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Capítulo 18: Sombras del Destino: La Llamada del Caos

Las sombras se alargaban en el oscuro y aterrador reino de Tazard, donde el frío y la desolación reinaban. En un trono de obsidiana, el Emperador Oscuro observaba el mapa de sus dominios, sus ojos destilaban una malicia que hacía que el aire se volviera espeso. Un ser con una imponente figura y una sonrisa burlona, se acercó a él con una determinación palpable.

- La paciencia ha sido una virtud, Emperador. Pero ha llegado el momento de acabar con esos héroes de la escuela anime- susurró, sus palabras llenas de rencor.

El Emperador Oscuro giró su mirada hacia Tazard, su rostro oculto tras una máscara sombría. Su voz resonó como el eco en un abismo.

- Tus planes de venganza han sido intrigantes. Pero no debemos subestimar a esos jóvenes. Han logrado resistir las sombras una y otra vez.

Tazard cruzó los brazos, su desesperación contra la calma impasible del Emperador.

- Hemos observado sus debilidades. Sus relaciones, sus miedos- sus ojos brillaron con un oscuro deleite- Vamos a aprovechar eso. Con la ayuda de tus poderes e invocando a seres de las profundidades, podemos desestabilizarlos.

El Emperador Oscuro sonrió grotescamente. Su voz se tornó profunda y amenazante.

- ¿Y qué de los héroes que van en grupos? ¿Qué tal esa alianza entre Goku y Naruto? Aunque son poderosos, también son ingenuos. No se ven como una amenaza inmediata, pero pueden ser nuestra perdición.

- Precisamente. Si atacamos mientras están dispersos, será más fácil derrotarlos uno a uno. Tengo en mente a alguien que podría ser útil...- dio un paso adelante, recordando a aquellos que alguna vez habían estado bajo su dominio.

En otro rincón del mundo, bajo cielos azules y paisajes vibrantes, los héroes se preparaban para su próxima batalla. Goku estaba entrenando con Gohan mientras otros se reunían en la escuela anime, sin saber que su mayor desafío se avecinaba.

En las sombras, Tazard y el Emperador Oscuro tejían una tela de engaños y oscuridad, preparándose para desatar el caos en su búsqueda de venganza.

El destino estaba a punto de cambiar para los héroes, y el eco de la llamada del caos resonaba en el aire, trayendo presagios de una guerra que ni siquiera podían imaginar. 

El aula de matemáticas era un lugar a primera vista común: pupitres ordenados en filas y una pizarra blanca llena de fórmulas y ecuaciones. Sin embargo, la atmósfera en la habitación era única. Goku y Vegeta estaban sentados uno al lado del otro, con una expresión de concentrado desafío. Bulma, con gafas y un bolígrafo en la mano, luchaba por mantener su mente enfocada mientras Piccolo meditaba silenciosamente al fondo, un aura intimidante que hacía que los demás estudiantes mantuvieran la distancia. Gohan, Trunks y los demás compañeros de clase compartían miradas nerviosas mientras escribían respuestas en sus hojas de examen, la presión del momento palpable.

Freezer, en su forma estándar, se sentaba frente a la clase, ocupando un escritorio con una postura digna de un emperador intergaláctico, sus ojos rojos observando a cada estudiante con atención escrutadora. Su mirada destilaba un aire de implacable autoridad, y su presencia era suficiente para que cualquiera pensara dos veces antes de intentar hacer trampa.

- Recuerden, estudiantes- anunció con voz cortante- cualquier intento de hacer trampa resultará en una severa reprimenda. No tengo paciencia para los incompetentes.

A pesar de su gestión severa, no podía evitar sentir cierto placer al observar a sus adversarios en una situación tan mundana. Sacudió mentalmente sus pensamientos. Era algo irónico, pensar que estos héroes podrían verse tan vulnerables en un aula. Pero, en el fondo, sabía que el caos inminente gestándose en el reino de Tazard podría tener repercusiones en su mundo también.

Lemon Irvine, conocida por su espíritu rebelde, se pasó un papel a Dot Barrett, tratando de evitar la mirada vigilante de Freezer. Sin embargo, Dot se rehusó a participar. Rayne Ames, con sus intensas habilidades de artes marciales, observó la escena con cautela mientras resolvía una complicada ecuación de fracciones.

- ¿Sabes, Goku?- susurró Trunks, inclinándose hacia su amigo- Esto es más difícil que pelear contra un enemigo poderoso.

El saiyajín sonrió despreocupadamente, rascándose la cabeza con su característico gesto ingenuo.

- Creo que solo tengo que recordar que dos más dos son cuatro, ¿verdad? Es más fácil que luchar contra varios androides.

- No es tan simple, Kakarotto- se quejó Vegeta desde su pupitre- Necesitamos ser serios o Freezer nos hará morder el polvo. ¡Concéntrate!

Al mismo tiempo, la tensión aumentaba en el aula, un temblor ligero recorrió el ambiente. Gohan levantó la mirada y frunció el ceño, notando que Piccolo había sentido el mismo escalofrío. Decoraciones en las paredes temblaron levemente, como si presagiaran lo que estaba por venir.

La puerta se abrió de golpe, interrumpiendo el zumbido del viento exterior. Un rayo de luz se coló por la abertura, proyectando una sombra inquietante en el aula. Tazard, con su figura oscura y rostros de terror, se asomó por la puerta. Antes siquiera de que Freezer tuviera la oportunidad de protestar, el hijo de Abigor se abalanzó sobre el grupo de héroes.

