- Tú decías que necesitabas olvidar al tal Brad, ese siempre me cayó mal. Era un odioso -hace un gesto de asqueado y Lugo juega con mi cabello-. Lo olvidarás esta noche -sonríe ampliamente.

- Tu sonrisa me da miedo. A demás, ¿a dónde me llevarás?

- No se dicen las sorpresas, por eso son sorpresa. -se apunta la cabeza en señal de decirme tonta.

- Idiota, te detesto... -bufo molesta.

Odio que me hagan esto; decirme que me tienen un regalo o me dirán algo importante, pero que debo esperar. Me dejan en suspenso y misterio, ¡me hacen sufrir! Es que no soy de tener mucha paciencia, así que me destroza esperar algo.

- ¡ESTOY DE VUELTA! -grita Lucas al entrar al local, es un lugar muy lujoso. Todos voltean para aplaudir.

La verdad es que este pedazo de basura me hizo correr desde la casa hasta aquí, que por cierto no sé en donde Carrizo estamos. ¡Pudimos tomar el autobús! Ahora me duelen los pies, traigo tacones.

- Lucas... ¿dónde estamos? -le pregunto pero un montón de personas llegan y nos separan, lo están cargando y aclaman su nombre-. ¡Auch! Permiso... ¡Ay!

Resbalé con la alfombra, pero no caí gracias a alguien.

- ¿Estás bien, princesa?

Levanto la mirada y me consigo con un chico muy guapo, me tomó justo antes de tocar el suelo.

- Eh... -¡Dios qué pena! Es un chico tan lindo, esos hermosos ojos azules-. Gracias, estoy bien... -me acomodo mi ropa y sonrió.

- Una chica como tú no debería caer -me sonríe. Tiene dientes perfectos y labios rosados-. ¿Primera vez que vienes cierto? -yo asiento-. Entonces... ¡Bienvenida a Bryskom! -me toma de los hombros y me da un recorrido por el lugar-. Es el mejor centro de reuniones, el más costoso, el más visitado y sin dudas el mejor bar/teatro de esta ciudad... -se cruza de brazos-. ¡Lo siento, no me he presentado! -extiende su mano para que la estreche-. Soy Jay MarcsTom, pero puedes decirme Jimmy -me guiña un ojo-. Trabajo aquí, así que siempre me encontrarás en este fabuloso lugar...

- Muchas gracias, ahora sé a donde acudir cuando sea una una damisela en peligro y necesite de un salvador... -ambos comenzamos a reír-. Estoy segura de que debes ganar mucho dinero por salvar chicas en peligro de caer sobre una alfombra, ese es un trabajo difícil...

- En realidad ese trabajo no me da mucho dinero, es que no salvo a cualquiera -sonríe mientras me mira y yo también sonrió.

Las horas pasaban volando, mientras hablábamos en una de las mesas del gran local, el estúpido de Lucas estaba con unas chicas y todo se llenaba cada vez más de personas

El presentador comenzó a dar apertura a las presentaciones de los participantes en el escenario; comediantes, bailarines, cantantes, malabaristas, stripers... Todo tipo de personas han pasado al escenario, tienen mucho talento.

- ¡El ganador de esta noche, se llevará 700 dólares! -todos empezaron a aplaudir-. Pero no puede ser cualquiera, sólo el mejor triunfará.

- ¡Wow! -digo en un fuerte suspiro-. Esto será difícil, todos son muy buenos...

- Tranquila, el jurado es profesional -le da un mordisco a su pedazo de pizza-. No creo que deberías preocuparte por ellos...

- ¿Tú has participado?

- Obvio que sí, no fue fácil y no gané. Pero si pierdes y tienes mucho talento te dan un empleo en alguna de sus franquicias -levanta los hombros con indiferencia-. Gracias a eso tengo este empleo.

- ¿Cómo puedo participar? -pregunto muy interesada.

- Oh, no sabía que tuvieras un talento. Pero si es para estar aquí conmigo cada noche, no te preocupes, puedes venir sin problema y yo pagaré todo lo que pidas en el bar o restaurante -dice burlón y lo miro seria-. Ya, ya... Bueno, si tanto te importa... Solo debes hablar con los administradores del escenario y pedir que te registren en la lista. Es así de sencillo.

