Alfa
Pareja:DégelxKardia
Advertencia:+18
Créditos al autor de la imágen
Pedido de VictoriaChan862
Espero me haya salido bien este omegaverse, el primero que escribo :3
Educar a todos esos niños le era difícil para el patriarca Sage ya que todos eran un desastre haciendo travesuras.
Desde pequeños no sólo los entrenaban para ser caballeros dorados con el ideal de proteger a su diosa y la humanidad también se les instruía para que desde la tierna edad de siete años se prepararán mentalmente de lo que a futuro sucedería con sus cuerpos ya que cuándo fueran adolescentes se sabría si serían Alfa, Beta u Omega.
Las clases impartidas eran en general ya que en el primer celo se sabría lo que el destino eligió para ellos.
Ya que así sus cuidados serían especiales para cuando llegue el primer celo.
Y más para los que serían omegas porque es cuando necesitarán de su alfa destinado pero también un peligro porque las feromonas que liberarían atraería a muchos que los marcarían sin importar que no les pertenecieran.
Kardia necesitaba cuidados especiales por su condición del corazón pero su fiel e inseparable amigo Dégel estaba ahí para cuidarlo controlando las fiebres intensas con su aire congelado que lo dejan en cama por un día entero.
Conforme pasa el tiempo los pequeños dorados ya no lo son y físicamente van cambiando.
Kardia logró controlar sus fiebres y ganó musculatura con el entrenamiento y ejercicio.
Dégel sus rasgos se volvierón más delicados, igual entrena arduamente siendo alto y delgado con poca masa muscular.
Todos decían que el caballero de acuario sería omega por como se veía y Kardia todo un alfa.
Sus demás compañeros ya se sabía quienes son los alfas Shion, Hasgard, Manigoldo, Aspros y Sísifo.
Defteros, Asmita y Albafica betas.
Regulus todavía era pequeño para saber que sería ya que sólo tiene 7 años.
Los omegas: Dohko que su alfa terminó siendo Aries, Cid que era el destinado de el caballero de Sagitario pero faltaba saber sobre los caballeros de escorpio y acuario aunque ya apostaban quien sería quien.
Más sin embargo todos se equivocarían...
Les parecía raro que ambos aún no les llegara su celo ya que a los demás les llegó a los 14 y 15 años pero ellos ahora que tenían 16 próximo a cumplir 17 no sucedía aquello.
El patriarca tenía una ligera sospecha pero hasta que el ciclo se cumpliera saldría de dudas.
En la noche Kardia sufría de una repentina fiebre si bien ya lo controlaba ésta era intensa pero su cuerpo lo sentía raro y una parte comenzaba a reaccionar.
No estaba seguro al 100% si era su primer celo o era a causa de la fiebre.
Pero conforme pasaron los minutos jadeaba retorciendose en la cama, no podía encender su cosmo ya que eso haría elevar su temperatura, con el pensamiento llamaba a su amigo.
Dégel se encontraba leyendo un libro recostado en el respaldo de su cama pero sintió como si alguien lo llamará con urgencia y la necesidad de salir corriendo buscando ese algo que tanto quería encontrar.
Su olfato percibió un aroma delicioso al bosque con el rocío de la mañana fresca con un toque de manzana recién cortada del árbol.
Por instinto se levantó dejándose guiar hasta ese olor que lo cautivó sin percatarse que lo llevó hasta el octavo templo metiéndose a la recámara de Kardia.
Encontrándolo sudando y retorciendose de dolor, salió de su ensoñación para atenderlo rápidamente.
Concentró su cosmo frío en el pecho del peliazul hasta que la temperatura de la habitación se sintió fresca y poco a poco el escorpión se iba calmando.
Llamó al patriarca Sage en cuanto vio que Kardia se tranquilizó ya que había notado algo que sólo el anciano sacaría de dudas.
Éste llegó rápidamente teletransportandose y revisar al dormido escorpión escuchando lo que el peliverde le explicaba.
- Tienes razón Dégel finalmente llegó el primer celo de Kardia, él es un omega.
