CAPITULO 15
AARON O'CONNOR.
Una semana exacta fue lo que faltó Emily a la escuela, pero para mi suerte ella mantuvo contacto conmigo todo ese tiempo, quería visitarla, ver como estaba y abrazarla si lloraba, pero ella en toda esas veces que le insistí se negó y me preguntaba si el castaño del otro día había ido de nuevo al instituto. En cierta parte me preocupé por su salud mental y física por que no sabia que tan bien había tomado todo lo sucedido ese día; por otro lado Cassandra intentó volverme hablar para sexo, pero nuevamente la volví a rechazar, en cierta parte a mi me dolía verla rogando e intentaba que ella no se sintiera mal, pero ella siempre intentó manipularme y en muchas de esas ocasiones lo lograba.
Samatha y yo habíamos empatizado mucho menor y se mantenía preocupada por todo lo sucedido con Emily, la rubia nos hizo conocer a sus amigos a pesar de que ella no estuviera presente, Vanessa y Samuel nos contaron por todo lo que vivió Emily después de la violación de Noah y como antes de volverlo a ver le seguía afectando, nos hablaron sobre algunas cosas que le gustaban a Emily y algunas que no; recuerdo que Samuel me pidió mantener contacto con el por si Noah se volvía a presentar en el instituto o se le llegaba a acercar a Emily.
Me percaté de que tenia un mensaje de Emily antes de entrar a clase y me apoyé en una de las paredes del pasillo y lo mire.
Emily :3
Oye, te tengo que dar tu sudadera, ¿no?
Aarón
Paso por ella mañana, hoy empiezan las competencias y tengo que jugar hoy :"3.
Emily :3
Esta bien, mañana...
Aarón
Te hablo mas tarde tengo clase :(
Emily :3
Escribo**, si que eres un estúpido :b
Sonreí al ver su mensaje, no sabía que responderle habian tantas cosas que decirle, pero ninguna era capaz de salir de mi boca o de ser escrita, solo sabia que el día que le dijera todo lo que tengo por expresar, ese día me consideraría valiente; las personas valientes para mi eran aquellas que con miedo son capaces de hacer cosas que para los demás es aterrorizante, siempre fui una persona con muchos miedo, pero ninguno mas grande como era el de ver a Emily y no saber como expresarme, no saber que decirle sencillamente las palabras no salían y en mi garganta se formaba un nudo casi imposible de desatar.
Salí de mis pensamientos gracias a que Santiago me dio un golpe algo fuerte en la espalda lo que me hizo toser un poco.
- Marcus te quiere ver en la cancha -dijo entre risas por mi gesto de disgusto.
- Tengo clase no puedo -susurre dándole un leve golpe en el hombro.
- Dice que tienen que hablar sobre el partido que va a ver dentro de 1 hora -dije levantando los hombros- Suerte amigo -dijo levantando los pulgares y alejándose por el pasillo.
Bufé un poco y dejé mi mochila en mi casillero, me acomode un poco la camisa del uniforme de deportes, mire desde lejos que el equipo estaba reunido, no sabia cuanto llevaban ahí pero era algo que me inquietaba; me acerqué rápidamente y Marcus estaba dando algunos consejos a cada uno de los integrantes del equipo.
- Hasta que llegas -dijo poniendo los ojos en blanco- Buenos sigamos en lo que estábamos.
Me limite a no responderle, no quería cargarme de enojo y mucho menos cuando en menos de una hora se iba a presentar el primer enfrentamiento de las competencias intercolegiales; escuche atentamente a Marcus y el entrenador también intervenía en este discurso motivacional que se estaba presentando. Después de casi 20 minutos de charlas motivacionales y consejos, el equipo fue a ponerse los uniforme para luego iniciar a calentar, las gradas se empezaban a llenar y el equipo empezaba a llegar; empecé a trotar por la chancha para así calentar un poco y luego estirarme, hubo un momento en que la gente empezaba a dar animo sin siquiera iniciar el juego pero nada que ignorarlos no solucionara.
Termine de calentar y las gradas ya estaban llenas, el equipo contrario estaba reunido junto con su capitán y su entrenador, mire a Marcus y estaba poniendo el distintivo de capitán y me acercó mi distintivo de vice capitán.
