CAPITULO 9
EMILY ROMANOV
Pasar tiempo con mis padres un fin de semana era lo mejor, salíamos, comprábamos cosas o simplemente nós manteníamos en casa, viendo alguna serie o película que fuera reciente. Y esos eran los planes que teníamos para la noche del sábado, por el momento, estaba con Vanessa en su práctica de baile, Samuel también me estaba acompañando ya que no sabia donde quedaba el estudio de baile.
El estudio tenía algunos graffitis, algunos cuadros de bailarines que habían pasado por aquella escuela, tenían varios parlantes, y salas de bailes con espejos que ocupaban toda una pared, luces grandes y de diferentes colores, junto de algunos monitores.
Sonreí, por toda la parafernalia que tenía que le estudio, camine por los largos pasillos que tenía, di con la sala de practica de Vanessa y Samuel tocó la ventana para que Vanessa saliera; se puso una toalla sobre los hombros y se seco en sudor que tenía en la frente, sonrió e intento calmar su respiración.
— Te abrazaría pero estoy sudada —dijo poniendo sus manos en su cintura— Entren, ya casi terminamos, y así salimos.
— Te bañaras, hueles a sudor —dijo con sarcasmo mientras se tapaba la nariz— no saldré así, ¿que pensaran mis amistades? —puso su mano sobre su pecho a modo de indignación.
— Solo nós tienes a nosotras —rodé los ojos y solté una risa— además, ¿eres estúpido o te haces?
— Claro que me bañare, no soy cochina —dijo sonriendo Vanessa mientras entraba de nuevo a la sala.
Entramos detrás de ella y me senté en una esquina mientras miraba al pequeño grupo que estaba al parecer practicando unos pasos. Se escucho la música la versión slow mientras explicaban los pasos del entrenador y mantenían un tiempo.
— Uno, dos, tres, cuatro, cinco —dijo deteniéndose llegando hasta el suelo— seis, siete, ocho y —seguía haciendo cada paso de manera lenta— Uno, dos.
Después de casi 10 minutos mirando lo que restaba de practica Vanessa nós dijo que se iría a bañar, que la esperáramos en aquella sala. Empecé a jugar con algunas varas que habían allí. Samuel estaba en el centro de la sala, mirándose en el gran espejo, para después estirarse un poco.
— ¿Estirarme, no es obvio? —me respondió con cierta ironía y obviedad.
— Crees que soy estúpida como tu, ¿ o que? —dije riendo un poco, para después acercarme a su lado y lograrlo a través del espejo.
— A veces lo creó —dijo riéndose y despeino un poco mi cabello— es que a veces preguntas cosas muy obvias, como ahora —levantó sus hombros y se puso de huevo la gorra que tenía en la mano.
— Oye —dije levantando un poco la voz— eso dolió —puse mi mano sobre mi pecho para parecer ofendida por lo que dijo— solo me gana la curiosidad —dije riendo un poco y parándome tras el.
— La curiosidad mató al gato, Emily —dijo rodando los ojos y rodeando su brazo sobre mis hombros.
— Pero murió sabiendo —dije levantando los hombros, tomé una liga y me recogí un poco el cabello.
Mire como Samuel tenía su mirada perdida, me preocupé un poco y me pare frente a él, intente buscar su mirada pero aun así no encontraba la forma de que mirara. Lo agarre de las mejillas y las moví un poco para que así centrase su atención en mi.
— Emily —cortó la oración por un momento y suspiro un poco— ¿Estas segura de que quieres trabajar?
— Ya suenas como mi padre, y ya hable con ellos, no pusieron problema con eso —suspiré y di varios pasos hacia atrás.
— Esta bien —estiro sus brazos y se sentó en el piso y me siguió con la mirada— hablaré con un amigo que tiene un trabajo.