Con una risa sombría y maliciosa, exclamó- ¡Es hora de terminar con esta farsa de calma! El caos se acerca, y ustedes no serán más que peones en mi juego de venganza.

Los estudiantes se quedaron paralizados, cada uno sintiendo que su corazón latía en su pecho. el emperador de tez blanco, aunque sorprendido, sonrió falazmente. La escena prometía un espectáculo que no podía dejar pasar.

- ¿Quién necesita hacer trampa?- murmuró casi con regocijo- Todo el espectáculo está justo frente a nosotros.

Tazard se reía a carcajadas, su presencia oscura llenando cada rincón del aula como una tormenta de caos. Los estudiantes, atrapados entre la incredulidad y el miedo, intercambiaban miradas nerviosas. Los tres saiyajines, usualmente listos para la batalla, parecían más confundidos que asustados.

- ¿Qué demonios estás haciendo, Tazard?- gritó Vegeta, su expresión de frustración mezclándose con una chispa de desafío- ¡Estamos en medio de un examen!

- ¡Un examen!- replicó con desdén- ¿Y qué si es eso? La educación no es más que una distracción inútil. Estoy aquí para recordarles lo que significa el verdadero poder.

Al lado, Mash Burnedead, el joven robusto y con un espíritu indomable, se levantó de su asiento, dispuesto a enfrentarse a la amenaza intrusa.

- ¿Quieres un espectáculo?- preguntó, con su habitual carisma- ¡Te podemos dar más de lo que pides! No dejaré que arruines nuestras vidas!

Finn Ames, hermano de Rayne y conocido por su ingenio afilado, se levantó justo detrás de su amigo, empujando sus gafas hacia arriba. Su voz, aunque más suave, tenía un tono de determinación.

- Todos hemos sudado para llegar hasta acá. No dejaré que un villano intergaláctico se interponga en nuestro camino- dijo, aferrando un lápiz como si fuera un arma.

Abyss Razor, una figura enigmática con un aura de misterio, cruzó los brazos y miró a Tazard con una expresión displicente. Conocida por su poder oscuro, anunció en un tono provocativo:

- Espero que estés listo para una pelea real, Tazard. Tu actitud destroyer no impresionará a nadie aquí.

Dot Barrett, que hasta ese momento había permanecido en su asiento, se levantó con confianza. Su espíritu rebelde brillaba a través de su mirada desafiante.

- ¿Por qué no intentas con nosotros en vez de asustar a un grupo de estudiantes?- dijo, guardando su bolígrafo como si fuera un cuchillo- ¡Eres solo un perdedor que arruinó una evaluación!

Lance Crown, otro joven conocido por su refinada elegancia, se unió al frente, su postura firme. A pesar de su apariencia calmada, su mirada ardía con determinación.

- Lo que estás haciendo no es solo una falta de respeto, es un ataque. Y aquí no se toleran ataques- declamó, desafiando la presencia oscura del villano.

Rayne, impulsada por la energía positiva que emanaba de sus amigos, se levantó, lista para aportar su fuerza a la lucha.

- Juntos podemos detenerte. Solo porque estemos aquí no significa que seamos débiles. ¡Eres solo un problema temporal para nosotros!

Goku, sintiendo el fervor del grupo, ahora también se puso de pie, su rostro iluminado por una mezcla de emoción y determinación.

- ¡Eso es! ¡No dejaremos que nadie se interponga en nuestro camino! Todos juntos, ¡somos más fuertes!

El principe saiyajín asintió, cruzando los brazos.

- Bah, son solo palabras vacías. Pero tal vez esta vez tengan algo de sentido- murmuró, aunque con una sonrisa burlona asomando en su rostro.

Freezer, observando la escena con creciente interés, sonrió al ver cómo el grupo se unía contra su enemigo.

- Esto promete ser divertido- dijo incluyéndose tácitamente en el cuento al observar el despliegue de poder a su alrededor- ¿Quién iba a decir que una simple clase de matemáticas terminaría en una batalla épica?

El villano miró a todos con desdén, y en un movimiento rápido, conjuró energía oscura que empezó a rodear su figura. Sin embargo, en lugar de intimidarse, cada estudiante sintió que su propia fuerza aumentaba, inspirados por la unidad y el coraje de sus compañeros.

- Vamos a demostrarle a Tazard que no somos peones en su juego- anunció Gohan con firmeza.

Así, el aula, que antes era un simple espacio escolar, se convirtió en un campo de batalla donde heroísmo y camaradería se enfrentarían contra el caos y la oscuridad que el hijo de Abigor había traído. A medida que se preparaban para la lucha, una chispa de esperanza iluminó la habitación, recordando a todos que el verdadero poder reside no solo en el combate, sino en la amistad y la determinación de unirse ante la adversidad.

En el gimnasio resonaba con el sonido de los pasos de los estudiantes mientras trotaban, sus risas y conversaciones llenaban el aire. Naruto Uzumaki lideraba el grupo, levantando los brazos en señal de triunfo, mientras alentaba a sus compañeros.

- ¡Vamos, chicos! ¡Más rápido! ¡No dejemos que nos atrapen!- gritaba, su energía contagiosa haciendo que todos acortaran la distancia.

Detrás de él, Sasuke Uchiha corría con una concentración seria, manteniendo su ritmo constante, mientras que Sakura Haruno lo seguía, intentando superarlo.