- Debemos ganar esto, Aarón -suspiro un poco.
- Si, ya sé -dije rodando los ojos y estirando mis brazos.
- Pero por lo menos hazlo con ánimos, idiota -dijo dándome un golpe en el brazo derecho.
- Si, como sea -dije sonriendo un poco- No soy porrista.
Se rio un poco y escuchamos el silbato del entrenador, haciendo que todos nos reuniéramos, y de nuevo hubo un discurso motivacional mezclado con "técnicas" para ganar, no sabia por que habian tanto discursos en un mismo lapso de tiempo, el punto es que había un momento en que estos ya aburrían; caminamos hacia la cancha y cada uno ubicándose en la posición que le correspondía. Mire hacia las gradas y solo mire muchos estudiantes con carteles y sonreí un poco.
- Vamos a ganar -susurré.
[...]
El primer tiempo termino luego de algunos minutos de penalización, nosotros ganábamos por un punto, pero no cambia duda que era un grupo formidable, su técnica era digna de ganar, era un equipo de temer, pero con las técnicas adecuadas cualquiera puede ganarle a un monstruo en cualquier ámbito. Estaba sudando, me acomodé mi cabello para atrás para que no me interfiera, tome una de las botellas de agua que llevaba mi nombre y bebí la mitad casi de un sorbo. Camine por la cancha intentando controlar mi respiración, mire a la gente que estaba en la gradas, todos uniformados debidamente, mi mirada se dirigió a una sudadera conocida...Era mi sudadera, allí estaba la rubia con la sudadera puesta mientras miraba hacia el campo de juego.
Una sonrisa se escapó de mis labios, me acerqué a las gradas y los carteles que tenían mi nombre se empezaron a mover de manera eufórica, a pesar de que había un alboroto mis ojos solo se dirigían a una parte, y era hacia donde estaba Emily, a pesar de haber una multitud de estudiantes allí ella era la única que llamaba mi atención, la única capaz de capturar mi mirada. Al verla soltar una sonrisa hacia mi, me aleje de las gradas aun con su sonrisa grabada en mi mente. Me acerqué al equipo que estaba debajo de una carpa, mire como ya el otro equipo se estaba organizando en en la cancha.
- ¡¿VAMOS A GANAR O NO?! -dije gritando un poco eufórico recibiendo caras de sorpresa de muchos y una sonrisa de orgullo por parte de Marcus.
- ¡A GANAR! -gritó Marcus ocasionado que todos respondieran de la misma manera.
Todos nos organizamos en las posiciones nuevamente y por un momento mire de nuevo hacia las gradas, allí seguía mirando hacia donde yo estaba, levanto ambos pulgares con una sonrisa, sonreí por su acción y volví a enfocarme en el juego, quería demostrarle que era fuerte, que era capaz de cualquier cosa y mas cuando veía su linda sonrisa iluminando así hasta el día mas oscuro.
Aquel partido lo jugué dando todo lo que mi cuerpo tenia, dejando todo de mi en aquella cancha, me sentía satisfecho con el resultado final, por que sabia que de una u otra forma todos habíamos trabajado en equipo, y a pesar de que hubieron momento en lo que yo mismo sentía miedo de que nuestro equipo perdiera en su primer partido, pero toda mi confianza se depositó en las habilidades de mis compañeros que eran iguales de capaces que yo; quedando los resultados de aquel partido 4 - 3, ganando nosotros.
Después del juego y de haberme duchado sentía el cuerpo pesado y algo cansado, pero en mi mente sentía satisfacción por lo que había sido capaz de hacer, saqué mi teléfono y mire como la rubia me había dejado un mensaje.
Emily :3
Te traje tu sudadera, ven a recogerla :b
Aarón
Si mis ojos no me fallan, para mi te veías muy linda con ella puesta.
Emily :3
No escribas ridiculeces y mas bien ven por ella, estoy en el patio trasero.
Aarón
Dame un minuto y estoy allá.
Guardé el teléfono y corrí por los pasillos desolados del instituto, la mayoría se había ido a celebrar la victoria, pero yo simplemente quería disfrutar ese logro solo o tal vez descansado. Llegué y allí estaba con la sudadera en la mano mirando hacia los arboles que por efecto del viento sus hojas se movían; me acerqué a ella y me senté a su lado, sonreí al ver su expresión tan relajada y en calma.
