Capítulo 1: Feria del libro
Las letras bailan de forma desorganizada ante mi fija mirada. Me froto con suavidad de nuevo los ojos y doy un largo y tendido suspiro antes de cerrar las ventanas que tengo abiertas en el portátil. Sé que ahora debería de apagar el ordenador correctamente, pero no tengo ganas de seguir trasteando más, así que presiono durante un instante el botón para encender y apagar hasta que la pantalla se pone completamente en negro. Antes de bajar la tapa observo mi pelo despeinado y el desánimo de mi rostro. Frunzo el ceño y la bajo.
La ducha que me doy después me renueva por dentro y despeja un poco mi mente, pero solo un poco. Tras arreglarme y coger las cosas que siempre considero imprescindibles antes de salir de casa, me marcho.
Estamos a principios de mayo y hoy corre algo de aire, ha refrescado. Ayer estaba en manga corta y hoy he pasado el día entero con manga larga. Odio estos cambios de tiempo. Para colmo está nublado. Solo espero que no llueva y si lo hace al menos que sea cuando esté de vuelta en mi piso. A ser posible con algún nuevo libro interesante que me compre. Aunque esto último lo veo más complicado. Camino sin prisa hacia la feria del libro que hoy se celebra en mi ciudad mientras me pregunto el por qué no se realiza el mismo día en toda España. No he llegado a ninguna conclusión fija cuando veo a lo lejos los stands. El primero que me encuentro es uno sobre libros de mi ciudad. Está totalmente vacío mientras que la persona que está vendiendo se encuentra concentrada en su teléfono móvil. Con esa motivación, ¿cómo cree que va a vender algo? Así va nuestra ciudad, sin nadie que se interese por ella. ¡Y con razón! Frunzo el ceño mientras paso por delante y observo por el rabillo del ojo lo que ofertan: libros sobre nuestra historia, otros sobre monumentos que tenemos y unos tomos cutres con recopilaciones de supuestos relatos finalistas que han hecho en estos últimos años. Digo supuestos porque estoy casi convencido, quitemos el casi, de que están amañados. Esa es una de las razones por las que nunca he participado. La otra porque me parte horrorosa la cubierta, tan simple, tan pálida y básica...
Niego con la cabeza y avanzo hacia el siguiente stand. Aquí tampoco duro mucho, se trata solo de libros infantiles donde encuentro a madres de la mano de sus hijos quienes les arrastran de un lado a otro sin rumbo fijo, queriendo tocarlo todo pero sin querer nada. Está claro que ese desinterés lo han heredado de ellas. Seguramente de sus padres también, de sus familias en general. Si no se les inculcan a leer desde pequeños, difícil veo que sean buenos lectores el día de mañana.
Veo como una niña empieza a llorar cuando su madre le niega comprarle un libro de lo que parece ser, una serie de dibujos de televisión, con la excusa barata de que son caros. Paso de largo mirando hacia el lugar con algo de desdén. No muy lejos se encuentra una caseta que pertenece a una editorial pequeña. Sí, de esas en las que casi seguro, quitemos el casi, publican a sus amigos. Miro con cara de pocos amigos a la chica sonriente que hay detrás del mostrador. A su lado hay un chico que es igual al de un cutre cartel que tienen colgado donde explican que firmará libros. Lo que yo digo, amiguito. Siento lástima pero fijo que más allá de la familia y algún que otro colega, nadie más irá a la firma.
Continúo avanzando y miro al cielo nublado. Las nubes se están tornando cada vez más oscuras y se avecina una lluvia, aunque tiene pinta de que aún queda bastante rato para ello. Al menos el amigo publicado tendrá tiempo de firmarles a su círculo cercano.
Un poco más allá se encuentran dos casetas más. Una está bastante llena de gente mientras que la otra está completamente vacía. Una de ellas alberga los grandes clásicos de la literatura española mientras que la otra está llena de literatura juvenil actual. En una de ellas venden libros firmados. Es evidente que la de los libros firmados no se trata de la caseta de los clásicos, porque los muertos no firman libros. También, para mi desgracia, en ella no hay ni un alma. Me acerco allí sin poder evitar que una sonrisa se asome a mi rostro. Este sí es mi lugar. Contemplo cada uno de los libros que aquí se encuentran. Muchos de ellos se tratan de sus versiones más recientes y actualizadas. No es el lugar donde podría encontrar ediciones de antaño pero aun así me encanta contemplarlos. Acabo comprándome una antología de relatos de autores anónimos creada a mediados del siglo XIX aunque la edición y encuadernación dicta de hace cuatro años. Junto con el libro me regalan un marcapáginas relacionado con la antología. Me siento en un banco cercano para echarle un vistazo mientras escucho el jaleo que se va intensificando a mi alrededor. Miro anticipándome al motivo por el que la gente se está aglomerando: los libros firmados en la caseta de novelas juveniles. Resoplo pesadamente. ¿Qué tiene de gracia comprar libros ya firmados sin que la persona que los ha escrito lo haga en directo? La literatura actual ya no es lo que era. Y todo porque ese chico quiere mantenerse en el anonimato. Claro, eso da más juego y llama más la atención, pura estrategia de marketing. El autor famosillo de turno escribe en la misma plataforma que yo, pero al contrario que en mi caso, solo escribe patochadas que la gente alaba de forma escalofriante. Está claro que su objetivo es meterse a millones de chicas en el bolsillo escribiendo romances baratos. Un buen método para ligar.
No aguanto más ver cómo esa cola va en aumento, así que guardo mi reciente adquisición en mi mochila, me la cuelgo en el hombro, justo cuando una gota de lluvia cae en mi nariz, y me levanto del banco en el que me encuentro sentado. Espero que la lluvia arruine la ridiculez venta de libros firmados de ese famosete junta letras sin coherencia.
____________________________________________________
¡Hola, hola! Antes de nada quiero daros la bienvenida a Escrito en el tiempo, mi nueva obra. Una historia donde el humor, la crítica y el amor están presentes. Para hay mucho más.
Por ahora habéis conocido a Eloy, un joven cascarrabias amante de la literatura clásica que detesta a un autor que escribe en la misma plataforma que él. ¿Qué impresión os ha dado nuestro protagonista? ¡Os leo!
Si no hay ningún cambio de planes, los martes habrá capítulo, intentaré que sean todos o casi todos. Espero que nos embarquemos juntos en esta nueva aventura que estará cargada de sorpresas inesperadas. ¡Nos leemos en el siguiente capítulo!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro