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No Debes Tener Dos Amores

Pareja:KrestxZaphiri
Advertencia:+18
Créditos al autor de la imágen








No cometas el mismo error que yo...

Escuchó como Itiá, su amigo le daba ese consejo pero lo ignoró.

Ahora sus días eran más grises de lo normal ya que perdió al verdadero amor de su vida.

En el hombro de su amigo, con varias copas servidas de whisky descargaba toda su frustración y un llanto amargo consumía su alma.

Sólo un nombre que llamaba desesperadamente.

Zaphiri.

Aun recuerda cuándo lo conoció en un restaurante de comida francesa.

Desde ahí todo cambió en la vida de ambos.

La mesa que tenía reservada para él y sus clientes, por cuestiones del azar y la torpeza de la nueva chica que cometió el error de que fuera apartada dos veces.

Zaphiri llegó primero y esperó a que el mesero tomará su orden pero en ese momento llegó la misma chica que le atendió en la entrada con otro hombre cabellos castaños que lo miraba interesado.

- Disculpe pero ésta mesa es mía.

- Se equivoca ya que yo la reservé primero.

Ambos discutieron hasta que el gerente del restaurante se acercó para enmendar el error y reprender a la chica que cometió la torpeza, disculpandose con ambos adultos.

Zaphiri le asignaron otra mesa para que comiera a gusto.

Ésta daba frente al hombre castaño que de vez en cuando le dedicaba miradas furtivas pero siguiendo la conversación con esos hombres que suponía eran socios o clientes.

Una hora y media después los tipos se retiraban estrechando sus manos en forma de despedida.

Pero el castaño seguía ahí sentado sin apartar la mirada hacía su persona.

Impulso o valentía se levantó dirigiéndose a la mesa de él.

- Lamento lo de hace una hora y haberte insultado pero odio que me digan idiota. Se rascaba su nuca apenado ya que por poco y terminaba en golpes la discusión.

- Ya no importa y acepto tus disculpas. Una resplandeciente sonrisa se formó en sus delgados labios. - Siéntate para que sigamos platicando o ya te retirabas?

- No tengo a nadie que me espere en casa, por cierto soy Zaphiri. Tomó asiento al lado del castaño.

- Yo soy Krest. Si antes no fue coqueto ahora lo estaba haciendo frente al atractivo pelinegro que apenas conocía.

Una sonrisa tímida y un imperceptible sonrojo se apoderó de sus mejillas en el de ojos azules.

Jamás olvidaría ese momento, siguierón platicando hasta que dieron casi la media noche.

Llegó tarde a su casa pero feliz ya que habían intercambiado sus números de teléfono prometiendo volverse a ver muy pronto.

Nada queda de esa felicidad ahora, su mente le recrimina no ser sincero desde la primera vez.

El llanto cesó y su amigo Itiá le entregó otra copa de whisky.

- Te lo dije Krest, ésto terminaría mal.

El castaño no dijo nada, recordando las muchas veces que salieron como amigos e ir a divertirse a algún bar o a cenar.

Se sentían a gusto, tal parecía que estaban hechos el uno para el otro.

Su primer beso.

El contacto de sus labios con los de Zaphiri le supo a gloria, timidez que se transformó en uno salvaje y voraz.

Esa tarde no la olvidaría nunca ya que por ese día no querían salir a algún lugar así que en casa del pelinegro verían una película de acción con cervezas y botanas.

Pero les aburrió cambiando a una de terror sin saber que a Zaphiri no le gustaba mucho ese tipo de género y no dijo nada ya que parecería un cobarde miedoso frente al castaño.

Los primeros veinte minutos todo estaba normal pero la escena donde el tipo con cara deforme y hacha al aire iba tras él otro joven que daba pequeños pasos en la oscuridad del bosque.

En el momento que le cortaban la cabeza al chavo, no se percató de su acción pero ya se encontraba su rostro escondido entre los brazos de Krest.

Se aferró fuerte de la playera roja del castaño sin querer ver que más pasaba en la película.

El de ojos verdes no dijo nada y minutos pasarón hasta que el pelinegro cayó en cuenta del lugar en el que se encontraba.

Krest no apartaba la mirada de su amigo hasta que su vista poco a poco iba subiendo, los záfiros chocaron con los ojos verdes.

La atracción que sintieron desde la primera vez finalmente fue el pequeño impulso para ese beso.

