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Eternal Love

Pareja:KardiaxDégel
Advertencia:poquito de +18
Créditos al autor de la imágen

Pedido de constelacionez


2da parte de Mi promesa


Su reencuentro fue inolvidable le daban gracias a su diosa por regresarlos a la vida y volverse a reencontrar.

Desde ese día en la calle formalizarón su noviazgo para que darles más vueltas si se amaban con locura.

A Krest le sorprendió la llamada de su hijo avisandole que tenía novio y que tenían planes de boda con el amor de su vida ésto lo sorprendió ya que no sabía nada de nada y por parte de Zaphiri estaba feliz por su hijo ya que Dégel le pareció encantador cuándo lo conoció y sabía que le jalaría las riendas a su rebelde muchacho.

Un mes de relación y Kardia pidió la mano de Dégel frente a su suegro que viajó desde Francia a Grecia para que todo fuera formal junto a la familia del griego que en éste caso era el padre del peliazul.

La feliz pareja no deseaba estar sin el uno ni el otro y fijarón la fecha de la boda en dos semanas, sorprendiendo a los padres de ellos ya que era muy poco tiempo organizar todo pero dijeron que querian algo sencillo solamente los más cercanos asistirían a la ceremonia no replicarón mas ya que sus hijos eran unos testarudos que no los hacían entender.

Pero los que no entendían eran ellos ya que sus hijos esperarón mucho tiempo en encontrarse con sus corazones en sintonía por el otro.

Su amor es eterno pudo traspasar la barrera de la muerte.

Dégel era amoroso con Kardia y no había dia que no le dijera cuanto lo amaba, recordaba que antes no fue tan afectivo con él ya que su maestro lo instruyó a ser frio tanto en batalla como fuera de ésta pero ahora nada le prohibía ser cariñoso.

Kardia por su parte era rebelde eso no se niega pero maduro a su edad, tenia clara sus metas, responsable y coqueto solo con él.

Ya no eran los mismos que en su anterior vida, sus recuerdos como caballeros dorados seguía presentes pero ahora como personas normales.

La ceremonia fue sencilla con sus amigos más cercanos de ambas familias.

Su boda por el civil fue en la playa cerca del atardecer, se sorprendieron de ver a Aspros la persona encargada de unirlos por la ley sin duda se alegraban que sus demás compañeros de armas esten teniendo una nueva oportunidad como ellos, el banquete fue griego y francés, la fiesta fue amena hasta las 11 dónde los recien casados partirían a su luna de miel en París con gastos incluídos en un lujoso hotel por un mes regalo de Krest.

El papá de Dégel decidió quedarse un tiempo en Grecia viviendo en casa de Zaphiri ya que al parecer congeniaron bien para sorpresa del peliverde ya que su progenitor era algo amargado pero cuándo se vieron por primera vez algo especial ocurrió entre los adultos.

Partieron a las once de la noche ya que su vuelo sería a las once y media, despidiendose de sus padres con un fuerte abrazo.

Llegarón al aeropuerto justo a tiempo para su vuelo que saldría en minutos llevando sus maletas para que las guardaran y abordar el avión que pronto despegaría decidiendo descanzar las horas que duraría el vuelo.

París, Francia.


Llegarón cerca de las 4 de la madrugada al hotel donde estarían hospedados, las maletas las dejaron a un lado de la puerta para seguir durmiendo hasta el medio día que despertaron hambrientos ordenando su comida que fue llevada a la habitación.

Ese día no saldrían a dar un paseo por las calles parisinas, además sería su noche de bodas deseaban unirse en cuerpo y alma para poder pertenecerse para siempre.

Parte de la tarde se la pasarón acomodando su ropa en el clóset y viendo un poco de tv hasta las 8 de la noche, los nervios se hacían presentes en cada uno ya que sería la primera vez de ambos y no querían arruinarlo, el primero en tomar una ducha fue Kardia para relajarse pasado unos minutos salió con la toalla enrollada en su cintura, Dégel lo vio y su cara se tiñó de rojo adentrándose rápido al cuarto de baño su ahora esposo tenía un cuerpo musculoso como en antaño, el agua fría de la ducha relajó sus músculos y despejó su mente.

