CASI UN AÑO DESPUÉS

EMILY ROMANOV

Las residencias eran hermosas, debía compartir con otra chica que estudiaba alguna carrera que tenía que ver con la parte biológica, no recordaba bien que, estaba absorta en el hecho del viaje que no recordaba más que su nombre,y eso por que en la entrada aparacian nuestros nombres.

Sentía que era irreal, sentía extasis por lo rápido que todo había sucedido y como rápidamente ya debía acostumbrarme a esta nueva vida. Ya habían pasado un año, un año donde le encontraba cierto odio-amor a lo que estudiaba. La historia del arte me ayudaba a encontrar un estilo concreto mis pinturas, además que me ayudaría en las artes visuales.

El campus era hermoso, pero no podía decir lo mismo de todas las personas que estaban allí, y hacía el esfuerzo para encontrar un trabajo de medio tiempo para pronto encontrar un lugar donde tuviera muchas más libertad de la que me brindaba la misma universidad. Odiaba muchas veces encontrar mis cosas al otro lado de la habitación o simplemente que ella las tomará para suplantar las suyas.

Me aterrorizaba el hecho de estar tan lejos de mis padres, cada día su ausencia me pesaba muchísimo más de lo que pensé al inicio, y lloré, lloré como si fuese un bebé buscando la atención de su progenitora, pero por ellos era que estaba allí, por eso buscaba siempre mostrarles una sonrisa cuando llamaban. Pará que así de alguna u otra manera ellos también fueran felices.

Me levanté de la cama sabiendo lo tarde que era, Vianca, aun no había llegado aunque eran las dos de la mañana del miércoles. No me gustaba mucho el hecho de que algunos días de la semana yo debía levantarme en la madrugada, pero lo hacía por el simple hecho de hablar con Aaron.

Encendí la luz de la habitación y la llamada de Aaron llegó, mis emociones dieron un vuelco, estaba en cierta manera bastante feliz por el hecho de que ya hablábamos muy poco y casi lo necesario.

Consteste con una sonrisa en mi rostro aunque estuviera exhausta.

—Mily —exclamó con una sonrisa en el rostro— Perdón por levantarte a esta hora.

—No hay problema —aclaré mi garganta— ¿Como te ha tratado Washington?

—Si te soy sincero... —. Agachó por un momento la mirada—. Creo que ya me estoy acostumbrando, ¿Qué hora es en Cambridge?

—Las dos de la mañana —bostece un poco—. Pero no importa, sinceramente ya anhelaba hablar contigo.

Hubo un momento de silencio y la cara de Aaron demostraba el hecho de que estaba arrepentido.

—Perdón —se mordió el labio—. Me esforcé para llegar antes pero tuve un incidente para salir del trabajo.

Suspiré un poco, la distancia nos estaba alejando más de lo que yo misma imaginaba, nos esforzabamos por luchar contra todo lo que pudiera suceder.

—No te preocupes, tu sabes que por mi no hay problema —. Sonreí buscando que el no se sintiera culpable—. Además la primera clase de mañana la cancelaron así que dormiré un poco más —mentí.

Si tenía esa clase y era bastante temprano, pero no quería que se preocupara, odiaba el hecho de verlo culparse por mi descanso. Y si, estaba exhausta por todo lo que había realizado pero me esforzaba por cumplir con nuestras citas.

—Pienso en ir a Inglaterra cuando termine este ciclo —dijo emocionado—, quizás me quede allí unos días así que empieza a contar los días —sonrió.

—Lo haré —sonreí ansiosa por su noticia—. Te juro que viajaría yo pero por el momento no puedo.

—Por eso soy yo el que viajará —acomodó su cabello que estaba más corto que la última vez que lo había visto.

Y así nos quedamos hablando por casi 30 minutos más, cuando colgué me sentía lo suficientemente cansada como para dormir un día entero. Apagué la luz y me recosté mirando hacia la ventana, el cielo estaba nublado pero algunos rayos de la luna se colgaban entre las nubes. Era casi irreal ver la noche desde donde yo estaba, por que las cortinas casi traslúcida le daban un toque hermoso, como un filtro de todo.

Podria pintarlo pero me tomaría horas y estaba bastante cansada como para hacerlo así que solo intenté mirarla todo lo que pude como para plasmarla en mi memoria. Y al final simplemente cerré los ojos para dormir.

[...]

Al terminar clases fui a la cafetería, necesitaba un café si quería pintar un rato, ya estaba dejando de lado mis propias pinturas por lo que ese día me esforzaria. Me senté a esperar a que me entregarán mi café mientras revisaba mi teléfono. Entré a los mensajes y sonreí al ver los mensajes de Samuel.

