°^Gato encerrado°^

—¿Quieres qué te traiga un poco de agua?.

Fue lo que preguntó Rob, pero lo único que recibió fue un. No. Así que solo volvió a sentarse nuevamente en el escritorio de Hitch.
Rob no paraba de ver a aquel pegaso, así que simplemente se acercó a la puerta de metal y la abrió.

Thunder por otro lado, estaba confundido, ya que en el reloj de la pared miraba que faltaban unos segundos, así que dirigiéndose al poni este solo volteó su mirada.

— ¿Por qué me liberas?. — preguntó.

Pero no tenía respuesta del otro, aún que Thunder trataba de buscar la mirada del poni más bajo, este simplemente la apartaba. Cosa que divertía un poco al pegaso.

— Solo.... — Intento hablar. — Es qué...

— Está bien.

Thunder había interrumpido al poni, y pasando sus cascos al rededor del cuello del otro y con ayuda de sus alas lo abrazo. Rob simplemente cerro sus ojos sintiendo el calor del otro recostándose en su pecho. Y sin previo aviso, sintió como el otro le había quitado el gorro.

— ¡Oye!. — Se quejó Rob. — ¡Regresamelo!.

— No. — colocando el gorro detrás de él. — Solo tenía curiosidad de poder verte sin tu sombrero.

— No es nada del otro mundo.

Habló Rob, y simplemente con una maniobra que había aprendido gracias Hitch, este se abalanzó encima del Pegaso y poder tomar su gorro. Thunder se había quedó boquiabierto, y al momento de ver como el poni terrestre ocultaba su melena, solo le sonrió.

— Te vez mucho mejor sin el. — Ajustando mejor el gorro. — No la escondas.

Luego de eso, Thunder se despido con un guiño, y sin perder tiempo corrió hacia la puerta de la comisaría hasta llegar al límite de la plaza, lanzándose por aquel acantilado y así tomar velocidad al momento de abrir sus alas.

Rob simplemente miro como aquel poni volador se alejaba,  y al ver su reflejó en la ventana este se quitó el gorro dejando que su larga melena calles sobre su rostro, tapándole una parte de su rostro, pero con ayuda de su casco se lo acomodo un poco quedándole como un flequillo.

— Tal vez con un corte estaría bien.

— Mejor unos rizos. — Hablo tormenta.

Rob solo observó la emoción en la pegaso, y al mirar al otro que estaba detrás de ella, este solo había formado una X con sus cascos. Rob no pudo contener la pequeña risa, así que simplemente se colocó nuevamente la boina y se acercó a ambos ponis  y charlar un rato.

Mientras que en un hospital, se encontraban un grupo de chicas esperando los exámenes.

— Muchas gracias hermana.

Habló molesta Zipp. Está tenía una bolsa de papitas a punto de terminar. Está ya estaba desesperada en salir de ese lugar, pero fue gracias a su hermana quién preocupada pidió que le hicieran cada uno de los exámenes y así ver que este estuviera completamente bien.

— Ya dije que lo sentía. — Contesto Pipp.

— Vean el lado positivo. — Dijo Sunny. — Con esto sabremos, si Sprout tendría una alergia que desconocemos.

— ¿Es una broma?.

— Perdona a mi hermana Sunny. — Se acercó Pipp. — Ella no es una besti.

La chica estaba completamente molesta, que sin perder más tiempo fue directo a la máquina y pedir dos bolsas de papitas, una picante y la otra sin picante y así poder tranquilizarse. Sunny simplemente se dirigió nuevamente a los asientos de espera con la pegaso de color rosa, mientras se preguntaba que pasaba adentro del cuarto. Ya que la única que lo acompañaba era Izzy, sabiendo que su amigo le tenía pánico a los unicornios. Desde que pasó el incidente en la bahía, estos no se han separado, al igual que su amiga Pipp, quien cada vez está más preocupado por el.

Pero en aquel pasillo 3 habitación 25. Se encontraba una unicornio con una clipper.

— ¿Está quedando bien?.

Preguntó Sprout, quien solo sentía la máquina detrás suyo, mientras miraba el suelo y aquellos cabellos amarillos caían al suelo.

— Estás quedando precioso. — Dijo Izzy. — Confía en esta unicornio.

— Claro que sí lo hago. — Tomando sus mechones de cabello. — Hacia mucho que no me cortaba la melena.

— ¿Enserio?, ¿Por qué nunca lo habías pensado?.

Preguntó la unicornio por educación, aún sabiendo que realmente no quería escuchar la historia, ya que no quería perder la concentración en lo que estaba haciendo.

— Es un poco bobo. — contesto Sprout.

— Dime. No le diré a nadie. — cepillando. — Además hablas con la reina de las boberías.

— Solo no le digas a las chicas, menos a Pipp.

— Te prometo que no le diré a nadie tu secreto. — Levantando su pata libre.

— Fue hace mucho tiempo. — Intentando recordar.

— No te vayas muy lejos. — Dijo rápido Izzy.

— Está bien. — Un poco molesto. — Había encontrado una revista de chicas en la oficina, y por curiosidad leí algo. — Avergonzado. — Decía; Que los sementales se fijan mucho, si la chica tiene un cabello sedoso y rubio.

Izzy por un momento trato de entender que le estaba diciendo su amigo, así que sin pensar comenzó a revisar los cabellos de Sprout.

— ¿Me estás diciendo que tú cabello no es natural?. — Preguntó la unicornio.

— ¡No!. — grito Sprout. — Entendiste mal.... — Tapándose su rostro avergonzado. — Comencé a cuidar mi cabello, solo para llamar la atención de alguien. — Quitándose los cascos del rostro. — Pero el único cumplido que resivi. Fu un simple....vuelve al trabajo Sprout y no pierdas el tiempo.

— ¡Oh cariño!. — Abrazo a Sprout. — Es la primera vez que escucho a un hombre decir eso.

— ¿Qué significa eso?. — Preguntó Sprout.

— Si no quieres que el gato te muerda la lengua. Mantenla adentro. — Respondió la unicornio.

— Así no es el refrán. — Dijo Sprout, mientras reía.

— ¿Entonces cómo es?. — Preguntó curiosa.

— Olvidalo, solo ve por el doctor. — Mirando a la chica. — Mi trasero ya se cansó de estar en esta cama.

— ¡Enseguida!.

Rápidamente la chica salió del cuarto, sin olvidar cerrar la puerta, ya que las otras 15 veces fue regañada por una de las enfermeras, pero lo que la chica no se esperaba, es que por ese mismo pasillo aquel poni de melena verde estaba caminando hacia ella, y por los nervios se metió en el cuarto del conserje.