- ¡Sasuke, espera!- exclamó Sakura, sonriendo mientras le daba un ligero empujón- ¡No puedes dejar que Naruto te gane otra vez!

Hinata Hyuga, más atrás pero siempre presente, sonreía tímidamente mientras trataba de seguir el ritmo. Sus ojos brillaban con determinación, siempre dispuesta a dar lo mejor de sí misma.

Shikamaru Nara, siempre buscando su momento para disfrutar del descanso, pensaba en qué estrategia usar para hacer esas vueltas de trote más interesantes.

- Este entrenamiento es tan molesto...- suspiró, rascándose la cabeza- Sería mucho más fácil si pudiéramos quedarnos aquí y... simplemente relax.

En otra parte, las Guerreras Sailor estaban agrupadas, realizando sus propias rutinas. Serena Tsukino trotaban con entusiasmo, aunque constantemente desviaba su atención hacia el dulce que había olvidado en su mochila.

- ¿Por qué no podemos tener un descanso para comer?- preguntó Serena, mirando a sus amigas- ¡Al final de un buen entrenamiento, un buen suministro de pasteles sería perfecto!

- Siempre con la comida, Serena- respondió Rei Hino con una sonrisa- Pero tienes razón, un pequeño premio no estaría mal.

Ami Mizuno, en su estilo metódico, seguía una lista mental de los ejercicios.

- Recuerden que esto es parte del entrenamiento físico que debemos mantener, chicas- les recordó, concentrada en el conteo de repeticiones.

Lita Kino sonrió- No hay nada como un buen ejercicio para abrir el apetito. Pero primero, aquí mismo, ¡está bien sudar!

Mina Aino, siempre animada, saltó hacia el frente- ¡Con este ritmo podremos disfrutar de la comida y ser fuertes al mismo tiempo! ¡Vamos, chicas!

Desde entonces, en la parte trasera del gimnasio, los profesores se sentaban a la mesa, disfrutando de un desayuno elaboradamente preparado. Orochimaru, con su habitual expresión enigmática, masticaba lentamente mientras observaba a los estudiantes correr.

- Son jóvenes... inocentes... pero hay algo notable en su determinación, incluso en este ejercicio sin sentido- comentó, su mirada fija en Naruto.

A su lado, Kakashi Hatake, apoyado con una mano en la mesa, levantó la vista ligeramente y sonrió bajo su máscara.

- Es natural, les encanta superar sus límites. Aunque debería ser un poco más equilibrado, sus energías son un poco demasiado caóticas...- murmuró con un tono relajado.

Y en una esquina, Beryl, la dinámica y temida profesora, disfrutaba del espectáculo mientras saboreaba un bollo.

- Es fascinante ver cuánta energía derrochan, pero... me pregunto si algún día se darán cuenta de la verdadera fuerza que poseen- reflexionó, observando con ojos críticos.

Una vibración inesperada recorrió el gimnasio, y los estudiantes comenzaron a detenerse al sentir una perturbación. Una sombra oscura atravesó el espacio, y el aire se volvió repentinamente helado. Los murmullos se apagaron.

- ¿Qué fue eso?- preguntó Sakura, mirando alrededor con inquietud.

Sin embargo, el rubio Uzumaki, siempre a la cabeza, fue el primero en reaccionar.

- ¡No hay que asustarse! ¡Estamos juntos! ¡Vamos a ver de qué se trata!- gritó, empujando a sus amigos hacia adelante.

- Lo que sea, lo venceremos juntos- dijo Sasuke, su actitud decidida.

Shikamaru dio un golpe en la frente- Esto se va a poner complicado...

Pero antes de que pudieran procesar lo que se avecinaba, la sombra se materializó y se reveló como Tazard, quien había cambiado de escenario y ahora parecía decidido a sembrar el caos entre los estudiantes de educación física.

- Pensé que sería divertido ver quiénes son los verdaderos fuertes aquí- se burlo, su voz resonando con un eco ominoso en el gimnasio.

Las Guerreras Sailor, junto a los ninjas, se miraron entre sí, entendiendo que, una vez más, debían unirse para enfrentar a una amenaza que no solo desafiaba su entrenamiento, sino también su amistad y fuerza colectiva.

 La atmósfera se volvió más tensa con la aparición del villano. Los estudiantes intercambiaron miradas, comprendiendo la seriedad de la situación. En ese momento, la luz del gimnasio pareció desvanecerse mientras una figura oscura emergía detrás de Tazard: era el emperador oscuro, quien extendió una mano y dejó escapar una risa malévola.

- He venido a deleitarme con el caos que ustedes, estúpidos jóvenes, no han logrado evitar- anunció, su voz profunda resonando por todo el gimnasio. La sombra se alargó, envuelta en malas intenciones.

Naruto apretó los puños, su determinación floreciendo aún más ante la amenaza.

- ¡No vamos a dejar que hagan lo que quieran! ¡Aquí y ahora, vamos a luchar!- gritó, alzando la voz en firme desafío.

Sasuke asentía, preparándose para usar sus habilidades.

- No importa quién seas, no dejaré que dañes a mis amigos- declaró, con un brillo decidido en sus ojos oscuros.

En un lugar apartado las Guerreras Sailor se agrupaban, listando sus propias estrategias.

- Chicas, ¡adelante!- ordenó Rei- ¡Usaremos nuestro poder de amistad para vencerlos!

Ami, concentrada, recordó las tácticas que habían empleado en combates anteriores.

- Nuestras habilidades funcionan mejor en conjunto. Necesitamos atacarlos de manera sincronizada- dijo con firmeza.

Mina hizo una pose inspiradora- ¡Sí! ¡Por el poder del amor y la justicia! ¡No dejaremos que estos villanos se salgan con la suya!

La figura del ser oscuro se tornó aún más amenazante mientras una ola de energía oscura se acumulaba en su mano.

- ¿Unión de fuerzas? ¡Demasiado tarde!- exclamó, lanzando la energía hacia el grupo, quien apenas tuvo tiempo de reaccionar.

Pero el joven Uzumaki se lanzó hacia adelante, utilizando su impulso para crear un muro de sombra que absorbió parte de la energía oscura.

- ¡Chicos, cúbranse!- gritó mientras su chakra se expandía, alimentándose del miedo para convertirlo en un escudo.

Shikamaru, que había estado analizando la situación, rápidamente trazó un plan.

- Si dividimos su atención, será más fácil para nosotros atacarlos. ¡Las técnicas en conjunto, ahora!

Se dieron instrucciones rápidas y, como en una danza coreografiada, comenzaron a moverse. Sakura y Sasuke formaron un equipo complementario. Sakura usó su fuerza bruta mientras Sasuke, con una serie de sellos de manos, desataba una lluvia de explosiones eléctricas sobre el enemigo.

- ¡Sakura, ahora!- ordeno el joven Uchiha, apenas dejando escapar una sonrisa al ver a su amiga en acción.

Al mismo tiempo, Lita usó su propio poder de electricidad mientras le lanzaba a Tazard un poderoso rayo.

- ¡Chispas de Jupiter!- gritó mientras el ataque impactaba, haciéndolo tambalearse.

Serena, con el brillo de la esperanza reflejado en su mirada, reunió a sus compañeras.

- ¡Chicas, unirnos! ¡Por la justicia y el amor!

Rápidamente, las Guerreras Sailor empezaron a invocar sus poderes en una coreografía brillante. Usaron su ataque combinado- ¡Escudo de Amor!- que se alzó protegiéndolos mientras absorbía la energía oscura del emperador.

La batalla se intensifica. Shikamaru decidió aprovechar un momento de confusión.

- Ahora, ¡Golpe sorpresa!- exclamó, organizando el lugar mientras atraía a sus compañeros hacia el ataque final.

Con la fuerza del equipo unificado, todos lanzaron su poder hacia el emperador oscuro, quien claramente se daba cuenta de que su control sobre la situación estaba desvaneciéndose. Con cada ataque, su forma se debilitaba.

Las luces brillantes y los poderes se entrelazaron en poderosos chorros de energía, creando un espectáculo asombroso en medio del gimnasio.

- ¡No pueden derrotarme!- rugió el emperador oscuro, pero su voz se debilitó ante la fuerza combinada de la amistad y la valentía que habían demostrado.

Finalmente, con una explosión de luz, la unión de sus ataques culminó en un destello tan intenso que hizo temblar el gimnasio. En el instante final, lo que antes era oscuridad se convirtió en luz, dispersando lo que quedaba de la sombra.

El silencio posterior fue abrumador. Todos los estudiantes se miraron, aún recuperándose de la adrenalina.

Naruto respiró hondo, sonriendo a sus amigos.

- ¿Lo logramos?- preguntó, buscando la confirmación de Sasuke y Sakura.

- Lo hicimos- respondió Sakura, recuperando su aliento.

Hinata se acercó, sus ojos brillaron con admiración.

- Esto... esto fue increíble...

Las Guerreras Sailor comenzaron a reír y celebrar en círculo.

- ¡Chicas, limpiamos el gimnasio! ¡Es hora de celebrar con pasteles!- exclamó Serena, creando un pequeño cambio de tono después de la intensa batalla.

Y así, mientras los profesores admiraban la valentía de sus alumnos desde un rincón, se levantó un coro de risas y relatos entremezclados sobre la unión y la amistad, recordando a todos que juntos, eran más fuertes.

Mientras la celebración se desataba, la atención de los estudiantes se desvió hacia los profesores, quienes habían estado observando desde un rincón del gimnasio. Orochimaru, con su inconfundible aire de misterio, adoptó una expresión de interés genuino, inclinando levemente la cabeza hacia los jóvenes.

- Impresionante- comentó con su voz suave y calculadora- A pesar de sus limitaciones, han demostrado que el trabajo en equipo puede superar incluso a las fuerzas más oscuras.

Kakashi Hatake, con su habitual inclinación despreocupada, sonrió detrás de su mascarilla.

- Parece que una buena dosis de camaradería es lo que necesitan para enfrentar cualquier desafío- dijo, su tono relajado inyectando un aire de camaradería en medio del caos reciente- Aunque me pregunto cómo habrían manejado a este emperador oscuro si no hubieran tenido una planificación como la de Shikamaru.

Por otro lado, la Reina Beryl observó a los jóvenes con una mezcla de desdén y admiración. Ella, con su porte majestuoso y aura dominante, no podía dejar de sentir una punzada de respeto ante la valía de los estudiantes.

- Una batalla notable, jóvenes- declaró con voz firme- Sin embargo, no se dejen engañar. La oscuridad siempre acecha desde las sombras. Su victoria de hoy es un momento fugaz en el tiempo.

A medida que la atmósfera festiva seguía creciendo. Serena, todavía llena de energía, se aventuró hacia los profesores, sonriendo con una mezcla de emoción y nerviosismo.

- ¿Qué piensan de nuestra batalla, profesores?- preguntó con entusiasmo- ¿No fue genial que todos trabajáramos juntos?

Kakashi se agachó para estar a la altura de Serena, sonriendo de manera tranquila.

- Lo fue, Serena. Pero recuerda, los verdaderos desafíos siempre vendrán. La clave es no perder nunca ese sentido de unión que han mostrado hoy.

Orochimaru, en un tono más enigmático, agregó:

- Y no olviden que el conocimiento es poder. Mantén la mente abierta y aprende tanto de tus enemigos como de tus amigos.

Las palabras de los profesores resonaron en los jóvenes. Claramente, la batalla no solo había sido física, sino una lección sobre la importancia de la colaboración y la determinación.

Beryl, por su parte, observado el ambiente y cruzó los brazos, con un destello de ambición en los ojos.

- Quizás debería considerar por qué estas jóvenes guerreras han logrado amalgamarse tan bien. Tal vez un nuevo conflicto pueda encender esa chispa en ellos de nuevo- murmuró para sí misma, pensando en cómo podría usar ese desafío a su favor en el futuro.

Regresando a la celebración, el joven Uchiha se acercó a Shikamaru, quien todavía estaba analizando el flujo de eventos.

- ¿Piensas que el emperador oscuro regresará?- preguntó con curiosidad.

Shikamaru, siempre calculador, suspiró y observó a sus compañeros que reían y compartían historias.

- Es probable. Pero sabemos cómo enfrentar estas amenazas ahora. Estamos listos- replicó, con una sonrisa que daba la idea de que estaban preparados para cualquier eventualidad.

En ese instante, un torrente de alegría irrumpió cuando Mina ofreció un trozo de pastel a Naruto, quien, con una sonrisa radiante, unió fuerzas una vez más en un pequeño juego, tirando el pastel en dirección a Sasuke, quien esquivó por poco, riendo, mientras todos se unían en un espiral de risas y delicias.

La música comenzó a sonar y la atmósfera de camaradería floreció, recordándoles a todos que, aunque la oscuridad amenazara, la luz de la amistad siempre prevalecerá. Los profesores, aunque un poco distantes, se unieron a la celebración, observando con encantamiento cómo los jóvenes lograban forjar su propio destino, uno de risas, batallas y, por supuesto, un inquebrantable sentido de unidad.

En una de las salas  de artes marciales del instituto, el ambiente era electrizante. Gon Freecss, con su energía arrolladora, estaba frente a Saitama y Baki Hanma, listos para una pelea amistosa que atrajo la atención de varios estudiantes. Gon, con su característica sonrisa brillante, movía sus manos rápidamente, estirándose para calentar.

- ¡Estoy listo para esto!- exclamó, entusiasmado. La posibilidad de enfrentarse a dos guerreros tan poderosos era un reto que lo hacía vibrar de emoción.

Saitama, con su expresión impasible y su habitual desinterés ante la fanfarria, simplemente se estiró con calma.

- No te preocupes, Gon. Esto no será un combate de vida o muerte, solo diviértete- dijo, con su tono monótono, pero dejando entrever que estaba dispuesto a dar lo mejor de sí.

Baki Hanma, por su parte, mantuvo una mirada desafiante.

- No te dejes llevar solo por la emoción. Esfuérzate y muestra lo que has aprendido. ¡Quiero ver toda tu fuerza!- retó, dejando claro que estaba allí para mantener la esencia del combate.

Los espectadores comenzaron a agruparse, formando un círculo alrededor de los tres combatientes. El aire estaba cargado de anticipación. Gon, aferrando su determinación, se concentró y se lanzó hacia delante con una velocidad sorprendente, intentando ejecutar un rápido ataque con su puño. Saitama, sin ninguna premura, lo esquivó con una simple movida hacia un lado, dejando a Gon aturdido por un momento.

- ¡Vaya! ¡Eso fue increíble!- Gon se rió, rápidamente recuperándose y volviendo a la carga. Esta vez, se movió con más astucia, tratando de anticiparse a los movimientos de su oponente.

Baki observaba, sonriendo- Eso es, Gon. ¡Mantén el ritmo!- gritó mientras se sumaba al enfrentamiento, lanzando un golpe directo hacia Gon, quien apenas logró desviar el ataque gracias a sus reflejos.

La tensión aumentaba conforme el combate avanzaba. Gon, ahora enfocado, utilizó su técnica de Nen para potenciar su velocidad, lanzando un torrente de golpes hacia ambos contrincantes. Saitama, con un leve movimiento de muñeca, seguía evadiendo los ataques mientras Baki provocaba intercambios intensos con su rival. Era un espectáculo de habilidad y estrategia.

En medio del combate, el aula resonaba con animados vítores de los demás estudiantes, que se divertían observando cómo Gon intentaba superar los desafíos de sus poderosos adversarios. La camaradería que había florecido en las festividades de antes se reflejaba aquí; la competencia amistosa era una forma de celebrar sus propios límites.

Poco a poco, Gon se dio cuenta de que necesitaba hacer un esfuerzo conjunto para tener alguna oportunidad.

- ¡Chicos! ¡Vamos a unir fuerzas!- gritó entusiasmado, tratando de atraer la atención de Saitama y Baki.