— Gracias Samuel, eres el mejor amigo del mundo —me acerqué y lo abrace con bastante fuerza
Acaricio mi cabello lentamente y me separé sonriendo y mirando hacia el pasillo ya que se escuchaban unas voces, y era Vanessa con otras 3 chicas, antes de entrar a la sala le dio un beso a una de ellas y la tomo de la mano entrando de la mano junto a ella. Mire a Samuel y sonreí un poco, al parecer ella era su novia, se llamaba Kiara, me había contado de ella el verano pasado, también me contó que era muy linda y que se conocieron bailando en aquel estudio. Se notaba que se gustaban, es que no había manera de describir aquellas miradas cómplices que tenían, aquellas sonrisas bobas, aquellos momentos que parecían congelarse y como las personas desaparecían y solo estaba esa persona.
Hacia unos años yo viví aquella experiencia, pero solo fui yo, nunca fue algo que llamará mutuo, vivi engañada un año, y aquel año ahora que lo pienso fue un infierno en vida. Y decidí nunca más caer en las mentiras, a pesar de que nunca voy a saber quien me miente, prefería no arriesgarme frente al amor, por eso no quería tenerlo cerca, deseaba que aquellos sentimientos que una vez estuvieron se enterraran en los más profundo de mi corazón.
— Ella es Kiara, mi novia —dijo sonriendo y mirándome a mi— Samuel ya la conocía.
— Un gusto Kiara —sonreí un poco al mirarla, ella me sonrió levemente y me dio un apretón de manos
— Al fin te conozco Emily -sonrió y miro a Vanessa por un momento— Vane me hablo mucho de tí, y me alegra.
— El gusto es mío Kiara, Vanessa habla mucho de ti —dije sonriéndome a ambas, mordí mi labio inferior y suspiré.
Duramos 10 minutos hablando de cosas, algunos momentos importantes para ellas, como cuando se conocieron, cuando dieron su primer beso de pareja y hablaron de cuán enamoradas estaban. Me encantaba ver a Vanessa tan feliz, se notaba que los momentos con ella eran importantes, nada más por la forma tan tierna y atenta como la miraba.
— Será mejor que me vaya, llegare tarde al trabajo —pronunció dándole una mirada al reloj que se posaba en su muñeca— cuando quieran nos volvemos a reunir —nos sonrió a Samuel y a mi- Te amo, nos vemos mañana —le dio un corto beso en los labios a Vanessa y salió un poco apurada por la puerta de la sala.
Nos quedamos callados un momento y Samuel se puso su abrigo y acomodo su cabello.
— Tan lindas las tortolitas —dijo sonriendo mientras caminaba hacia la puerta— Bueno, vamos antes de que se haga más tarde, tengo hambre.
Tome a Vanessa de la mano para no quedarnos atrás de Samuel, subimos al auto de Samuel para llegar antes a la cafetería donde Samuel tenía planeado tomar un café. Vanessa empezó a hablar sobre lo importante que era para ella presentarnos a su novia, ya que para ella nosotros éramos importantes y quería mostrarle a su novia toda la gente importante para ella. Lo dijo con cierto tono de nostalgia, sentí como si todo esto para ella fuera difícil.
— No quiero cagarla. Quiero hacer las cosas bien, ¿saben? —dijo mientras jugaba con sus manos- Se las presente por que creó que la amo, creó que es la correcta.
— No la vas a cagar, ella te quiere y se nota. No creó que lo que hiciste sea un error —musitó el pelinegro mientras no despegaba la mirada del camino.
— Además, en la vida vas a conocer muchas personas, te vas a enamorar muchas veces, solo que no te encierres en los errores del pasado —dije mirando hacia la ventana y luego regalarle una sonrisa.
— Mira quien lo dice, la chica que cree que el amor es una mierda, se que lo de Noah no tiene justificación pero....—se tapó la boca rápidamente y me dio una sonrisa incomoda.
— Dejemos todo lo de Noah atrás —bajé la cabeza y mordí un poco mis uñas- No quiero hablar sobre él nunca más, por favor —mordí mi labio intentando ni recordar todo lo que paso hace ya algún tiempo.
— Esta bien, pero diré lo mismo todo el tiempo, es un idiota y si me lo encuentro lo golpeo —el tono Samuel sonó un poco más fuerte y severo.
Hubo un silencio incomodo por lo que restaba de camino, yo intente calmarme para no llorar y recordar a Noah, seguí mordiendo un poco mi uña mientras seguía mirando por la ventana del auto; sentí una presión en mi pecho y apreté un poco mi puño, tal vez fui muy estúpida e ingenua al haber creído en el amor de forma tan ciega, de forma tan infantil, creyendo que todo podría ser tan "Hollywood" tan película y libro de romance, donde conoces el amor, y no sales lastimado, donde el amor se da de forma tan espontanea que te hace sentir desubicado; pero no, fui ingenua y caí en el amor real, en el amor que es cruel, que es toxico, que es muchas veces falso, en aquel amor que te hace daño y donde te usan.
Así fue todo para mi, dar lo mejor de mi por una persona que no merecía ni una sola parte de todo lo que di, por una persona que me hirió no solo sentimentalmente, si no que también física y mentalmente; y me di cuenta de que el primer amor es doloroso, es cruel y te hace aprender muchas cosas, entre esas que el amor no es como crees, que tus padres te mienten, las películas también, y los libros igual. Por eso mismo decidí resguardarme, encerrar mis sentimientos para así no volver a pasar lo mismo, no volver a ser engañada.
Llegamos a la cafetería, y Samuel estacionó el auto cerca de la cafetería para así no caminar tanto; cuando entramos había bastante gente sentada en las sillas que habían, Samuel abrió la puerta para que nosotras entráramos primero, buscamos una mesa vacía cerca de las ventanas, ya que a Samuel le gustaba hacer esto; nos sentamos y miramos la carta de cafés que vendían allí; Vanessa quería un Frappe, Samuel un Americano y yo un Cappuccino; Samuel se levanto de la mesa y fue a pedirlos hasta la caja.
— Perdón si lo nombre —dijo Vanessa mirándome mientras acariciaba mi cabello— Se que aun es difícil para ti -su tono de voz de hizo mas suave y bajo, casi susurrando— Si no quieres hablar de el lo entiendo.
— Aun duele —dije después de unos segundo de silencio— Me sentí sucia y usada —solloce un poco y mordí mi labio para intentar no llorar por los recuerdos que invadían mi mente.
— Lo se, no estabas preparada para tanto —me abrazo de manera cálida e intente reprimir mi lagrimas pero sentí como una se deslizo por mi mejilla— No llores, Emily, el no esta aquí —limpie mi lagrima y le sonreí levemente— Ya estas lejos de donde esta el, ya estas segura.
Esto ultimo lo dijo con una sonrisa mientras acariciaba mi cabello, a pesar de que ella era mi mejor amiga sentía como si mi madre me lo hubiera dicho, me sentí segura, ya estaba lejos, el no sabia de donde estaba; a pesar de que gane la demanda solo le dieron poco tiempo al ser de una familia importante, a la ley le importo una mierda las pruebas que tenia en su contra, su familia solo hizo algunas transacciones y dejándolo en una correccional por poco tiempo, y lo peor eso se supo en casi toda Italia.
— ¿Estas llorando? —se sentó Samuel mientras me miraba de manera atenta y saco un pañuelo para luego limpiar la lagrima que se resbalaba en mi mejilla, tomo mi mano y la acaricio suavemente— Emily.... —mordió su labio y miro a Vanessa— Si quieres hablar aquí estamos.
Asentí con la cabeza y esnifé, les di una pequeña sonrisa y mordí el interior de mi mejilla.}
— Enserio, gracias por no dejarme sola —sollocé un poco y levante la mirada, ellos tenían aquellas sonrisas que una vez me mostraron para calmarme.
