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La máxima felicidad a veces se alcanza con una simple sonrisa. Tiene la esencia de lo mejor guardado en su interior, por eso cuando comienza en uno de manera espontánea puede llegar a las más altas graduaciones de intensidad posibles de expresar, alguna vez por alguien en la soledad, por varios en un grupo y hasta explotando en muchas personas en un tremendo raudal explosivo de emociones indescriptibles, tal vez jamás sentidas por alguno de los mismos participantes de la propia carcajada implosionada, que partió del germen de una simple sonrisa expresada.