Los minutos se le hicierón eternos al peliazul que esperaba con los pantalones de pijama puestos en color rojo su torso desnudo aún tenía algunas gotas de agua, viendo en la ventana a lo lejos la Torre Eiffel iluminada por los reflectores en colores.

Dégel suspiró saliendo del baño con la toalla cubriendo solo su cintura, sus pasos eran lentos nervioso de lo que pasaría a continuación pero también lo deseaba, vio a su amado viendo por la ventana dirigió sus pasos para abrazarlo por la espalda.

- Kardia mi amor. Sus manos las posó en su abdomen.

- No te escuché salir bebé. Puso sus manos sobre las de Dégel reforzando el abrazo.

- Apenas lo hice querido, yo... Se quedó sin palabras y le daba vergüenza pedirle que le hiciera el amor.

- Que pasa Dégel?. Se volteó para encarar a su bello esposo sin romper el contacto, por dos centímetros Kardia era un poco más alto.

- Yo... tú... emmm... no es nada cariño olvídalo. Kardia se imaginaba lo que trataba de decirle Dégel a pesar de todo su actitud era igual al de antes.

- Escucha no te obligaré a nada si tú no estás listo para hacerlo. Sabes que te amo y esperé mucho tiempo para volverte a encontrar, así que no lo quiero arruinar por la calentura del momento. Le besó la frente con cariño en comprensión.

- No es eso, yo si quiero hacerlo estoy listo para ser tuyo, es solo que me da vergüenza decir que es mi primera vez. Su cara roja la ocultó con sus cabellos verdes húmedos el peliazul le dio ternura ver a su amado así con su mano tomó el mentón de su bello ángel para que lo viera a los ojos.

- Amor mío también es mi primera vez jamás he estado con nadie, soy inexperto como tú en ésto pero te prometo que lo disfrutaremos hasta el final. Lo miró con ternura para transmitirle confianza a su amado que asintió sin pensarlo más.

Sus labios se unierón en un tierno beso que poco a poco lo convirtierón en un francés jugueteando con sus lengüas explorando hasta lo más recóndito de sus bocas, la temperatura en sus cuerpos aumentó, Kardia empujó suavemente de la cadera a su amado para que retrocediera sus pasos hacia la cama dónde jamás rompieron la batalla de lengüas, antes que cayeran en la suave cama el peliazul de un tirón quitó la toalla y Dégel con manos temblorosas poco a poco fue bajando el pantalón de pijama junto con la ropa interior.

Ya desnudos se dejaron caer en la gran cama Kardia encima de su bello esposo, repartía besos por toda su cara y labios para después bajar lentamente por el cuello, lamiendo y succionando la tersa piel blanca que se volvía roja por los chupetones marcando así su territorio, el peliverde suspiraba por las acciones de su griego su cuerpo reaccionaba por las caricias proporcionadas, su intimidad poco a poco despertaba.

Marcaba cada tramo de piel siguió su camino hasta bajar al pecho dónde esos pequeños botoncitos rosa lo esperaban con su lengüa atrapó uno lamiendo, succionando como si fuera un bebé y con su mano atendía el otro.

Dégel gemía bajito al parecer esa parte de su cuerpo era sensible a las caricias y su cuerpo aumentaba en temperatura.

Siguió por unos minutos más jugando con los pezones que se pusieron duros dándo una leve mordidita a cada uno que sacó un gemido águdo de esos suaves labios entreabiertos.

Su recorrido aún no terminaba ya que se dio cuenta que alguién despertó desde hace un par de minutos y le exigía su antención, besos húmedos dejaba en el abdomen, metió su lengüa en el ómbligo contrario para seguir su camino hasta la pelvis vio ese pene que se alzaba glorioso llamándolo para que lo saboreara.