Saitama, sin cambiar su expresión, se encogió de hombros- ¿Unir fuerzas? Eso suena bien, pero no creo que lo necesites.

Baki sonrió con complicidad- A veces, la verdadera fuerza se encuentra en cómo nos adaptamos. Vamos a ver si puedes seguirme, Gon.

Sin pensarlo, Gon lanzó el primer ataque, un combo de puños dirigido a ambos. En ese mismo instante, Saitama y Baki se movieron en sintonía, evadiendo con movimientos fluidos y coordinados que desafiaron la lógica. Entonces, lo que comenzó como una competencia individual se transformó, en efecto, en un verdadero ejercicio de unidad.

Los golpes volaban, pero lo más destacado era la conexión que se desarrollaba entre los tres. Gon, Saitama y Baki estaban ahora en una danza de lucha, cada uno empujándose hacia el límite, pero disfrutando de cada momento del intercambio. La sala estaba llena de risas, gritos de ánimo y un sentido palpable de camaradería.

A medida que la pelea avanzaba, el peliverde no solo estaba enfrentándose a sus adversarios, sino que también estaba aprendiendo y creciendo junto a ellos, absorbiendo cada técnica y cada movimiento en su piel, recordándole que la verdadera fuerza no solo radicaba en los golpes, sino en el deseo de mejorar y conectar con los demás.

Finalmente, pura adrenalina en el aire, los tres combatientes hicieron una pausa, con sonrisas en sus rostros, reconociendo que la amistad y el respeto eran la verdadera victoria. La batalla había terminado, pero la celebración de su unión como guerreros apenas comenzaba. La esfera de camaradería que surgió de la calle del gimnasio ahora brillaba con más fuerza que nunca en aquella aula de artes marciales.

La energía en el aula de artes marciales seguía vibrando. A medida que Gon, Saitama y Baki disfrutaban de su amistosa pelea, otros estudiantes comenzaron a acercarse, sumándose al ambiente festivo. La curiosidad y la emoción se desbordaban cuando algunos de los personajes más reconocidos del mundo de las artes marciales se unieron a la multitud.

Entre los nuevos espectadores, Genos estaba al frente, su mirada fija en Saitama, admirando su forma de evadir los ataques sin un esfuerzo aparente.

- ¡Maestro Saitama! ¡Estoy listo para absorber toda esta experiencia!- exclamó, ansioso por pelear al lado de su mentor.

Mumen Rider llegó con su habitual entusiasmo.

- ¡Vamos, Gon! ¡Te apoyamos! ¡Dale con todo!- gritó, levantando el puño en señal de ánimo, siempre brillando con su espíritu inquebrantable.

En la esquina, Tatsumaki observaba con una expresión de desdén.

- ¿Por qué todos se emocionan tanto? Es solo un juego- sin embargo, no pudo ocultar una sonrisa al ver a Gon dar lo mejor de sí, reconociendo involuntariamente el valor del chico.

Fubuki, en contraste, se acercó con una actitud desafiante.

- No se dejen llevar. A veces, la fuerza está en la estrategia- Dijo con confianza, mientras su subgrupo, los Blizzard Group, la apoyaba con aplausos silenciosos.

Garou, que había estado observando desde la distancia, no pudo resistir la tentación de unirse. Con un brillo en los ojos de quien busca un desafío, gritó.

- ¡Eso es, Gon! ¡Muéstrales lo que puedes hacer! Voy a estar esperando para pelear contigo después.

Justo al lado Boros emergió de entre la multitud, mostrándose como un poderoso apoyo para Saitama.

- ¡Saitama! ¡Demuestra tu verdadero poder!- gritó entusiasta, sin entender que Saitama siempre tenía mucho más en reserva.

Mientras tanto, el círculo de espectadores se expandía aún más. Yujiro Hanma se dejó ver con una imponente presencia, observando la batalla con interés.

- No está mal para un combate amistoso, pero necesito ver más fuerza- dijo, evaluando a Gon con su intensa mirada, mientras Doppo Orochi asentía a su lado.

Retsu Kaioh se unió al grupo, admirando la técnica de cada luchador.

- Recuerden, la verdadera habilidad consiste en adaptarse a cada situación, como lo hace Gon ahora- su voz sabia resonó entre los presentes.

Jack Hanma y Pickle, igualmente, estaban al lado de Baki, animando la competencia como si fuese un evento de gran importancia.

- ¡Vas bien, hermano! ¡Dale más poder!- gritó Jack, mientras Pickle simplemente observaba, evaluando la fuerza de sus rivales en silencio.

Muhammad Ali Jr. se encontraba justo al lado de ellos, con una sonrisa en el rostro, apoyando a Baki.

- ¡Eso es! ¡Dale esa energía explosiva de artista marcial! ¡Muestra el talento que llevas dentro!

Por otro lado, el grupo de Gon no podía quedarse atrás. Killua Zoldyck se unió a su lado, con sus ojos centelleando, mientras Kurapika y Leorio Paradinight se preparaban para hacerle barra.

- ¡Gon, tú puedes hacer esto!- gritó Killua, mostrando su apoyo incondicional.

Kurapika, con su seriedad habitual, añadió - ¡Recuerda tus enseñanzas y no te desanimes! ¡Cada golpe cuenta!

Leorio interrumpió con su pecularar entusiasmo.

- ¡Y no olvides sonreír! ¡La pelea es solo diversión!

