Desde pequeño la gente volteaba a verle cuando iba con su padre por la calle, escuchaba murmullos sobre lo lindo que era y que las personas tenían ganas de abrazarlo, darle cariño, halar sus mejillas, incluso había quienes decían que querían comérselo a besos o secuestrarlo.

Nunca le importaron realmente, para él lo que realmente importaba era ir al lado de su padre y escuchar lo que su único ser querido le contaba con un brillo especial en sus ojos, algo que sucedía normalmente cuando su progenitor hablaba de su madre.

Con forme fue creciendo la gente dejó de mencionar que era lindo y comenzó a decir que era atractivo, que era uno de los chicos más guapos de su generación y que sin duda si quisiera volverse un modelo o actor tendría fama por su rostro.

Sin embargo, aquellos "halagos" comenzaron a desvanecerse y a convertirse pronto en susurros sobre lo aterrador que era, sobre el miedo que le tenían, sobre cientos de rumores de él siendo un vándalo que no sabía otra cosa más que lastimar a las personas.

Y antes de darse cuenta se había quedado completamente solo en el mundo debido a aquellos rumores que no hacían más que atemorizar a quienes lo rodeaban, pero no podía importarle en lo más mínimo.

¿El mundo quería dejarlo solo? Entonces seguiría su camino hacia el éxito sin nadie a su lado, porque nadie que se dejara llevar por los rumores merecía la pena.

Pero entonces algo cambio en su vida, de hecho, debería decir que alguien apareció en ella.

El muchacho era nuevo en el Garrison, venía desde una escuela de Cuba y lo habían transferido con una beca completa hacia la academia, era un chico extremadamente platicador y sociable por lo que no tardó en encantar a todos en la academia.

A su persona no le interesaba realmente, era otro muchacho igual al resto de los que estaban ahí, alguien que no valía la pena conocer y dejar que lo conociera, pues terminaría dejándose llevar por los rumores y se alejaría

Sin embargo, todas aquellas cosas que decían sobre él en lugar de alejarlo parecían hacer que se acercara más y más, el cubano parecía estar demasiado interesado en conocerlo por más de que los demás le dijeran que se alejara de él por su forma de ser aterradora.

¿Quién demonios era ese chico? ¿Qué quería de él?

No tardó en descubrirlo cuando les tocó trabajar juntos, más por petición del moreno que por intención propia, pues normalmente trabajaba solo y así se sentía bien, sin embargo, el de ojos cielo se había sentado a su lado diciéndole al profesor que serían equipo.

¿Qué demonios?

--------------------------------------------

-Oye Lance - Un chico de cabellos castaños llamó la atención del más joven en aquella pareja de trabajo - Ven a trabajar con nosotros, no es bueno que estés con Kogane

-Estoy bien aquí James, muchas gracias - El cubano solo regresó su mirada hacia su compañero y le sonrió - Entonces Keith, ¿Qué quieres hacer?

-Quiero que te vayas - Su tono de voz salió frio y cortante, como siempre que alguien le hablaba

-¿Realmente eres así de frio y cruel o solo es una máscara? - La mirada azulina mostraba tanto duda como interés muy marcado para el gusto de cualquier persona normal

-¿Qué? - La pregunta salió de los labios poco definidos del de ascendencia asiática, pues el otro lo había tomado por sorpresa

-Ya sabes, una máscara - El castaño hizo unos cuantos gestos sobre su rostro dejando en claro su punto - Un cobertor para no demostrar cuanto te dueles sus palabras

-¡Sus palabras no me duelen! - Los ojos del mayor no tardaron en mostrar molestia - Que ellos piensen lo que quieran de mí, no me interesa

-¿Así que puedo pensar lo que quiera y no me mataras por ello? - El tono burlón del cubano no tardó en hacerse notar en las palabras recién mencionadas

-Es estúpido pensar que te matare por eso - Keith no tardó en dejar que las palabras mostraran su resignación ante la idea recién escuchada

-Menos mal - Las palabras susurradas por el McClain dejaron notar su alivio mientras se acercaba más para decir algo que solo ambos compañeros de trabajo pudieran escuchar - Me preocupaba que me mataras por pensar que eres realmente sexy

-¿Qué? - Las mejillas del de cabellos azabaches mostraron un muy ligero tono rosado, dejando en claro su vergüenza ante las palabras recién escuchadas

-No planeo repetirlo Ko-ga-ne - El de ojos cielo no hizo más que sonreír y volver a ver hacia su libro - Es mejor terminar el trabajo o nos regañaran

El de mirada amatista ya no dijo nada después de eso, su mente seguía trabajando en lo que el otro le había dicho como para siquiera prestarle verdadera atención a la situación que este estaba llevando a cabo.

--------------------------------------------

Lance McClain sabía que tenía una lengua muy larga para la boca tan pequeña que poseía, sabía que siempre hablaba antes de pensar en lo que realmente debía decir, sin embargo, era un mal que tenía desde pequeño y no iba a iniciar a cambiarlo justo ahora que casi tenía 18 años.

Pero ahora estaba abrazando su almohada mientras trataba de no despedazarla por la vergüenza que sentía, realmente había sido un tonto hablando de más esta vez, se dejó llevar por sus tontos pensamientos y ahora pagaba las consecuencias.

¿¡Por qué le había dicho a Keith Kogane aquello!?

Al inicio se interesó en el chico debido a todos los comentarios que decían los demás sobre lo aterrador que era, por lo que ignorando las advertencias y haciéndole caso a su curiosidad, la cual le impulsaba a hacer cosas que normalmente una persona normal no haría, se sentó al lado del chico.

Y vaya que los comentarios no le hacían justicia en lo más mínimo a lo ardiente que era, Kogane estaba tal como quería, era realmente atractivo y mandaba esas vibras de misterio y sensualidad que tanto le ponían al moreno.

Pero no era solo eso, durante aquellos momentos de trabajo se dio cuenta de que los murmullos que había sobre lo terrible que era el de ojos bonitos no tenían sentido, sin duda era frio y serio, pero no por eso era una mala persona, tampoco se veía realmente cruel, quizá decir que era muy sincero podría ser más correcto, pero eso no era realmente malo.

Si el cubano lo analizaba todo podía entender porque Keith era tan distante, después de todo esos comentarios lo habían hecho así, las habladurías de la gente lo habían herido lo suficiente como para hacer una coraza de metal impenetrable para que los oportunistas no se le acercaran.

Pero Lance no era un oportunista, él quería abrir esa coraza y quedarse junto al mayor, pero para ello debería demostrarle cuán enserio iba, aunque eso podía tardar bastante, así que lo mejor sería iniciar con algo que sabía hacer bien.

Hacer que las personas abrieran sus círculos de amistades.

--------------------------------------------

Contar ayudaba en las situaciones de estrés y tensión, o al menos a él lo ayudaban cuando tenía que escuchar al idiota de turno hablar sobre sus padres y como de seguro no lo educaron como se debía y por eso era tan idiota.

No, sus padres no lo habían educado como se debía, su madre había desaparecido poco después de su nacimiento y su padre murió cuando aún era un niño, no tuvo quién lo guiara en los momentos más duros de la adolescencia y no tenía un claro de ejemplo de un buen adulto, así que obviamente no tuvo la educación que se supone debía tener.

Sin embargo, no iba a sacar de su error a ese castaño tonto, sería demostrarle que sus palabras lo hirieron y no se iba a mostrar débil ante alguien que no lo merecía, prefería seguir actuando como si nada existiese a mostrar cuál era su punto débil.

Pero su falta de reacción no evito que alguien si reaccionara.

-Para ya James - El moreno se acercó al que había sido uno de sus primeros amigos en el Garrison y lo alejó del Kogane

-¿Qué dices Lance? - El mayor veía con cierta sorpresa al muchacho extranjero, pues tenía más fuerza de la que esperaba que tuviese

-Te dije que pares de hablar cosas que no sabes - El cubano se mantuvo en su posición, buscando mantener lejos a ambos chicos - No eres él para comprender que sabe y que no

-Vamos Lance, no puedes estar de su lado - Esta vez la voz que llamó la atención del chico fue una femenina, la de una tal Jenny si Keith recordaba bien

-¿Tienes algún problema con que lo esté? - Después de su reclamo a la muchacha volvió a centrarse en el otro castaño - Actúas como alguien superior solo porque Kogane no te lleva la contraria, pero sin duda el podría venir y romperte la cara si quisiera

-Claro que no Lance - James no tardó en sonreír burlonamente, molestando aún más al de ojos azules - Por mucho miedo que de no hará nada, después de todo perro que ladra no muer...

Las palabras pararon de salir de la boca del chico cuando el puñetazo le dio justo en una de sus mejillas, nadie lo había visto venir, ni siquiera el mismo Keith que tenía su atención centrada en la disputa, aquel golpe dado por el de piel bronceada había salido de la nada.

-¿Qué tal esto entonces? - La voz de Lance salió varios tonos más abajo de lo usual, siendo una voz casi carente de emociones - Una vez más que hables así de él, tú o cualquier otro, y el golpe será mucho peor

-Maldito - El joven prodigio solo pudo escupir algo de sangre mientras agradecía que el otro no le hubiese roto ningún diente con el golpe que le acababa de dar

-Quizá Keith no muerda porque ladra, pero yo no ladro James, yo encajo los dientes hasta que arranque el pedazo de carne sin ningún remordimiento - Los ojos azules del muchacho habían perdido todo brillo de diversión, pues ahora mostraban cuán enserio estaba hablando y que su amenaza no eran solo palabras lanzadas al viento - No lo olvides

Sin otra palabra el pequeño chico genio se acercó hacia donde se había quedado parado el Kogane y aprovechando que estaban en tiempo de descanso lo tomó del brazo y se lo llevó lejos del aula en donde antes habían estado.

Ninguno dijo nada, Lance no lo veía necesario pues había dicho todo lo que debía ahí dentro y Keith aun trataba de entender como aquel chico que había llegado hace unas cuantas semanas se había enfrentado al otro sin dudar un segundo solo para defenderlo, no tenía sentido, no entendía que obtendría el otro haciendo aquello.

Ambos llegaron a un aula que debido a la hora se suponía estaba vacía, el moreno no tardó nada y abrió la puerta de ésta dejando ver así que en aquella habitación de hecho habían varios chicos de diferentes grados del Garrison hablando como si nada entre ellos, los cuales solo voltearon a ver a la puerta para saludar antes de ignorar el hecho de que habían dos chicos y no uno como normalmente debería ser.

-¿Qué es esto? - Los ojos violetas dejaron de centrarse en las personas frente al para volver a centrar su atención en quien lo había llevado hasta ahí.

-Un aula con un grupo reunido ¿Qué más podría ser genio? - La sonrisa en el rostro de Lance dejaba ver la emoción que tenía ante lo que estaba haciendo - Keith permíteme presentarte a los chicos que a partir de hoy serán tus nuevos amigos

La mirada ligeramente sorprendida del Kogane dejó entender su confusión, lo cual solo lo hizo aún más adorable a la vista del latino, quien solo lo empujó hacia dentro del lugar para cerrar la puerta y así tener privacidad.

Mientras el cubano presentaba a cada uno de los que estaban ahí el azabache no pudo evitar mostrar una muy pequeña sonrisa, pues aquel castaño casi completamente desconocido para él le había dado una oportunidad que nunca nadie le había dado.

La oportunidad de ser él mismo.

¿Qué importaba si los demás le tenían miedo? Mientras Lance no lo hiciera todo estaría bien ¿Cierto?  

--------------------------------------------

¿Se nota demasiado que no sabía cómo acabar esta parte?

A decir verdad, lo estuve escribiendo miles de veces durante estos meses porque nada me gustaba realmente y sigue sin gustarme, pero ya no quería volver a escribir el final, así que quedo como lo leen.

¿Algún tipo de escena que les gustaría ver entre Lance y Keith? Obviamente la manejaré basándome en lo que se supone harían según sus signos.

PD: Esta historia está inspirada en "Si pudieras usar una palabra para describir a un signo ¿Cuál sería?"