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Recuperar Tu Amor

Pareja:KardiaxDégel
Advertencia:poquito+18
Créditos al autor de la imágen




"Oscuro Deseo"





<<Mi culpa, mis acciones>>

Narra Dégel

Kardia se fue hace varios minutos ¿Cómo lo sé?, porque la puerta principal la cerró de un portazo fuerte que se escuchó hasta mi habitación.

Corrí a Defteros hace un minuto, sigo en el piso tirado ya que él intentó levantarme pero me negué, tan sólo le grité que se largara para siempre y me dejara en paz, el golpe que me dio Kardia no me duele, me duelen sus palabras que me calaron en lo más profundo.

Tiene razón soy alguién cruel que solo juega con las personas, soy malo al hacer llorar a Kardia aún recuerdo su rostro decepcionado y las lágrimas que trataba de reprimir, un sentimiento agridulce me invadió.

Noto en el piso que gotas caen, estoy llorando y no me doy cuenta hasta ahora.

Perdóname Kardia

Me levantó con la sábana cubriendo mi cuerpo y veo un gran ramo de rosas rojas tiradas cerca de la puerta de mi habitación, mi pomme las traia para mí.

Las llevo a mi nariz para olerlas, ¿Acaso él sabia que las rosas son mis flores favoritas? Lo dudo ya que no llegamos a conocernos mucho, tan solo en lo sexual.

Una pequeña tarjetita viene entre las rosas y me dispongo a leerla pero antes limpio mis ojos por las lágrimas que se acumulan.

Para: Dégel Delacroix
De: Kardia Metaxas

No encuentro palabras para decirte lo mucho que te amo, porque sí, estoy enamorado de ti, las rosas rojas no sólo simbolizan la pasión que siento por ti sino también mi amor y sé que son tus favoritas ya que he notado que pones en los floreros de tu casa rosas rojas, sé que nunca le pusimos nombre a la relación que llevamos pero quiero formalizarlo. ¿Dégel quieres ser mi novio? Me harías el hombre mas feliz del mundo si dices que sí.

Te amo, siempre tuyo tu pomme Kardia.

Ese fue el detonante para que mi llanto no cesara, me siento la peor escoria del mundo, mi pecho duele al causarle éste dolor a Kardia no merezco su amor pero me doy cuenta que yo también lo amo.

Cometí un error ésta noche al ir a un bar a beber ya que me sentía solo y al no recibir ninguna llamada de Kardia en todo el dia decidí despejar mi mente, su presencia me hacía falta como no tenía idea.

No bebí demasiado ya que aún estaba en mis cinco sentidos, pero una cabellera larga en color azul llamó mi atención era el mismo tono que mi pomme solo que ésta era lacia y el de él es alborotado, tal vez sintió mi mirada sobre él ya que volteó a verme y me sonrió yo le devolví el gesto por educación.

A los pocos minutos se sentó a mi lado y su piel era igual a la de Kardia, sus facciones varoniles se asemejaban un poco pero el color de sus ojos no eran de ese azul que me hacía vibrar todo mi ser, él es único para mí.

Defteros era su nombre pero yo tan solo pensaba en Kardia, lo extrañaba y mucho pero me confundia ese sentimiento que cobraba cálidez en mi pecho.

No sé como es que llegamos a mi departamento besandonos desesperadamente, imaginaba que aquel hombre era mi Kardia, cada que me tocaba pensaba en él.

Ni siquiera cuando dio la primer embestida, su miembro no me llenaba por completo como él, me mordí la lengüa para no gemir el nombre de Kardia a cada segundo.

Mi cuerpo se tensó cuándo escuché su voz, pero una felicidad me inundó.

Ahora estoy hecho un mar de lágrimas igual que mi amado Kardia ya que perdí todo ésta noche, el amor verdadero en una persona increíble, no merezco que nadie me ame con la intensidad y devoción con la que él lo hacía.

Perdóname Kardia.

Pero no me rendiré ahora que sé que lo amo lucharé contra corriente para ganarme de nuevo su amor, los franceses no se rinden, por naturaleza somos románticos lograré conquistar su corazón y sanar las heridas que yo mismo le causé.

