Departamento
Pareja:ZaphirixKrest
Advertencia:Ninguna
Me encanta la imágen, Créditos a su respectivo autor
Se escuchaban gritos en el departamento número 12 de un edificio de 8 pisos, dos personas se encontraban discutiendo ya que al parecer la anciana que les rentó el departamento no se dio cuenta o se le olvidó por su avanzada edad que ya estaba ocupado.
Cuándo un joven de 26 años llegó con sus maletas en mano al que seria SU departamento, se encontró con un pelinegro de apróximadamente 23 años sin camisa paseandose por la sala bebiendo una cerveza, al principio creyó estarse equivocando de número pero revisó el contrato dándose cuenta que era el correcto, entró enojado y le pidió explicaciones que hacía metido ahí si esa era su casa ya que él al ser abogado podría demandarlo por meterse en propiedad privada, pero el pelinegro que no se dejaba intimidar por un "enano" cómo el y él al ser policía del estado podía arrestarlo por meterse con la autoridad.
Su discusión se oía por todo el edificio, los gritos en lugar que cesaran aumentaban.
Salieron del departamento en busca de la anciana para que les diera una explicación y que se resolviera el asunto cuánto antes.
- No puedo devolverles el dinero que adelantaron en las dos mensualidades, por lo tanto tendrán que vivir juntos y él primero que se rinda se quedará con el departamento. Fue su respuesta de la anciana mujer.
Las dos partes afectadas salierón de la casa de la señora para dirigirse al departamento del que ahora compartirían ambos, a regañadientes aceptarón la condición de la mujer ya que era él único lugar que se asemejaba a lo que buscaban conforme sus necesidades; amplio, espacioso, una cocina amplia, una recámara grande con el closét y un baño además de tener ducha contaba con una tina para relajarse en un delicioso baño de burbujas y la espectácular vista a la ciudad.
Aunque no les gustara la idea de compartir con un desconocido tenian que hacerlo ya que los dos no son de los que se rinden tan fácil por conseguir algo y ese departamento debía ser de alguno de los dos cueste lo que cueste y harían de todo porque el otro se vaya.
- Mañana un carro de mudanza traerá mis cosas por la mañana. Dijo el castaño parado a un lado de la puerta.
- Que coincidencia! El mío igual. Dijo el pelinegro con sarcasmo en su voz.
Esa noche la pasarón durmiendo en el suelo de la habitación sin dirigirse palabra alguna ya que sus pertenencias llegarían a las 8 de la mañana y ni un mueble había para descanzar.
Incómodos pasaron parte de la madrugada y esque el suelo no era para nada suave, suspirarón aliviados al aparecer los primeros rayos de sol, puntual el de la mudanza llegó al edificio para subir las cosas del castaño y el pelinegro.
Por ese día no habría pleitos entre ellos ya que cuidaban que no rompieran nada los hombres que bajaban cajas y los muebles.
Hasta el medio día todo quedó en el departamento, ahora les tocaba a ellos acomodar, la tercer guerra mundial estaba próxima ya que el azabache quería poner un sofá negro de cuero en medio de la sala el castaño le decía que ahí no, que lo moviera más a la derecha, después mas a la izquierda hasta que Zaphiri hizo un berrinche dejándolo en medio de la sala, lo mismo pasó con el comedor, donde iría la tv, cuando se llegó a la habitación el verdadero conflicto empezó ya que sus camas al ser king size no cabrían ambas a pesar de ser espaciosa la recámara pero faltaban las mesitas de noche así que decidieron dormir en una sola cama los dos aunque no les gustara, un pequeño pleito se presentó al compartir clóset ya que Krest quería la derecha y el pelinegro también su discusión demoró media hora hasta que el castaño se rindió accediendo, una sonrisa triunfante surcó el rostro del azabache.
A la mañana siguiente compartierón desayuno juntos en la mesa, y por primera vez platicaban de manera un poco civilizada sobre sus oficios.
