Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Extra 1: Que me bese la cumpleañera

La última vez que vi a Charlie fue a principios de marzo, cuando las vacaciones de verano acabaron y tuvo que regresar a la universidad.

Aún no pasaba ni un mes desde entonces y ya la quería ver de nuevo. No sabía cómo iba a sobrevivir los siguientes años viéndola sólo un par de veces al año hasta que terminara su carrera.

Nunca antes nos habíamos separado por tanto tiempo. Ni siquiera cuando nos íbamos de vacaciones. No es como si la necesitara a mi lado todo el tiempo, pero se sentía extraño no poder llamarla y decirle "estoy yendo a tu casa" y dormir en su cama sólo porque sí, porque me gustaba el olor de sus mantas o cómo se veía el sol en la mañana desde su ventana.

No me estaba separando sólo de mi novia, sino también de mi mejor amiga. De las dos cosas al mismo tiempo.

Por eso cuando la llamé la semana pasada para preguntarle si podríamos vernos por mi cumpleaños, no pude evitar decepcionarme al recibir una negativa como respuesta.

—Tengo que entregar un trabajo —me había dicho—. Y estoy corta de tiempo.

No podía creer que le estuvieran exigiendo trabajos tan pronto. Me la iban a matar.

—¿Por qué tiene esa cara? —preguntó una voz conocida a mi derecha.

No tuve que abrir los ojos para saber que se trataba de Tania, mi compañera de equipo, la sub capitana, mejor conocida como "grano en el culo".

Aún así los abrí, sólo para espiar.

Estábamos en los cambiadores del campus. Las chicas se estaban colocando los uniformes y atándose el cabello con sus bolsos a un lado. Había alguna que otra charla que hacía eco en las paredes y en el fondo se oían las duchas abiertas. Tal vez las chicas del equipo de voley.

Yo, por mi parte, había terminado rápido, así que me tomé unos minutos para descansar los ojos antes de que Alana terminara.

Desde que Charlie se había ido, nosotras nos volvimos un poco más cercanas. Aunque a veces tenía que pelear con Jade para que él no monopolizara su atención.

—¿Cuál cara? —pregunté, con la espalda contra los azulejos de la pared y los brazos cruzados.

Tania señaló a mi rostro con la punta de su dedo índice y lo movió formando un círculo con una mueca de disgusto.

—Esa cara deprimida. ¿Hoy no era tu cumpleaños? ¿Te dejó tu novia o qué?

Un par de cabezas se levantaron con curiosidad y no pude evitar sentirme un poco incómoda ante la repentina atención que estaba recibiendo.

Las chicas del equipo comenzaron a portarse diferente conmigo luego de enterarse que era lesbiana. No en una mala manera. Estaba segura de que ninguna tenía un problema conmigo, pero me di cuenta de que ahora eran más...curiosas.

Cada vez que mencionaba, aunque fuera de paso, a Charlie, ellas aprovechaban la oportunidad para comenzar a preguntarme sobre ella o sobre nosotras. Incluso cuando estábamos entrenando.

Eran preguntas inocentes, como el cómo estaba ella, cómo nos conocimos, hace cuánto que salíamos. A veces incluso la traían a conversación con un "¿Y qué piensa tu novia sobre eso?". Pero sentía que me daban más atención que la que le daban a cualquier otra chica del equipo con pareja.

Sabía que sólo tenían curiosidad y que probablemente fueran un poco chismosas, pero sin malas intenciones. Así que fingía que no me daba cuenta y esperaba que ellas eventualmente se acostumbraran a esto.

—Charlie no me cortó, bruja. —Toqué la madera de mi banco, sólo por si acaso—. Pero no pudo venir a mi cumpleaños.

—Yo la dejaría. Déjala —Opinó Tania—. Taylor Swift dejó a Jake Gyllenhaal por menos.

—Nadie te preguntó. —Una de las chicas mayores empujó a Tania con suavidad para sacarla de los cambiadores, pero bajó la cabeza para mirarme cuando pasó frente a mí—. No le hagas caso. Es una vieja amargada.