Dejaré que pasen unos dias y viajar a Grecia, por ahora será dificíl hablar contigo y no querrás escucharme, no sin antes sacarme a patadas por eso dejaré que las aguas se calmen para dar mi siguiente paso, la direccion la tengo anotada en mi agenda, lucharé por tu amor y te demostraré que puedo cambiar, mi arrepentimiento será verdadero, te lo demostraré amor mío.

Esperame mon amour que iré por ti y ésta vez no te dejaré ir, cometí el error una vez pero ahora serás mío por siempre.

Narra Kardia

Cada dia desde hace una semana y media no dejo de sumirme en la tristeza desde que llegué de Paris, esa misma noche tomé el próximo vuelo a Athenas no me importó que llegara tarde tan sólo quería alejarme de ahí.

Olvidar todo.

Como si fuera fácil olvidarme de él, sus besos y caricias.

Día y noche su recuerdo llega a mi mente, las fotos que nos tomanos las veo a cada rato recordando esos bellos momentos.

Me duele en el alma saber que solo era un juego para él, aquella nota anónima bajo mi puerta durante mi estadía en Paris fue clara su advertencia y yo decidi no hacerle caso a aquellas palabras si hubiera sido inteligente nada de ésto me pasaria, no sufriría.

El hubiera no existe.

Escucho el timbre en mi puerta y no hago caso ignorándolo, silencio escucho de nuevo pero otra vez vuelve a sonar y es más insistente, comienzo a irritarme, me levanto de mi cama y grito un "Ya voy" para que dejen de joder.

Abrí la puerta dispuesto a golpear a quien osa molestarme en un momento de mi depresión pero todo se viene abajo frustrando mis planes, siento como alguién se abalanza hacia mi y atrapa mis labios con posesión.

Éstos labios los reconocería de inmediato y ese aroma inconfundible en él.

Dégel.

Mi ángel me besa de forma desesperada y yo le correspondo de inmediato, necesitaba sus adictivos besos.

Todo en él es adictivo.

Sin dejar de besarnos lo guió a mi habitación en él camino nos vamos despojando de nuestras prendas, palpando nuestras pieles, acariciándonos nos dejamos caer en la cama.

A falta de aire nos separamos.

- Dégel. Acaricio su rostro para saber que no es producto de mi imaginación o un sueño.

- Kardia no sabes cuánto te extraño. Atrapas de nueva cuenta mis labios.

Y volví a caer en los encantos de aquel íncubo, me tiene atrapado en sus garras.

Te penetro de forma lenta y tortuosa tu pierna descanza sobre mi hombro reparto besos en tu pantorrilla, nuestras pieles se erizan conforme doy las primeras embestidas, jadeas y pides que vaya más rápido.

Te cumplo tu pedido y muevo mi pelvis, mis testiculos chocan con tu trasero creando una sinfonía erótica.

No tengo piedad y acelero los movimientos hasta hacerte gritar, arañas mi espalda porque mi pene roza tu próstata en cada embiste.

Antes que terminemos nuestro acto pides estar arriba y yo accedo, tu controlas el ritmo ahora y te mueves haciendo circulos, formando ochos apretando mi miembro de forma deliciosa te tocas todo tu pecho y con tus manos aprietas tus pezones, hechas tu cabeza hacia atras y tu largo cabello verde me acaricia las piernas, tus movimientos me prenden un fuego que me consume por completo todo tu ser desprende sensualidad hasta por los poros.

Por reflejo te doy nalgadas y eso te enciende más ya que gimes de forma incontrolada mi nombre, me encanta como me cabalgas tu pene roza mi abdomen y lo tomo para masturbarlo siento como tu interior se contrae el orgasmo nos acecha.

Acelero los movimientos en mi mano dejas liberar todo tu semen manchando parte de mi mano y abdomen, tu orgasmo termina igual que el mio en tu interior.

Te dejas caer sobre mi por reflejo te rodeo con mis brazos para abrazarte, tu presencia aunque me tranquiliza también me causa dolor en mi corazón.

Una vez recupero el aliento y mi cordura me reprendo mentalmente por caer de nuevo en su juego, volví a ser su victima soy un idiota por que sus besos nublarón toda razón coherente de pensar, lo aparto de mi sin ser brusco deberia molerlo a golpes pero no puedo.

Él me mira desconcertado tal vez porque ya no le dí besos por toda su cara o le digo cosas bonitas en su oído y él se reía tal vez burlándose de mí, porque aunque sea un salvaje en la cama también puedo ser tierno después de culminar nuestro acto pero ahora estoy dispuesto a sacar todo lo que siento.

- Si viniste a Grecia solo para saciarte tus ganas conmigo a modo de despedida ya puedes irte y burlarte todo lo que quieras pero por favor vete de una vez y olvidate que existo, después de todo puedes jugar con otro estoy seguro que hay muchos formados en la fila tras de ti.

Se incorpora y yo también lo hago dándole la cara.

- No Kardia, si vine hasta Grecia fue para pedirte perdón y decirte que me enamoré de ti. Agachas la miráda. - No sé cuándo pasó, pero me dí cuenta aquella noche cuándo me encontraste en esas condiciones, tus palabras me dolierón y no sabía porqué ya que nunca me afectaba cuándo otros de mis amantes me lo decían. Luego vi el ramo de rosas y la pequeña tarjeta que venía firmada por tí me hizo darme cuenta lo idiota que fui al lastimarte, rememoré cada momento que estuvimos juntos y lo bien que me la pasaba. Sin darme cuenta te metiste en mi corazón amé cada rasgo físico tuyo, tu corazón ardiente, lo guapo que eres, la intensidad y pasión que tienes pero sobretodo lo dulce que puedes llegar a ser. Por favor dame una oportunidad para conquistarte, dejáme enamorarte para que te pueda recuperar y demostrarte que en verdad estoy arrepentido. Sus ojos brillaban por las lágrimas que se iban acumulando y me tomó de la mano.

- No quiero ser lástimado de nuevo aunque me hayas dicho todas esas cosas no creó en tu palabra Dégel. Traté de soltarme del agarre pero sus manos se aferrarón fuerte.

- Yo no soy una persona que ruega pero al tratarse de tí no me importa. Por favor te lo pido, dame una nueva oportunidad yo te amo de verdad creeme, haré lo que sea para que vuelvas a amarme. Las lágrimas ya salían de sus bellos ojos que ahora estaban ópacos, su nariz roja pero apretaba mis manos a modo de súplica.

Veo la sinceridad en esos ojos cristalinos, me mordí mi labio inferior pensando qué hacer.

- Por favor Kardia dame una oportunidad y sino funciona te prometo que con él dolor de mi alma ya no te buscaré más, desapareceré para siempre de tu vida para que seas feliz con alguién más. He tomado una decisión.

- Está bien, te daré una oportunidad para conquistarme.

- ¡¡Gracias!! Prometo que haré todo lo posible para ganarme tu amor. Me abrazaste feliz para luego soltarme secando tus lágrimas. -Buscaré un hotel dónde hospedarme.

- ¡¡No!!. Grité pero luego carraspeé incómodo. - Puedes quedarte aquí en mi casa, tengo otra habitación para visitas así que puedes ocuparla.

- ¿Enserio? ¿No te molesta que me quede?. Me mira dudoso.

- Para nada y así puedo vigilar que no te acuestes con otros tipos aquí en Grecia. Dije a modo de broma pero me sentí mal al ver que su semblante feliz cambió a uno triste y de sus ojos salían lágrimas nuevamente, soy un idiota.

- No llores pequeño, sólo lo dije en broma. Le limpié las lágrimas y él se sorbió la nariz.

- Tienes todo el derecho de criticarme y dudar de mí ya que el que cometió ese error fui yo y no tú. Es algo que siempre rondará como un fantasma entre nosotros, perdóname. Limpiaste tus lágrimas con el dorso de tu mano y me dirigiste una mirada arrepentida.

- Perdóname por decirte eso, ya que solo lo dije en broma y no fue para hacerte sentir mal. Ven, vamos a descanzar que es tarde y mañana será un nuevo día. Lo jalé del brazo y quedara su cabeza recostada en mi pecho, le acaricié el cabello para que se tranquilizara hasta que escuché su suave respirar indicándome que ya estaba dormido.

- Te amo Dégel. Dejé un beso en su cabeza y él me abrazó más fuerte con su brazo, cerré los ojos para dormir.

Narración normal

Un nuevo día y ambos seguían abrazados como si temierán que el contrario se fuera, los primeros rayos comenzarón a colarse por la ventana y el primero en despertar fue Dégel que sonrió al ver el brazo de Kardia aferrarse de su cintura.

Con toda la sutileza se fue separando del peliazul y éste se volteó para el otro lado.

Se levantó para buscar el baño y darse una ducha rápida.

Varios minutos después salía con una toalla en su cintura.

Buscó algo que ponerse por el momento y vio una playera roja algo grande de Kardia que se la puso llegando hasta las rodillas ya después se pondría la ropa que trajo en su maleta que se quedó a un lado de la puerta, a modo de agradecimiento y ganar puntos a su favor bajó a la cocina para preparar el desayuno.

Buscó lo que había a la mano e hizo un desayuno con su toque francés.

El peliazul se removía en la cama y buscó la presencia de su francés pero no lo halló a su lado.

Por su mente le pasó que todo lo dicho anoche era una mentira por parte de él y se fue para siempre.

Una parte de él no quería creer eso alejó todo pensamiento y fue a darse una ducha para despejar su mente.

Bajó dispuesto a hacerse un desayuno pero grande sorpresa se llevó al verlo ahí en su cocina sirviendo en dos platos el desayuno que olía delicioso, y reconoció de inmediato la prenda que usaba su ángel.

Se mordió el labio ya que se veía sexy y una parte de su cuerpo quería reaccionar tan temprano por la mañana.

- Buenos días. Saludó entrando ya que estaba parado en el marco de la puerta.

- Bonjour Kardia. Le sonrió. - Me tomé el atrevimiento de preparar el desayuno, espero no te moleste.

- Para nada, huele rico. Dijo sentándose en la silla y Dégel le dejó su desayuno acompañado con jugo de manzana.

El peliverde se sentó en la otra silla y comierón en silencio pero se daban una que otra mirada.

Kardia quería devorarse a ese ángelito arriba de la mesa pero debía controlarse ya que sino de nuevo caerían en la lujuria del sexo y se supone que Dégel lo conquistaría.

Kardia ayudó a lavar los platos y secarlos para después acomodarles en su respectivo lugar.

Por ese día no salierón a dar un recorrido por la ciudad de Atenas ya que el peliverde se instalaba en la otra habitación y acomodar un poco aparte de hacer una limpieza por el polvo que se acumulaba.

Un poco cansados se sentarón en la cama pero contentos porque acabarón.

Eran casi las seis de la tarde, se bañarón y bajarón para preparar la cena, entre risas y plática transcurrió todo normal.

Como no tenian sueño y Kardia aún tenía sus vacaciones mirarón una película hasta que el sueño los vencía poco a poco decidiendo ir a descanzar.

Un buenas noches y entrarón en sus respectivas habitaciones, el sueño se apoderó de ellos al instante que sus cuerpos sintierón la suavidad de la cama.

Al siguiente día salierón para pasear por la ciudad y mostrarle a Dégel un poco de la cultura griega.

Recorrierón varios lugares turísticos, Dégel compró pulseras para pareja que vio en un puesto unos que llamarón mucho su atención y le dio a Kardia una pulsera con un copo de nieve atándolo a su muñeca, él otro era la forma de un escorpión y el peliazul hizo la misma acción que el peliverde.

Comierón en un restaurante para seguir su recorrido, comiendo helado cerca de un parque con una hermosa fuente que tenía rosas rojas y blancas.

Se la pasarón de maravilla.

A partir de ese día siguierón con sus paseos, Dégel quedaba maravillado de la ciudad y visitarón un lugar que servía para venerar a la diosa Athenea con sus doce templos zodiacales dónde se decía los guerreros elegidos pertenecían a cada signo para protegerla.

Ésto les hizo sentir meláncolicos pero no sabían porqué con exactitud ese lugar era místico con una energía atrayente a sus personas.

También Dégel ese día se sintió celoso ya que unas chicas no dejaban de lanzarle mirádas indiscretas, coqueteándole descaradamente a su inquieto griego que les sonreía como tonto.

Ésto era una prueba para su ángel para ver si de verdad lo quería, así que por eso les sonreía a esas chicas que eran hermosas pero él solo tenía ojos para su francés de ojos violetas.

Dégel celoso hasta su máxima capacidad no soportó más el coqueteo y se colgó del brazo del peliazul jalándolo para darle un beso cerca de la comisura de sus labios sonriendole inocentemente pero en sus ojos se apreciaba que quería matarlo.

Las chicas al ver la escena mejor se alejarón ya que al parecer ese apuesto hombre ya tenía dueño y era ese joven igual de hermoso.

El peliverde en todo el recorrido no dejó de agarrarse fuerte de ese brazo.

Sintió más celos en los siguientes días con su pomme ya que al parecer no sólo con las chicas tenía encanto sino también con los chicos ya que en la noche fuerón a un antro y un mesero que era apuesto le guiñó el ojo a su griego al tomarle su ordén de lo que beberían y un pequeño papelito le dejó en su mano cuándo se retiró para ir por las bébidas, como si fuera un tigre dio el zarpazo para quitar esa notita y verla.

El nombre de Manigoldo y abajo el número de telefóno, su coraje hizo hacer en miles de pedazos el papel y botarlo al suelo.

- Celoso mon ange?. El peliazul se reía de la situación pero internamente se alegraba ya que ver lo celoso que se ponía con cada persona solo quería decir una cosa.

- Es obvio no? Claro que estoy celoso primero esas chicas y ahora ésto. Su ceño se frunció pero al estar de frente pudo ver a ese mesero entre la gente trayendo su pedido, sonrió macabramente al ocurrirsele una idea antes de que llegara aquel peliañil.

Se levantó de su asiento y se dirigió hacia Kardia sentándose en sus piernas rodeando su cuello, él otro no hizo nada para apartarlo.

- Yo te amo y no renunciaré hasta que tu corazón me pertenezca, tu sólo eres mío y mis celos demuestran que digo la verdad, nadie tiene el derecho de coquetearte solo yo puedo hacerlo entendiste?. Vio como se apróximaba a su mesa a tan sólo dos metros y entonces lo besó profundamente, él otro encantado de sentir sus labios le siguió el ritmo.

Un carraspeó los separó. - Disculpen caballeros sus bébidas que pidierón aquí están.

El peliverde miraba con una sonrisa burlesca al mesero.

- Gracias. Dijo Dégel y entonces el peliañil se retiró algo triste ya que de verdad ese griego le había gustado pero ya tenia dueño.

Tres semanas transcurrierón con rápidez en dónde se divirtierón al máximo disfrutando de la compañia del otro, Dégel hizo de todo para volver a conquistarlo y éste ganaba terreno en el corazón de Kardia que cada día lo amaba más, ambos pudierón conocerse mejor en ese lapso de tiempo.

Dégel no dejaba de demostrárle en verdad cuánto lo amaba, ahora fue el turno de Kardia sentirse celoso ya que a su ángel unos jóvenes le coqueteaban y diciendole pirópos, uno de ellos se acercó para invitarlo a algún lugar que él quisiera pero tan solo dio las gracias de forma fría, diciendo que ya tenia pareja y que era la persona que estaba a su lado.

Entrelazó su mano con la morena y siguierón caminando dejando a ese jóven ahí parado mientras sus amigos se burlaban de él por su fracaso.

Los celos del peliazul se notaban a kilómetros pero se tranquilizó porque su Dégel rechazó a ese chico de forma cortante.

Varios minutos después se pararón en un mirador para ver el hermoso mar con la puesta de sol.

Dégel le susurró en el oído lo rechacé porque ya no me interesa nadie que no seas tú y solo tengo ojos para ti.

Eso lo hizo sonreír y abrazó fuerte a su ángel.

Cinco días faltaban para que regresara a su trabajo Kardia y eso lo ponía triste ya que vería hasta la noche a su amado.

Salió por la tarde para hacer unas compras sin Dégel ya que le dijo que estaba ocupado acomodando algo en su habitación.

El peliverde usó ese pretexto para bajar a la cocina y apurarse para preparar una cena especial.

Sabía que su griego se tardaba mucho cuándo compraba así que se apuró para hacer una rica cena ya que tenía dos horas y media antes que llegara además que se daría una ducha rápida al acabar y vestirse.

Casi exacto el tiempo todo ya estaba listo, los platos servidos, vino en las copas, unas velas rojas en medio de la mesa ya encendidas y él ya bañado.

Viendo los últimos detalles escuchó la puerta abrirse.

- Ya llegué Dégel!!. Gritó para anunciar su llegada

- En la cocina!!. Vio que nada faltara y se paró a un lado de la mesa para esperar a que entrara su griego de ojos azules.

La puerta se abrió y un sorprendido peliazul se adentraba hasta ver todo arreglado.

- Y ésto?. Miró a los ojos violetas.

- Es una forma de agradecerte por todo, me he divertido en éstas semanas a tu lado, la ciudad me encantó y pues quise hacerte ésta cena especial pero sentemonos que la comida se enfría.

Tomó la mano morena y lo sentó en la silla para luego él hacerlo.

No dijerón más en la cena pero se dedicaban sonrisas y se miraban por un lapso de tiempo dedicándose mirádas dulces.

- También hice un postre que esperó te guste ya que es la primera vez que lo hago y sé lo mucho que eres amante de esa fruta. Retiró los platos sucios dejándolos en el fregadero y del horno sacó un pay de manzana que desprendía un aroma delicioso.

Colocó las rebanadas en unos platos blancos pequeños y le dio uno a Kardia que enseguida con el tenedor tomó un pedacito llevándoselo a la boca.

Sus pápilas se deleitarón con el sabor y gimió gustoso ya que no había probado uno tan delicioso como ese.

- Está delicioso, es la primera vez que pruebo uno tan rico como el que preparaste. Le dio una rápida mirada al peliverde para después volver a comer del pay.

- Me alegra que te haya gustado. Sonrió al ver que Kardia parecía un niño probando algún dulce por vez primera.

Comierón disfrutando del postre, los platos se retirarón y volvierón a sentarse ya que al parecer había algo que querían decirse, el primero en hablar fue el ojivioleta.

- Gracias por todo Kardia, por darme una oportunidad de demostrarte que en verdad te amo, darme un techo aquí en tu casa todas éstas semanas, esos paseos dónde me divertí mucho y en otros no tanto pero hay algo que hasta ahora no te he contado de una parte de mi vida que me cambió para siempre y fue cuándo tenía dieciseis años estando en la preparatoria yo tuve un novio al que amaba mucho solo nos dabamos uno que otro beso pero nada más, después de un tiempo me pidió que tuvieramos relaciones yo estaba inseguro pero el me convenció de que eso nos fortalecería como pareja yo ingenuamente le creí y accedí, desde esa vez que pasó él cambió ya no me besaba y me trataba de forma fría, me culpaba que algo hice mal para que él se portara así conmigo lo enfrenté y me dijo que solo fui parte de una apuesta para ver si alguién podía llevarme a la cama estando tan feo, a esa edad usaba unos lentes redondos, mi cabello era corto, tenía imperfecciones en la cara y era algo gordito, tan solo corrí de ahí y escuchaba su risa burlandose de mí, mi corazón no quiso saber nada del amor por mucho tiempo hasta que alguién se acercó a mí para pedirme que fuera su novio yo acepté sin pensarlo también me utilizó para que le hiciera sus tareas ya que soy alguién inteligente, el amor volvió a cegarme y supe que mientras salía conmigo él tenía una novia con la que se acostaba, por segunda vez me volvierón a romper el corazón, en la universidad tuve mi tercer novio que al principio fue lindo conmigo, amoroso y me daba detalles, mi aspecto físico no cambió en nada seguía igual de feo pero él me trataba diferente y no le importaba eso, las fiestas entre estudiantes no faltaban y nos invitarón a una dónde el alcohol, drogas entre otras sustancias no faltaban me convenció de ir, mientras lo pensaba era algo tarde casi las diez y media de la noche la fiesta comenzaba a las seis, era un caos la fiesta cuándo llegué parejas casi teniendo sexo en las mesas, sofá, cocina o en un rincón de la casa busqué por todos lados a mi novio pero no había rastro de él, subí las escaleras para buscarlo en la planta alta, abrí cada puerta de habitacion en habitación encontrando más parejas teniendo relaciones y al final del pasillo abrí la última. Ahí lo ví en una especie de orgía entre hombres y mujeres, mis ojos se llenarón de lágrimas y salí corriendo de ahí, llegué a mi casa encerrándome en mi habitación llorando amargamente pero después me limpié las lágrimas con todo el rencor que acumulé en esas fallidas relaciones juré jamás enamorarme ya que siempre me terminaban lastimando, a partir de ese momento prometí ser alguién diferente. Empecé a hacer ejercicio, me quité los lentes para sustituirlos por lentes de contacto, usé tratamientos para quitar las imperfecciones en mi cara y me dejé crecer el cabello, meses después el resultado fue notorio ya no era el mismo me convertí en alguién diferente a lo que fui, un nuevo Dégel nació y éste jugaría con los hombres a modo de vengarse de los que lo lastimarón anteriormente. Así empecé con ese juego de seducirlos, acostarme con ellos pero usando protección, nada me importaba tan solo me divertía a los tres días los desechaba; algunos me confesarón enamorarse de mí pero yo solo me reia por esos sentimientos que eran estúpidos burlandome de ellos, me sentía bien el romperles el corazón. Hasta que te conocí a ti, desde que nuestros ojos cruzarón miradas por primera vez en la cafeteria me sentí atraído por tí, te conocí y me gustó tu forma de ser, en cada paseo me divertía y por primera vez me sentí feliz al estar con un hombre, la primera vez que estuvimos juntos fue algo que no sabría explicar tú pudiste calmar ese fuego interior que me quemaba, nunca rogaba por más pero solo contigo lo hice porque sabía que eres alguién especial, me reia pero no burlandome de tí cuándo terminabamos nuestro encuentro diciendome palabras dulces y esos mimos que me gustaban aunque no lo admitía pero solo tú pudiste penetrar en esa coraza de fríaldad e indiferencia, solo tú fuiste capaz de conquistarme sin que me diera cuenta, miré mi error aquel día que me encontraste con aquel hombre, ver tu rostro dolido hizo que me sintiera mal conmigo mismo; por primera vez las palabras me dolierón atravesandome como miles de agujas en todo mi cuerpo, ver esa pequeña tarjeta en las rosas me hicierón recapacitar, por eso vine a Grecia para Recuperar Tu Amor, te amo como no tienes idea Kardia por eso seguí luchando sin importarme que me molieras a golpes en cuánto me vieras parado en la puerta pero te necesitaba, necesitaba estar a tu lado, me hacía mucha falta tu compañia y esa egocentricidad tuya que me encanta, todo un guerrero fiero a mis ojos, ese alguién que sin querer esperé por mucho tiempo, esa es la razón por la que jugaba con los hombres era una forma de desquitarme por que nunca me amarón tan solo jugarón conmigo burlandose de mí, pero ahora quiero dejar atrás ese tormentoso pasado para ser feliz en el presente, entenderé cualquiera que sea tu decisión. Rememorar su pasado lo hacían vulnerable y prueba de ello eran sus gruesas lágrimas, Kardia le tomó la mano a modo de consolarlo.

- Dégel todo lo que me dijiste en verdad que puedo comprenderte un poco ya que yo igual fui lastimado así pero a pesar de eso logré salir adelante sin tener rencores en mi vida, me duele que un chico tan dulce lo hayan lastimado de esa forma utilizándolo, si te hubiera conocido antes y ser tu amigo en aquel tiempo los mataría a golpes por hacerte llorar te protegería sin importar qué, te amaría sin importar cual fuera tu aspecto físico, pero ahora quiero protegerte de todo dolor y sufrimiento en verdad no creí que esa fuera tu razón para jugar con los hombres, mi decisión está tomada y el ver lo celoso que te ponías con todos me encantó era un faceta que no conocía en tí, cuándo te vi en la cafeteria y verte leyendo, esa linda carita que tenías pero tus ojos violetas me cautivarón, creí que había muerto y estaba en el cielo mirando un bello ángel, sin pensarlo me acerqué a ti; ver toda esa inocencia en tí me cautivó ya que sentí que fue amor a primera vista, con los días te fui conciendo más y conocer tu otra faceta la sensual y provocadora que escondías toda la pasión que desprendías hasta por los poros me enamoró más dije que te olvidaría al salir de tu departamento ya que me dolió encontrarte con aquel sujeto en esas condiciones, éstas semanas compartidas me la pasé bien, tu lado celoso me gustó y yo quiero confesarte que te amo no me importa tu pasado éste amor no morirá ni con el paso del tiempo, éste sentimiento es una llama que incendia mi corazón y que solo tú puedes controlarlo.

- Gracias Kardia por darme la oportunidad, mi amor es sincero y te lo mostraré hasta el final de nuestros días, de ahora en adelante ya no quiero tener sexo contigo quiero que me hagas el amor por primera vez. Je t'aime mon amour.

- Yo también te amo mon ange y te haré el amor las veces que me las pidas. Se levantó de su silla yendo hacia el peliverde, se arrodilló a un lado de él y tomó sus dos manos. - Quieres ser mi novio?

- Claro que si!!!. Se lanzó a abrazarlo de la emoción y Kardia no pudo aguantar el peso de ambos cayendo al piso.

Se dierón un largo y profundo beso sellando su amor que a pesar de los errores que cometió Dégel pudo remediar todo y pedir perdón.

También pudo conquistar el corazón de su amado porque hizo todo lo posible por recuperar su amor, disfrutarón los días que quedaban de las vacaciones de Kardia al máximo.

Esa noche de confesiones por primera vez hicierón el amor, fue más placentero que tener sexo, la delicadeza en el acto, palabras de amor susurradas en su oído, besos y caricias por todo su cuerpo con suavidad y el orgasmo que fue lo mejor que había sentido.

Kardia de ahora en adelante volvía feliz de su trabajo, su casa ya no estaría vacía como antes ya que Dégel lo esperaba con una enorme sonrisa y un beso en sus labios para cenar juntos.

El peliverde ya no deseaba estar lejos de su amado escorpión así que decidió quedarse en Grecia para siempre, en Francia no tenía nada que lo atara, ninguna familia, nadie.

Dos meses después se casarón ya que su amor era más fuerte cada día y unir sus vidas en matrimonio fue otro paso más.

Se sentía dichoso, pasó por una gran prueba pero recapacitó a tiempo para salvar el amor que aún le tenía su inquieto esposo, fue su mejor elección el luchar para ganarse su corazón dejando atras ese pasado que envenenaba su alma corrompiendolo, ya nada de eso quedó y ahora se sentía pleno, amado pero muy feliz con la llegada de su pequeño.

Ese día fue el mejor ya que se enteró que iba a ser padre, no sabía que hacer de la emoción por saber que el fruto de su amor venía en camino.

Cinco años pasarón y Kardia regresa cansado de su trabajo a su casa pero siempre con una enorme sonrisa ya que sus hijos y esposo lo esperan felices, sus pequeños salierón como él de inquietos.

- Papi!! Papi!!. Gritarón los pequeños al ver a su padre cruzar por la puerta.

Se agachó y cargó entre sus fuertes brazos en cada lado a sus retoños.

- Milo, Camus como se portarón hoy?. Preguntó a ambos que le dierón un beso en cada mejilla a su padre.

- Bien. Dijo el mayor Camus que tenía un enorme parecido con su amado.

- Y tú mi pequeño escorpioncito?.

- Bien pa hoy no hice travesuras. Sonrió inocente el menor Milo que era la copia exacta de Kardia.

- Me alegra y su mami dónde está?.

- En la cocina!!!. Escuchó la voz de su amado gritar.

Se dirigió con sus niños en brazos para ir al encuentro de su bello ángel.

- Hola mon ange. Le dio un beso en su mejilla.

- Hola mon amour. Le devolvió el beso pero en sus labios.

Sus hijos hicierón una mueca de asco.

- Ya está listo la cena así que mis tres bellos amores vayan a lavarse las manos. Sonrió al ver el berrinche de sus tres pequeños ya que sí, su amado se comportaba como un niño eso le enternecía y amaba de él, los tres se dirigierón a lavarse las manos para cenar en familia.

Una persona rota y dañada en sus sentimientos aunque cometió errores supo remediarlos rápidamente para volver a amar y ser feliz.

Recuperar Su Amor fue lo mejor, ya que ahora se sentía pleno y dichoso con su familia, su pasado fue olvidado ya jamás cometió otro error porque ahora solo amaba a uno, aquel griego que pudo conquistarlo sin que se diera cuenta y lo amaría hasta que la muerte los separe.

🍏💙❄🦂🍎


Hola! Espero les haya gustado la segunda parte que sí tuvo final feliz y puse como extra lo del embarazo y la escena de sus hijos.

Largo el capítulo lo sé pero tenían que saber las razones de Dégel para comportarse así.

Me despido y no se olviden de comentar y dejar su voto, nos vemos.

Agradezco a las nuevas personitas que ya he visto sus comentarios en cada uno de mis shots :"3  gracias por su apoyo.

Atte. Skarlet Antares 🦂❄💙☠

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