El francés no salía de su impresión ya que sus compañeros decían que sería alfa.
Volvió a percibir ese aroma que desprendía en Kardia y un calor indescriptible se apoderó de él.
Sus feromonas salieron disparadas por toda la habitación mostrando poderío y dominación, lavanda con un toque de vainilla.
Sage notó ésto y supo de inmediato que ellos dos estaban destinados a estar juntos sus sospechas fueron ciertas.
Igual que Zaphiri y Krest pasó lo mismo, pero tenía una idea en mente.
- Dégel te pediré que cuides a Kardia por los días que esté en celo ya que tú al ser alfa podrás cuidarlo de otros que quieran venir hacía aquí al percibir su aroma ya que no está marcado y quieran abusar de él, te recomiendo ésta tarea, cuidalo mucho, yo me retiro.
- Espere patriarca, escuché decirme claramente que soy alfa?.
- Si Dégel lo eres y estas en celo también, pero sé que tienes un autocontrol enorme para evitar la tentación de tu amigo es por eso que te daré ésta misión de cuidarlo.
El peliverde no dijo nada ya que no creía ser un alfa cuando todos decían que por ser diferente en cuanto a su cuerpo y rasgos sería omega.
Albafica también creían todos que lo sería por su físico y la belleza que poseía, se sorprendieron al enterarse que era beta.
Ahora su deber era cuidar de su amigo que sabía no despertaría hasta la mañana.
Se acomodó en una silla para estar al pendiente de él hasta que se quedó dormido.
Su cuerpo dolía por lo incómodo que era dormir sentado, se levantó para que sus músculos se destensaran.
El aroma se sentía con más intensidad por toda la habitación y sin poder evitarlo lo inhalaba como si fuese una droga.
Debía contenerse aunque se estuviera volviendo loco por la esencia que lo llamaba incitandolo a pecar.
Negaba con su cabeza, observó que su amigo seguía dormido.
Prepararía algo de desayunar para ambos y evitar caer en la tentación.
Se removió en la cama pero un aroma poderoso lo percibía desde que su amigo Dégel llegó para ayudarlo en la noche, sus sentidos quedaron cautivados y decidió seguir el rastro hasta la cocina donde el onceavo guardián preparaba el desayuno.
- Dégel!!!. Gritó abrazando al peliverde que dio un brinco por el susto ya que estaba tan concentrado que ni percibió al escorpión travieso.
- H-Hola Kardia por lo que veo te sientes mejor. Se sentía nervioso y no sabía porqué o era porque él era un alfa y su amigo un omega que coincidentemente empezaron sus celos la misma noche?
- Así es pero todo es gracias a ti. Le sonrió y lo apretó entre sus fornidos brazos.
- Si-sientate que ya está listo el desayuno. Incomodidad sintió ahora y las feromonas que desprendía Kardia no ayudaban en nada.
Su autocontrol comenzaba a flaquear pero sus instintos querían salir a flote como todo alfa dominante y saltar sobre el peliazul haciéndolo suyo de una forma salvaje en la mesa.
Las imágenes se agolpaban en su mente cómo una mantra, su piel siempre fría comenzaba a tomar cálides con una parte de su anatomía reaccionar.
El patriarca confiaba en él, no debía decepcionarlo.
En ambos comenzaba la atracción, Kardia con disimulo se deleitaba con ese olor masculino que desprendía Dégel.
Su cuerpo se estremeció por completo, ahora sus dudas estaban claras respecto a su primer celo.
También que se equivocaron sus compañeros al decir que sería alfa cuándo su cuerpo y en su lugar más privado se mojaba deseoso por sentir la hombría de quien fuera su pareja para pasar su celo por primera vez.
- Soy un omega no es así?.
Se detuvo en llevarse otro bocado a su boca para ver a Kardia que lo miraba tranquilo.
- Sí, lo eres. Fue todo lo que dijo quedándose en silencio pero el octavo guardián aún tenía otra duda.
- Y tú eres alfa o me equivoco.
- No, no te equivocas.