—Amargada le voy a dejar la cara.

Clavé los ojos en Tania hasta que dejó los cambiadores y recién entonces me permití suspirar y volver a recargarme contra los azulejos.

A veces sentía que me guardaba rencor por haber cortado con Noah, Ellas se conocieron en una fiesta después de un partido y congeniaron bien. Tania quedó maravillada. Cuando se enteró que cortamos pareció que se lo tomó personal.

Suponía que entre personas diabólicas se entendían.

En ese momento sentí a alguien sentarse a mi lado. Pude reconocer el estúpido perfume de Jade en el pelo de Alana.

¿Estaban saliendo?

No estaba segura.

¿Iba a preguntarles?

No, no quería saberlo. Charlie era la chismosa, no yo.

—No va a parar hasta que le encajes un puñetazo —dijo Alana, para mi sorpresa.

¿Desde cuándo ella apoyaba la violencia?

—No voy a encajarle un puñetazo —contesté de mal humor.

En el fondo yo también quería hacerlo, pero no quería que la entrenadora me castigara. Me importaba más el equipo que darle su merecido.

—Eres débil, Andy. Te falta odio.

Chasqueé la lengua y la empujé. Las dos reímos.

—Haces bien. —Volvió a hablar Alana mientras se levantaba del banco y se echaba el bolso sobre el hombro. Aún no me acostumbraba a verla con el cabello recogido y el uniforme. Se sentía casi como otra persona—. Eres como un buen personaje de anime. Probablemente en el episodio piloto te habrías metido en una pelea con ella, pero evolucionaste hasta llegar al final de temporada, donde ya no reaccionas de la misma manera ante sus provocaciones. —Levantó sus brazos y me enseñó sus dedos pulgares hacia arriba—. Has madurado.

Usé todas mis fuerzas para mantener el semblante serio. Pude ver a una de las chicas de atrás tapándose la boca e intenté amenazarla con la mirada para que no se le ocurriera burlarse de mi amiga.

Acabé asintiéndole a Alana como si estuviera aceptando toda su sabiduría y las dos salimos de los cambiadores.

Cruzamos las canchas y pasamos frente a las gradas donde los chicos estaban charlando mientras se colocaban su equipo de protección y cascos. Seguimos de largo hasta la mitad de nuestra cancha, donde Tania estaba parada junto a la entrenadora y parecía estar discutiendo.

Alana se despidió de mí para dejar su bolso en las gradas y yo me acerqué al punto de la discusión.

—¿Qué sucede?

Tania colocó los brazos en jarra, con el palo en una de sus manos.

—Katherine ha faltado de nuevo. —se quejó—. Ya van tres entrenamientos seguidos. Hay que ir a su casa con un arma y...

La entrenadora suspiró y me miró en busca de ayuda.

Intenté intervenir.

—Yo sé que la quieres mucho, pero amenazarla con un arma no es la mejor manera para conquistarla.

—¿Cómo que no? —Tania extendió los brazos como si eso fuera ridículo—. Te recuerdo que sin ella, volveremos a estar justas de miembros ¿Cómo piensas traerla de regreso?

Para ser alguien tan buscapleito y molestarnos tanto, Tania se preocupaba mucho por el equipo. Ella y Kathetine peleaban mucho y por ende esta última solía amenazar con marcharse del equipo cada mes. A Tania nunca le preocupó, porque sabía que eventualmente ella volvía, pero esa vez parecía ser diferente.

—¿Hiciste algo para hacerla enfadar? —le pregunté.

—¡Por supuesto que no! —respondió y al ver nuestra desconfianza se llevó la mano libre al corazón—. Se los juro por Dieguito Maradona. De hecho, eso es lo que me preocupa ¿Y si nos deja porque se aburrió? ¿Y si quiere hacer su vida sin nosotras?

La entrenadora y yo compartimos una mirada.

Más que enemigas, Tania y Katherine parecían novias.

—Voy a hablar con ella. —Me ofrecí para tranquilizarla. Los ojos de Tania se iluminaron—. Y también voy a aconsejarle que pida una orden de alejamiento en tu contra.

En ese momento oí al grito de Alana desde las gradas.

—¡Andy!

Cuando me di vuelta la encontré parada en las gradas mientras movía los brazos para llamar mi atención. Abajo había un grupo de chicas y chicos del equipo haciendo un círculo, como si estuvieran hablando entre ellos. Jade estaba dentro del grupo y había alguien más. En ese momento él desapareció entre la multitud. Cuando salió, estaba arrastrando a una chica con él.

Era Charlie.

Llevaba pantalones y un abrigo, a diferencia de todos nosotros, que estábamos en playera y pantalón corto. Charlie levantó el brazo igual que Alana y me saludó mientras los dos se acercaban.

Ni siquiera pude procesar un pensamiento.

—¿Charlie?

—¡Que me bese la cumpleañera! —Charlie se lanzó a mis brazos y me estampó un beso delante de todos.

Me sentí como esa chica de la fotografía del beso, a la que un marinero tomó y besó en el medio de la calle al enterarse del final de la guerra.

Tomé su rostro entre mis manos, como si necesitara tocar sus mejillas para asegurarme de que ella estaba ahí, que era mi novia a la que estaba besando.

Estaba igual que hace un mes, con el mismo cabello rosa, el mismo perfume de caramelos y labial de sandía.

¿Estaba soñando?

Cuando se apartó me miró a los ojos con entusiasmo, como si aguardara alguna reacción o respuesta de mi parte.

—Q-cómo... ¿Qué haces aquí? —balbuceé.

—Vine de contrabando. —Colocó las manos debajo de su rostro como si lo estuviera acunando—. Quería sorprenderte. Sólo puedo quedarme hasta el domingo, pero quería verte.

Estiró el labio inferior como si estuviera haciendo un puchero y me vi en la obligación de robarle un beso.

Entonces, la abracé con fuerza. Mi entusiasmo pareció emocionarla aún más y me correspondió el abrazo con la misma fuerza. Tardamos varios segundos en separarnos y un par de minutos más en hacer que ella se fuera a las gradas para que yo pudiera entrenar.

No tuve la cabeza en el juego en ningún momento.

Intenté atrapar los pases y correr, pero por dentro estaba pensando en mi novia a un par de metros mirándome.

Pensé en lo que haríamos después del partido, en cómo podríamos celebrarlo.

Con comida, por supuesto

¿Traje mi billetera? Mamá vendría a buscarme ¿Y si le pedía que nos dejara en una tienda? ¿O si pedíamos para llevar? ¿Y si pasábamos a buscar a papá y salíamos a comer?

¿Limpié mi cuarto? Creía que sí, aunque no estaba segura de si hice la cama o no. Tenía la sospecha de que dejé algunos calcetines sucios junto al armario.

Mañana estaría soleado. Deberíamos salir a algún lado. O tal vez hacer algo con Alana y Jade.

—¡Andrea!

Cuando volví en si ya fue demasiado tarde.

Una bola se estampó contra mi cara y me hizo retroceder.

Solté el stick y sentí dolor en el rostro, precisamente en la nariz. Luego algo caliente. Cuando los abrí, había sangre en mis manos.

—¿Estás bien?

Alana se acercó corriendo. Las chicas se detuvieron para ver cómo estaba.

Intenté mantener los ojos abiertos y resistí el impulso de limpiarme la sangre de la nariz con la camiseta.

Eso me pasaba por lesbiana.

Ugh, qué humillación.

La entrenadora me hizo un gesto con la mano para que saliera de la cancha y la seguí, con el mentón en alto para que la sangre no goteara.

¿Mi dignidad? No sé dónde quedó.

El dolor era fuerte, pero más fuerte fue la pena que sentí. Una cosa era que te golpeara una pelota y otra era que la atraparas con la cara.

Y yo la había atrapado con la cara.

