—¿Papá? ¿Aún despierto?— la voz juvenil de Goten lo espabiló de aquel recuerdo. Buscó el reloj en la pared y vio que eran las dos de la madrugada—Debes descansar, quedaste muy lastimado hoy.— su voz preocupada le recordó a Milk. Su corazón experimentó un sabor amargo.

—No te preocupes, hijo, simplemente no tengo sueño.— le respondió entregándole una sonrisa cariñosa.

—Está bien...—el silencio reinó unos momentos, Goku de nuevo absorto consigo mismo y Goten dudoso a decir algo que quería expresar hace un tiempo. Un suspiro hizo que Goku se fijara en él.

—Yo...hace un tiempo te quería enseñar algo, papá, pero debido a tu ausencia no pude.

El más joven avanzó hacia afuera incitando a su padre a seguirlo. Cuando estuvieron en la amplitud de la montaña, Goten cerró con fuerza sus ojos negros, el recuerdo de su madre entrenándolo y consolándolo durante las noches más oscuras lo estremeció como un choque eléctrico, y con un gran grito guerrero cargado de dolor y pena, se transformó en súper saiyajin tres. Goku, sorprendido y complacido con el desorbitante poder de su último hijo, sonrió de manera cálida. Cuando Goten acabó con la transformación, tocó el piso de manera firme y grácil.

Realmente se parecía a su madre.

—Goten, estoy muy orgulloso de ti, tu poder es increíble. Te has hecho muy fuerte.— felicitó el adulto y el híbrido sonrió—¿Cuándo fue la primera vez que alcanzaste esta fase?

—...Cuando mamá murió.

El dolor retomó su espacio en Goku con ímpetu, y con un inusual temor, se atrevió a preguntar:

—¿Cómo fue?

—

Mucho por hoy, mejor los dejo con la intriga *risa perversa*.
Cuéntenme sus impresiones acerca de la historia. ¿Les va gustando?

HLena.