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Escritos cortos - Microrelatos. Fuera de mis historias. Off Canon.
Eternamente.
Te haré siempre regalos. Te hablaré sobre como son mis días. Te diré mis logros. Y te querré cada día.
Aun si estas dormido eternamente en esa cama. Cumpliré mi promesa de hablarte y acompañarte cada día. Para que sepas que estaremos juntos para siempre.
¿Dónde?
¿De dónde soy? ¡Lo recuerdo! Ese hogar que tanto añoro, pero que no visito porque siempre me estoy moviendo.
Da miedo. Alejarse de tu hogar es duro, pero necesario.
Entonces, ¿dónde pertenezco? En todos los lados, y aun siendo nómadas, tenemos la marca de donde has nacido.
Muro.
Soy un muro. De todo es lanzado hacia mi, pero resisto como si nada ocurriera.
Soy un muro. Cuando no miran, las grietas aparecen, pero alguien se da cuenta por mucho que lo oculte.
Soy un muro. Aunque aguante todo, siempre viene esa persona que me cuida, evitando que el muro se derrumbe.
Presencia oscura.
Presencia oscura que veo a mi lado. ¿Eres quien creo que eres? Nunca pensé que podría verte. Eres muy distinta a lo que pensé.
Presencia oscura que veo a mi lado. ¿Serás justa y compasiva conmigo? Eres como más o menos me lo había imaginado, capaz con mis propios toques, pero comprende que era para no temerte.
Presencia oscura que veo a mi lado. Cuando sea mi momento, ¿renaceré? ¿Tendré otra vida? ¿O estaré vagando por el universo?
Abre los ojos.
Abro los ojos. Todo lo que me rodea es impresionante. Una naturaleza hermosa donde millones de animales me rodean y me miran con curiosidad. Los bosques desprenden miles de aromas que sacan una sonrisa de mi rostro.
Camino un poco. Freno mis pasos y cerro mis ojos. Moviendo mis manos para sentir todo lo que me envuelve.
Abro los ojos. Todo lo que me rodea es deprimente. ¿Cómo puedo soñar eso si la tecnología se ha llevado mis ilusiones?
Ironía.
No me gusta el romance. Esas parejas felices agarradas de las manos con sus finales felices. Me aburre.
¿Yo? No tiene nada que ver. Solo estoy agarrando la mano de mi pareja y le sonrío con cariño. Le hago regalos, viajamos juntos y compartimos tiempo juntos, pero no me gusta el romance.
Mirarme.
No era capaz de mirarme. Hacerlo era como si me maldijera a mi misma. Mi mente se asustaba, me alejaba de mi persona.
Ahora, al menos, me miro, no por mucho tiempo, pero sonrío. Sabiendo que pronto conseguiré un cuerpo que me haga feliz.
Tonterías.
Agarro su cuello. Le miro con una sonrisa sádica, riéndome de su desgracia. Si no hubiera cometido esos actos, capaz no habría tenido este destino.
Ahora mis manos golpean sin cesar, arrancando cada parte de su piel hasta llegar a su corazón. Le haré saber que nadie se hace daño a la más que quiero, que nadie humillará a...
-¿Hija? ¿Estás bien?
-¿Eh? Sí, mamá. Estaba pensando en tonterías.
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