Llegaron los cafés por lo que intente reprimir aquellas ganas de llorar que tenia reprimidas, cambiamos de tema para así no sentirme peor de lo que ya me sentía; hablamos sobre Samuel y sus clases en la universidad, sobre su trabajo y como como el había mejorado tocando el piano y la guitarra; a pesar de vivir lejos de sus padres el era bastante responsable con su vida de independiente, sus clases de música y su estudios; era admirable la organización que el tenia y como era capaz de sacar tiempo para pasar tiempo con Vanessa y conmigo. Sabia que tenia amigos en su universidad pero siempre nos die lo mismo. "Siempre las voy a preferir a ustedes dos, usted dos son mis mejores amigas y las quiero mas que a unos calenturientos".
Samuel saco su teléfono y nos tomo una foto a Vanessa y a mi, y luego una selfie de los 3, nos tomamos fotos haciendo muecas o arruinando las poses de los demás, decidió postear una en Instagram mientras nosotras terminábamos el café.
El camino hacia mi casa fue un poco mas ameno, las conversaciones incomodas se dejaron de la lado, el pelinegro puso música para que así no fuera nada aburrido; las canciones que sonaron fueron: "Build a Bitch", "I'm Gonna Be", "Arcade" y "Kiss and Make up"; Samuel no cantó mientras que Vanessa y yo lo dábamos todo al cantar las canciones, parecíamos como si fuéramos a ganar la competencia de canto importante; tomamos lo primero que encontrábamos y simulábamos cantar y a mi me importaba un completa mierda si desafinábamos o si sonábamos mal, lo importante era seguir dándolo todo en aquel auto; y si a Samuel le daba cáncer de oído por escucharnos era lo que menos me importaba.
Samuel se estaciono frente a mi casa y me miro, me puse el abrigo y acomodé mi cabello, mire hacia la entrada de la casa y vi a mi padre apoyándose en el marco de la puerta, saludo hacia el auto y volvió a ver su teléfono; le di un beso en la mejilla a Vanessa y a Samuel y salí del auto.
— Nos vemos después —dije alejándome del auto mientras sonreía.
— Nos vemos, adiós señor Romanov —Musitó Vanessa mientras sacaba la cabeza por la ventana.
— Adiós Emily, hasta luego señor Romanov —Samuel se despidió de la mano mientras miraba en dirección a mi casa.
— Adiós chicos —mi padre sonrió mientras miraba hacia el auto— Que tengan buen resto de tarde.
Llegue a la puerta y mi padre entro para después entrar yo y cerrar la puerta, mire a Tomas que estaba ladrando como un loco, me sorprendió cuando casi se lanza encima mío, sonreí y le di un beso en la cabeza
— ¿Me extrañaste? —dijo mirándolo de manera atenta, movía su cola casi de manera eufórica- Creo que eso es un si —pronuncie mientras lo miraba.
Me levante y mi mirada se dirigió hacia la mesa que la mesa de centro tenia bastantes dulces, palomitas y sodas; sonreí por eso y me quite el abrigo, lo puse en el perchero y me quite los zapatos y me puse las chanclas que habían a un lado, me senté en el sillón mas grande y mi madre se acercó a donde estaba yo y me dio un beso en la cabeza.
— ¿Lista para la tarde de películas? —dijo mientras se sentaba en el sillón de lado.
— La pregunta me ofende —dije mirándola de manera de atenta— claro que si —dije emocionada, hacia mucho que no hacíamos esto por lo que me hacia feliz.
Mire hacia las escaleras y estaba mi padre bajando con dos edredones, le dio uno a mi madre y a mi me dio uno, Tomas se sentó a mi lado, sonreí y acomodé el edredón a modo de que nos cobijara a ambos; mi padre puso la primera película "A Quiet Place", estaba a la expectativa de esta película por lo que intente poner toda mi intención esta película, pero en muchas ocasiones cabecee por los sonidos tan relajantes que habían; intente mantenerme despierta pero los ojos me pesaban mucho y era relajante ya que no había escenas por las que debía espantarme, me levante y fui a la cocina donde me eche agua en la cara para no dormirme, mis padre seguían concertados en la película, al parecer si les estaba gustando.
