Milk estaba sola como de costumbre. Goku se había ido a entrenar con Uub y Goten había salido con Trunks, lo habitual. A pesar de eso, la mujer se hallaba animada, pues había comprado muchas avellanas y gracias a ellas preparaba una deliciosa crema. Tarareaba una animada melodía mientras revolvía el contenido en la olla, meciendo con delicadeza sus caderas y haciendo que su coleta de cabellos largos bailara por los aires. El vestidito rosado se le ajustaba al cuerpo y en un día caluroso como ese se podía dar el lujo de lucir sus torneadas piernas.

El sonido de la puerta siendo aporreada la asustó.

—¡V-Vegeta-san!—abrió sorprendida— ¿Qué le trae por aquí?

Al saiyajin no le pasó inadvertida la apariencia de la mujer. Lucía acalorada y agitada, una imagen bastante interesante.

—Tsk, ¿lo olvidaste? Le dijiste a Bulma que le regalarías de esa crema que estás haciendo.

—¡Oh! Qué torpeza la mía. Pase, por favor—invitó amablemente y el príncipe entró a la casita. Era de un solo ambiente y desde el sofá tenía vista directa a la cocina, una suerte. Milk se apresuró a revolver la crema y comentó atareada—. Lo lamento pero tendrá que esperar un poco, todavía no está lista— su voz jadeante y su cuerpo definido lo distrajo totalmente, haciéndolo asentir sin siquiera prestar atención a la disculpa. Se quedó pegado mirando el cuerpo de la mujer de Kakarotto.

Cómo si no estuviera lo suficientemente embelesado, ella comenzó a tararear de nuevo la canción. Su voz era tan atrayente que lo estimuló, al punto de sentir todos sus músculos rígidos. Cada tantos, ella se secaba el sudor perlado en su frente. La gota que colmó el vaso de su autocontrol fue cuando con un movimiento distraído se quemó con la olla caliente, soltando un quejido y llevándose la zona afectada a la boca.

Eso era todo.

Milk se sobresaltó cuando sintió el cuerpo de Vegeta pegado al suyo por detrás. La tomó por la nuca y le respiró en el cuello.

—Hueles bien, mujer.

Milk jadeó sintiendo toda la hombría del príncipe contra su cuerpo. En medio del abrazo posesivo y sudoroso, Vegeta hundió un dedo en la mezcla cremosa y se lo llevó a los labios, degustando el delicioso sabor. Luego, tomó la mano afectada de Milk y le dio una sensual lamida, provocando un brusco estremecimiento en ella. La empujó más contra la cocina, estrujando sus cuerpos a más no poder. Le volteó la cabeza y muy cerca de sus labios, susurró:

—Hagámoslo en la cama de Kakarotto.

—¡¡¡Noooooo!!!

Goku despertó de un salto. ¿Eso había sido un sueño? ¡Qué horripilante pesadilla!

—¡Goku-sa! ¿Por qué gritas? ¿Estás bien?—preguntó su hermosa mujer entrando preocupada a la habitación. Goku la atrapó entre sus brazos y hundió su cabeza en el pecho femenino.

—¡Tuve un sueño horrible!—se quejó lloroso en busca de consuelo. Milk acarició sus cabellos con una sonrisa, su Goku tenía alma de niño.

—Ya pasó, querido.

—No quiero que estes a solas con Vegeta, ¡nunca!—exclamó con los ojos en fuego—. Él es el príncipe saiyajin, debe tener más genes de mono salvaje—conspiró con una mirada de sospecha, hundiéndose más en la suavidad de su esposa—¡Milk! Por nada del mundo compres avellanas, ¿bien? Y será mejor alejarnos de Vegeta en el verano, es peligroso.

Quizá debía suspender las noches de películas los jueves en Kame House. Los filmes que el maestro Roshi elegía seguramente pronto lo llevarían a la locura.

—

*inserte la voz de Goku niño*
Jajajaja, ¡los asusté!

Escrito cortito que se me acaba de ocurrir, espero no se hayan emocionado con el VeChi, pervertidas. 😏 ¡Aquí somos gente fiel! (Yo sé que es su placer culposo, ¡admítanlo, pecadoras!)

Nada más que agregar, ¡ah sí! Somos 16k leídos. 🎊 ¿Si llegamos a los 20k, celebremos?
Denme ideas que estoy seca D;

Ahora sí eso es todo. ¡Besos!

HLena.