Incluso los chicos del equipo masculino lo habían visto.

Me senté en las gradas y dejé que la entrenadora me limpiara y me colocara un trozo de gasa en la nariz. Luego, me obligó a quedarme en la banca durante todo el entrenamiento.

La sensación de vergüenza desapareció tan rápido como llegó, en especial porque fue fácilmente reemplazada por todo tipo de pensamientos relacionados con Charlie.

Sí, sí, me había lastimado ¿Pero saben qué? Cuando saliera de aquí mi novia me iba a consolar con besos en la cara. Así que, por mi parte, valió la pena.

Para cuando el entrenamiento acabó, yo ya me había cambiado hace tiempo, así que me quedé sentada junto a Charlie, con la cabeza sobre su regazo mientras ella me hacía piojitos.

Ella estuvo en silencio todo el tiempo, pero apenas la cancha y las gradas se despejaron, habló, como si se lo hubiera estado aguantando durante estas dos últimas horas.

—Ya sabía que estabas emocionada de verme, pero no tenías que bajar la guardia así.

Levanté la vista y la encontré sonriendo con suficiencia.

Resoplé.

—Presumida.

Ella bajó la cabeza para mirarme. Bajo la sombra sus ojos se veían de un gris oscuro en lugar de azules.

—¿Entonces admites que te golpearon porque estabas pensando en mí?

Aparté la vista, sintiendo las mejillas calientes.

—Siempre pienso en ti —respondí a regañadientes.

Ella tocó mi mejilla y yo hice una mueca de dolor.

—¿Te duele?

Asentí con la cabeza.

—Hazme "sana, sana".

Charlie rodó los ojos, pero se inclinó un poco para darme un beso, cuidando de que su nariz no presionara la mía.

—Sana, sana, colita de rana. —Dejó un pequeño beso en la punta de mi nariz, apenas tocándola—. Lamento haberte hecho perder el entrenamiento. Debí haber sabido que no podrías dejar de pensar en mí y...

—Ay, cállate. —Puse una mano en su cara y la aparté—. Tendrás que compensarme.

Ella rio y frotó su mejilla contra la mía. Por alguna razón se sintió como un gesto mucho más cariñoso que un beso.

—Tal vez este cumpleaños no tengas una fiesta como el pasado, pero intentaré que sea igual de bueno.

Un año atrás, en mi cumpleaños, Charlie y yo sólo éramos amigas, tenía miedo de admitir que me gustaba y peleaba con ella porque me sentía acorralada.

Ahora tenía la cabeza en su regazo mientras ella me hacía piojitos y acariciaba mi mejilla. Ahora sabía que en la noche la abrazaría, que metería mi mano bajo su camiseta y podría sentir todos los lunares de su espalda.

Ahora podía decirle que la amaba y que pensaba en ella todos los días.

¿Qué estuve haciendo todos estos años con tanto amor guardado que no pude darle? ¿Ella también estuvo guardando todo ese amor para mí?

—No quiero que sea como el año pasado —respondí finalmente—. Este mejor.

🌸🌸🌸

HOLAAAAA ¿cÓMO ESTÁN?

Ay, los extrañé mucho mucho 🥺🥺

¿Qué tal les pareció el extra?

Sé que estuvo cortito, pero tomenlo como un adelanto de próximas cosas que se vienen. Esto no es lo último que van a saber de Andy y de Charlie, ni de Alana o Jade. Ni de Noah.

Estoy muy contenta de haber podido volver a escribir de ellos. En serio no tienen idea de lo mucho que me gusta volver a esta historia ¿Superar? Jamás. EGIR mi casita.

ANUNCIO: Para aquellos que tengan goodreads, pueden buscar la historia ahí y dejar una reseña o una puntuación dando su opinión. Me he dado cuenta de que hay gente dejando comentarios muy crueles sin haber leído la historia, así que me haría feliz que gente que sí la leyó hasta el final de su opinión

Pero bueno, no tengo mucho más que decir.

Me despido. Bai besitos muak

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro