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Angel & Demon

Pareja:MiloxCamus
Advertencia:+18
Créditos de las imágenes a sus respectivos autores


La encomienda por Dios fue clara, debía cuidar como un guardián a una pequeña niña de 8 años de todos los demonios que la acechen ya que posee una pureza en su alma que puede ser el blanco de aquellos seres de la oscuridad para corromper y ensuciarla, dejar que los pecados la lleven al fondo del precipicio hasta el final de sus días dónde ellos tomarán como su posesión.

El bello ángel guardián no debía mostrarse ante la niña, tan solo cuidarla a una distancia considerable, velar sus sueños sin embargo nunca creyó encontrar a su hilo rojo en la persona menos indicada y que lo haría pecar de todas las formas posibles.

Un demonio aburrido del infierno sube al mundo humano para divertirse con los humanos haciendoles bromas o engañarlos para que les venda sus almas cuándo la desesperación los invade en un callejón sin salida.

Jamás esperó encontrarse con un ángel atractivo a sus ojos, siempre los veía y sabia que todos poseian esa belleza que su Dios les daba a su imágen y semejanza pero éste sin embargo lo cautivó aquel día en el parque.

Llevaba dos semanas al cuidado de la pequeña Shoko que a pesar de su edad era inteligente, era la adoración de sus padres y cumplían algún capricho que su hija quisiera.

Ese día la pequeña peliroja sacó un diez en matemáticas, si continuaba así tal vez a los 14 años se graduara de la universidad, su coeficiente intelectual rebasaba el promedio de una persona normal en aprendizaje.

Y sus padres orgullosos de ello la llevaron al parque para comprarle un enorme helado de fresa, unos pasos atrás el bello ángel veia la tierna escena de los tres dándose un abrazo grupal suspirando por la bella escena familiar deseando tener una propia con muchos hijos al lado de su pareja destinada.

Aún no lograba encontrarlo pero su corazón le decía que estaba cerca, podía sentirlo.

Un par de ojitos como rubíes miraba detrás de un árbol aquel bello ser que desprendía pureza esos largos cabellos alborotados rubios, sus ojos un par de záfiros brillando lo cautivarón además de esa piel acanelada, esos brazos bien musculosos y sus alas del blanco más puro, su ser entero tembló de deseo.

Ese ángel le gustó y mucho, algo debía hacer para acercarse sin que éste lo atacara o se alejara de él al descubrir quien era.

Con sigilo se acercó, estaba nervioso aunque no lo demostrara por fuera pero quería sentir mas de cerca la presencia de aquel ser divino.

- Hola soy Camus, cuál es tu nombre?. Escuchó una suave voz a su espalda pero no le prestó mucha atención ya que había gente sentada en las bancas éste al verse ignorado se molestó.

- Oye no seas grosero, te estoy hablando a ti estúpido ángel guardián. Ahora si volteó en dirección a aquella voz, acaso ya notaron su presencia y se dieron cuenta de lo que era?.

Era el cuestionamiento en su mente de aquel ángel y pudo distinguir a un demonio de cabellos lacios rojo que le llegaba hasta su cintura, los cuernos negros que sobresalían de su cabeza, su piel tan blanca como la nieve, unos ojos como un par de rubís que brillaban bajo el sol y unos labios delgados color rosado aparte que tras su espalda unas alas de murciélago en color negro lo adornaba.

Lo observó detenidamente, en el cuello llevaba un tipo collar en negro con hebilla, su atuendo era algo vulgar ya que era de cuero en negro pero que estaba tipo rasgado del pecho mostraba parte de su abdomen y ómbligo en tipo short corto aparte de unos guantes de la misma textura y color seguido de unas medias de licra en negro que le llegaba hasta los muslos.

<<un bello demonio>> pensó en su mente pero negando con la cabeza alejaba cualquier idea que quisiera tentarlo a pecar, dándo una mirada de desconfianza a aquel demonio se dispuso a contestar su pregunta lo más educado posible.

- Lo siento pequeño demonio, pero creí que era un humano hablando con otro yo soy Milo y tengo una misión que cumplir ahora si me disculpas me retiro ya que la pequeña que cuido se va. Hizo una pequeña reverencia, desplegó sus alas que eran grandes y voló para ir mas de cerca con la niña.

El demonio se quedó maravillado por las enormes alas blancas, eran tan hermosas que se le antojó tocarlas con sus manos vio como aquel guapo ser se perdía en la lejania.

<<no escaparás de mi>> se lo tomó como un reto hacer pecar a aquel ángel y que éste quedara cautivado por su ser ya que los primeros humanos en ser creados por Dios lograrón ser seducidos por la serpiente comiendo la fruta de aquel árbol que estaba prohibido y él no sería la excepción de hacerlo caer en la tentación.

También sus alas se desplegarón haciendolas ver más grandes de lo que aparentaba, voló en la misma dirección que tomarón la familia y su guardián, los siguió a una distancia prudente para que éste no se diera cuenta y así saber dónde vivían.

Era de noche y los habitantes de la casa ya dormían mientras el ángel rondaba los alrededores para cerciorarse que ningún demonio se acercara.

Sintió una presencia que le pareció conocida pero no recordaba de dónde, en una ventana se asomó para ver hacia la calle y enfrente había un árbol grande ya viejo distinguió una figura, agudizó mas su vista y ahi vio al pequeño demonio pelirojo mirar hacia su dirección mientras su mano la agitaba como saludándolo, eso lo desconcertó pero también se puso alerta por si había mas demonios alrededor.

De su dedo un destello carmesí emergió y una uña se hizo larga de color rojo como tipo aguijón de escorpión, salió de la casa dirigiéndose al encuentro del demonio que sentado lo esperaba en una de las ramas.

- Hola Milo!. Enérgico saludaba al ángel que estaba enfrente suyo con sus alas extendidas en todo su espléndor apuntándole con su uña escarlata sin mostrarse temeroso.

- Que haces aquí pequeño? Acaso no tienes que irte al infierno con tus amigos?. Era la pregunta que le hacía el ángel a aquel demonio que seguia sin borrar la sonrisa de sus labios, aunque el tono utilizado era duro mostraba educación.

- Es aburrido allá abajo, además encontré una diversión aquí entre los humanos y me quedaré el tiempo necesario además no soy pequeño tengo un nombre y en la tarde te lo dije. En reproche le decia lo último el pelirojo, el apuesto rubio hizo desaparecer su aguijón.

- Lo siento olvidé tu nombre, pero debo suponer que me seguiste hasta acá porque dudo que sea una casualidad. Apenado se rascaba la barbilla pero volvió a su mirada seria.

- Me llamo Camus y estás en lo correcto bello angelito, te seguí hasta aquí ya que tu me gustas y quiero estar a tu lado, seamos amigos si quieres pero no me pidas que me aleje ya que eso será imposible para un demonio como yo. Que dices?. De un momento a otro el demonio se le abrazó de su fornido brazo palpando los biceps y una sonrisa juguetona surcaba en sus labios, aparte que sus ojitos de rubí brillaban con la luz de la luna creciente.

Para él ángel era una hermosa escena digna de admirar, aquel bello rostro de ese pequeño demonio era digno de retratar en un cuadro.

Una dura batalla interna se presentó, por una parte su mente le decía que no ya que podría arrepentirse a futuro pero la otra parte decia que si aceptara ya que algo en su pecho saltaba de emoción al tenerlo cerca y sus ojos no podían separarse de aquellas gemas rojas.

Por una vez en su vida dejaría que todo fluya tal y como sea su destino.

- Está bien tu ganas Camus, de ahora en adelante estarás a mi lado como compañia pero te advierto que si intentas algo contra la niña que cuido, sus padres o cualquier humano yo tendré que eliminarte, entiendes?. Era una pequeña amenaza pero en sus ojos azules mostraba dulzura algo que encantó al pelirojo.

