17
—Jungkook, ¿ya bajaste tus cosas? — Yumi miró a su hijo, otra vez estaba tocando su aparato. —¿Jungkook? —se acercó a él y tocó su hombro. —¿Estás bien?
—Te oí, sólo... Sólo creí escuchar un pitido.— se volteó hacia ella. —Voy por mis cosas. —caminó hacia la casa.
—¿Seguro no necesitas una revisión? Hace meses que no vas y-
—Estoy bien —la interrumpió. —bajaré rápido.
Jungkook sabía que lo que tenía no era físico. Era ese maldito recuerdo que todavía lo atormentaba, ese grito que lo destrozó en su niñez, lo desesperaba aún en su adolescencia. Siempre que se acordaba de aquel hecho, el pitido regresaba.
Llegó a su cuarto y recién ahí notó que rascaba su oído con desespero. Se quitó el aparato y todo enmudeció.
Tragó aire para tratar de relajarse.
Él había decidido dejar todo atrás. Y con todo, se refería a todo. Durante esos dos años, había tratado de convencerse que no debía extrañar su vida en Busan. Su vida en Busan era basura, así era. Todo lo que creyó bueno de su vida ahí, resultó ser falso y terminó por escupirle en la cara.
Después de la pelea que tuvo con Jimin, en la que el rubio no lo dejó explicarse para nada y sólo tuvo que soportar cómo éste le gritaba, dejó de hablarle. Jimin había cambiado mucho e incluso lo trataba de manera ruda desde que dejó la ciudad.
Y Taehyung... había viajado a la semana de nuevo hasta su casa, pues necesitaba una respuesta. Esperó en la puerta de su casa como por una hora y Taehyung nunca lo recibió. Volvió sin su respuesta.
Entonces supo que su madre nuevamente tenía razón, no debía seguir con sus caprichos de niño. Él debía madurar y ver la vida de otra manera. No sería una víctima, no tendría gente que sólo le ofreciera una falsa amistad y se valdría por sí mismo.
Tomó la mochila que había dejado en la habitación y la afianzó sobre su hombro. Ya estaba listo para irse.
Volvió a colocarse el aparato y el sonido volvió a él.
"Me gustas"
Su cuerpo vibró ante el recuerdo y todos los momentos vividos con Taehyung. ¿Había sido sincero cuando dijo eso?
No importaba, también dejaría eso atrás.
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—¡Taehyung! ¡¿Cuánto más vas a tardar?!
—Bueno, te llaman. Ya vete — el hombre le extendió el perro que sostenía en sus brazos.
Taehyung acomodó el bolso sobre su hombro y sujetó al animal — Fue divertido mientras duró. —sonrió.
—Fuiste un maldito calvario, Taehyung — palmeó su hombro, lo que tomó por sorpresa al pelirrojo.
—Tu igual, maldito bastardo. —se atrevió a decir. —Ya me voy y espero no verte nunca más en la vida. —hizo una reverencia. —Gracias por alojarme.
— Deseo lo mismo. — Taehyung asintió y se giró para irse. Cuando cruzó la puerta, su padre habló de nuevo — Te deseo lo mejor. Sé feliz hijo, es lo único que quiero.
Taehyung se giró con sorpresa, pero su padre ya había cerrado la puerta.
Entendió el mensaje, no volvería nunca más a su lado. El primer paso para ser feliz y libre.
—¿Taehyung? — Jimin captó su mirada —¿Nos vamos ya?
—Seguro —sonrió y subió a su auto, seguido por Jimin.
—Vamos a viajar ahora, ¿estarás bien?
Taehyung lanzó un suspiro tembloroso y acarició al perro en su regazo.
—Sí, sólo no apartes la vista del camino.
Luego de aquel reencuentro hace dos años, el par pasó más tiempo juntos.
Jimin lo visitaba en cada oportunidad que tenía y Taehyung llegó a pensar que el rubio buscaba algún remplazo de Jungkook en él, ya que jamás había visto o sabido de algún amigo a parte de Jungkook que Jimin tuviera. Mas no dijo nada y se limitó a dejarse llevar en la relación.
