3:39am

—En menos de dos horas podremos ver el hermoso amanecer que llega a la ciudad de Coramora—expresó Diego todavía en la grama esta vez acostado al lado de Paula.

—Sonaste como esos presentadores de los recorridos; y si miran a la izquierda podrán ver el hermoso amanecer—se burló de él fingiendo una voz más grave que la suya—. Un clásico—se rió y le dio una mirada a su reloj—.Alba debe estar preocupada por mí, no me he comunicado con ella en horas.

—Te hubiese escrito un mensaje—ella negó y sacó su celular.

—Está muerto, no tiene batería—se lo mostró y volvió a guardarlo en su bolsillo—. ¿Y si regresamos?

—Puedo mandarle un mensaje a Johan para que le diga que fuiste un rato a tomar aire y que te encuentras a salvo—sugirió—. Y que le de mi número por si quiere hablar contigo, ¿qué dices?

—Creo que está bien—dijo, Diego sacó su celular y empezó a escribirle el mensaje a su mejor amigo—. Bien, ya se lo envié. En un rato seguro me responde.

— ¿Te gustan las estrellas?

—Pues normal—respondió y volteó a verla—. No siento esa pasión por la astronomía como tú.

— ¿Cómo sabes que me gusta la astronomía?

— ¿Cómo puedo responder esto sin sonar como un acosador? —preguntó y se rió, Paula volteó a verlo con una sonrisa cómplice en el rostro. —No hay una forma, ¿verdad? —ella negó.

—Es muy raro que lo sepas porque son muy pocas las personas que lo saben.

—Tienes un cuaderno del sistema solar—respondió y ella frunció el ceño—. No es que te haya seguido cuando fuiste a la heladería una vez y lo vi.

—Increíble.

—No soy un acosador, sólo quería buscar formas para poder hablarte, ¿vale?

—Y luego dicen que somos nosotras las obsesionadas—comentó, Diego negó rápido todo.

—O sea, yo sólo quería saber cosas de ti porque llamabas mi atención.

—Decir eso no lo vuelve más raro de lo que ya es, Diego—se rió—, pero está bien, no me parece tan acosador de tu parte. Yo era así con un chico de mi secundaria cuando tenía como doce años.

Diego asintió, la verdad es que no podía negar que a veces se pasaba de acosador con ella pero era algo que no podía evitar, cada cosa que conocía sobre Paula lo hacía querer saber más y más. Le parecía tan majestuosa que nadie podía compararse y por eso era que todas, absolutamente todas las canciones que escribía sobre el amor, trataban de ella.

Y deseaba poder cantárselas todas a Paula.

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Como sólo quedan cuatro capítulos, me voy a enfocar en actualizar entre esta y la otra semana para poder terminarla.  ¿Entendido? ¿Qué les pareció el capítulo?