- Claro que no tendrás problema alguno, prometo portarme bien. Alzó su mano derecha como juramento pero él ángel sin que se diera cuenta su brazo izquierdo se posó tras su espalda cruzando los dedos para que no tuviera válidez su palabra ya que él estaba empeñado en seducir al ángel a toda costa. - No te arrepentirás Milo seré un buen compañero y juntos cuidaremos a la pequeña.

Se lanzó a los brazos morenos para abrazarlo eufóricamente, éste le correspondió rodeando su cintura que notó tan pequeña y con unas finas curvas, por centímetros él era más alto que Camus.

El abrazo duró un minuto dónde se sintierón de alguna manera reconfortados, poco a poco el hilo rojo se iba formando en ambos.

Se separarón lentamente y sus miradas chocarón, cual imán que atrae el metal sus rostros se iban acercando hasta que sus alientos se mezclaban, el ángel fue quien decidió acortar esa distancia y probar el elixir del pecado.

Un beso tímido hubo a continuación sus seres se estremecierón por la corriente eléctrica que atravesó el cuerpo de ambos, él demonio juguetón quiso profundizar aquel beso al morder el labio inferior adentrando su lengüa jugando con la de su contrario que gustoso siguió el juego hasta que la falta de aire se hizo presente obligándolos a separarse.

Sus respiraciones estaban agitadas, ambos rostros los adornaba un tono carmín que no trataban de ocultar.

- Perdón por el beso, finjamos que nada pasó entre los dos, ahora debemos entrar. Dio una última mirada al demonio y éste le sonrió.

- Claro. El ángel se dio la vuelta y emprendió camino dentro la casa, atras lo seguía el pelirojo que haría todo lo posible porque Milo fuera suyo la determinación no lo abandonaría hasta conseguirlo.

Los días pasaban tan rápido ángel y demonio se iban conociendo de a poco un lazo extraño de amistad surgió entre ellos pero aquel pelirojo no perdía oportunidad en insinuarsele o darle besos en su mejilla al rubio que se ruborizaba.

Los días se convirtierón en meses y un sentimiento iba creciendo en los corazones de ellos ya que no creian que a pesar de ser enemigos por naturaleza se llevaran bien aunque a veces peleaban por tonterías, el hilo rojo se iba tejiendo uniendo las dos puntas para que el ángel viera a su pareja destinada.

Milo adoraba hacer rabiar a Camus diciendole 'pequeño' el demonio hacia berrinches inflando sus mejillas y eso le sacaba las mejores risas al apuesto ángel que se retorcía de dolor porque se veia tierno, el pelirojo se cautivó con las deslumbrantes sonrisas que le sacaba y adoraba los hoyuelos que se le formaban en la comisura de sus labios.

Ambos cuidaban de la pequeña Shoko y cuándo salia de paseo con sus padres como siempre a una distancia prudencial los vigilaban, pero Camus siempre tomaba de la mano a Milo entrelazando sus dedos diciendo excusas tontas que el rubio ni creia pero lo dejaba hacer ya que también disfrutaba de sentir aquella nivea piel.

Camus confundido no sabía que hacer con el nuevo sentimiento que habitaba en su oscuro corazón, al principio tan solo quería divertirse corrompiendo la pureza de aquel bello ser pero conforme lo fue conociendo adoraba cada una de las facetas, la bondad en sus ojos y las radiantes sonrisas amaba todo de ese ángel ya no podía seguir callando lo que según él podía explotar de su pecho al no confesarlo.

Milo no estaba excento de todo ésto, él tenía muy claro que se enamoró de un ser al que le inculcarón desde pequeño que por naturaleza son enemigos los demonios su trabajo era hacer pecar a los humanos, robarles su alma y que podían corromper todo lo que tocasen con sus manos, pero Camus era diferente, al principio desconfió de él ya que no creia en sus palabras.

Pero un día un demonio que acechaba desde antes a la pequeña se metió hábilmente a la casa adentrándose en la recámara mientras dormía haciendo que tuviera pesadillas y accediera a vender su alma, Milo rondaba en otra parte mientras el demonio pelirojo le tocaba esa sección así que de inmediato se puso en alerta al sentir a otro de su especie, sus alas las extendió para volar rápido ya que si algo le pasaba a la niña no se lo perdonaría Milo.