Sam ✨🖤
Buenos días o tardes Mimi 😊
La diferencia horaria me confunde 😟
El punto es que suerte en tu día, por cierto te quiero 🖤

Sonreí al ver sus mensajes por que todos los días me podía despertar o trabajar mientras recibía sus mensajes alentandome.

MiMi✨💖
Buenos tardes Sam :3
No te preocupes, para mi es raro acostumbrarme 😊
Mucha suerte el tu día, espero te vaya muy bien 😉

Salí de su chat, y aun no habían mensajes de Aaron, algo que hacía que hubiera cierto vacío en mi estómago por que quería recibirlos, quería contarle como me había ido con las clases. Pero lo más probable es que o estuviera durmiendo o trabajando. Y me alegraba que pudiera estudiar lejos de sus padres, aún también me preocupaba como se encontraría Camille, aquella pequeña seguía allí a la merced de lo que puediera suceder.

Recibí mi café, lo pagué y camine hacia la sala de arte que debía estar abierta. El campus era grande por lo que los primeros me perdía y terminaba entrando a clases donde no me correspondía.

Me alegre al ver el salón abierto y a pesar de que habían personas no me importaba. Deje mi maleta a un lado de los casilleros y tome un liezo no muy grande. Me recogí el cabello, me puse un mandil y tomé un godete y unos pinceles.

—Buenos tardes , señorita Romanov —me dijo un chico que estaba enfrente del salón.

—Buenos tardes, Víctor —. Lo salude con la mano.

—Esperaba mirarte ayer por aquí pero nunca llegaste —. Se acerco con cierto animo—. ¿Te paso algo?

—No, solo que también tengo deberes que hacer —. Sonreí, tome un bote de pasta para modelar y una espátula—, pero gracias por la preocupación.

Me senté frente al lienzo y me quedé mirándolo un momento, Víctor se sentó a mi lado y me estaba dando cuenta de que el disfrutaba verme pintar. Saqué mi teléfono y me puse los audífonos para no molestar a nadie más.

Y comencé haciendo un pequeño boceto para tener claro donde aplicaría la pasta para moldear.

—¿Qué tienes pensado hacer? —susurró Víctor mientras yo miraba el boceto y corregía algunas partes.

—Solo quiero experimentar con la pasta para moldear —murmure y lo voltee a ver—. Me gustaría ver como se vería en uno de mis cuadros.

Se quedó en silencio y me comencé aplicar la mezcla en el lienzo con miedo a fallar, el se quedó mirando atentamente todo lo que yo estaba haciendo. Me acomodé el audífono de para poder escuchar los consejos que me pudiera dar, si es que me los daba.

—Creo que deberías poner un poco más en la parte de las flores para que la parte de atrás se vea la perspectiva que quieres dar.

Asentí, estaba temorosa de que me quedara mal y desechar un lienzo. Pero pues a mi lado estaba un chico que me llevaba años de experiencia en algunas técnicas, por lo que sus enseñanzas eran enriquecedoras para mí.

AARON O'CONNOR

Era temprano y estaba exhausto, trabaje y estudiar al mismo tiempo era muy diferente a cuando Emily me lo contaba, al parecer mantenía todo en lo mejor que tenía eso. Bostece mientras me estiraba luchando por no quedarme dormido en medio la pequeña sala del apartamento que había conseguido.

Abrí el refrigerador mirando que podía comprar antes de que iniciarán las clases, hice una pequeña lista de los más importante que debía comprar, tomé las llaves y salí de allí. El frío me golpeó haciendo que mi piel se erizara.

Baje al estacionamiento y encendí el auto, necesitaba apresuarme comprando lo que necesitaba, encendí la radio escuchando las noticias que habian pasado entre la noche y la madrugada.

Encontré un supermercado abierto y me estacione en uno de los espacios que estaban libres. Me estiré al salir del auto y camine hasta la entrada, habían muy pocas personas comprando lo que podía darme una ventaja para terminar antes que me tuviera que ir a la Universidad. Tomé un carrito y pasé pasillo por pasillo mirando que era lo que más me favorecía comprar.

—Leche... —agarré dos cajas tetrapack—. Huevos... —. Jamás había pensado que la vida de adulto iba a ser complicada y más cuando mis padres la hacían parecer tan fácil ya que ellos no realizaban ninguna de esas tareas.

