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Capítulo 7. Un recuerdo horrible.

Caminó tambaleándose un poco, su mente giraba en un violento torbellino de dudas y temores, ¿qué le estaba pasando? ¿En serio había corrido con la intención de besar a Dante?... ¿por qué? Él no era... ¿oh sí? Olvidándose de todo lo demás encendió su motocicleta y se dirigió a casa. Después de una rápida ducha cogió una cerveza que luego fueron dos, tres... siete y luego todo fue oscuridad.

La luz de la mañana se colaba por la ventana golpeando su cara, Joe se levantó un poco mareado y oliendo a rayos, se limpió la saliva que le escurría, la cabeza le dolía, pero aún tenía a Dante en la mente... él...

—¡Holi, buenos días! —saludó alegremente Tony quien salía de la ducha solamente cubierto por una pequeñísima toalla.

—¡Por la Tanga de Merlín! —chilló Joe cubriéndose con la sábana hasta la barbilla velozmente—. ¿Cómo?, ¿qué?, ¿cuándo?, ¿por dónde?... ¿qué carajos haces aquí?

Tony cruzó los brazos en actitud desafiante y el ceño fruncido fulminándolo con la mirada. La toalla se le desató cayéndosele y Joe dio un grito tan agudo que sonó como una chica, pero se dio cuenta que estaba en ropa interior al igual que él.

—Ay no... no me digas que tú y... ¿yo? —dijo haciendo un movimiento de penetración con los dedos.

—¡Ja! —exclamó Tony quien sin pudor alguno dejó en el suelo la toalla mostrando su esbelto y bien formado cuerpo y comenzó a vestirse—. No tendrías tanta suerte, grandote ¿no recuerdas? Anoche un idiota me envió un texto a las dos de la madrugada diciéndome: «tío, creo que me he vuelto homo». Y pidiéndome ayuda. ¿Sabes? Tuve que dejar a mi ligue sólo para venir y encontrarte ebrio y en el suelo balbuceando que no-sé-quien te rompería la espalda... ¡me jodiste el polvo cabronazo! —exclamó dramáticamente arrojándole la toalla de un movimiento certero con el pie. Joe que estaba distraído revisándose alguna parte de su cuerpo dio un brinco al sentir encima la húmeda tela caerle.

—Esto... espera, ¿estabas haciéndolo a las no-sé-que-horas de la madrugada? Tío, eres muy zorra.

—Era como el tercer round. ¿Qué? Tengo mucha resistencia. Oye, ¿me prestas de este perfume? Es carísimo.

—No me digas más... esto... y ¿cómo entraste? No te he dado la llave.

—¡Baka! —dijo Tony mostrándole una ganzúa sin mostrar el más mínimo remordimiento—. En fin, cuéntamelo todo y que los detalles sean extremadamente sucios, guarros y pervertidos —ronroneó pervertidamente.

—Es Dante, pero no es lo que crees —aclaró rápidamente al ver la expresión de Tony—. Anoche casi lo besé yo... tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano para no hacerlo, luego un borracho me atropelló, no tranquilo no me pasó nada, y ¿sabes qué hice?... ¿de dónde sacaste eso?

—No te voy a dar. Continúa —Tony se había sentado a los pies de Joe y escuchaba atentamente mientras comía unas botanas de queso que Joe no supo de dónde sacó pues él no tenía en casa.

—Ajá... ah, sí, manejé como un idiota hacia su casa con el fin de besarlo, moría de ganas de tomarlo entre mis brazos, sentir su cuerpo frágil y delicado, algo así como sentir lo suave de su piel, yo... solamente pensé en él en ese momento que creía morir. Ay no sé qué me pasa... ¿tú qué crees?

Platicaron varios minutos sobre los sentimientos que había comenzado a surgir dentro de él. Joe estaba realmente aterrado él nunca se había percibido así, no tenía nada en contra, pero eso era diferente. Tampoco sabía si Dante sentía lo mismo o si sólo lo veía como un hermano mayor.

—Además es menor, yo soy muy viejo.

—Serías algo así como su Oni-chan, seguro te diría como: ¡yamedete kudasai oni-chan!, ¡ah! —Tony imitó la voz de personaje de anime.

—Tony, ponte serio, ¿quieres?