El rubio al sentir la otra presencia que emanaba oscuridad igual voló rápido para ver que pasaba, su uña carmesí apareció lista para atacar pero en cuanto llegó a la puerta de la habitación se detuvo Camus ya había congelado al enemigo, sus cabellos lacios flotaban por el aire congelado que desprendía de su mano y se sentía en toda la habitación.

Se quedó maravillado por la escena y deseó capturarla en su memoria como una foto, Camus era hermoso en toda la extensión de la palabra a partir de esa noche todo cambió.

Empezó a confiar en el pequeño demonio, disfrutaba cada momento a su lado era agradable sentir su compañia y verlo hacer berrinches pero se ponía nervioso por los besos en su mejilla e insinuaciones, trataba por todos los medios de alejar cualquier pensamiento impuro que atacara su mente, las tontas excusas que Camie ponía al tomarlo de la mano o cuándo acariciaba con sus tersas manos sus blancas alas todo su ser se estremecía.

Se enamoró irremediablemente de un ser al que debía aborrecer pero él lo amaba desde lo profundo de su corazón, sabía que estaba mal pidió perdón a su Dios por lo que iba a hacer pero ya no aguantaba un minuto más no volver a sentir los dulces labios de Camus contra los suyos.

Ese primer beso que se dieron aquella noche aún la recordaba perfectamente, desde la primera vez que le habló su pequeño se sintió atraído por él pero su deber era primero así que ignoró todo pero ya no más, ésta noche se confesaría sabia que él era su otra mitad, la punta de su hilo rojo ya que al ser un ángel podía ver las parejas destinadas y él sabia quien era su amor de toda la vida.

El hilo rojo finalmente apareció uniendo los dos extremos.

La noche cayó y ambos ansiosos de confesar su amor por el otro los mantenía nerviosos estaban sentados en la azotea de la casa mirando las estrellas hasta que alguién rompió el silencio.

- Milo quiero hablar contigo.

- Yo igual pero aquí no, te parece ir a otro lugar?.

- Claro no hay problema.

Extendieron sus alas y emprendieron el vuelo tomados de las manos, Milo lo guió a una casa recién construida ya amueblada, sus pies tocarón el techo pero ¿quién seria el primero en confesarse?

- Y de que querías hablar conmigo Camie?. Dijo volteando a verlo de frente.

- Yo... pues verás tú... emm... este... mejor tú primero Milo. Nervioso por la imponente figura y esos ojos azules que le observaban no pudo articular palabra coherente.

- Jaja está bien. Sonrió pero su rostro adquirió seriedad. - Te amo Camus ya sé que tú de seguro te reiras de mi por decirte ésto pero nosotros los ángeles amamos y es un sentimiento hermoso pero sé que es imposible ya que un demonio como tú no pue...

Sus palabras fueron cortadas por unos labios que lo callarón y no lo dejarón terminar.

Camus se emocionó tanto al escuchar tal confesión que se abalanzó a besarlo, deseaba probar nuevamente esos labios sabor manzana que lo enloquecían con solo pensarlo.

Se separarón después de varios minutos.

- Yo también... te amo Milo... me gustaste desde que te ví ese dia en el parque y no creia que nosotros los demonios podíamos amar pero mi amor por ti es para la eternidad. Decia entre jadeos el pelirojo ya que el beso los dejó sin aliento.

- Mi hermoso demonio, mi otra punta del hilo rojo, mi destino, mi todo no sabes lo feliz que me haces, mi amor también es para la eternidad que pasaremos juntos. Acarició su mejilla con delicadeza y volvió a besarlo.

Un beso dónde se transmitían todos sus sentimientos, profundizarón el contacto a uno mas demandante jugando con sus lengüas.

Un calor invadió sus seres deseando tener más contacto, las manos recorrian la anatomía contraria por sobre sus prendas.