- Y cuál es tu trabajo enano?. Decía el azabache con burla en la última palabra ya que ese sujeto para ser mayor en edad en altura le faltó crecimiento.
- Primero no me faltes al respeto que por lo que veo soy mayor por unos años y segundo no soy enano. En tono molesto respondía el castaño, en verdad que ese tipo era un pesado pensaba Krest.
- Si si lo que digas enano. Además ni siquiera sé tu nombre. Alzó los hombros en respuesta.
- Mi nombre es Krest Acuarius y soy abogado así que no te metas conmigo fortachón ya que puedo llevarte a la cárcel. Mejor cuentame de ti, de seguro eres un vago. Con mirada retádora lo desafiaba pero el pelinegro en lugar de tener miedo le causó gracia.
- Jajaja no te tengo miedo enano y no soy un vago como crees, mi nombre es Zaphiri Scorpius soy policía del estado, a veces salgo de la ciudad por operativos a otros estados, eliminar a la mafia y tengo permiso de matar. Así que debes cuidarte de mi ya que yo si puedo llevarte a un penal de máxima seguridad. Si me disculpas debo irme a trabajar. Mordió su tostada y altivo se levantó de la silla para después salir del departamento.
El castaño se quedó mirando al pelinegro hasta que éste cerró la puerta esa mirada altiva le produjo una sensación en el pecho que no supo describir, terminó su desayuno y él también se fue a su lugar de trabajo.
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Dos meses pasarón en su convivencia, las peleas se volvieron el pan de cada día además de bromas pesadas que se hacían, no había un momento que no dejaran de discutir por cualquier tontería y es que ambos sentían una extraña excitación el ver al contrario enojado la tensión sexual se percibía entre los dos creyendo que sólo era simple atracción fisica sin saber que era un sentimiento más profundo que eso, sus pequeñas riñas pasaban de mordidas o que el azabache al ser más alto cargara al otro y éste le jalara su cabello negro arrancándole uno que otro mechón, era una forma poco común de demostrarse su afecto porque ya se consideraban amigos.
Al dormir en un principio fue incómodo ya que Zaphiri se movía mucho y éste terminaba abrazando a Krest por la cintura apegándolo a su cuerpo, el castaño se ponía nervioso por tal cercanía pero después se acostumbró y se acomodaba en su pecho para escuchar los latidos de su corazón arrullándolo para caer en los brazos de morfeo, cuándo se querían duchar era lo más difícil ya que Zaphiri entraba en la tina para tomar un baño de burbujas mientras Krest se bañaba, el con un poco de pudor trataba de taparse lo más que podía su cara ardía en vergüenza que lo viera desnudo ese alacrán, por su parte el otro le causaba gracia la actitud del castaño hasta le daba ternura en cierta forma.
Un día de la nada se les antojó pintar las paredes del departamento pero el azabache quería un color rojo y el castaño en tono azul los botes de pintura estaban listos y con brochas en mano de nueva cuenta se armó la discusión que en toda la mañana no hubo, hasta los vecinos se habían acostumbrado a oír los gritos por todo el edificio.
Y se les hacía raro que todo estuviera en silencio, demasiado bueno para ser verdad, como era costumbre Krest se le montó en la espalda a Zaphiri manchando su cara de pintura, mordiendo su cuello y parte del hombro el pelinegro salpicaba pintura en las paredes por el afán de quitarse a ese enano, en un movimiento rápido pudo sacárselo de encima y cargarlo en sus brazos el castaño trataba de bajarse pero Zaphiri lo tenía aprisionado entre sus biceps, los manotasos que daba solo salpicaban pintura azul en la pared, en un descuido del moreno pudo zafarse tomó el bote de pintura y se lo arrojó a un Zaphiri desprevenido manchándolo por completo a él y la pared.
