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Yo no te esperaré [2/2]

Petición hecha por @JacckesDay

—Whis, llévame al planeta del señor Bills ahora.

El jaleo de los demás guerreros disminuyó ante la ruda petición del saiyajin. El ángel no objetó nada y asintió, poniéndose de pie y sacudiendo sus ropas. Goku se iba a acercar a él para comenzar el retorno pero una mano femenina lo detuvo.

—Oye, anciano, ¿a dónde crees que vas?—lo increpó Caulifla con tono de reclamo. Goku se extrañó de su actitud, mas Vegeta, Bills y Whis se dieron unas miradas de entendimiento. Kakarotto a veces era muy lento para captar señales.

—Debo volver a la tierra, mi esposa ha desaparecido.

—¿Tu esposa? ¿Estás casado con una insignificante terrícola?

—¿No lo sabías?—cuestionó Goku con prisa, sin entender por qué la muchacha aún no le soltaba el brazo. Se desagradó al sentir los dedos grasosos tocar su piel.

—No. Pero da igual, quédate. Aún no alcanzo la fase tres y tú prometiste enseñármela.

—Será en otro momento, ahora debo...

—¿Por qué no la dejas y ya? ¿Tu hijo no era ese grandullón de dogi naranja del torneo? No tiene sentido que vuelvas con ella si tu hijo ya es un hombre. Debe ser una insulsa humana que sólo te ata a la tierra. Es mejor que te quedes conmigo, teniendo combates cada día y viviendo la buena vida.

Goku arrugó el entrecejo y se zafó del aceitoso agarre de la guerrera.

—No hables de mi mujer si no la conoces.

—Pero si la estábamos pasando tan bien aquí, por qué irías a-

—Porque no quiero que me siga esperando.

El saiyan se limpió el brazo contra su ropa y volteando con desdén se unió a Whis en un viaje hacia el planeta de Bills. Allí, Goku pudo teletransportarse a la tierra, llegando justo afuera de la casa de Gohan, el ki que había percibido. Bajo el cielo estrellado, buscó la energía de su esposa, pero como lo sospechó, no pudo sentirla. Maldijo, arrepentido de haberle enseñado a ocultar su ki, pues no usaba la técnica contra un enemigo, sino contra él. Meditó, pensando en que posiblemente ella estaría en el castillo de su padre, pues no tenía muchos amigos aparte de los que compartían. Se teletransportó a la Montaña Flypan y saludó a su suegro, topándose con la sorpresa de que ella no se encontraba allí. Se le agotaban las ideas. ¿Kame House? No, ella preferiría morir a que ser acosada por el pervertido de su maestro. ¿La Corporación Cápsula? Tampoco, pues querría tranquilidad y en un lugar tan ajetreado como la C.C no la tendría. Se dejó caer al suelo, abatido y sin saber dónde más buscar.

Cuando un recuerdo como relámpago iluminó su mente.

—Chi, ¿tú conociste a tu mamá?

La mujer se sorprendió con la pregunta. Goku no era de esos que lidiaban con dudas.

—No, porque ella murió al darme a luz.

—Ah...

Milk se acomodó mejor en el pecho de su esposo. La mirada perdida de él le indicaba que algo no iba bien.

—Tú tampoco conociste a la tuya.

—No, ni siquiera sé su nombre. Sé que mi padre se llamaba Bardock porque Vegeta una vez lo dijo, pero no sé nada más de él ni de mi madre.

—Mmm...—Chichi se quedó dubitativa unos segundos antes de agregar—. Deberías tener al menos algo de tu madre, así como yo, ¿no crees?

—¿Qué cosas tienes de ella?

—Sé su nombre, sé cómo murió y sé que me parezco a ella. También sé que era una plebeya que logró cautivar el corazón de mi padre.

—¿Ella no era una princesa?

—No. Vivía en el pueblo, en una casucha ordinaria. Mi padre la conserva y mantiene porque dice que el espíritu de mi madre sigue ahí. Cuando era niña y me sentía sola, me iba a refugiar en esa casa.

—Waaah, no sabía eso.

—Era mi secreto. Ahora es nuestro, porque te he compartido lo que tengo de mi madre, así que es tuyo también.

—¿Ella puede ser mi mamá ahora?

—Claro, Goku-sa. Seguro ella te quiere mucho y te cuida desde el más allá.

La madre de Milk, su madre. Eso era.

Se puso de pie y se elevó hasta el alto cielo, emprendiendo un vuelo ligero que helaba la piel de sus mejillas. Su madre, ¿estaría enfadada por haber dejado a Chichi sola? ¿Lo seguiría queriendo? Odiaba sentir que había hecho daño a quienes no lo merecían. Jamás dimensionó lo que podía estar causando su actitud. Hasta ahora que ya era bastante tarde. Descendió hasta tocar el suelo y caminó entre las casas del reino de su suegro, observándolas con parsimonia. Milk debía estar en una de ellas. Se concentró lo mejor que pudo hasta sentir la más mínima presencia. Percibió incluso la energía de los insectos. Y la sintió a ella, a su dulce aura que apaciguaba la frenética suya. Estaba allí, a la puerta, y Goku no sabía qué haría después de tocar.

Goku-san, sea lo que sea que vayas a hacer, debes tener claro que es tu última oportunidad, por lo tanto, las cosas no pueden seguir como antes. Qué tus ansias de luchar estén respaldadas por un propósito lo suficientemente fuerte como para no perder una pelea. Y debes pensar muy bien cómo ganar esta batalla.

Las sabias palabras de Whis le dieron el valor necesario para tocar la puerta. Ganaría esa batalla y no la volvería a luchar, porque no cometería los mismos errores de antes. No quería que lo esperaran y tampoco quería esperar a que no lo dejaran.

Se encontró con su esposa al abrirse la puerta. Milk lucía sorprendida y diferente, debía decir que hasta más hermosa. ¿Por qué había sido tan torpe? ¿Cómo permitió que las cosas llegaran hasta tal punto?

—Goku-sa...Pasa.

Goku entró tímido a la casita, sintiéndose intimidado al pensar que su suegra y madre podría estar con ellos. Era un espacio muy pequeño, donde no cabía ni una mesa y el ambiente era calentado por una minúscula chimenea. Milk tenía una manta tendida sobre la tierra, al lado del fuego. Se cubrió con otra manta e invitó a su esposo a sentarse. Él lo hizo.

Se quedaron observando el fuego en silencio.

—Milk, yo...

—No necesito disculpas, Goku-sa. No puedo seguir viviendo de ellas—la mujer lo interrumpió y se arropó mejor entre las cobijas—. Estoy embarazada.

Goku adquirió una mueca de honda sorpresa. Tomó la mano de ella para que lo mirase, pero no lo hizo.

—Estuve pensando mucho. No quiero seguir así. No puedo vivir esperándote. Es por eso que te libero, ya no tienes que seguir manteniendo tu promesa conmigo. No puedo obligarte a seguir con algo que tú no deseas—volteó hacia su esposo y le entregó una sonrisa afable—. A pesar de no haber sabido nada, lo has hecho bastante bien, pero no es correcto. Tú quieres vivir tu vida de guerrero y yo ya no deseo seguir siendo una ilusa que espera migajas de cariño, ni siquiera de amor. Por eso ya no estaremos juntos, ¿entiendes? Dejaré la Montaña Paoz y viviré aquí con Goten y nuestro nuevo bebé, para estar cerca de mi padre y para cambiar de aires. Tú podrás venir a verlos, pero no será necesario que durmamos juntos ni que vivas aquí. Puedes quedarte con nuestra casa, o ir a Kame House, o quizás a otro planeta, como tú prefieras. Pero ya no tendrás la obligación de traer dinero ni de venir a vernos, sólo hazlo si te nace. ¿Está bien?

Goku se sentía mareado. Milk hablo y habló como si lo hiciera con un niño. ¿Así lo veía? ¿Tan mal lo hizo que ella creía que era una obligación para él? ¿Realmente era así? Ya no más Montaña Paoz, cultivos, entrenamientos en la naturaleza, noches de afecto, jugueteo con los hijos, ser padre...Ya no más esposa, ya no más nada.

Chichi le dio un apretón antes de soltar su mano y ponerse de pie. Se acercó a un pequeño estante de donde sacó una taza para prepararse té. Siguió parloteando con madurez y de manera casual.

—Quizá puedas vivir con el señor Bills en su planeta, así te volverías mucho más fuerte con facilidad. Seguro Vegeta también-

Un repentino abrazo por detrás la enmudeció. Goku la estrujaba entre sus fornidos brazos mientras soltaba quejidos. No podía creerlo, ¿su Goku estaba llorando?

—Mamá, perdón por decepcionarte, hice sufrir a Milk y a Goten...—escuchó cómo él hablaba al aire, aludiendo al espíritu de su madre—. Lo que yo deseo es seguir a su lado, protegiéndolos, cuidándolos, incluso de mí mismo. Mi deseo, Chi, es que ya no me esperes más porque ya no me iré. Estaré siempre, siempre, siempre, incluso si debo marcharme. Si quiero entrenar, lo haré aquí, destruiré desiertos si es necesario, y encontraré nuevos retos en mi planeta. También quiero entrenar a Goten para convertirlo en un artista marcial valeroso, para que los proteja cuando yo no esté. Y quiero conocer a mi nuevo hijo y estar presente en su nacimiento, para restregárselo en la cara a Vegeta. Y quiero seguir a tu lado, Milk, no quiero perderte ni esperar que al volver, me perdones. Ya no los heriré, esa es mi nueva promesa.

Como dijo el señor Whis, las cosas no volvieron a ser como antes. Y quizá eso era lo mejor de todo, pues su esplendoroso presente superaba cualquier pasado equivocado. Ahora, estando así, con su pequeña hija entre sus brazos mientras Goten y Milk dormían, sentía que haber roto esa espera era lo mejor que pudo haber hecho.

Y ya nunca más volverían a esperar.

17k leídos. 🥺♥️ ¡Muchas gracias! Si llegamos a los 20k, qué tipo de especial les gustaría? Denme ideas.

¿Una hija del GoChi? Deme diez.

Vayan a leer Mágico y Eterno y déjenme muchos comentarios, ¡se los ordeno! xD ahre no xD.

¡Besos!

HLena.

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