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19


Jimin entró a la casa y no escuchó sonido alguno. Yeontan tampoco fue a recibirlo. Entonces, caminó a la sala y estaba vacía, eso era raro, siempre se encontraba a Taehyung practicando alguna de sus pinturas. Dejó su mochila en el sillón y fue hasta el cuarto que compartían.
Frenó en la puerta cuando escuchó lo que parecía un llanto, abrió y su corazón se rompió al ver a Taehyung sentado en el suelo, contra el respaldo de su cama, abrazando sus piernas. Yeontan se hallaba recostado a su lado.

—¿Tae? Tae, ¿qué sucede? — el pelirrojo levantó la vista hacia él y las lágrimas no paraban de caer. Se agachó frente a él y lo tomó por las mejillas, apartando el llanto con sus pulgares. — ¿Bebé?

—Es que... Necesito en serio verlo, Jiminnie... —lloró. Jimin sabía a quién se refería, apartó la mirada. — Hace unos meses fue su cumpleaños 18 —sonrió roto —¿Sabes lo hermoso que hubiera sido compartirlo con él?

—Tae, yo...

—Tengo que verlo aunque sea una vez más. Él me gustaba tanto, Jimin —mordió su labio — Él me gustaba tanto y siento que no podré seguir si no cierro esa etapa de mi vida, si no se lo digo... Perdí todo por ir a verlo y decírselo aquella vez...

—Tae, perdoname... —comenzó a llorar.

—No, no es tu culpa. Eras muy chico entonces, entiendo porqué no quisiste que se lo dijera cuando niños, ya pediste perdon por eso.

Pero Jimin no se refería a aquella vez.
Si bien no estaba preparado para ver a la persona que quiere, sonreír por alguien más, tampoco podía verlo sufrir. Y él quería tanto a Taehyung, él había llegado a amar tanto a Taehyung, que no quería verlo feliz junto a alguien más que no fuera él. Sin embargo, prefería eso a verlo infeliz, ahora lo sabía. —No, Tae... Yo... Yo lo vi. —agachó la cabeza, apoyándolas en las rodillas de Taehyung.

Kim sorbió su nariz y lo miró confundido. —¿A qué te refieres?

—Lo vi aquella vez en el supermercado, lo vi, estaba a pasos de nosotros. Me vio y no me dijo nada, tampoco yo...

—... ¿Por qué no?

—¡Tú sabes porqué!

—Jimin... Jimin —trató de apartarlo para poder verlo a los ojos —Jimin.

El rubio lo miró aún llorando— Perdón, sabiendo lo importante que era esto para ti, dejé que siguieras sufriendo...

— Deja de llorar... —lo atrajó hacia él y lo abrazó. Jimin se aferró a él — Ya está bien, no te preocupes. Si te arrepientes, está bien.

—Lo hago, te juro que lo hago... Sólo no quiero que te alejes de mí.

—Yo no lo haría... —lo separó para mirarlo, sujetando sus hombros. —Pero no te amo, no así. Eres mi amigo y una gran persona, alguien va a amarte, pero no voy a ser yo.

—Lo sé, sólo, déjame sentirlo y ya... —lo miró —¿estarás bien?

Taehyung sonrió —Lo estaré.













Jimin estaba en la universidad y él estaba aburrido en casa, por lo que decidió sacar a Yeontan a pasear.
Llevaba ya una hora y algo de caminata cuando despegó la vista del celular y miró a su alrededor.
El pánico lo inundó cuando se dio cuenta de que había tomado un camino distinto y desconocido por distraerse viendo las redes sociales.

—Ay, no, no. Tannie, creo que me perdí. — el perro ladró y Taehyung guardó su celular. — Tranquilo, no te preocupes, volveremos sobre nuestros pasos y... ¿Por dónde llegamos?

La gente pasaba y las luces de la ciudad se alzaban sobre él, ¿tal vez estaba en el centro? Había salido varias veces con Jimin, mas nunca prestó atención, pues el rubio siempre lo guiaba.
No recordaba que el camino a casa tuviera tantas luces y gente, entonces se alejó de todo eso. Así tal vez encontraría el camino. Hmhm, lógica Taewiniana.

Cómo todos sabíamos, su plan no funcionó y se encontró caminando por una calle algo desierta. Las luces de las calles estaban fundidas cada dos cuadras y Yeontan comenzaba a jadear. El pobre ya necesitaba algo de agua.

Lo levantó para cargarlo y casi se le para el corazón por el ladrido que Yeontan dio al frente. —¡Ay! ¿Qu-

Vio a lo lejos a un pequeño perrito marron, que doblaba en la esquina. Fue directo por donde el perro y lo siguió. Seguro estaba perdido, muerto de hambre, cansado, pobre, solo, sin familia, sin amigos, necesitado de amor, buscando cobijo. Necesitaba ser rescatado, necesitaba llevarlo a su casa, necesitaba ponerle un nombre. "Lo llevaré a casa con Jimin" pensó.

Al doblar la esquina, pudo ver a un grupo de cuatro muchachos caminar a unos pasos delante de él y se detuvo.
El perrito seguía por ese camino también y, aunque el miedo de perderse o cruzarse con la gente equivocada lo inundó, supo que tenía que rescatarlo.

Los siguió muy despacio, creyó que la oscuridad de esas cuadras lo ayudarían, mas frenó su caminar cuando uno de ellos volteó y le dijo algo a otro. Entonces, ese volteó también y lo miró directamente, mientras los otros siguieron su camino, el perro junto a ellos. Taehyung sintió miedo y se metió al callejón más cercano, estaba oscuro, pero vio que tenía salida del otro lado. Agradeció al cielo y apretujó a Yeontan.
Caminó hacia la salida, pero entraron don personas al callejón.
Se puso nervioso y fue hacia atrás, chocando con algo, miró, aquel chico que se había volteado hacia él, ahora le impedía el paso y lo miraba con ojos de gato.

—¿Por qué nos sigues? —su voz rasposa resonó amenazante.

—Yo, no... Yo... —estaba sin habla y uno de los otros puso la mano en su hombro y lo apretujó ¿Qué pensaban hacerle?

—Seguro es del grupo de Mark. —dijo.

—Dame al perro. —mandó el primero.

—¡¿Qué?! ¡N-No! —lo abrazó.
A diferencia de Taehyung, Yeontan se veía bastante tranquilo. ¡¿Acaso no veía el peligro?!

—Abajo. —el que lo tenía por el hombro, empujó hacia abajo y quedó sentado en el suelo — No te muevas. —amenazó.

Quedó arrinconado contra la pared. El de los hombros por un lado y el que había llegado con él por el otro. El robaperros, caminó unos pasos hacia la salida, encontrándose con el cuarto chico que faltaba, Taehyung miró de reojo y vio cómo movía las manos hacia él y el otro hacia lo mismo. Qué lo parta un rayo ¡¿estaban usando idioma de señas?!

Entonces el primero se voltea hacia él, dejando ver al último.
Tanto Taehyung como él arquearon las cejas, no podía ser posible.

—¡¿Jungkookie?!

—¿Taetae?

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