- Jajaj pareces pitufo jajaja. El castaño se agarraba con fuerza su estómago, juraría que se haría pipi ahí mismo, sus carcajadas resonaban por toda la casa.
En venganza el pelinegro se acercó sigilosamente tomando el bote de pintura rojo mientras el otro no paraba de reír y se pegó a la pared más cercana ya que le dolía todo por reírse de esa manera y esque él siempre era una persona seria pero tratándose de ese engreído escorpión todo le divertía.
Sintió que algo lo mojaba por completo entonces paró de reír sus oídos escucharon las carcajadas varoniles de Zaphiri que se le antojarón sumamente sexy.
- Ahora tu eres el que se ve gracioso y si pareces a papá pitufo ya que eres enano jajajaj. Su venganza le supo a gloria y se descojonó en su sitio hasta tumbarse por completo en el suelo muriendo de risa.
Ni enojarse podía así que se rió con todas sus fuerzas, el desastre que hicierón con la pintura pues les gustó ya que al combinar los dos colores el resultado les encantó a ambos.
En los siguientes días a Zaphiri le tocó salir de la ciudad por un operativo que se llevaría a cabo para aprehender a un sujeto que traficaba con menores de edad.
Él azabache se despidió del castaño y éste en broma le respondió que no volviera jamás ya que estaría a gusto solo en SU departamento, el otro afirmó con la cabeza y salio por la puerta pero quien diría que casi se le cumplía lo dicho por él.
Una semana no sabía nada de él, no es que le importara mucho pero se preocupaba ya que ni un mísero mensaje o llamada le hacía saber que estaba bien, ni una señal de vida hasta que por la noche recibió una llamada del hospital informándole que Zaphiri estaba herido de bala y él al ser la única persona cercana del azabache le avisarón.
En cuánto colgó la llamada tomó las llaves del departamento y de su coche para ir rumbo al hospital, el camino se le hizo eterno, en cuánto llego pidió informes del estado de Zaphiri y le dijerón que estaba estable las balas fuerón extraídas de su brazo derecho y dos en la pierna izquierda que el chaleco antibalas que portaba lo salvó de una muerte segura.
Suspiró aliviado y aunque dijo en broma que no regresara nunca, su corazón se detuvo de dolor un momento al recibir la noticia y pensar que moriría.
Una enfermera le avisó que podía pasar a verlo y éste caminó entre los blancos pasillos al número de habitación indicado.
Ahí lo vio dormido por el sedante que le pusierón, se sentó en la silla junto a él y le tomó su mano contemplándolo, sus facciones relajadas y ese cabello negro contrastando con su piel en sus pensamientos era apuesto y varonil.
Un deseo le invadió, quería saber a que saben esos labios algo carnosos y sensuales que le regalaban sus sonrisas coquetas de vez en cuándo, la tentación ganó se levantó de la silla y con su mano acariciaba las mejillas del azabache para finalmente acercar su rostro al dormido escorpión, el contacto labial se hizo presente, en su estómago la sensación de mariposas revoloteando en su interior y una cálidez lo envolvió.
Fue ahí cuándo se dio cuenta de sus verdaderos sentimientos hacia su molestoso amigo Zaphiri, estaba enamorado de él, lo amaba con locura.
El pelinegro se removió de la camilla aún dormido, eso despertó de su ensoñación a Krest pero sus ojos se agrandarón al oír que un nombre salía de esos labios que besó hace unos minutos un llamado entre sueños que lo dejó mudo.
- Krest no te vayas de mi lado por favor, te necesito, yo te amo por favor vuelve. Era lo que decía Zaphiri entre sueños ó ¿una pesadilla?
- Shhh tranquilo, estoy aquí a tu lado y no me iré a ninguna parte yo también te amo Zaphiri. Decía acariciando los negros cabellos tratando de tranquilizarlo.
3 días estuvo el azabache en aquel hospital, Krest con sus sentimientos en claro cuidó de él y nunca se separó de su lado hasta que le dieran el alta.
