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Capítulo 3 "Tercer encuentro"

Dedicado a @_CassandraG_, @26aLELOPEz07 , @-Annamnanskndnanan-  @DonajiRoldan.


—¿Pero por qué yo? —Louis pregunta a su jefe cuando este le tiende aquella tonta botarga —¿Qué pasa con Buck de todos modos?

—Está indispuesto.

—Toda la vida ha tenido cara de culo, es no es novedad, sin embargo, no es algo que tenga arreglo —bufa— podría hacer esto él.

Buck era uno de los profesores del Instituto donde Louis enseñaba lengua de señas, y el tipo se caracterizaba por objetar todos los planes que el director Horan proponía para recaudar fondos. Este día no sería la excepción, el director planeó una actividad que consistía en salir a la calle con una botarga de un hombre obeso con un aspecto desaliñado, llevaría un cartel con una frase escrita "No puedo escuchar tu voz, pero puedo ver tus ojos tristes ¿Quieres un abrazo?"

El objetivo sería demostrar que mucha gente tiene sus propios criterios que solo los llevan a discriminar y rechazar a las personas cuando no encajaban en "la normalidad" de una sociedad apabullante, específicamente cuando éstas no podían comunicarse como todo el mundo por falta de audición. Si lograban concretar esta parte del proyecto, era muy posible que el colegio calificara para un programa que aportaría recursos importantes.

—¿Quieres que ganemos esto o no? —preguntó Horan con el ceño fruncido —Buck podría arruinar todo.

—Buck arruinó el mundo el día que decidió nacer.

—Relájate Tomlinson, —se burla Buck que acaba de entrar a la oficina del director, tal como lo prometió, se está vengando —te voy a mandar a un spa, tienes cara de estrés.

—Tú tienes cara de gorila y no por eso te he mandado a la maldita selva.

—Ow —contrataca Buck— el señor T está enojadito, ¿será que te falta "una" —sus ojos grises hacen un gesto asquerosamente obsceno y desagradable hacia su propio miembro— Chiquito?

—Chiquita la tienes, imbécil.

—Pero a Helena la entretiene.

—Sí, buscándola.

—Basta señores —interviene el director Horan —Buck, si de verdad estás indispuesto, vete.

—Oh sí señor Horan, me siento taaan mal, creo que me dará un resfriado —estornuda falso el muy patán, y se fue, no sin antes sonreír a Louis.

—Ojalá le aparezca un pelo...

—¿En la sopa?

—No...en la boca.



(...)

El sol de la tarde se debilita lentamente a merced de las nubes naranjas que trae el ocaso del día que muere lentamente y Louis está dentro de aquella botarga, el cuerpo robusto, relleno de capas de esponja y ropas apretujadas de algodón le producían cierta incomodidad.

Estaba en una de las calles más transitadas de la ciudad con aquel cartel, llevaba más de cuarenta minutos y aún nadie se respondía a su invitación de recibir un abrazo, una muestra de afecto sin morbo. El simple contacto humano que muchas veces se vuelve un abrigo para el alma.

Una pequeña niña se acerca para recibir el primero, sin importar cómo lucía aquel hombre, él le sonríe con dulzura, aún debajo de aquella barba falsa y todo el disfraz. La sensación de tener un par de bracitos abrazándolo con cariño sincero es esa pizca que le hace resistir un poco más antes de abandonar el plan. Es inevitable la decepción por la reacción tan apática de las personas, pero de nuevo, es lo que es.

Espera pacientemente por alguien más, mientras camina por toda la acera, buscando entre la gente que transitaba por todas partes, una sola persona que quisiera ser reconfortada por un extraño, no es como si estuviera ofreciendo una charla, tan solo era un abrazo.

Está agotado, los pies duelen y su estómago comienza a doler por el hambre, se ha saltado el almuerzo después de todo, una terrible costumbre para el profesor Tomlinson.

—Okay, amm entonces nos vemos mañana —dice Harry mientras teclea algo en su celular, Liam camina junto a él pues la cafetería acababa de cerrar debido a mantenimiento.

Lo mira por algunos segundos, sin decir nada como siempre hasta que Harry alza la vista.

—¡Joder! Lo siento Liam.

Levanta su mano derecha y la mueve en señal de despedida, lleva dos dedos señalando sus ojos y enseguida a Liam "Nos vemos mañana" —señala lento y torpe.

Liam lo mira como siempre, con una incógnita en el rostro, pero Harry es el jefe y alguna excentricidad se merece.

Liam lo mira por última vez antes de alejarse de él, responde de igual forma, moviendo ligeramente la mano y cruza al otro lado mientras Harry permanecía varios metros detrás de él todavía absorto en su móvil.