Se separarón para verse a los ojos, en sus orbes se reflejaba el deseo de querer pertenecerse en cuerpo y alma.

Tomados de la mano se adentrarón a la habitación de aquella casa.

La blanca túnica del ángel desapareció dejando ver su cuerpo desnudo, las pálidas manos recorrieron el torso moreno bajando hacia los musculos marcados del abdomen, de la boca de su pareja salian suspiros la mano siguió bajando hasta la virilidad que algo despierta se encontraba, se puso de rodillas frente a aquel miembro primero masajeandolo con su mano para después lamer la punta y finalmente metiendoselo a la boca para dar succiones con su hábil lengüa que recorria todo el tronco, el bello ángel gemía ronco y sus manos se dirigieron a los cabellos rojos para marcar el ritmo que él deseaba.

Ese falo llenaba toda su boca y entraba en lo más profundo de su garganta, sus manos se aferraron a las torneadas piernas morenas.

Esa cálida cavidad bucal lo estaba enloqueciendo de placer, fornicar era un pecado y mas si se es un ángel, pero él estaba dispuesto a pagar por ello ya que ahora no le importaba en absoluto tan solo sentir todo el placer carnal que se le ofrecía.

Su miembro mandaba corrientes eléctricas y la mordida en la punta de su miembro fue el detonante de un increible orgasmo que sacudió todo su ser, el demonio tragó gustoso aquel liquido viscoso y espeso.

Se levantó y volvió a atrapar en un beso lascivo los labios del ángel que trataba de recomponerse, sintió su propio sabor de aquella boca.

Sus lengüas jugueteaban de una manera obscena succionando la contraria, lamiendo sus labios inferiores, los rostros de ambos estaban sonrojados.

Ahora el turno de quedar desnudo fue del demonio las manos del ángel rasgarón por completo aquella prenda oscura de cuero dejando solo los guantes y medias sin dejar de besarse, de un tirón lo aventó a la cama para posicionarse sobre el mordiendo su cuello ésta acción excitó al pelirojo que jadeó, al parecer su ángel no era lo que aparentaba ser y eso subió su líbido.

El rubio se dedicaba a lamer cada pezón en intervalos de tiempo dejandolos duros, un camino de besos le siguió hasta el abdomen plano de su pequeño bajando hasta el necesitado miembro que pedía su atención, lo devoró sin preambulos degustando el pedazo de carne moviendo su cabeza de arriba hacia abajo el pelirojo alzó su cadera embistiendo la boca del rubio que casi se atraganta por repentina acción con ambas manos sujetó la cadera del demonio para que no se moviera y dejara todo a él.

Continuó succionando, lamiendo y mordiendo el tronco hasta que hizo venirse al pelirojo, bebio aquel néctar sin ascos.

Subió para ver a su amante que jadeaba y su rostro perlado en una fina capa de sudor, acarició su rostro para besarlo con dulzura nuevamente se posicionó entre las blancas piernas acariciandolas, el demonio movió su cadera creando una deliciosa fricción entre sus miembros haciendolos jadear en el beso, de nueva cuenta una nueva erección se presentaba.

Su mano se dirigió para preparar aquella entrada que algo húmeda le esperaba, su trabajo sería más fácil y no presentaria molestias.

Uno, dos, tres dedos introducidos en la estrecha entrada y él pelirojo gemia cuándo su próstata era tocada deliciosamente por los dedos que simulaban estocadas.

Sintió que todo estaba listo se incorporó de la cama sentándose al filo de ésta, atrajo a su demonio para que quedara a horcajadas sobre él tomándolo de la cadera y de una sola estocada lo penetró.

El demonio exclamó de sorpresa, sin esperar a que se acostumbrara inició un vaivén de caderas lento, las paredes anales envolvían todo su miembro succionandolo, las piernas del pelirojo se movieron al compás de los embistes.

La habitación era inundado por los gémidos de Camus, la deliciosa fricción que su miembro tenia con el abdomen de su amado lo estaba volviendo loco aparte de las embestidas que aumentaron de nivel.