Se miraron por varios minutos hasta que el peliazul estalló en sonoras carcajadas descolocando al onceavo guardián.
Alzó una ceja mientras el otro se retorcía en la silla y se secaba unas lagrimitas.
- Jajajajaj ya sé que parezco un loco riéndome de esa forma pero siempre decían todos que por tu físico y forma de ser serias un débil omega mientras yo sería el alfa más poderoso que te protegería pero vaya que la vida te da sorpresas. Quién diría que los papeles serían a la inversa pero sabes, ese olor que desprendes me fascina y está volviendome loco, Dégel quiero pasar mi celo a tu lado, es como si algo me dijera que tu eres el indicado, tus feromonas me llaman para besarte de una forma única para que así la pasión se desborde. Se levantó para ir hacía el peliverde sentándose en sus piernas.
- Ahora que lo pienso ambos comenzamos nuestro celo al mismo tiempo, tu aroma me llamaba pero también mi corazón estaba desesperado por buscar a alguien, mi instinto me guió hasta ti y el patriarca de seguro sabía que nosotros seríamos pareja ya que me ordenó quedarme para cuidarte. Me gustas Kardia aunque siempre lo disfrazaba con mi frialdad pero me era imposible conseguirla porque tu ardiente corazón lo derretía. Sus brazos rodearon la cintura del octavo guardián.
- Desde pequeño ya me gustabas Dégel no, te amaba y juré que si serías un omega te protegería de otros alfas porque yo te marcaría cómo mío. Le acarició su mejilla.
- También te amo y no me importaba lo que fuera sólo estar a tu lado para siempre, cuidándonos mutuamente como desde pequeños lo hicimos pero ahora soy yo quien te promete cuidarte a ti y los cachorros que vengan a alegrar nuestras vidas, éste amor será para siempre, yo seré tu alfa porque eres mi pareja que el destino eligió para mi, en ésta mañana te tomo como mi omega jurándote lealtad entregándote mi corazón porque sólo a ti te pertenecerá. Se acercó al cuello del escorpión y Kardia ladeó su cabeza para dejarse marcar, clavó sus dientes con una fuerza brutal para sellar esa promesa de amor.
Finalmente se dejaron llevar por su celo, besándose con pasión las caricias posesivas que se daban hasta arrancarse la ropa con desesperación.
Pero el siempre reservado y tranquilo Dégel poseía un lado perverso que le fascinará a Kardia.
Llegaron a la habitación con dificultad ya que ni bien daban un par de pasos se besaban con intensidad.
La pandora box descansaba a un lado de la habitación resguardando la armadura dorada del escorpión.
Empujó al octavo guardián para que su espalda descansará en la cama besándolo con posesión y lascivia por todo su cuerpo desnudo mientras el omega gemía por lo bajo.
Su mano la llevó a esa zona húmeda que por los fluidos entrarón con facilidad tres de sus dedos mientras las contracciones de la esfínter lo succionaban.
Su espalda se arqueaba por las miles de sensaciones que lo recorrían de pies a cabeza.
Dégel se deleitó con los pezones de Kardia que al contacto de su sáliva se arrugaban por el placer.
Mientras su bello omega se aferraba fuerte de las sábanas.
Nunca creyó ser el que dominaría a ese griego sádico y salvaje.
Sin retirar sus dedos de la estrecha cavidad bajó para atender esa preciosa erección que estaba chorreando en líquido pre-seminal.
Lamió la mojada punta sintiendo el sabor salado y lo engulló todo sin pensarlo más.
Kardia jadeó cuando la sensación de cálides y humedad rodeó todo su miembro que estaba duro y caliente.
Un nuevo gemido escapó de su garganta al sentir cómo la lengua rodeaba su tronco para comenzar con las succiones.
Lento y a veces rápido era la mamada que le hacía para hacer delirar a su griego.
Siguiendo el ritmo movió su pelvis sin ser brusco y ahogar a su alfa francés que con sus dientes rozaba más su sensible pene que ya estaba a punto de culminar.