Cuando pasa junto al hombre con el cartel, se detiene por un instante hasta que encuentra el rostro del tipo. Duda por un momento pero no ha visto esa mirada en nadie más, sí, el tipo parece vagabundo pero incluso la estatura le hace dudar, vacila mientras lo escanea hasta que Louis se quita momentáneamente aquellas gafas y parte de la prótesis que está usando y lo mira. Una sonrisa agradable se extiende por el rostro del castañito cuando abre los brazos y tira de Liam para recibirlo entre sus brazos.

—¿Louis? —dice Liam mientras que, con una mano logra quitarse uno de los auriculares —eres tú.

—Hola Liam, sí hermano, soy yo, ¿te engañé?

—No exactamente —movió la cabeza mientras se separan —¿Qué estás haciendo vestido así?

—Horan —es la única respuesta —¿Cómo has estado? ¿has practicado?

—Sí, mira—asiente orgulloso y sus manos comienzan a moverse con las pocas configuraciones que conoce— "Hola, ¿cómo estás? Mi nombre es Liam"

Liam demuestra pocos avances en sus clases de lengua de señas, pero es un estudiante diligente y pronto avanzará. Afortunadamente su nombre era de apenas 4 letras cuyos movimientos ya domina y eso le enorgullece.

"Eso estuvo muy bien, eres un gran estudiante Liam" —responde Louis con el mismo código de comunicación en señas.

"¿Te veré más tarde hoy?

"Sí. Te veo a las 7"

"Bien. Adiós Louis"

"Adiós Liam"

Mientras los dos hombres establecen una charla y son sus manos las que protagonizan toda la conversación, Harry observa de lejos.

Es tan extraño ver a Liam comunicándose con alguien, no le había visto usar lengua de señas y sobre todo sonreír pero sabía que el chico era muy inteligente. Liam había comenzado a aprenderlo cuando su lesión en el oído amenazaba fuertemente su audición y su único medio de comunicación parecía ser la lengua de señas. Nunca lo descartó.

El jefe termina de enviar sus mensajes mientras camina por la misma banqueta donde aquel par de hombres habían conversado. Liam se ha retirado y Harry siente mucha curiosidad por ver al hombre que le ha arrancado una sonrisa a su empleado.

"No puedo escuchar tu voz pero puedo ver tus ojos tristes ¿Quieres un abrazo?" Harry lee en silencio la frase, sus labios ni siquiera se movieron. El hombre que sostiene el cartón parece cansado.

Busca su mirada pero él está distraído, aún así, Harry puede ver una sensación de decepción que, por alguna razón le hizo sentir mal a pesar de que el vagabundo y él ni siquiera se conocen. El pobre hombre seguramente está cansado y hambriento, piensa Harry.

Da media vuelta para volver a su cafetería a solo unos metros de distancia, toma un par de bollos y su propio café y regresa sobre sus pasos. No piensa demasiado en lo que va a hacer, es solo una muestra de humanidad piensa, echando muy al fondo el conocimiento de lo que su familia siempre dice "la caridad es compartir, cuando encuentres a alguien especial; asegúrate de alimentar no solo su alma, sino su cuerpo".

El tipo extraño sigue caminando con aquel cartón sin obtener nada más que la indiferencia de las personas que lo esquivaban al caminar por ahí. Harry llega hasta él pero está de espaldas, lo ha visto usar lengua de señas, así que si le llama no podrá escucharlo de todos modos, piensa Harry, de manera que se limita a tocarle el hombro.

Louis siente un pinchazo justo en el hombro derecho, seguro de que no es alguien empujándolo para lastimarlo, voltea por completo para defenderse a sí mismo como lo ha hecho toda su vida: solo. 

Louis quiere gritar ¡Es él! Bendito Universo que le ha traído hasta aquí al hombre más hermoso, nuevamente.

El hombre que encuentra le sonríe mientras extiende el café y los bollos, el castañito puede ver un par de perfectas sombras difuminándose en sus mejillas y el corazón salta de emoción por cada pequeño descubrimiento que hace, algunos dicen que los hoyuelos son imperfecciones en el rostro pero ¡son hermosas! Aquellas sombras solo encubren momentáneamente el sonrojo asomándose por encima de sus pómulos.

Louis está en pausa, su cuerpo no se mueve, aferrado al pensamiento de que este hombre podría convertirse fácilmente en ese lugar donde se escondería cada vez que necesite escapar del mundo. Como si su interruptor se hubiera estropeado, y solo su cerebro fuera capaz de reproducir una retahíla de un solo tema: ¡Es él! 

