EL ARTISTA
Shaftesbury 2018
En ese momento, es el espectro de Michael quien toma el relevo de su compañera para seguir contando su historia a la novelista cuando apenas se ha comenzado a diluir el fantasma de la sobrina de George. Ambos se miran con ternura e intentan tocarse pero cuando están a punto de hacerlo ella desaparece.
Hace rato que el clon fantasmagórico de Kayden no se aparece por allá para hacerles la vida imposible.
¿Quién sabe si ya maduró, aunque después de muerta y los dejará en paz?
—Para mi fue sencillo enamorarme de Marilyn pues siempre ha sido la mujer más bonita que ha pisado la tierra, viva o muerta. —se sincera el artista esbozando una melancólica sonrisa. —Desde ese primer día que la vi ya no pude posar mis ojos sobre otra mujer que no fuera ella. Siempre fui un romántico aunque en ese momento no sabía lo que eso me costaría.
Reino Unido 1912.
Las insistentes y furtivas miradas que ambos se dedican en la cena con el Rey Jorge, no pasan desapercibidas para el tío de la rubia que finge no darse cuenta nada mientras una sonrisa cómplice aparece en su rostro de piel chocolate. Para Marilyn no resulta fácil concentrarse en la cena y la conversación con el resto de los invitados teniendo enfrente de ella al joven y apuesto pintor mirándola mucho más a menudo de lo que ella quisiera. Un hombre como él, tan distinto físicamente de los hombres con los que acostumbra a tratar. Un chico con una sonrisa hermosa y hechizante. Un artista que ha elaborado un retrato del monarca algo diferente a las pinturas institucionales que se le han hecho con anterioridad.
En esta ocasión fue retratado en medio de la naturaleza, en concreto en los jardines y en los que se puede observar a un Jorge V algo más relajado y distendido, con una leve, muy leve sonrisa en sus facciones, muy diferentes de la seriedad con la que él y otros monarcas aparecen retratados por norma general en los retratos oficiales de estado.
Se comenta que el joven pintor capta de alguna forma la esencia de la gente a la que pinta, ofreciendo una visión distinta. También tiene la habilidad de capturar la verdadera personalidad de sus modelos aunque estos traten de aparentar otra cosa. Es por esa especial sensibilidad, ese don innato del artista, que algunas personas se niegan a ser retratadas por él porque el retratista siempre pinta guiado por lo que la gente que posa para él le transmite en realidad. Pinta lo que ve, lo que le transmite la gente, sea bueno o malo y se niega a manipular sus obras para que queden como la gente quiere.
Desde que el rey vio el retrato que había hecho quedó tan impresionado que ha decidido nombrarle segundo pintor de la corte. Sabe que el muchacho no se prestaría a hacer un retrato institucional ya que prefiere las cosas reales. El soberano ha decido que será su pintor personal y el de toda su familia. Sus obras más informales serán las que decoren los distintos aposentos de la familia. Para mucha gente ha sido un escándalo que el regente le haya concedido esa gracia, pero Jorge V solo puede apreciar el talento de Michael Jackson, el color de su piel es algo secundario que queda opacado por su talento.
Por suerte para la rubia los consejos de protocolo en la cena que su tío le ha dado sumados a su experiencia en cenas con la alta sociedad de su país la han ayudado mucho. Su saber estar natural se lo ha puesto más fácil, aunque las normas de etiqueta en la mesa de la monarquía inglesa son aún más exigentes. Todo es demasiado rígido y ella no se muestra especialmente emocionada por hallarse allí, pero a su amado tío nada puede negarle. No es que a él le encanten tampoco este tipo de fiestas pero de vez en cuando acepta alguna de las invitaciones que le llegan, no muchas en realidad. No le gusta como le miran debido a su aspecto y tiene que morderse la lengua cuando escucha algún adjetivo racista refiriéndose a él de los asistentes a estos eventos. Cosas que por supuesto no se atreven a decirle a la cara y que hacen en petit comité.
A pesar de los prejuicios de raza presentes en la sociedad británica, la relación entre el rey Jorge y George es cercana y amigable. No solo comparten el mismo nombre, además el soberano es una persona prudente y conciliadora a la que el pueblo inglés tiene gran cariño.
La cena se desarrolla con la normalidad acostumbrada en este tipo de actos y después de todos los comensales se dirigen a la sala donde los invitados bailarán toda la noche.
La sobrina de George enseguida se convierte en la mujer más solicitada por los hombres para bailar. Por respeto a su tío acepta a algunos de ellos, pero cuando es el pintor quien le solicita un baile, la rubia dibuja una gran sonrisa en su rostro.
Las miradas indiscretas y morbosas no se hacen esperar entre los asistentes a la fiesta, ni los cuchicheos tampoco. Les parece incomprensible que una chica blanca de elevada posición social haya aceptado bailar con un simple retratista de piel oscura. Pero ellos dos parecen ignorar la situación de la cual se protagonistas y se centran solo el uno en el otro. Michael sujeta con suavidad la cintura de Marilyn con una de sus manos mientras que con la otra toma el brazo de la rubia y ambos comienzan a bailar un vals, dando vueltas alrededor del salón como si estuvieran flotando allí mismo. En un momento, él pisa sin querer a la chica de ojos azules, otro motivo de duras críticas de la gente que los observa hacia el pintor.
—Discúlpeme señorita, perdóneme por haberla pisado. Espero no haberla hecho daño, pero cuando tengo a una mujer tan hermosa entre mis brazos los nervios me traicionan y me convierto en una persona algo torpe.
Esa honesta confesión conmueve a la sobrina de George ya que la mayoría de los hombres que ella conoce no muestran ni la más mínima humildad con ella, con ninguna otra mujer, con nadie en realidad. Su actitud de suficiencia es bastante molesta, se creen algún tipo de premio que las mujeres pueden gozar si se dejan seducir por ellos. La mayoría de ellos ni siquiera se dignarían en ofrecerles una disculpa.
La actitud de muchacho la ha sorprendido de forma positiva.
—No se preocupe. Le puede pasar a cualquiera. —le sonríe ella.
Las curvas de Marilyn, que no pasan desapercibidas con ese vestido, son visibles para varios de los hombres del evento que se la comen con la mirada observando su cuerpo como si fuera un simple pedazo de carne jugosa, incluso delante de sus esposas lo que provoca agrias discusiones entre los matrimonios. Ellas culpan a la rubia de lo que consideran una falta de respeto hacia ellos de sus cónyuges, cuando en realidad son sus maridos los que las deben respetar. La rubia no ha hecho nada para despertar esas miradas.
¿Qué culpa tiene ella de ser hermosa y con un cuerpo deseable?
La chica solo presta atención a su pareja de baile en esos momentos y nada podría hacerla distraerse en ese instante de lo que tiene ante ella. Su pareja de baile siente las miradas envidiosas y racistas del resto de los hombres y de algunas mujeres que los critican a ambos, pero aunque quisiera decirles cuatro cosas lo que tiene frente es mucho más agradable e interesante. No permitirá que nadie arruine ese momento tan especial.
Shaftesbury 2018.
—Aunque momento tan mágico y especial no duró mucho. —confiesa el muchacho.
—¿Por qué? —desea saber la dueña de la casa.
Reino Unido 1912.
Alguien se acerca minutos después a la pareja y aleja a la rubia del pintor impidiendo que sigan bailando.
—¡Esto es intolerable! Una chica blanca de alta sociedad bailando con un simple pintor y por si fuera poco ne... —se detiene el individuo pelirrojo mirando al artista.
—Negro, ¿eso quería usted decir? —responde la rubia desafiante mientras su tío acorta distancias con ella.
—¡Cállate! —le responde el hombre. ¡Amante de negros! Llegas con uno y bailas con otro.
George va a responder al impertinente príncipe de un país cercano cuando el monarca Jorge se acerca hasta allí para tratar de evitar males mayores.
—Vengan conmigo, hablemos un rato en privado. —dice el rey llevándose con él a Marilyn, su tío y Michael. —Disfrute de la fiesta y relájese. —le dice el regente al insolente príncipe con el que nunca ha tenido buena sintonía pero con el que se ve obligado a tratar por cuestiones de estado incluyendo eventos como aquel.
El soberano se aleja de allí y comienza una distendida charla con los tres, en especial con el hombre con el cual comparte nombre. Toda la desagradable escena anterior parece haber quedado atrás aunque la rubia no ha olvidado lo que ella considera una afrenta.
Una hora después el artista ve marchar a la rubia con su pariente. Ya es algo tarde y les queda un largo camino a Shaftesbury. El artista besa la mano de la chica de ojos azules haciendo sonrojar a la rubia mientras el tío de la muchacha sonríe al observarlos.
Shaftesbury 1912.
Dos días más tarde, Marilyn recibe la visita de alguien en Shaftesbury. Allí se encuentra cara a cara con el retratista.
—Sobrina, ¿qué esperas para hacer pasar a tu pintor? —le dice George.
—¿Mi pintor? —responde ella sorprendida.
—Sí, acabo de contratar al señor Jackson para que te haga un retrato por tu cumpleaños. —se sincera su pariente guiñándole un ojo a la rubia.
Shaftesbury 2018.
—Me parece que por hoy ya tienes material suficiente para continuar preparando tu historia. —dice el espectro.
—Vuestra historia en realidad. —le recuerda la escritora mientras sonríe.
En el exterior del piso inferior alguien llama a la puerta y la novelista abandona su habitación seguida por el fantasma del artista. Cuando Kayden desciende las escaleras y abre la puerta se sorprende al ver a la persona que tiene frente a ella.
—¿Qué haces tú aquí? –pregunta la muchacha cuando reconoce a la persona que ha llegado hasta su casa.
Su editora.
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