- Felicidades por el triunfo, señor vice capitán -susurró sonriéndome y dejando la sudadera sobre mis piernas.
- Gracias, rubia -dije tomando la sudadera algo confundido- Te dije que te veías bonita con ella puesta.
- Pero te la quiero devolver, además ya la lavé -dijo riéndose un poco- Solo tómala y ya.
-.Bueno, solo diré que fue un gusto verte con mi sudadera -dije riéndome mientras recibía golpecitos en el brazo por parte de ella.
Después hubo silencio entre nosotros, no me sentía incomodo, pero sentía cierta incertidumbre, miles de momentos pasaban en mi cabeza y cada uno de ellos me hacia feliz por que en todo estaba Emily en diferentes escenarios pero para mi eran felices con solo verla allí.
- ¿Fumas? -preguntó la rubia mientras mantenía su mirada perdida pero manteniendo aquella hermosa sonrisa.
- Si, ¿te molesta? -solté mientras la miraba.
- No, solo preguntaba -dijo pasando una de sus manos por su cara- ¿Quieres que una soda?
Acercó una bolsa con algunas sodas hacia mi, saque una y ella sacó la otra. De nuevo hubo silencio mientras tomábamos la soda, yo saqué mi teléfono y puse un poco de música para hacer el ambiente un poco mas ameno, la primera canción en sonar "That Away" de Tate McRae, la había escuchado un par de veces, pero jamás me había fijado en lo que quería decir la letra hasta el día ese día, lo único que hice fue escuchar la canción de manera atenta mientras en algunas veces mi mirada se dirigía hacia la rubia.
Escuché como la rubia empezó a tararear la canción, por un momento nuestras miradas se cruzaron, a pesar de su expresión era difícil de descifrar, su mirada parecía querer decir mil cosas, cosas que posiblemente no pudiera decir.
- Can't even tell if I love or hate you more You've got me addicted And I can't tell who's keeping score -susurró.
Sentí como mi corazón empezaba a latir cada vez mas rápido, mis manos empezaron a sudar, me sentía algo inquieto tal vez nervioso, su mirada lograba hacer que cada partícula de mi cuerpo se moviera de emoción, y todo esto era una experiencia totalmente para mi, no sabia ni que decir en aquel momento, solo sabia que aquel silencio que se estaba volviendo a presentar entre nosotros era tranquilizante.
Querida decirle algo, pero simplemente ninguna palabra era capaz de salir de mi garganta, el nudo que se hacia cuando estaba con ella era mayor de lo que pensaba, y fue allí donde me di cuenta de que a veces las palabras sobran y que yo solo debía actuar; hice que el espacio entre nosotros fuera un poco mas corto, su espalda se apoyo en mi pecho mientras miraba hacia los arboles que danzaban gracias al viento, le di un leve beso en su cabello y acaricie su cabello lentamente mientras me los nervios seguían dominándome, pero tal vez era por miedo a cagarla, a hacer algo mal y arruinar el momento que se estaba presentando.
EMILY ROMANOV
Me sentía cómoda, aunque por la cabeza me pasaran mas de mil escenarios al mismo tiempo, pero solo quería pensar en el momento en el que estaba viviendo en aquel momento; quería que aquel momento se inmortalizara, que simplemente fuese eterno o lo que estuviese destinado a durar; sentí el beso sobre mi cabello y sentí una corriente eléctrica recorrer cada parte de mi cuerpo ocasionando que sonriera. Tal vez el hacia que mi corazón danzara de felicidad cada vez que el se comportaba de tal manera, siendo sincero con el mismo; no sabia el que estaba sintiendo, pero enserio deseaba saberlo y saber si debía seguir aferrándome a su presencia o simplemente debía alejarme aunque doliera.
El le dio otro sorbo a su soda y empecé a jugar con mis manos, las palabras posiblemente arruinaran aquel momento, pero habian tantas cosas que decir, tantas cosas que aclarar y confesar, pero incluso si el diccionario tenia infinidad de palabras yo quería crear una propia, por que lo que yo estaba sintiendo era más que simple amistad. Mi mirada se dirigió hacia su ojos nuevamente, tal vez era la manera mas sincera en la que podía demostrar lo que sentía, y si efectivamente en ese momento la infinidad de palabras existentes en el mundo sobraban, solo éramos el y yo mirándonos como si fuésemos las únicas personas existentes en todo el universo.