Con una leve mordida a la punta rosada eyaculó en la boca del onceavo guardián quien quedó gustoso de sentir el semen de su escorpión.
Ahora venía la mejor parte pero antes otro juego previo para la verdadera acción no vendría mal.
Depósito un pequeño beso en los labios del jadeante peliazul que intentaba regular su errática respiración.
- Mi omega te haré disfrutar de los más bellos placeres que un francés te puede dar. Hoy quiero oír cómo gimes para mí que soy tu alfa. Una sonrisa perversa se dibujó en el rostro del siempre serio y frío Dégel de Acuario.
Kardia no respondió pues quedó maravillado por esa faceta desconocida en su ahora pareja.
El peliverde se dirigió hacía la Pandora Box abriendola para buscar una parte de la armadura del escorpión por la que tenía cierto fetiche.
La tomó y aún de espaldas usó su poder para darle la forma que él quería.
Ya lista volvió a la cama dónde un expectante griego lo esperaba ansioso ya que tenía curiosidad, pero éste lo escondía tras él sin que supiera de que se trataba.
Su espalda descansó en el respaldo de la cama para que sus piernas quedarán extendidas.
- Mi omega precioso quiero que te sientes sobre mis piernas. El peliazul acató la orden de su alfa gateando hasta que a horcajadas estuvo sobre él, Dégel prosiguió. - Antes de que finalmente nuestra unión esté completa quiero que disfrutes de lo que te haré porque eres mío por derecho y me encantaría complacerte de mil maneras.
- Soy tuyo y hazme lo que quieras, mi cuerpo sólo te pertenecerá a ti hasta el final. Un beso apasionado y ardiente se dieron, Dégel sacó la pieza de oro que adornaba siempre la cabeza del peliazul.
Su casco en la punta que era al final la cola del escorpión, el aguijón tenía la forma de un pene.
Recorrió con la palma de su mano toda la espalda hasta llegar a esa zona caliente y húmeda que esperaba ansiosa ser llenado con su miembro pero antes cumpliría una de sus fantasías.
El correcto e inteligente caballero de acuario de los 100 libros que leía seis eran eróticos y de romance.
Con ideas que aplicaría en cuánto tuviera a su pareja destinada pero jamás pensó que el sádico y apuesto Kardia sería el elegido para que disfrutará de todo lo que le haría, pero no podía pedir a otra persona que no fuera él ya que amaba la faceta sanguinaria en su omega, así que lo disfrutarían ambos.
La entrada estaba lista así que ya no había que prepararla y sin perder tiempo.
Adentró la punta de hielo, el cuerpo del peliazul se estremeció por la repentina invasión pero no hizo queja alguna.
La sensación de frío y lo caliente de sus paredes anales le daban un estímulo que hacía aumentar el calor en su interior.
La punta del casco en forma de miembro siguió adentrándose hasta que el peliverde creyó necesario.
Comenzó a moverlo de forma lenta en círculos, dando mas profundidad a esa invasión, saber que lo penetraba una parte de su armadura por medio de Dégel tan sólo subía su libido, sumado a su celo le hacía ver la galaxia completa.
En la pierna derecha se encontraba la hinchada erección de Kardia.
Comenzó a mover su cadera y restregar su miembro palpitante contra la pálida piel del peliverde.
- D-Dégel oh siii. Gemía mientras sus movimientos aumentaron de velocidad aferrandose al hombro de su alfa incrustando sus uñas por el placer.
Sonrió al ver como Kardia SU Kardia disfrutaba de lo que le estaba haciendo con ese experimento suyo.
Sus paredes se contraían, su propio casco le estaba dando en su punto de placer y quería más.
- Ahh Dégel!!! Más quiero más!!!. A éste punto Kardia gritaba con su juicio por las nubes, su primer celo y estaba fascinado por lo bien que se la estaba pasando.
El Alfa quería complacer a su omega obedeciendo, si quería más, pues más le daría.
La ágil mano sacaba el casco y lo metía tan profundo sintiendo como el cuerpo del peliazul vibraba.