En medio del alboroto, incluso Hisoka Morow apareció, su risa característica resonando al unísono con su entusiasmo por el combate.

- ¡Gon! ¡Sigue así! ¡Esto se está volviendo emocionante!- murmuró, disfrutando de la energía que irradiaban sus aliados y rivales.

Mientras tanto, el profesor Meruem observaba desde un rincón, con su visión analítica, apoyando a Gon en silencio, intrigado por su progresión y desarrollo en esta intensa lucha amistosa.

La sala de artes marciales se había convertido en un vibrante escenario donde el aprendizaje y la amistad estaban presentes en cada potente intercambio de golpes. Los estudiantes vitoreaban con más fervor mientras Gon encontraba su ritmo, sorprendiendo a todos con su resiliencia y determinación. La camaradería y la competencia sólida llevaban a cada uno a aprovechar sus límites y más allá, creando un espectáculo que resonaría mucho después de que hubiese terminado.

La atmósfera festiva en el aula de artes marciales estaba a punto de transformarse por completo. Mientras Gon y Saitama continuaban su amistosa pelea, un zumbido ominoso comenzó a sonar en el aire. Las luces comenzaron a parpadear y el ambiente alegre se tornó en una inquietante tensión. Todos los estudiantes miraron hacia la puerta, donde un portal oscuro comenzó a abrirse, dejando escapar una energía oscura que hacía vibrar las paredes.

De la oscuridad, emergió Tazard, un guerrero de proporciones titánicas cuya armadura metálica reflejaba una malicia palpable. A su lado, el Emperador Oscuro, una figura envuelta en sombras con ojos brillantes como brasas, observaba a los luchadores con curiosidad y supremacía.

- ¿Qué es esto?- gruñó Tazard, cruzando los brazos mientras se reía con desprecio- ¿Pensaban que podían entrenar sin consecuencias? ¡Vine a recordarles quién manda aquí!

El Emperador Oscuro extendió su mano, creando en el aire filas de energía oscura que comenzaron a forjar una serie de robots guerreros que se desplegaron rápidamente mientras todos los presentes se preparaban para defenderse.

- Nadie interrumpirá nuestro entretenimiento, pero también necesitamos un espectáculo- dijo el emperador con una voz profunda que resonó a través de la sala- Demuestra tu valor, héroes, y podré considerar dejar que sigan con su entrenamiento.

Genos, con su mirada decidida, tomó la delantera, encendiendo sus cañones.

- ¡No les dejaremos arruinar este día! ¡Es hora de demostrar su poder!

Gon, sintiendo la intensidad de la batalla, se enderezó- ¡Vamos, Saitama! ¡No podemos dejar que nos detengan ahora!

El héroe calvo, con sus manos en los bolsillos, solo sonrió- Esto ya no tiene nada de amistad, pero está bien- En un abrir y cerrar de ojos, se lanzó hacia el grupo de robots generados por el Emperador Oscuro, desatando un único golpe que destrozó a la primera fila de enemigos, haciendo que los demás se tambalean.

- ¡Eso es!- gritó Baki, infundido de energía- ¡Ya no es solo un combate entre amigos! ¡Ahora es una pelea a vida o muerte!

Las habilidades de Gon, Killua y los demás se pusieron en juego rápidamente. Gon utilizó su Nen para potenciar su velocidad, mientras un resplandor azul iluminaba su cuerpo. Cada golpe era un testimonio de su entrenamiento, derribando a los robots uno por uno con un poder que sorprendía incluso a sus mentores.

Killua, por su parte, utilizó su velocidad asesina, atravesando a los adversarios para sabotear sus sistemas desde adentro, desactivados con movimientos precisos.

Desde la distancia, Tatsumaki utilizó sus poderes telequinéticos, lanzando los restos de los robots contra los nuevos enemigos de la emergen del portal.

El Emperador Oscuro, frustrado por el espectáculo inesperado de valentía de los jóvenes guerreros, intensificó su ataque. De su mano, una esfera de energía oscura comenzó a formarse, destinada a acabar con la competencia.

- ¡Patéticos mortales! ¿Creen que pueden detenerme? ¡Sientan mi poder!

Pero antes de que pudiera lanzar su ataque, un rayo de luz atravesó el aire. Genos, con un tiro preciso de su cañón que impactó de lleno en la esfera, disipando en una explosión de chispas.

- ¡Yo no permitiré que lastimen a mis compañeros!- gritó, antes de unirse a la carga con Saitama y Gon.

La batalla se volvió cada vez más feroz. Boros se sumó al enfrentamiento, haciendo vibrar el suelo con cada pisotón, mientras que Yujiro Hanma comenzaba a demostrar su imponente fuerza, golpeando y desmantelando a los robots con facilidad.

Fubuki y su grupo de Blizzard crearon una tormenta de frío, congelando a los guerreros oscuros que intentaban acercarse, dándoles una ventaja necesaria para maniobrar entre el caos.

El ritmo de la lucha se intensificó, todos los personajes, desde los más conocidos hasta los menos, se unieron en un esfuerzo conjunto para sobrepasar los límites del combate. La energía giraba en espiral, cada bucle un recordatorio de su determinación.

- ¿Por qué los héroes son tan persistentes?- silbó Garou, visiblemente impresionado- Quizás la lucha honesta es más interesante de lo que pensé.