Desvié la mirada y tome mi soda para darle un sorbo, y acomodé un poco mi cabello para que no le incomodara, y me volvió a acercar hacia el, agache la cabeza y me mordí un poco el labio para intentar soltar otra de esas estúpidas sonrisas que se creaban en mis labios cuando el hacia esos gestos.
- Emily -hizo una breve pausa y apoyo su cabeza en mi hombro- ¿Quieres ir a comer algo? -murmuró.
No sabia que responder, ¿si?, ¿no?. Era difícil, pero solo sabia que quería pasar mas tiempo con el y seguir sintiendo aquel nerviosismo que solo el lograba causar. -Si, claro -suspire un poco y lo mire.
- Entonces espérame un poco guardo dejo mi maleta en el casillero y ya vuelvo -dijo levantándose.
Lo mire entrar a las instalaciones del instituto y saque mi teléfono, tenia un mensaje de Samuel.
Sam
Oye estúpida, ¿ya casi no tienes tiempo o te olvidaste de tus amigos?
Emily
Estoy confundida :I
Sam
¿No fui claro en el mensaje? Por Dios, Emily ya no entiende lo obvio :0
Emily
No sobre el mensaje pedazo de estúpido.
Sam
Entonces? d:
Emily
Planea una salida con Vanessa, allí les contaré.
Sam
Odio los misterios, pero esta bien :b
Te insistiría pero ni modo :"3
Emily
Estúpido :), después te hablo :D.
Guardé mi teléfono al escuchar la voz de Aarón acercarse.
- Listo, ¿vamos? -dijo haciéndome señas para que lo siguiera- Vamos, tengo algo planeado.
- Pero es algo temprano ¿no crees? -dije algo dudosa por la propuesta.
- Pues en cierta parte tienes razón, pero no es lo único en lo que pensé -se rio un poco y llegamos a su auto.
- ¿Y tu moto? -dije mirando nuevamente el auto.
- Siento que los paseos en auto son más cómodos -levantó los hombros mientras sonreía.
Subimos al auto y charlamos un rato sobre lo que había hecho en mi "semana sabática", le conté como decidí ir al trabajo para liberar un poco mi mente, sin embargo, no le conté que sentía cierta carga al no saber ni que hacer conmigo misma, al no saber como debía sentirme cuando estaba con el y que con el simple hecho de que me hablara me sentía segura.
Llegamos a una heladería, donde los colores en tonos pasteles y sus decoraciones era lo que mas resaltaba, el bajo del auto primero y yo baje después, entramos a la heladería y era mas grande por dentro, habian imágenes de todo lo que nos podían ofrecer, helados de todos lo sabores habidos y por haber, postres y malteadas.
- ¿De que sabor quieres tu helado? -me pregunto el pelinegro mientras el se acomodaba en la fila.
- De limón -dije mirando la cantidad de helado que habian.
- Esta bien -dio una pequeña sonrisa.
Espere cinco minutos y él llego con dos conos de helados, salimos del lugar y empezamos a caminar hacia un parque que no quedaba muy lejos de allí, empecé a comerme mi helado y me dio curiosidad por saber de que sabor era el helado de Aarón, tenia un color azul vibrante pero no conocía ningún helado con un color así o una fruta que tuviera ese color.
- ¿De que es tu helado? -pregunté curiosidad mientras me tapaba la boca.
- De chicle -musitó con una sonrisa.
Sabia que mi cara de confusión le había causado risa por que no pudo evitar empezar a reír, pero lo mas importante era ¿A que carajos sabia el chicle? habian tantas ganas de sabores para la goma de mascaras, entonces, ¿Qué sabor tenia?
- ¿Por que me miras así? -respondió el chico evitando volver a reir.
- Déjame probar -dije acercándome a el.
- Esta bien -me extendió su helado.
Le di una pequeña mordida, el sabor era raro y se notaba que ese sabor era totalmente artificial al igual que si color, y efectivamente, era posiblemente el sabor de helado mas raro que haya probado y por eso no me gustaba.
- ¿Te gusto? -dijo el chico a la expectativa de mi respuesta.