¡Maravilloso! Necesito ese dinero y es la forma más fácil de conseguirlo. A demás de que capaz consiga empleo aquí, así que bien, vale la pena.

- ¡Gracias Jimmy! -iba a tomar de mi vaso de agua cuando el me detiene.

- ¿Agua con este chico frente a ti? Eso es un gran error -toma mi mano y se levanta del asiento- Sígueme.

Nadie nos ve alejarnos, estoy segura de que si secuestran o violan a una persona aquí, nunca lo notarán. Todos están riendo y muy ocupados disfrutando la noche.

Pasamos por unas enormes puertas adornadas con brillos y de color rojo. Jay me suelta y se va por el enorme almacén en busca de algo.

- ¡TRIUNFO! -se acerca corriendo con una botella en las manos-. He aquí la mejor bebida que probarás en tu vida -saca dos copas y me sirve en una.

- Yo nunca he bebido alcohol... -el abre los ojos como platos.

- ¡¿CÓMO ES ESO POSIBLE?! -casi se ahoga con lo poco que había bebido-. ¡¿ME HABLAS EN SERIO?! ¡¿SABES DE LO QUE TE PIERDES?! -yo niego-. Dios, eso debe cambiar en este mismo instante...

Me acerco a él y lo miro con una ceja alzada.

- Esto es un Tequila Ley 925. Te juro que no te arrepentirás de probarlo -me sonríe y me extiende una copa-. Salud.

- ¿Okey? -dudo por unos segundos-. Salud.

Chocamos copas y tomamos un poco cada uno. La verdad es que esto tiene un sabor exquisito, no pensaba que de verdad me gustaría una bebida alcohólica.

- ¡WoW, que delicioso! -digo sonriente-. ¿Cuánto debo pagar por un poco más?

- ¿Estás loca? Se nota que no sabes nada de licores, es muy costoso. Esta es una bebida que no puede probar la gente "normal", por así decirlo -me enseña la botella-. Pero como dije, eres una princesa y mereces lo mejor. Así que prepárate, porque mientras me veas, nada te faltará.

- ¿Estás coqueteando conmigo? -le digo tomando un poco más de tequila y alejándome de el unos centímetros.

- No, sólo soy amable contigo -me guiña el ojo-. Eres una chica mal pensada, mente sucia, pervertida...

Ambos empezamos a reír.

Las horas pasan y ya casi son las 2 am. Hemos hablado de todo tipo de temas y nuestra vida privada. Estoy ebria, nunca había bebido en mi vida. Estamos solos en el almacén.

- Parece que este local nunca cierra, es como una farmacia. ¿A caso son vampiros? -digo arrastrando las palabras, me estoy quedando dormida.

- Aún no has visto nada. La otra noche yo... -entra una chica morena e interrumpe nuestra conversación.

- ¡Jay! -lo levanta por el cuello de la camisa y le da una cachetada. Luego voltea a mirarme y me fulmina con sus ojos-. Maldita sea... Tú me dijiste que era la única. Cómo te odio... -sus ojos se llenan de lágrimas y sale del lugar.

Nos quedamos unos minutos en silencio, solo nos miramos, es incómodo.

- Yo... Lo siento mucho -digo con la lengua pesada, mientras me levanto para salir-. Debo irme, es tarde.

- No, yo soy quien debe disculparse -me toma del brazo para ayudarme a levantarme-. Yo fui el tonto que te trajo aquí, lo siento princesa...

- Puedo irme sola a casa, soy una chica fuerte, no necesito ayuda de nadie -casi me caigo y se me rompe uno de los tacones.

- Tu suerte en este momento dice lo contrario -me sonríe.

- Puta vida... -susurro para mí sola y el ríe.

- Bueno, eso puede arreglarse -me toma en brazos y recuesto mi cabeza de su pecho-. Descansa, princesa. Prometo cuidarte...

Por una extraña razón, él si puede hablar bien y yo no. No arrastra las palabras y no se tambalea.

- No soy una princesa, no me digas así -le reclamo inmediatamente mientras salimos del lugar.

- Para mí sí eres una princesa.