Por su lado, su padre buscó ayuda psicológica para él. Si bien Sikhyung preferiría nunca haberse topado con su hijo de nuevo, ahora lo tenía junto a él, y sabía que la actitud rebelde de Taehyung y su ánimo de presionar todo hasta que el límite le explote en la cara, no era normal en él, era claro que tenía que ver con la muerte de su madre y nunca haberse expresado con respeto a ello. Ni hablar de los ataques de ansiedad y nervios que le daban cada vez que mencionaba el hecho o la idea de pisar ruta de nuevo.
Supo que Taehyung necesitaba ayuda sentimental en cuanto lo vio romperse frente aquel chico, y ayuda profesional luego de su intento de suicidio.
—Vamos a llegar a la ruta, ¿seguro que estarás bien?
—Qué sí. — hizo una mueca. La doctora le había dicho que estaba listo, pues estaba listo. Esos dos años de terapia no serían inútiles. O de eso trataba de convencerse.
—¿No me vas a empezar a arañar la cara como la última ves, no? —lo miró.
—Claro que no —puchereó, haciendo contacto visual con Jimin —¡¿Qué haces?! ¡Pon los ojos en la ruta! —apretujó a Yeontan, ganándose un chillido del can — ¡Perdón, Tannie! —aflojó su agarre.
—Perdón, perdón. —resopló, volviendo su vista al frente. — Bueno, tardaremos unas horas, puedes dormir un poco más si quieres.
—Ni loco, si te llegas a distraer y-
—Taehyung, dijiste que estabas listo.
—Lo estoy.
—Estás siendo paranoico.
—Estoy siendo precavido. —infló sus mejillas — Estoy listo, lo estoy.
Se dirigían al nuevo departamento de Jimin, el cual quedaba en Seúl.
Sus padres se lo habían comprado debido a que pronto empezaría su carrera de ingeniero en esa ciudad.
Taehyung debía irse de su casa en cuanto sea mayor, así que no dudó en aceptar la propuesta de Jimin sobre ir a vivir con él. No tenía trabajo, no tenía dinero y no tenía ideas o intenciones de estudiar algo, Taehyung estaba nulo, así que, aceptó.
No eran los grandes ni mucho menos los mejores amigos, pero ambos habían encontrado comodidad en la compañía del otro. Entonces, estaba bien.
—¿No piensan tus padres que seré como un parásito o algo así?
—Mira, ellos me regalaron el departamento a mí y meteré ahí a quién me plazca. Tengo dinero ahorrado y mi beca. A demás, una vez allí, podrás buscar algún empleo o algo.
—¿Y mientras tanto, qué haré? Digo, ¿sólo quedarme en tu casa, usando tus cosas, comiendo de tu comida?
Jimin lo miró por unos segundos antes de volver su vista a la ruta, sabiendo que se ganaría otra queja al ver la expresión de Taehyung — Perdón, tiendo a mirar a la gente cuando hablo. Con respecto a lo otro, tal vez te sientas mejor si te encargas de la limpieza de la casa o de preparar la comida, ¿te parece? No estaría sólo de colado.
—Estás diciendo que estoy de colado. —volvió a pucherear, cruzandose de brazos.
Jimin rió — Si vives abultando los labios, sólo vas a provocar que la gente quiera darte un beso. —
Taehyung pasó a morder su labio, rompiendo con la rabieta labial. — Y eso sólo te hace lucir más sexy.
—¡Ah! Jimin —se quejó, tapando su cara para ocultar cualquier expresión de la cual el otro pudiera burlarse — No luzco sexy para nada.
—Jaja — rió secamente. — Ya destapate mentirosillo, sólo bromeo.
El pelirrojo se descubrió y aún mordía su labio, pero ahora era por la pregunta que aún rondaba su mente.
—¿Lo... Lo vamos a buscar?
—...
— ¿Jimin?
— Voy a Seúl por otros asuntos, Taehyung.
—¿Lo puedo buscar yo?
—Haz como quieras. A mí me dejó en claro que ya no me quería o me necesitaba. Pero te advierto que Seúl es grande y podrías perderte.
Kim no dijo nada más y siguió mordiendo su labio. Miró a Yeontan que dormía tranquilo.
¿Jungkook lo hubiera buscado?
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