Los ataques se sucedían uno tras otro, creando una sinfonía de chispas, golpes y estrategias extraordinarias. A medida que los héroes luchaban, el Emperador Oscuro comenzó a darse cuenta de que subestimar a estos jóvenes guerreros podría ser su perdición.

Mientras los guerreros intensificaban su enfoque en la batalla, el profesor Meruem estaba en un rincón, analizando cada movimiento, reconociendo el crecimiento de sus estudiantes y esperando el momento adecuado para impartir su filosofía de lucha. Con la mirada fija en el Emperador Oscuro, sabía que aún quedaba un capítulo más en esta historia que se estaba desarrollando en el aula de artes marciales, un momento decisivo que podría cambiar el rumbo de la batalla.

Y así, en medio del caos se gestaba una nueva era de héroes, enfrentándose no solo con sus habilidades, sino también con la unión y el potencial que cada uno podía aportar al equipo. La batalla continuaba, con el destino de su mundo en juego.

El clamor de la batalla resonaba en cada rincón del aula, y la atmósfera estaba cargada de energía. Gon, Saitama y Genos sincronizaron sus movimientos con la precisión de un engranaje bien aceitado. El joven cazador lanzaba golpes potentes, mientras que Saitama se movía con una calma sorprendente, aniquilando enemigos con su inusual estilo escalante. El rubio ciborg, como un proyectil humano, disparaba sus cañones con ferocidad, haciendo volar a los robots que se acercaban.

A medida que el Emperador Oscuro comenzaba a frustrarse, lanzó otra esfera oscura hacia el grupo de héroes. Sin embargo, Boros, lleno de determinación, se interpuso en el ataque, absorbiendo la energía oscura con su propia fuerza. Con un grito de batalla, hizo estallar la esfera contra el suelo, creando un cráter que hizo temblar el aula y lanzando escombros hacia todas partes.

- ¡Sigan avanzando!- gritó, levantándose del desastre y señalizando a sus compañeros que no se detuvieran.

- ¡Vamos a darle el golpe final!- añadió Killua, activando su nen y rodeando al Emperador Oscuro. La velocidad del asesino era impresionante, golpeando con una celeridad casi inhumana. En un momento, desapareció, solo para aparecer detrás del villano, asestándole un golpe que lo desestabilizó.

El Emperador, tambaleándose, giró furioso, pero se encontró con Genos y Tatsumaki. La telequinética levantó escombros y los lanzó contra él, mientras que Génos cargaba otro cañón, esta vez canalizando su energía y apuntando con precisión.

- ¿No te parece que has subestimado la fuerza de los héroes?- dijo, justo antes de soltar un disparo devastador que impactó de lleno en el pecho del Emperador Oscuro.

Con un grito de rabia, el Emperador se vio forzado a retroceder. Pero no estaba listo para rendirse. En un intento desesperado, comenzó a reunir energía para un ataque final, su aura oscura comenzando a expandirse de manera alarmante.

- ¡No permitiré que eso suceda!- gritó Saitama, avanzando una vez más. Con un solo salto, se posicionó frente al Emperador y, con un movimiento despreocupado, desató un puñetazo que habría hecho temblar al propio universo.

El impacto resonó como un trueno, y todos los presentes sintieron la presión de la explosión. La energía oscura fue completamente disipado, creando una onda de choque que lanzó al Emperador Oscuro hacia atrás, dándolo por derrotado.

Simultáneamente, el hijo de Abigor, que había estado enrabietado tratando de detener a los héroes, retrocedió, sintiendo la presencia abrumadora del poder que emanan los estudiantes. Gon, con el brazo extendido y su nen brillando intensamente, se abalanzó sobre él y con un golpe, destrozó su armadura, dejándole un claro mensaje.

- ¡Nunca subestimes a aquellos que han entrenado con pasión!- declaró, mientras Tazard caía al suelo, incapaz de levantarse.

Con los dos adversarios incapacitados, los estudiantes comenzaron a celebrar su victoria. La sala de artes marciales se llenó de gritos de júbilo y enfrentamientos amistosos que se habían transformado en un épico enfrentamiento contra el mal. Pero, a pesar de la victoria, Meruem se mantuvo alerta, consciente de que siempre habría amenazas en el horizonte.

- Pensé que era solo un entrenamiento- dijo, con una leve sonrisa- pero parece que hemos encontrado el valor en el caos. No olviden esto cuando regresen a sus entrenamientos.

Todos se dispersaban, llenos de emoción y orgullo, Gon se volvió hacia Saitama.

- Oye, ¿qué tal si continuamos con nuestra pelea después de esto?

Saitama encogió los hombros, luciendo un poco más enérgico que antes- Claro, seguro. Pero ya sabes, no quiero que te quejes cuando te gane de nuevo.

Los estudiantes siguieron hablando y riendo, mientras la sala de artes marciales, con su energía renovada y su unión inquebrantable, se preparaba para una nueva era de héroes. Con el eco de la batalla en sus corazones y la lección de la lucha compartida, entendieron que su crecimiento iba más allá de ser simplemente luchadores: eran ahora una familia, unidos no solo por su entrenamiento, sino también por la victoria en el campo de batalla.

Y así, con el sol comenzando a brillar en lo alto, la sala volvió a la normalidad, con la promesa de aventuras y desafíos que dejarían a todos deseosos de superarse cada día más.

¿Qué te ha parecido este desarrollo del capítulo 18?

¿Qué te gustaría que sucediera en los próximos capítulos?

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