12:07am

Diego y Paula siguieron caminando por un rato, él le estaba explicando un poco la historia de su grupo y cómo se convirtieron en lo que eran ahora. Paula pensaba que él era alguien bastante interesante, tenía una personalidad agradable, de esas que a todos les caía bien y se abría fácilmente con los demás, no como ella que solía tardar meses para poder contar algo personal.

Sin embargo con él se sentía con mucha confianza, como si necesitaba conocerlo para poder comenzar con su historia. A esas pequeñas cosas que aparecen sin esperar, se les llama destino, y el destino era el mayor causante de momentos causales que el resto de las personas conocían como casualidades.

—Llegamos—le dijo el castaño—, es un parque un poco viejo pero me encantaba venir aquí cuando era más joven—comentó acercándose a los columpios—, ¿subes? —preguntó para empezar a balancearse en ellos. Paula caminó hacia él y se sentó en el columpio de al lado.

—Hace mucho tiempo que no me montaba en uno de estos—confesó ella mientras movía sus pies de atrás hacia adelante para agarrar impulso—, siento que estoy viviendo mi niñez otra vez—echó su cabeza hacia atrás sintiendo el aire pegando en su rostro. Diego hizo lo mismo.

— ¿No sientes que puedes ser libre? —tomó impulso y saltó del columpio.

— ¿A qué te refieres?

—Libre de la opinión del resto—especificó y se apoyó de la baranda del columpio—, libre de ser quién quieres ser y de hacer lo que desees.

—Con la escritura me siento libre, puedo escribir lo que desee, puedo crear mundos, personas, historias y nadie puede decirme que no, porque a pesar de que siempre hay una verdad en todo, la gente siempre piensa que es ficción.

— ¿Pero no escribes ficción?

—Un escritor siempre se basa en algo real, las historias, incluso las de fantasía, se basan en hechos que alguna vez pensaste, te sucedieron y alguien te contó. Aunque no lo creas, no somos generadores de historias fantásticas sin una fuente de inspiración. El día a día hace de las grandes historias, grandes. ¿No les sucede lo mismo a los músicos? Siempre se inspiran en algo para crear una canción.

—La mayoría de mis canciones se basan en personas que conozco—explicó estando de acuerdo—, me gusta esa idea que tienes. Creo que haciendo música también puedo sentirme libre.

—Tu canción de hoy...¿te basaste en una chica real?

— ¿Por qué lo preguntas?

—Trataba de alguien inalcanzable, pienso que lo inalcanzable sólo es una excusa para no hacer las cosas.

—Quizás siempre me dio miedo hablarle porque sentía que yo no lograría ser interesante para ella.