Aún recordaba la sensación como si hubiese sido ayer a pesar que fue hace mucho tiempo ese primer beso que estaba tan fresco en su memoria.

- Lo amo Itiá, su ausencia es una agonía en mi corazón. Lamento había en su voz.

- Amigo mío yo también conozco esa sensación. Itiá tan sólo suspiraba y negaba.

Un nuevo recuerdo llegó a su mente.

Cuándo hicieron el amor por primera vez.

Llevaban dos meses de un hermoso noviazgo, cenas románticas y pequeños besos.

Celebraban ese día el cumpleaños de Zaphiri que desde temprano le llegó un ramo de rosas con una bonita dedicatoria por parte de Krest su amado y un reloj de oro blanco con incrustaciones de diamantes pequeños en color záfiro el mismo tono que sus ojos.

El castaño haría que ese día fuera inolvidable para su novio, que lo recordará siempre.

Una cena en el más fino restaurante, con músicos para hacer más ameno el ambiente y un exquisito vino añejo.

Todo para Zaphiri fue maravilloso, no sólo porque cumplió otro año más de vida sino que finalmente encontró al que sería su eterno amor.

Entre besos y risas llegaron al departamento del pelinegro, sus cuerpos llamaban a unirse no sólo carnalmente sino que sus almas se convertirían en una sola.

Caricias que aumentaban el calor en sus pieles, la ropa desaparecía en un parpadeo.

Sus pasos los guíaron llegando a la cama.

Krest entre las piernas de su bello moreno, repartiendo besos en esa exquisita piel marcándolo cómo suyo.

Sus dedos recorrían toda la anatomía grabandose en su memoria cada curva, cicatriz y lunar en la piel de su amado.

Pequeñas mordidas en los pezones cafés hacían soltar leves jadeos en su pelinegro que se retorcía bajo suyo.

Un primer dedo se coló entre los anillos de carne, su cuerpo reaccionó dando un ligero respingo poniéndose tenso pero su castaño repartió besos tranquilizándolo rápidamente.

El segundo con éxito se introdujo sin notar molestias en su pareja, palabras dulces en su oído lograron hacer que confiara que no lo lastimaría.

Tercer y último dedo estimulaba su próstata, involuntariamente la cadera de Zaphiri buscaba más contacto del que ya había.

La acción la hizo por un par de minutos más hasta que creyó estaba listo para recibir su dura hombría.

Retiro sus dedos y el pelinegro se sintió vacío pero no duraría por mucho tiempo esa sensación ya que Krest masajeaba su dura erección restregándose en las nalgas de su amado.

Hizo que las piernas de Zaphiri rodearan su cintura aferrandose para que fuera más fácil la penetración.

Colocó la punta de su miembro que estaba bañado en líquido pre-seminal e hizo que entrará con más facilidad.

Poco a poco las cálidas paredes anales le daban la bienvenida, estaba estrecho y apretado haciéndolo jadear.

Estaba extasiado por lo apretado y estrecho que era.

Finalmente empezó con un vaivén lento, la fricción de piel con piel le daba más erotismo en su entrega.

En la habitación el calor se manisfestaba haciendolos transpirar.

De sus cuerpos emanaba el sudor, finas gotas que hacían brillar la piel, gemidos del más puro placer salían de la boca de Zaphiri arañando la espalda del castaño que arremetía con más fuerza en su interior.

Krest no podía más, estaba postergando su orgasmo para llegar a la cima del placer junto a su bello Zaphiri.

Tres estocadas más fue todo para que el castaño eyaculara dentro de su amado mientras el pelinegro lo hacía en sus vientres.

Exhaustos se abrazaron dándose un último beso para descansar, esa fue la primera vez que Krest se quedaba a su lado ya que siempre tenía trabajo hasta tarde.

Esa primera vez fue maravilloso, no sólo fue sexo sino que le hizo el amor con la pasión desbordante que salía desde su corazón, caricias que eran suaves tales como el pétalo de una rosa.

No sólo fue esa única vez, le siguieron más con la misma o más intensidad que la primera con mucho amor en cada entrega.

- Porqué tuvo que terminar así. No creí que me vería ese día con ella. Nuevas lágrimas salían pero se las apartó de inmediato.

- Pero cómo pasó eso? Digo se supone que tu guardaste muy celosamente tu secreto y la ocultaste muy bien para que él no lo supiera. Itiá miraba a su amigo esperando que respondiera esa duda.

- Tarde o temprano se sabría, pero no pensé que fuera un día antes de nuestro primer año de novios. Me lamento no hablar con la verdad desde un principio. De un sólo trago se bebió todo el contenido del vaso de cristal.

Un nuevo recuerdo llegó, ese día Garnet su esposa que desde hace más de un año estaba casado con ella pidió salir de casa ya que estaba aburrida.

La bella mujer era su mejor amiga desde hace años y ella dio el primer paso confesando su amor por Krest, él no sabía que decir ya que la quería mucho pero pensó que con él tiempo la amaría hasta que le pidió matrimonio teniendo el mismo pensamiento.

Todo cambió cuándo vio por primera vez a Zaphiri que por error de la joven reservó la misma mesa para ambos, su corazón quedó flechado al instante, un amor a primera vista olvidando que era casado.

Desde que por primera vez se entregaron en cuerpo y alma no lo había hecho con Garnet, hasta que una noche se le insinuaba besándolo en el cuello y acariciando su cuerpo por encima de la tela, no quedando de otra cumplió como hombre a la mujer pero cerraba sus ojos imaginando que era Zaphiri al que poseía.

Esa fue la única noche que estuvo con ella semanas después le llegaba la noticia que estaba embarazada.

Cumplió el capricho de salir a pasear con Garnet, sin imaginar que su vida se derrumbaría en filosos cristales que le cortarían su piel.

Salió a pasear ya que Krest ese día no lo visitaría y necesitaba respirar el aire puro que había en el parque a unas cuantas cuadras de dónde vivía ya que al día siguiente sería su primer aniversario y tenía una sorpresa que darle a Krest que estaba seguro lo haría muy feliz.

El castaño fue convencido de salir con Garnet ya que estaba aburrida y por su cuarto mes de embarazo las hormonas la tenían en una inestabilidad emocional.

Para evitar una pelea con ella accedió ya que podría afectarle a su bebé.

La pelinegra se aferraba fuerte al brazo de su esposo, se sentaron en una banca entonces Garnet beso a Krest sin saber que unos záfiros miraban la escena con lágrimas en sus ojos.

Lo vio acompañado con aquella mujer hermosa creyendo que era su hermana comenzó a caminar en la dirección del castaño cuando vio que besaba a Krest y él correspondía, se fue en silencio sin ser notado por la pareja.

Su amado castaño era un hombre casado, el anillo en sus dedos anulares no mentían y que esperaban un hijo.

Krest desde que conoció a Zaphiri se quitaba el anillo para que no se alejara el pelinegro de su lado, ya que desde que lo vio se enamoró de él.

Su amante, sí.

Ahora entendía porque no se quedaba más tiempo con él, poniendo pretexto que tenía mucho trabajo y se quedaría hasta tarde en su oficina.

Todo era una farsa, una vil mentira.

Las lágrimas nublaban su vista el tiempo que duró para llegar de nuevo a su departamento pensaba lo que haría.

Tomaría una decisión importante, una que marcaría sus vidas para siempre.

Al día siguiente Krest desde temprano con una enorme sonrisa salía de su casa para ver a su precioso pelinegro.

Tenía boletos para que ambos se fueran de viaje, era el regalo por el maravilloso año de pasar juntos en pareja.

Cada día sentía que lo amaba más.

Llego al departamento de Zaphiri pero antes que tocará la puerta, la vecina que vivía en frente detuvo su acción.

Conocía al castaño ya que era amiga del pelinegro y sabía que era su pareja.

Le tendió una carta sin decir más.

Extrañado miró que en el sobre estaba escrito su nombre, lo abrió leyendo el contenido.

KREST PARA CUÁNDO LEAS ÉSTA CARTA, YO YA ESTARÉ FUERA DE LA CIUDAD.
SI ME HUBIERAS DICHO DESDE UN PRINCIPIO LA VERDAD TE LO HUBIERA PERDONADO, PERO OCULTARMELO POR UN AÑO SIN SABER QUE ERAS UN HOMBRE CASADO Y QUE AQUELLA BELLA MUJER ESPERA UN HIJO TUYO, NO LO PUEDO HACER.
ME DUELE QUE NO ME HAYAS TENIDO CONFIANZA, ME HUBIERA ENOJADO SIN HABLARTE POR DÍAS PERO A FIN DE CUENTAS LO ASIMILARÍA Y POR EL AMOR QUE TE TENGO LO DEJARÍA PASAR, BUSCANDO UNA EXPLICACIÓN DEL PORQUÉ LO HICISTE.
AUNQUE TE AGRADEZCO QUE ME HICIERAS FELIZ POR UN MARAVILLOSO AÑO, TE DESEO LO MEJOR Y AMA MUCHO A TU HIJO QUE ESTOY SEGURO SERÁ HERMOSO CÓMO TÚ.
NO ME BUSQUES POR FAVOR, SÍ EN VERDAD ME AMAS ME DEJARÁS LIBRE, NUNCA MÁS SABRÁS DE MÍ ES POR ESO QUE PREFIERO IRME LEJOS PARA QUE SEAS FELIZ AL LADO DE TU FAMILIA.
ME LLEVARÉ BUENOS RECUERDOS DE TI Y GRACIAS POR DARME ALGO BUENO DE ÉSTA RELACIÓN.

TE AMO KREST, NO LO OLVIDES
ZAPHIRI S.

Las lágrimas caían cual cascadas sobre el papel mientras escribía ésto pero era lo mejor, se tocaba su aún vientre plano pero sabía que una pequeña personita crecía en su interior producto de ese amor, le confesaría a Krest que era un doncel y que sería papá en su primer aniversario sería la mejor de las sorpresas, felicidad que se esfumó.

Él era el amante, se sentía un intruso en la ya formada familia y un bebé venía en camino que por lo que vió estaba por el cuarto o quinto mes de embarazo.

Su decisión era la mejor ya que así no rompería con ese matrimonio.

El pequeño o pequeña lo criaría él sólo, saldría adelante por su bebé que ya lo estaba amando desde que se enteró de su estado.

Se iría lejos con su pequeño Kardia porque estaba seguro sería un bello niño, su instinto se lo decía a gritos.

Recuerdos amargos y una solitaria lágrima descendió por su mejilla, un año ha pasado desde que Zaphiri se fue de su vida para siempre, las palabras escritas en esa carta le calaron en lo más profundo de su ser al día de hoy.

- Perdona mi amigo el consejo, mírate en mi espejo que no te suceda, no quiero que conmigo llores, de mis dos amores ninguno me queda.

Ahora lo entendía pero no quería escuchar consejos de su amigo ya que creía que no pasaría lo mismo que a él.

Itiá también perdió a sus dos amores Shión su esposo y Dohko su amante, ninguno sabía de la existencia del otro hasta que por azares de la vida se descubrió la verdad, ninguno le perdonó la infidelidad y el engaño.

La ruptura de un estable matrimonio con la traición, amaba a los dos pero perdió a ambos quedándose solo.

Ya nada podía enmendar ese error, perdió a un gran hombre que lo amó demasiado pero ocultar que era casado le costó el que se fuera definitivamente de su vida, todos los días se lamentaba preguntándose que será de él, aún lo ama y le cuesta asimilar que ya no está a su lado.

No amaba a Garnet pero tenía que soportarla ya que era la madre de su angelito de hielo.

Su pequeño Dégel era su único consuelo.

Por siempre recordará las palabras de su amigo Itiá...

No Debes Tener Dos Amores.







🔷🦂🔷🦂🔷







Hola!!! 😄 como están?

Es el primer final que le doy a un one-shot, ¿conseguí hacerlos llorar?

Una canción me inspiró para hacer ésta historia con ese final, cierto día estaba lavando los trastes y mis padres que gustan de esas rolas de antaño la escuché y las ideas me llegaron tan de repente creando escenarios con Krest y Zaphiri el título que lleva es el nombre de la canción, al final dejaré el vídeo por si gustan escucharla.

🔹 Ahora viene un aviso importante:

* con éstas parejitas ya no tengo más ideas asi que cierro la primer parte de Escorpio & Acuario.

Obvio seguiré actualizando pero sólo con CaMilo y KardGel, en dado caso que me lleguen nuevas ideas con Zaphiri y Krest al igual que en Écarlate y Mystoria las iré subiendo en el orden que ya estaba hecho desde un principio.

Y muchas gracias por el apoyo que le están dando a mi fic Little Red que fue por el cumple de Milo 😍 adoro leer sus comentarios que me siguen inspirando.



Los amo mucho y se me cuidan 💗

Atte. Skarlet Antares 🦂❄💙☠

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