Me volví a sentar y acobijarme con el edredón mientras miraba, la película cada vez tenia mas suspenso lo que causaba mi emoción por lo que le podría llegar a pasar a la familia, y lo admito me emocione y tenia los sentimientos a flor de piel por el parto de la madre y por lo doloroso que podría llegar a ser, por lo cual iba a ser ruido llamando así a las bestias; pero ¡pum! cachetada en la cara, tuvo al bebé; temí por la vida de todo y juró que tuve escalofríos por esto. No pude evitar soltar algunas lagrimas cuando el padre murió, ya que los protegió a todos hasta el ultimo momento que estuvo vivo, e intento ayudar a su hijo para que lograra percibir los sonidos que se producían.
Seguí comiendo los dulces que habían sobre la mesa, intente no despegarle la mirada a la pantalla, cuando termino la película me estire y mi madre era la siguiente en poner una película "I Care A Lot", era la decidida para ver, tome una lata de soda y empecé a beber mientras miraba con atención la película, y también debía pensar en que película pondría, tal vez una de acción o de suspenso, tal vez de fantasía.
En una parte de la película ya estaba como: "Que perra tan avara", "Algo me dice que todo se va a la mierda", "eso señora, no se deje intimidar". A pesar de no se de acción me hizo emocionar, mas que todo por la anciana, me hizo sentir que esa señora era los más y que simplemente ella podía con todo, pues también es gracias a su hijo, pero de eso daba vibras.
El final de la película sinceramente no me lo esperaba, había imaginado diez mil maneras diferentes de final, pero nunca esa, y yo que pensaba que todos iban a terminar felices, pero no, al parecer los guionistas y productores querían algo diferente.
Por ultimo iba yo, y no pensé que película podría poner, miles se me pasaban por la cabeza en aquel momento, pero me fui por una que fue de las mejores reseñadas cuando salió, "Parasite" su producción y actores eran coreanos, por lo que podía esperarme cualquier cosa, duraba 2 horas así que estaba a la expectativa por el contenido de esta.
Me sorprendí en las condiciones en las que vivía aquella familia, los 4 no tenían un trabajo estable y por eso trabajan como en lo que les vaya saliendo o ofreciendo; empecé a comer papas mientras bebía refresco y no separaba la mirada de la pantalla.
La película tuvo aquellos momentos en donde te ponía el sentimiento a flor de piel, donde te emocionabas, o pones nervioso, esa película tenia todo para ser una joya del cine mundial, las personas que no habían visto aquel film, ¿Todo bien en casa?, ósea es que era muy buena, las mejores 2 horas de toda mi vida, además de que pude disfrutarla con mis padres; mire a Tomas quien estaba profundamente dormido, sonreí y acaricie su cabeza; cuando se acabo la película levante todo el desorden que había en la mesa de centro mientras que mis padres acomodaban nuevamente los muebles. Deje todo en el fregadero y doble los edredones y los deje en el mueble mas grande justo al lado de Tomas que seguía dormido como una piedra.
Cerré las ventanas de la cocina y de la sala, para luego subir a mi habitación y ponerme la pijama, me lave los dientes y baje a ver si mis padres ya habían terminado de organizar las cosas, me quede sentada a la mitad de la escalera y los vi mirándose como si el resto del mundo no existiese, como si fuera la primera vez que se enamoraron, aquel sentimiento en ellos seguía vivo y me sorprendía, ya que a muchas parejas se les pasaba el amor después de un tiempo; pero mis padres, iban para casi 20 años de casados y su amor permanecía intacto, seguían siendo feliz a pesar de los obstáculos, de los problemas, a pesar de todo.
Sonreí y subí de nuevo a mi habitación, cerré la puerta y apague la luz del foco y acostarme, cerré los ojos y me empecé a relajar, pero no hizo que me quedara dormida, por lo que me puse los audífonos y puse música de piano, esa música hacia que me relajara en cualquier momento, enserio, en cualquier momento. En justo antes de quedarme dormida pensé: Mis padres construyeron algo tan fuerte que al día de hoy nada lo ha derribado y eso es de valientes, por que no cualquiera es capaz de soportar a otra persona por tanto tiempo.
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