pero mamalona, GAHAHAHA.

Sé que no debería decirlo ahora pero mejor aclararlo: ¡El síndrome de Alejandría no existe! La porrista tiene los ojos azules como la conocida actriz Elizabeth Taylor, solo que por los distintos reflejos de luz parecen ser morados.

F por Narcisista, le rompieron el corazoncito. Dal, alias le vale verga, le valió verga otra vez.

Dibujo que hice de Nova (Hometown) encarnada como Esquizofrenia, wuju.

¡Disculpen la tardanza! LOS AMO, Y NOS LEEMOS.

~MMIvens.

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