Zaphiri deseaba regresar a la comódidad de su casa ya que la comida que le daban era horrenda y desabrida se negaba a comer pero el castaño lo obligaba hasta que a regañadientes lo aceptaba.
Los días posteriores Krest en casa lo cuidó bien que a los 15 días Zaphiri estaba bien recuperado.
Ahora el pelinegro debía agradecerle a ese enano como le decía de cariño por todos los cuidados brindados y una cena prepararía en forma de agradecimiento pero también una confesión llegaría y esque Zaphiri se dio cuenta que al ver la entrega de Krest en cuidarlo durante su recuperación más crecía un sentimiento en su pecho, los días que estuvo en cama reposando le hicieron darse cuenta que amaba con locura a ese gruñon hombre.
Los preparativos de la cena estuvierón listos y esque tanta coincidencia habia entre ellos que su platillo favorito lo compartían ambos ¿destino?¿casualidad? No lo sabía explicar, una rica lasaña con ensalada y un buen vino añejo sería el complemento perfecto.
Por suerte a Krest le tocó ir a trabajar y llegaba a las 7 de la noche el momento perfecto para tener todo en orden.
La mesa estaba lista, platos, cubiertos, las copas, velas rojas para darle un toque romántico al igual que unas rosas blancas en un florero y pétalos en el suelo formando un camino hasta llegar al comedor.
Corrió rumbo a la habitación y se dio un baño rápido, su atuendo estaba elegido un pantalón negro, zapatos del mismo color y camisa polo en color rojo se puso un poco de loción y vio su reloj faltaban 5 minutos para la llegada de su amado pitufo.
Prendió las velas con un encendedor. Esperó parado cerca de la mesa, escuchó la puerta que se abría, pasos al entrar y una pregunta al aire salir de la boca del castaño para seguir el camino de pétalos.
- Zaphiri que es todo ésto?. Preguntó al llegar a la mesa donde se encontraba el azabache.
- Es una cena que preparé para ti, mi forma de agradecerte por cuidarme todos éstos días. Tomó su mano y lo guió para sentarse, de forma caballerosa le acercó la silla.
- Sabes que no debes agradecer nada, lo hice con gusto sé que al principio no nos llevábamos bien pero te tomé un cariño especial. Sonrió el castaño de forma sútil.
- Y es lo que igual te agradezco, no cualquiera puede soportar mi temperamemto pero también el haberme cuidado, en esos días pude darme cuenta que no solo te aprecio y quiero como un amigo sino que hay algo más, algo más profundo hacia ti. Krest Acuarius en ésta noche te confieso que estoy enamorado de ti, que si te fueras de mi lado me dolería mucho tu partida, me volvería loco sino te vuelvo a ver, adoro admirarte mientras duermes a mi lado, cuándo te acurrucas en mi pecho y me abrazas como no queriendo soltarme, cada uno de tus gestos me encantan, te amo con locura. ¿Quieres ser mi novio?
- Zaphiri cuándo recibí esa llamada del hospital tuve miedo de perderte, me he acostumbrado a tu presencia que si morías no se que sería de mi, te has vuelto alguién importante en mi vida y acepto. Lágrimas de felicidad surcaban el rostro del castaño, el pelinegro se levantó de su asiento y se arrodilló frente a su amado limpiándolo con las yemas de sus dedos.
- Quién diría que por éste Departamento encontraría el amor de mi vida y por la anciana que lo rentó a los dos.
Ambos sonrieron y con un beso sellarón su amor disfrutando el resto de la velada.
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Hola mis fieles lectores espero les haya gustado éste one-shot que escribí, por los que se llevarón un gran susto por el anterior Título que actualicé pos perdón neta no era mi intención hacerlo en fin, si les gustó no olviden votar.
Saludos y cuidense mucho mis amores.
Atte. Skarlet Antares 🦂❄💙☠
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