¡El "futuro señor Tomlinson" piensa Louis, el mismo que vio trotando hace unos días y joder! Lo ha vuelto a ver, con su perfecta sonrisa y sus ojos de bosque. El Sol está por debajo del horizonte y sus últimos rayos iluminan el cielo, pero no es eso lo que vuelve mágico este encuentro, es este hombre, es su magia, todo él es lo que hace brillar los ojitos azules del castañito.

Louis quiere preguntarle ¿Dónde había estado todo este tiempo y por qué ha llegado tarde? Louis quiere decirle que lo espera desde hace mucho y se sorprende a sí mismo con ese pensamiento cursi pero hay una sensación apretándole, como si de repente se diera cuenta que, en efecto; le ha extrañado.

Harry lo mira y la sensación, por muy caliente que sea trae algo más. No hay palabras entre ellos pero eso no es un impedimento para establecer un breve contacto, es como si su alma hubiera escuchado algo que a sus oídos no se le permitieran, pero lo ha entendido y sobre todo, lo acepta.

Por un momento duda, no sabe qué hacer cuando Harry lo atrae muy brevemente en un abrazo, solo atina a responder igual mientras su memoria olfativa crea un espacio para ese embriagante perfume.

El otro hombre olía bien, como algo dulce y a la vez tenía impregnado en la ropa el aroma a pan recién horneado. Louis aspira con un poco de vergüenza mientras el breve contacto se da y cuando está a punto de agradecer, el abrazo se rompe y entonces el tipo rizado gesticula torpemente con sus manos despidiéndose, señala el cartel y lleva su mano derecha a su propio corazón, en un lenguaje bastante primitivo, mueve sus labios sin emitir sonido alguno y Louis, experto en leer labios, comprende un "Gracias".

El hombre se aleja antes de poder responder algo y el fantasma de sus brazos se desliza de las manos de Louis, justo donde se habían tocado.

Puede sentir la estela del contacto todavía tibia y es como un abrigo invisible y sin embargo; es jodidamente tangible, aún puede sentirlo y quizá su cuerpo tiene alguna especie de memoria fotográfica porque se ha impreso en su cerebro la forma en como el cuerpo de Harry se sintió,  quizá es un toque reservado solo para los que aman con cada sentido y no solo con los ojos.

—Hasta la próxima vez, mi amor —susurra al viento, mientras a los lejos Harry se pierde entre la multitud.


(...)

—¡Estoy enamorado! —grita cuando entra a su pequeña sala dos horas más tarde, se ha despojado de aquel tonto disfraz y está a punto de comenzar su primera clase por a tarde, con adultos.

Liam lo observa, se quita de nuevo un auricular mientras el castañito sigue describiendo al hombre de sus sueños —nos conocimos hace días y él me miró, con esos ojos verdes hipnotizantes, sus pestañas son mi cosa favorita, y es hermoso y ¿mencioné sus ojos? ¡Joder! ¡Qué ojos!, y es alto, guapo, tiene una sonrisa preciosa y-

—¿Las pelotas? —interviene el director Horan al verlo llegar.

—No se las vi, pero me imagino que todo lo tiene hermoso.

—¡Jesús, Louis! Pregunto por las pelotas sensoriales para la sala B, quedaste de pasar por ellas!

—Ah sí, en mi auto.

Louis ignora por completo a Horan mientras sigue suspirando, el café en su mano y los bollos todavía envueltos

—¿No vas a comer eso? —pregunta el jefe, codiciando el aperitivo.

—No, no quiero que se gaste.

—¿Dónde conseguiste eso? —pregunta Liam al notar la etiqueta de la cafetería donde él mismo trabajaba.

—Me lo dio el papá de mis hijos, el amor de mi vida, el dueño de mis quincenas ...y de mis nalguitas —suspiró— ¿Te dije que también usa lenguaje de señas? Es un poco torpe aún, pero yo le puedo enseñar.

—¿Vas a enseñarle lengua de señas a una persona que acabas de nombrar como tu "futuro"?

—A ese hombre le voy a enseñar eso y muchas cosas más.

—Parece que alguien está caliente —anuncia Buck cuando aparece detrás de la puerta.

—Por supuesto que sí, ¿sabes quién? ¡El planeta! así que cuídalo, animal, que es el único donde vive mi futuro esposo.

Ignora el resto del tiempo a Buck, y dedica sus siguientes minutos a pensar en cómo será la boda y qué nombres le pondrán a sus hijos...

Porque sí, tal vez esta vez el maldito Cupido apuntó bien, solo espera que haya apuntado a los dos, a los dos!


........................................

"Cualquiera en su sano juicio, se habría vuelto loco por ti".


¿Cómo ha sido tu día, amor?

Pienso en ti, ojalá estés siendo feliz donde quiera que estés.

Besos.

MAKI <3

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