—Para un momento y respira Amor, no eres nada de lo que te dijo ¿okay? Olvida sus palabras y no te enganches, ¿qué fue lo que dijo? ¡¿Estúpido y poca cosa?! Pero qué demonios?!

Louis sostiene el celular entre su hombro y su mejilla mientras se deja caer en la dura banca de madera y sigue en su llamada, hay una burbujeante oleada de ira creciendo desde su pecho y solo quiere tener frente a él a ese adefesio mal hecho y golpear su estúpida sonrisa.

—Tú eres suficiente, inteligente, capaz e increíble así como eres. Estás a la altura de lo que sea,¡Joder! Cariño, no te menosprecies porque eres la mejor persona del mundo—dice con la voz clara y sin titubear pero dentro suyo, hay una bola de impotencia creciendo como una bola de nieve que solo crece a medida que escucha por la bocina de su móvil.

Hay un silencio y eso indica que está escuchando con atención mientras sostiene el teléfono en la mano. Es fácil saber cuán irritado está por lo que escucha a través de la bocina de su móvil cuando resopla un par de veces antes de gritar con énfasis.

—¡No! ¡Absolutamente no! ¡Eres el mejor hombre del mundo, sí así, con esa barba de mendigo y esos ojos de cachorro apaleado!— hay un silencio intermitente y la voz llorosa del otro lado de la línea grita algo que estruja el corazón del castañito y lo hace cerrar los ojitos azules para contenerse—¡No, no, no! ¡Pero si eres hermoso! ¡Sí! ¿No le gusta tu cabello rosa? ¡Pero se te ve genial! ¡¿Los tatuajes le molestan?! ¡Pero te hacen jodidamente más hermoso!

Louis exhala, la molestia creciendo en su interior cuando escucha el llanto ahogado, aquellas fueron palabras duras y se colaron en la mente de una de sus personas favoritas, es de alguna manera "su chico" el que llora al otro lado de la línea. Aquel a quien se prometió cuidar de todos.

—¿Sabes qué pasa? Estoy seguro que descubrió que eres increíble y demasiado para él y por eso decidió buscar a alguien más a su nivel, pero eso no tiene nada que ver contigo, tiene todo que ver con él —bufa —Sí, imagínalo así: tú eres un bombón dulce y delicioso pero él es un idiota que está acostumbrado a recoger chicles masticados del suelo ¡Estúpido!

Sus palabras intentan ser convincentes para él en primer lugar porque necesita ser creíble, tener a Zayn ahogándose en llanto al otro lado de la línea es la alarma que repica en su mente porque él siempre es el que lo protege, ha sido así desde que se conocieron.

—Absoluta mierda Bebé, no los escuches, no mereces recibir su mierda. Esta es tu vida cariño y no puedes desperdiciarla persiguiendo a alguien que se aleja a propósito. Mereces a alguien que te trate bien, y que te haga sentir bonito porque lo eres, tienes los ojos más bonitos que he visto en toda mi jodida vida. Mereces solo lo bonito Amor, mereces a alguien que no solo te arranque la ropa, sino los miedos.

Está sentado en una banca doble en aquel parque y está gritando, pero no se da cuenta de este hecho, porque evidentemente está más preocupado por consolar que por los oídos castos de cualquiera que lo escuche.

Se levanta, se sienta y se vuelve a parar. No tarda más de dos segundos y vuelve a sentarse sobre la banca, pero sus manos hacen puño sobre la tela de su abrigo con el enojo saliendo de su sistema cada vez que escucha la voz al otro lado de la línea y solo enfurece más.

—¡Es tu puto derecho vestir como tú quieras ¡joder! ¡¿pero por qué tendrías que avergonzarte?! ¡Solo estás siendo tú mismo! ¡Jesús! ¡¿Y qué si un hombre se pinta las uñas también?! ¡No! ¿Por qué tendrías que esconderte? Mereces una vida sin un maldito dedo acusador!

Louis finalmente se levanta de aquella banca, da tres pasos y regresa sobre su camino hasta sentarse de nuevo, es una banca doble, un muro a medias la divide y apenas siente cuando alguien se mueve detrás de él ocupando la otra mitad justo a espaldas suyas. Está seguro que esa persona sea quien sea, ha escuchado todo su discurso, pero ¡qué diablos! Él no le debe silencio a nadie.

—¿Tu bolso es demasiado femenino?! Lo voy a matar! ¡Mierda! ¿qué tiene ese imbécil en la cabeza? Caca? —resopla con ira —¡Voy a patear su patético e inexistente trasero huesudo, tú no estás solo, me tienes a mí y yo te voy a defender! —suena tan amenazante como un gatito con un cuchillo de plástico pero al fondo, detrás de su imagen de falso chico malo, hay tanto sentimiento en sus palabras, es el ardor y el amor mezclados lo que le dan el peso y la veracidad a su discurso, nadie dudaría que está defendiendo como una fiera al amor de su vida o a su hijo, lo cual sería rarísimo ya que apenas tiene veintiocho años pero lo que sea.

—¡¿Pequeño?! El imbécil dijo que soy pequeño?! ¡Pequeño tiene el cerebro y seguramente el pito! Sí, sí estudios científicos han demostrado que los hombres de pito chico son machistas, imbéciles y egocéntricos.

Está seguro de que escuchó una risa de quien está sentado a espaldas suyas y qué carajos?! Pero ahora no tiene tiempo de pelear con alguien más. Así que lo ignora sin siquiera voltear y sigue dando consejos millonarios.

—¿Cuáles estudios? ¡Pues los de la Universidad de "Mevale diez mil kilómetros de mierda" de Massachussets, ¡qué sé yo, unos que me acabo de inventar!

Suena como un auténtico lunático y dramático pero ha hecho reír a Zayn y eso es todo.

—No Amor, no tienes que cambiar para gustarle a nadie, no amas a alguien por su apariencia, sino porque canta una canción que nadie más escucha...—suspira melodramático mientras rueda los ojitos y luego aclara— sí, sí lo dijo Oscar Wilde pero qué importa!

Sonríe apenas porque ha logrado hacerlo reír y eso es, en el mejor de los casos; una pequeña victoria.

—Suficiente mierda para ti Cariño, pasaste por cosas que podrían destruirte, pero aquí estás porque eres fuerte y no importa si no eres invencible, no necesitas ser perfecto solo tú mismo Zayn.

Recompone su postura y acomoda su espalda contra el respaldo de la banca. Hay un ligero calor que emana del cuerpo del sujeto que está compartiendo la misma banca pero a espaldas de él por lo que no puede ver su rostro mientras casi finaliza su conversación telefónica.

—Zaynito de mi vida, escucha, tú eres tan bonito como los cielos de Van Gogh ¿de acuerdo? El imbécil no sabe de arte.

Observa el reloj en su muñeca y se da cuenta que debe volver al trabajo, de nuevo ha perdido su hora de almuerzo, es la tercera vez en esta semana que sucede, pero no importa, Zayn lo necesitaba más, su estómago puede esperar.

—Te amo estúpido.

La llamada termina y Louis observa su teléfono en la mano mientras suspira y debe volver al colegio porque claro, el hombre perfecto es jodidamente trabajador.

—No, mientras yo exista, siempre te voy a defender...¡Puto analfabestia! —grita a la nada mientras suspira y guarda su celular.

Se levanta y camina hacia la calle cercana sin voltear a ver a la persona a sus espaldas por lo que su silueta es apreciada desde atrás y el universo no podría haberle dado semejante derriere a un ser humano, ese trasero es simplemente "glorioso".

"No tienes que cambiar para gustarle a alguien, no amas a alguien por su apariencia, sino porque canta una canción que nadie más escucha.

"No necesitas ser perfecto sino tú mismo"

"Mereces que te traten bonito".

Aquellas palabras resuenan en la cabeza de Harry que ha escuchado casi todo el monólogo telefónico mientras estaba de espaldas en la misma banca.

Estuvo a punto de volverse para mirar de lleno a la persona que ha hablado con tanto amor y furia, la pasión estaba allí justo en la forma en que decía aquello, como si fuese una cátedra o el mantra de su vida, el hombre; quien quiera que sea, le ha dicho lo que tanto necesitaba escuchar como si fuera el maldito mejor coach de la vida.

¡Joder!, Harry nunca había escuchado a alguien hablar con esa seguridad, aquel era un hombre como ninguno, piensa Harry y casi ha tenido un flechazo inmediato no solo por el tono de voz enérgico y dulce a la vez, sino por las palabras, por la rudeza de la pasión con que inspiró a quien le hablaba. Ese hombre con el trasero glorioso se hace cada vez más impactante y aunque ha desaparecido sin oportunidad de encararlo, Harry ha obtenido hoy, justo lo que su yo adolescente hubiera querido escuchar.

Es bien sabido que un aroma o una canción pueden convertirse en una persona, y cada vez que la escuches, estarás recordando a esa persona. En esta ocasión, una voz se convirtió en una persona sin rostro, pero se coronó como el primer enamoramiento real de Harry.

Quizá después de todo, el amor a primera escucha también exista.

.........................................

"Eres tan bonitx como los cielos de Van Gogh... por favor no lo olvides nunca"

Hola, soy Maki y quizás no me conozcas; pero estoy escribiendo esta historia para ti, ¿puedes darme una oportunidad?

Besos.

MAKI <3