Sus manos las dirigió a las alas del ángel aferrandose fuerte, jalándolas cuando su punto g fue tocado haciendo vibrar su ser, el nombre de Milo se escuchaba una y otra vez.

Sentir como sus alas fueron jaladas sintió más placer y aumentó las estocadas, el sonido acuoso que producían sus cuerpos era melodía para sus oídos y los gemidos de su Camus le calaba en lo mas profundo, los largos cabellos rojos caian como cascada en las piernas del rubio acariciandolas al ritmo de los movimientos.

Un grito de placer salió de su boca con el nombre de su ángel ya que dos dedos morenos se introdujeron en la cavidad anal de Camus éste fue el detonante para que moviera su cadera friccionando su miembro contra el abdomen de su amante.

El orgasmo fue una llama que consumió sus seres por completo, Milo dentro de Camus y éste entre sus abdomenes.

- Te amo mi bello ángel caído. De pronto el color de las alas de Milo cambiarón a negras ya que el rubio cometió un pecado que conlleva su destierro del paraíso convirtiendolo en un caído

- Yo igual te amo mi demonio. Ahora no le importaba nada ya que encontró a su pareja de toda la vida, ambos rendidos se abrazaron para dejarse caer en la cama exhaustos.

Un nuevo día los esperaba ahora como pareja, no se lamentaba de ser desterrado del cielo ya que su amor se encuentra a su lado tomándole la mano.

- Ahora eres igual que yo, cuáles serán tus planes a partir de hoy?. Juntos miraban el sol saliendo del horizonte.

- Pues pienso seguir cuidando de Shoko, ella es una niña valiosa que le tomé aprecio además que juré protegerla de cualquier demonio que la aceche y quiero que lo hagamos juntos hasta que ella sepa cuidarse sola de toda la maldad del mundo pero por ahora es muy pequeña para hacerlo. Guió la mano a su boca dejandole un beso en los nudillos.

- Y sabes que yo te seguiré a donde sea como en un principio que no me despegué un segundo de ti hasta lograr conquistarte, nunca te dejaré ir ya que somos el uno para el otro te amo con locura mi bello ángel, mi Milo y ambos velaremos por la pequeña hasta que tu creas conveniente.

Tomados de la mano emprendierón el vuelo rumbo a la casa de la peliroja, Milo cumplió su promesa de cuidar a Shoko junto a su pequeño demonio que ahora estaba en cinta su pancita de 3 meses era notoria, su amor dio frutos esperando gemelos ahora ambos felices esperaban la llegada de sus ángelitos como les decían de cariño.

Era feliz al lado de Camus no esperó que su hilo rojo del destino fuera con el ser menos esperado, un demonio que le robó el corazón y lo hizo pecar de todas las formas posibles, pero que no cambiaría su destino por nada del mundo ni aunque le ofrecierán volver al cielo.

Era feliz al lado de él y la nueva familia que formarían de ahora en adelante porque...

Angel y Demonio olvidaron que eran enemigos por naturaleza para amarse por toda la eternidad.






🦂❄💙🦂❄💙




Hola mis bellos lectores espero sea de su agrado éste one-shot que culpando las imágenes de arriba me tentarón a plasmarlo en escritura mi salud mejoró un poco y ya tuve ánimos de escribir porque hasta hace poco recibí una noticia que me dejó shockeada ya que no lo creia el señor con el que trabaje en su tienda de ropa falleció y pues no lo creia eso me puso triste ya que era una buena persona los ánimos que tenia se fueron pero ahora renovada de energías continué adelantando éste shot y ya no los entretengo más.

Pero también tengo otra noticia, más adelante haré otro one-shot con el sexy angelito de Milo pero una versión diferente e igual con la de "Nuevo Patriarca" ya que ahora será Camus el sexy pontífice 😍😶😉 pero repito más adelante ya que voy por orden de ideas con las parejas.

Nos leemos.

Atte. Skarlet Antares ☠🦂❄💙

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