No lo dudó mucho y se lo metió a la boca degustando ese trozo de carne que tal vez en algún momento lo disfrute dentro de su interior pero por ahora a él le tocaría estar arriba; lamía, succionaba y apretaba sus labios alrededor del falo, sus movimientos eran expertos a pesar de ser su primera vez haciendo un oral, Dégel se sentía en las nubes y ya no reprimía ningún sonido obsceno que salía de lo más profundo de su garganta, la sensación era indescriptible esa boca húmeda y caliente recorriendo toda su hombría esas manos masajeando sus testículos, una corriente eléctrica se instaló en su pelvis y explotó en un liberador orgasmo que hizo alzar su cadera.

El peliazul tragó gustoso todo el semen.

- Perdón amor... no pude... avisarte. Decía entrecortado las palabras.

- No te preocupes mi vida, ésto apenas comienza. Subió de nuevo a la par de su amado y lo besó fogosamente.

El peliverde sentía el sabor de su propio semén y eso volvió a encender una chispa en su interior que aumentaba su calor corporal nuevamente.

Las caricas se hicierón presentes, la habitación a pesar de tener aire acondicionado no mitigaba el calor en sus cuerpos, la mano del peliazul recorria la pierna de arriba hacia abajo subiendola hasta su cadera y el peliverde acariciaba la ancha espalda morena haciendo trazos imaginarios.

Kardia tenía que preparar a su amado para que no lo lastimara, dirigió tres dedos a la boca del peliverde y éste captó el mensaje enseguida, los lamía como si fuera una paleta hasta dejarlos bien lubricados, el de mirar zafiro subió una pierna hasta su hombro para que su entrada quedara a la altura perfecta.

- Será molesto al principio amor pero necesito que te relajes para que no te lastime y duela ¿si?. Dejó un casto beso en los labios para dirigir un dedo hacia esa pequeña entrada, el primer dedo entró con fácilidad observando que su amado no hacía gesto alguno de incómodidad, el segundo ingresó haciendo movimientos de tijera para dilatarlo hasta que el tercero estuvo dentro y comenzó a simular embestidas tocando el punto g de Dégel que gemía, ésto hizo que el miembro de Kardia palpitara, esos sonidos sólo lo estimulaban más.

Retiró sus dedos ganándose una mirada desaprobatoria de su esposo ignoró aquello y se sentó en medio de la cama con las piernas abiertas.

- Ven aquí amor y sientate sobre mi para darte lo que tanto deseas. Dégel obedeció de inmediato y gateó hasta sentarse en las piernas del moreno, volvierón a besarse profundamente Kardia aprovechó el beso para tomar su pene y dirigirlo a la dilatada entrada metiendolo despacio para no lastimar a su amado.

Pero el peliverde estaba impaciente por ser tomado de una buena vez y movió sus caderas hacia abajo hasta que todo su interior fue llenado por la gran hombría de su escorpión, gimió de placer en el beso y comenzó un suave vaivén de arriba hacia abajo sin esperar a acostumbrarse ya que no dolía tanto.

El escorpión por su parte le agradaba sentir todo el interior cálido rodearle su miembro, lo succionaba deliciosamente y rogaba a los dioses no acabar pronto.

Poco a poco el ritmo aumentaba y Kardia dejaba nalgadas en Dégel que eso lo encendía más aumentando lo profundo de las estocadas, se besaban, mordían y acariciaban ya que la posición les ayudaba tanto para mirarse mutuamente.

Su espalda se arqueaba y jalaba de los mechones azules por el placer que recibía cuando era tocado su punto dulce, sus gritos con el nombre de su esposo en toda la habitación se escuchaba, el sonido obsceno que emitía los testículos al chocar con su trasero, la cama brincar por la cabalgata esos sonidos los volvían locos a los dos.

Kardia gruñía ya que ese interior lo apretaba deliciosamente sin parar, las nalgadas, chupetones que le hacía en su pecho y clavícula cada que podía, le encantaba su copo de nieve todo de él amaba y ahora era suyo completamente como antes lo fue el caballero de acuario.

El miembro de Dégel friccionaba con el marcado abdomen del moreno, su cuerpo sentía los espasmos cada vez más su segundo orgasmo estaba muy cerca, su cuerpo se estremeció y un grito de placer abandonó su boca apretando su interior que hizo que el peliazul se viniera abundante dentro del ojivioleta y éste manchando su abdomen.

Se quedarón en la misma posición abrazandose tratando de recuperar el aliento.

10:30 de la noche y estaban acostados aún desnudos pero cubiertos por las sábanas se daban mimos, uno que otro beso y caricia diciendose cuánto se aman.

- Finalmente soy tuyo.

- Mio y de nadie más, siempre ha sido así desde nuestra vida anterior. Tu eres mio y yo soy tuyo. Le besó la frente al peliverde y los labios con todo su amor.

- Sabes que la noche es joven y estamos en la ciudad del amor. Que te parece si me haces de nuevo el amor?. Le dio una mirada coqueta a su escorpión que se ruborizó un poco por lo directo que fue su amado, esa faceta no la conocía.

Pero jamás se negaría a una petición como esa aprovechando la energía de sus jovenes cuerpos para satisfacerse hasta el amanecer entregando su amor en cada caricia.

Todos los días salían a recorrer las calles de París visitando todas las atracciones turísticas que ese país les brindaba en artes, música, degustando de la gastronomía francesa y de un buen vino.

Y por las noches sin faltar un sólo día se amaban entre las sábanas hasta que sus cuerpos decian basta.

En la quinta semana Dégel presentaba sintomas que se asociarian a un posible embarazo tales como náuseas, mareos y antojos pero ambos lo descartaban ya que era hombre así que no podía ser posible, Kardia lo notaba más gordito de cintura diciendo que tenía mas carne de donde agarrar.

Decidierón ignorarlo hasta que el peliverde se desmayó en plena calle y no reaccionaba llamando una ambulancia que lo llevó a un hospital dónde le hicieron examenes de sangre y orina para ver que es lo que tenía.

Una doctora fue quien atendió al ojivioleta con exámenes en mano dándole la noticia que tenía dos semanas de gestación.

Incrédulos al principio para después pasar en estado de shock ya que la doctora les explicó que el peliverde era un doncel no lo podían creer serían padres, los ojos de Dégel se llenaron de lágrimas en signo de felicidad sería "madre" el fruto de su amor crecía en su interior.

Kardia se sentía dichoso y agradecido con Sasha por darles la oportunidad de vivir de nuevo pero la dicha también de ser padres.

Abrazó a Dégel con euforía, su regreso a Grecia sería lleno de dicha ahora entendía porque es la ciudad del amor la gran ciudad de París.

Ya en Mikonos instalados en su nueva casa regalo de Zaphiri se reunierón los padres de ambos jóvenes para darles la noticia de que serían abuelos, la incrédulidad en sus rostros se veía a simple vista pero les enseñaron las pruebas de sangre y la ecografía del pequeñisimo ser en el vientre de Dégel cambió sus rostros a felicidad no podían creer que aún siendo jovenes fueran a ser abuelos la burla de los esposos no se hicierón esperar para con sus padres.

Los meses pasaban con rápidez para la pareja de padres primerizos, Dégel no presentó molestias de ningún tipo en su embarazo, salvo los típicos antojos que su escorpión le conseguía la hora que sea, Kardia no quería ser un mantenido por su esposo ya que su amado le decía que no trabajara que él tenía suficiente dinero ahorrado pero no quería, ahora con la llegada de su primogénito debía buscar un empleo o invertir los pocos ahorros que tenía en un negocio que le dejara ganancias y pudo invertirlo en un restaurant francés que era popular ahora se podía sentir pleno ya que todo iba viento en popa.

El sexo de su bebé decidierón dejarlo en sorpresa a la hora de su llegada los nombres ya fueron elegidos ya sea niño o niña, los abuelos son los que le compraban cualquier cosa que les gustara para el o la pequeña, el día tan esperado llegó para los padres y abuelos, que esperaban impacientes en la sala de espera hasta saber una noticia.

La doctora que llevaba el control de embarazo salió de quirófano para darles la buena nueva tanto Dégel y su hijo estaban bien.

Un niño! Kardia saltaba de emoción ya que él eligió el nombre por si era varoncito y vaya suerte que tuvo.

Le dierón la señal que podía pasar a ver a su esposo que se encontraba en su habitación y en un momento llevarían al bebé porque le harían otras pruebas.

Ya dentro su esposo dormía sobre la mullida cama de hospital y en eso la puerta se abrió con la enfermera cargando un pequeño bultito en las mantas color azul, no dudó en tomarlo con cuidado entre sus brazos, la mujer salió cerrando la puerta tras de sí dejando solos a la familia.

Ese pequeño ser que lo esperó por largos nueve meses ahora estaba ahí cargándolo, estaba feliz por tener al amor de su vida y ahora porque su copito de nieve está con ellos era una copia exacta de él.

- Bienvenido a la familia Karan. Le dio un pequeño beso en su frente mirándolo con amor de padre.

Dos días de recuperación y Dégel fue dado de alta con su hijo que llevaba en brazos.

Al fin tenía una familia propia, estaba feliz con su amado esposo estaba más que agradecido con su diosa.

40 días de reposo para recuperarse de la césarea y todo volvió a la normalidad, su pequeño cada día iba creciendo más, se parecía de travieso a su padre el parecido era abrumante, cada gesto y berrinche que hacía era la copia exacta de Kardia y el peliazul orgulloso de su hijo.

Los meses pasarón hasta convertirse en un año de su aniversario de bodas, el pequeño Karan se quedó al cuidado de sus abuelos que eran pareja, cuándo les dijeron la noticia respondieron que ya lo sabían porque era muy obvio entre los dos; Dégel sabía que Krest fue su maestro en el siglo 18 pero en ésta vida es su padre siempre supo de su amor por Zaphiri aunque lo negara en esa época y Kardia estaba al tanto de todo así que no les sorprendió que también les tocara el mismo destino.

Volviendo al tema, los abuelitos cuidaron del pequeño Karan mientras sus papis fueron a cenar en el restaurante donde Kardia era dueño oficialmente, disfrutaron de la velada con la comida francésa acompañado de un vino añejado de 1970 entre pláticas y besos llegarón a su casa que solo por esa noche estaría sola.

Cerrando la puerta principal los besos y caricias no se hicieron esperar, tal vez las copas de más que se bebierón o el calor del momento pero Kardia quiso ser el pasivo por esa noche emtregando su cuerpo en bandeja de plata al peliverde, Dégel que no se hizo del rogar cumplió el pedido de su esposo y lo hizo suyo no sólo esa noche sino las que le siguierón ya que le gustó morder la almohada pero igual alternaban los roles.

Cuatro semanas después Kardia tenía los mismos sintomas que Dégel cuándo el embarazo de Karan, quisieron salir de dudas llendo al hospital para hacerse un chequeo de rutina y vaya sorpresa se llevó al saber que también es un doncel.

El peliazul no sabía si llorar de alegría por la reciente noticia o porque Sasha también lo hizo doncel a él pero recordaba que tal vez a sus ex compañeros de armas también les haya tocado lo mismo y se le pasó, no podía enojarse ya que sin ella nada de ésto fuera posible.

Serían una familia feliz y su amor sería eterno hasta el final de sus días ya que no pierden la esperanza de encontrarse de nuevo en sus siguientes vidas.



🍏🦂💙❄🍎





Hola mis lindos lectores espero les haya gustado la segunda parte de Mi Promesa con un poco de todo, en el proximo KardiaxDégel será en el incesto porque para los que hayan leído Mi Propiedad se darán cuenta que así se llaman los hijos de Milo y Camus en honor a sus antecesores.

Puede que tarde en actualizar ya que su escritora le ofrecieron trabajo y puede que lo acepte así que no actualizare seguido como antes pero les prometo que continuraré con los one-shots de Escorpio y Acuario en cuanto los termine de escribir.

Sin más me despido los amo
Atte. Skarlet Antares 🦂❄💙

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