- No -dije dándole una mordida a mi helado para quitarme el sabor del helado de chicle- sabe muy raro.
Su cara de asombro me hizo reír, pero me insistió nuevamente para darle otra mordida y reconsiderar mi mal juicio ante el sabor del helado; en cada ocasión que me insistió me negué, definitivamente no me gustaba ese sabor, prefería helado de lo que por lo menos sabia que el sabor era algo en concreto.
Llegamos al parque y me senté en una de las banca que había, el se sentó a mi lado y yo empecé a jugar con mis pies como si fuera una niña pequeña.
- ¿Qué otras cosas te disgustan? -soltó el chico mientras seguía comiéndose su helado.
- El chocolate -dije soltando una risita por la cara de sorpresa del chico.
- ¿QUÉ?
- Ya sé, es qué simplemente es tan cliché, todas las parejas se regalan lo mismo -suspiré- además es demasiado empalagoso, ¿por que no ser original? -le di otra mordida a mi helado- es como que con cada generación que llega la creatividad y romanticismo se acaba, ya es como si los chocolates y rosas fueran los regalos predeterminados para todo.
- Tal vez sea cierto -susurro mientras se levantaba de la banca- Quizá sea necesario reformar todo lo predeterminado en el amor -dijo sonriéndome.
No entendía a lo que se refería pero en cierta parte el si me había entendido a mi, alfo que en cierta parte me llenaba de alegría, por que el se estaba esforzando por conocerme como lo había dicho el día de la cafetería. Me termine mi helado y boté la servilleta en un contenedor de basura que estaba cerca, volví hacia la banca y Aaron estaba mirando a las familias que estaban en el parque, suspire y apoye mi cabeza en su hombro, el me miro a los ojos y me sonrió, acaricio mi mejilla lentamente haciendo que mi piel se erizara por su tacto.
En aquel momento una pregunta se me paso por la cabeza, tal vez eran las inseguridades formulando estupideces en mi cabeza para desilusionarme, ¿Y si lo que sentía no era correspondido?, ¿Y si el no era sincero conmigo y solo estaba fingiendo? Quizás para quitarme todas las dudas que salían en mi mente era preguntarle e intentar ser los mas sinceros posibles, sin embargo no era el momento, o para mi nunca era el momento, quizás mis pablaras no bastaban o tal vez todos los escenarios que aparecían en mi mente eran llenos de dramas y de las peores situaciones que podían llegar a suceder.
- ¿Tienes tiempo para salir mañana en la noche? -susurró el chico mientras su mano se posaba en mi hombro.
- Tendría que hablar con mis padres -suspire un poco y me reincorpore- ¿Tus padres no te dicen nada? -pregunté algo curiosa.
- Sinceramente creo que ni les importo -bajo la mirada- Ellos solo me ven como un objeto que a futuro les dará mas dinero -dio una sonrisa torcida- pero ese no es el punto, si es necesario le pido permiso a tus padres.
No quería decir nada que pudiera sonar metiche o que lo hiciera sentir mal, por que sinceramente no deseaba hacerlo, y mucho menos con la obligación de hacerlo, solo quería que el se fuera sincerando conmigo, como yo lo hice con el al contarle tal vez mi primer y mas horrible amor. Puse mi mano en su espalda y la acaricie lentamente para así de alguna u otra forma "consolarlo", le di una leve sonrisa con el fin de hacerlo sentir más confianza.
Pasamos el tiempo en aquel parte, disfrutando no solo hablando, si no que también jugamos en cada uno de los juegos que habian, los columpios, la resbaladilla, el pasamanos aunque el lo pasaba caminando casi en cuchillas y yo solo caminaba, en una cosa que giraba y aunque termine mareada, fue uno de los momentos que jamás quería olvidar.
Decidimos que me llevara a mi casa ya que el ocaso ya se estaba aproximando, por lo que disfrutamos de contar algunas anécdotas vergonzosas de niño; me contó que cuando era un niño le dijo mamá a la profesora y que un día se le ocurrió la brillante idea de preguntarle a un maestro con sobrepeso que cuando nacía el bebé; no pude evitar reírme por los momentos tan penosos que el había pasado, pero eran digno de inmortalizar.
Y ya era una de mis actividades favoritas pasar el tiempo con el.
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