Pase a la caja luego de haber tomado todo lo que necesitaba, cuando llegue hasta enfrente me quede mirando como el total subía progresivamente con cada uno de los productos. Pagué lo correspondiente y salí con las bolsas hacia mi auto, guardé todo en la cajuela y me senté en el asiento del conductor.

Saque mi teléfono y me quedé mirándolo un momento, había mensajes de Santiago, Emily y Camille. Abrí primero los de Camille y eran sólo videos de algunas caricaturas nuevas que iban saliendo. Seguí por lo de Emily

Mily
Buenos días, Roonie <3
Espero te haya ido bien. Te extraño :'3

Sonreí al ver sus mensajes, la distancia nos estaba afectando más de lo que nosotros mismos creíamos, odiaba tenía que verla despertandose en las madrugadas para que pudiéramos hablar. Ella estaba sacrificando mucho más de lo que yo lo estaba haciendo. La amaba, la amaba muchísimo por eso estaba trabajando, para poder sorprenderla en algún momento. Quería ahorrar y poder viajar y visitarla, quería abrazarla y decirle que siempre estaría para ella a pesar de que la diferencia horaria y la distancia fueran nuestro principal obstáculo.

Roonie
Espero hayas descansado, por cierto que tengas un feliz resto de día :3
Espero pronto verte mi hermosa rubia <3

Guarde mi teléfono para emprender camino hacia el apartamento que estaba compartiendo. Mis padres no lo sabían, pero ellos se había encargado de comprar un apartamento con 3 habitaciones -dos que no utilizaría para nada-, así que las rente para tener un ingreso extra y ahorrar la cantidad que quería lo antes posible.

Cuando llegué al apartamento ninguno de los dos se había levantado por lo cual me dedique a organizar lo que había comprado y deje una nota en el refrigerador.

"Hoy les toca las labores a ustedes :b"

Tome mi mochila mirando que no faltara nada de lo que necesitaba, escuche una de las puertas abrirse y mi mirada se redirecciono al pasillo. De su habitación salió la chica con la que compartía apartamento.

—Buenos días —bostezo y camino hacia el baño.

—Buenos días —musite a secas mientras terminaba de organizar unos libros en mi mochila— Nos vemos en la tarde —. Mire mi reloj mientras lo decía.

—Esta bien —exclamó mientras asomaba la cabeza por por el pasillo—Suerte en tu día.

—Gracias —sonreí ante el deseo de la chica—. Suerte a ti tambien.

Salí del apartamento y me organice el cabello a pesar de que lo tenía más corto que hacía unos meses, había deseado proyectar una imagen diferente de mi mismo hacia las personas que me rodeaban. Deseaba que esta nueva etapa de mi vida fuera más yo mismo que antes, que me permitiera abrirme sin tapujos hacia mis compañeros y amigos. Y eso estaba intentando, me estaba proyectando como si quisiera borrar todo mi pasado.

Cómo si abandonará aquella parte que me acompañó y atormento por años, pero habían cosas que no quería borrar, un ejemplo, Camille, Santiago, Samantha, Emily y Cassandra que aunque ella había sido un poco cruel y engreída por así decirlo, seguía siendo una parte importante de ese pasado y que sólo quería mantener lo bueno y bonito que habíamos vivido.

Habían muchas de las actividades que quería retomar ahora que vivía solo -aunque dependiente de mis padres-, quería volver a tocar guitarra, Quero tomar clases de de algún otro instrumento que se volviese interesante. Quería retomar ir a las ferias de artes, quería ir a las muestras de artes que en ocasiones se presentaban. Quería intentar pintar, no se, esa actividad la quería probar por Emily, deseaba intentar sentir lo mismo que ella sentía cuando pintaba uno de los tantos cuadros que estaban en el ático de sus padres.

Me a parqué en uno de los espacios libres cerca a la entrada de la universidad, tomé el volante con fuerza mientras miraba a las personas que entraban y salían de allí.

—Los haces por ti, para ser libre —Suspiré nuevamente—, para alejarte de todo lo que te estaba haciendo mal, para que tu papá te deje de molestar.

A pesar de que ya llevaba algún tiempo estudiando aún no le veía el chiste a la carrera, sentía que no era lo mío pero me esforzaba por que cualquier, hasta el más mínimo detalle me agradase. Tomé mi maleta y salí del auto como si me cargará de energía, fingía amar mi vida y mis elecciones aunque muchas de ellas eran erróneas. Odiaba la carrera aunque en campus era hermoso, odiaba estar tan lejos de mís conocidos y de mis seres queridos.