—Es difícil poder decir algo al respecto —Tony se puso de pie y se dirigió hasta el tocador tomando algunas cosas de Joe—. Primero, la sexualidad es todo un abanico de infinitas posibilidades es tan compleja que reducirla a blanco y negro es un insulto al Eros mismo, a la naturaleza misma; dos, tampoco eh, no hemos llegado ni a los treinta; tres, sé que lo que diré es fuerte, pero... ¿cómo sabes que no estás confundiendo todo y que de alguna forma tiene que ver «eso»? —Tony le dio la espalda y comenzó a rebuscar entre los cajones de Joe.

—¿Qué quieres decir? —murmuró Joe abrazando sus piernas y haciéndose pequeño.

—La muerte de Alain... es que... —Tony miró a Joe e hizo un silencio buscando las palabras—. ¿Te has preguntado si no estás buscando proteger a Dante porque te sigues culpando de su muerte?

—Pero... ¿eso qué tiene que ver?

—Esto, bueno. Tal vez estás romantizando su amistad, que Estíbaliz sea una perra no ayuda mucho, quiero decir, puede que estés usando al chico para llenar esos vacíos, esa idea que tienes (no sé por qué) de que no eres importante ni necesario para alguien y que todo lo malo que les pasa a otros es culpa tuya —Tony rodó los ojos—. ¿Aún te sientes culpable?

Joe se quedó en silencio y cerró los ojos. 

(Flashback)

Alain corría por toda la casa siguiéndolo, era muy parecido a él, aunque un poco más alto. Joe tenía hambre, sus padres estaban en una reunión, lo cual no era raro pues casi nunca estaban en casa. Alain se tomaba en serio su papel de hermano mayor así que trepó sobre la estufa había una olla y seguro tenía comida. Joe no quería y trató de convencerlo de bajar porque sus padres siempre lo culpaban si algo le pasaba.

—¡Bájate! —suplicó el pequeño Joe.

Alain volteó y se distrajo, resbaló cayendo al suelo y sobre él la olla llena de agua hirviendo. Un terrible grito, la cocina se llenó de gente. Se vieron al poco tiempo en el hospital, pero era demasiado tarde Alain murió al poco tiempo y Joe era el culpable. Creció siendo repudiado por sus padres, él era el único culpable y él así lo creía.

La adolescencia fue muy dura tenía pocos amigos. Se burlaban porque a pesar de su gran tamaño era un chico delicado y débil. Sus padres ni lo miraban o dirigían la palabra; era como un desconocido en su propia casa. A veces se escapaba de casa y a nadie le importaba. Una de esas noches mientras caminaba fumando hierva se coló en una fiesta de universitarios, comenzó a beber y pronto de sintió desinhibido, libre. Un chico castaño se acercó y comenzó a bailar con él de forma muy provocativa. Joe se excitó al sentir ese cuerpo firme y masculino contra su miembro. Se comenzaron a besar y a tocarse. Se sentía bien el contacto...

—Joe mañana... ¿QUÉ SIGNIFICA ESTO? —sus padres habían regresado antes de lo esperado y lo habían encontrado con el castaño—. ¡Y en mi propia casa!

Esa había sido su peor noche. A la mañana siguiente buscó excusarse y se encontró con la peor verdad en el mundo.

—No sólo mataste a Alain, también nos avergüenzas de esta manera nunca te debimos haber tenido, tal vez él seguiría vivo... ¿sabes una cosa? ¿El por qué te tuvimos al poco tiempo de él?... Alain estaba enfermo y el doctor nos recomendó tener otro hijo para que este le donara el órgano que le salvaría a futuro la vida, como una píldora. Y pensar que todo pasó a unos pocos meses de... Pero sin él tu vida no tiene sentido... como una píldora caducada. Eso es lo que eres... un error de cálculo.

Esa misma noche Joe esperó que sus padres salieran a cenar, cuando lo hicieron él se fue al baño abrió el grifo y dejó que la bañera estuviera llena, tomó la navaja de afeitar de su padre y con lágrimas en los ojos y un asco por sí mismo cortó sus venas deseando que la muerte lo liberara del sufrimiento que le era vivir; sin embargo, recuerda que antes de ver la luz al final del túnel, el rostro de Tony, su único amigo, había aparecido salvándolo. Le debía la vida.

Con el tiempo y sobre todo con la llegada de Estíbaliz todo se calmó un poco, al menos sus padres ya no le reprochaban que fuera un «desviado»... a costa de su bienestar, pero él se lo merecía, era culpable de la muerte de a quien se supone él había nacido para salvar.

(Fin del Flashback)

—¿En qué piensas? —preguntó Tony mirándolo fijamente.

—No creo que sea eso. Es... es diferente —se llevó la mano al pecho—. Siento calientito aquí y cuando él sonríe es como si un volcán hiciera erupción dentro de mí. Mi corazón late y me siento vivo... igual no sé qué hacer, en todo caso yo estoy con «ella» —dijo amargamente.

—Y no entiendo por qué —Tony se echó encima perfume.

—¿Qué hago?

—¿Por qué me preguntas a mí?

—Porque eres Tony, siempre sabes que hacer.

—Buen punto. ¿Cuándo son las próximas vacaciones?

—La otra semana.

—Podrías irte unos días de viaje, así puedes ordenar tu cabecita loca. Te haría bien estar lejos de Dante, tenerlo cerca es una distracción.

—Pero, ¿sus estudios, sus clases de lengua de señas y su seguridad? Ese loco aún anda suelto.

Tranqui grandote, yo puedo ir a echarle un ojo, yo no me iré de la ciudad y sobre lo otro... ¡te tengo una noticia!... ah, pero primero debes hablar con la perra oxigenada para que todo esté tranquilo y claro con Dante para que no se preocupe.

—Ajá y ¿qué noticia es esa?

—Hoy, más temprano, me avisaron que detuvieron a... como se llame. Dante tiene que ir a ratificar la denuncia.

—¡Gracias al cielo!... espera, ¿por qué te han avisado a ti primero y no a mí?

—Este... tengo un amigo que trabaja ahí —sonrió pícaro.

—Amigo —dijo incrédulo—. Eres una zorra cualquiera, no sé cómo no te has propasado conmigo —se cubrió el pecho y puso cara de asustado.

—Sí eh... no eres mi tipo —dijo Tony mirándose en el espejo mientras se acomodaba el pelo.

—¡Qué dices, si estoy guapo! —se quejó Joe con gran indignación.

—No más que yo. Bueno... ¿y qué harás?

—Supongo que hacerte caso... ¿ya te vas?

—Sí tengo clases, se me hace tardísimo, adiós. Y ya no pienses cosas que te pongan en peligro. No puedes volver a asustarme así —tomó la muñeca de Joe y le dio una mordida sorpresiva cual gato en la cicatriz, Joe saltó—. Nos vemos más tarde. ¡Ah, por cierto, me gustó este perfume me lo quedó! —corrió antes de que Joe tuviera tiempo de replicar.

Por la tarde Joe salía de la estación de policía con Dante, no les habían dado buenas noticias, pero tenían esperanzas. Joe ya le había comunicado que estaría fuera unos días, pero que no estaría solo porque Tony su amigo lo visitaría durante esos días para ayudarlo en todo lo que necesitara.

También habló con Estíbaliz, le pidió perdón y le dijo que visitaría a una tía en la costa. Estíbaliz se comportó extrañamente amable y dulce lo cual le pareció tenebroso, pero supuso que la pelea con Tony la había calmado. Cuando Tony se enoja da miedo.

Llegó el día. Joe fue a ver a Dante de paso al aeropuerto para despedirse.

«Nos vemos. Pórtate bien con Tony. Él es enojón».

«Sí».

Dante bajó la mirada y jugó con la punta del pie una piedrita, luego alzó la mirada y con sus manos dijo:

«Te voy a extrañar».

Joe sonrió. Iba a decirle lo mismo, pero Dante lo abrazó fuertemente parándose de puntitas y estirándose lo más que podía. Joe se subió al taxi con el rostro ardiendo por lo cual ignoró una misteriosa camioneta estacionada en frente.

Dante lo vio alejarse, llevó sus manos al pecho, seña que no se atrevía a hacerle de frente.



https://youtu.be/_6MfZTQDWKU


¿Alguien más lloró con ese pasado tan triste de nuestro Joe?

¿Creen que Tony tenga razón?

¿Se imaginaron a Tony en ropa interior?

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