Besaba la piel morena y mordiendo su cuello fue todo para que un nuevo orgasmo en el escorpión se presentará con un gutural gemido ronco que a oídos de Dégel fue demasiado sexy.
Dejó caer su cabeza en el hombro del onceavo guardián tratando de controlar el temblor en su cuerpo tras el previo orgasmo.
El miembro por demás excitado del peliverde punzó, retiró el casco que estaba húmedo por los fluidos y con esa posición aprovechó que estaba relajado su omega para finalmente colocar en posición su pene en la esfínter.
Su sensible cuerpo sintió la invasión de un poderoso tronco desgarrando sus paredes, no era igual a lo que minutos atrás pasó pero sabía que su cuerpo se amoldaría al tamaño de su alfa.
En segundos ya no sentía nada y el lento vaivén logró que de nueva cuenta su cuerpo se calentara, sus piernas seguían el ritmo para que la penetracion fuera profunda.
Su largo cabello azul acariciaba las piernas del alfa que se mordía los labios por lo apretado que estaba el interior de su omega.
Un golpe seco se escuchó por la habitación seguidas de otras más haciendo gemir de forma descontrolada al escorpión que con más ímpetu movía su cadera haciendo círculos, brincando para que el pene de su alfa tocará su próstata y el chocar de su trasero con los testículos del ojivioleta los excitaba en demasía.
En el aire se percibía el olor de sus aromas mezclarse cautivando sus sentidos y el celo aumentar.
Con cada arremetida los gruñidos, gemidos y jadeos iban en aumento.
Un apasionado beso dio inicio jugueteando con sus lenguas de la forma más obscena, la sáliva escurriendo en las comisuras de sus labios.
En sus cuerpos corrientes eléctricas le recorrían de la cabeza hasta la punta de los pies indicando que la cima del placer culminaría.
Cuatro estocadas fue todo para que Dégel eyaculara dentro de Kardia, todo su semen lo descargó tan profundo que el vientre del omega se inflamó un poco.
La hombría del peliverde se ensanchó creando un perfecto nudo para que finalmente la unión estuviera completa.
El escorpión dirigió su mano a su vientre aún plano ya que tal vez en poco tiempo una nueva vida se iría formando.
Como todo omega la ilusión de tener hijos le ponía de una manera feliz.
Estuvieron abrazandose por varios minutos hasta que el nudo se iba deshaciendo y el escorpión le dio la cara a su alfa.
- Me encantó tu lado pervertido, no creí que tuvieras uno ya que siempre eras tan serio y correcto, lograste ocultármelo bien que ni me dí cuenta de ello. Le guiñó un ojo de forma coqueta, Kardia siempre era así y eso le encantaba ya que no sería tan sumiso cómo los demás omegas.
- Ese lado lo oculté a todos, hasta que él que fuera mi pareja destinada lo sabría pues sólo él tendría el derecho de verlo y lo haría disfrutar de todas las maneras posibles. Una sonrisa de lado con un toque de perversión en sus ojos violetas lograron cautivar más al peliazul.
- Dichoso estoy de ser tu omega y estoy dispuesto a probar todo lo que me ofreces Mí Alfa. Coqueto se le acercó para darle un beso profundo en los labios recalcando las últimas palabras dichas.
Descansaron un rato para después tomar una ducha y comer algo antes de volver a reanudar su encuentro ya que experimentarían nuevas cosas.
Los días del celo se la pasaron de maravilla fornicando hasta el cansancio.
El patriarca Sage avisó a los demás caballeros de oro que por el momento el templo de escorpio se mantendría cerrado el acceso.
La nueva pareja una vez se hizo oficial se les dio a todos la noticia, algunos como Manigoldo y Dohko no se lo creían que su compañero Kardia fuera omega ya que habían apostado al sentirse muy seguros que era alfa mientras Dégel sería un omega dócil.
Estafados se sentían y ahora Asmita, Shión y Albafica les exigían que cumplieran con la apuesta ya que habían comentado que no se fiaran por la apariencia ya que se llevarían una grande sorpresa.
Y sí que se la llevaron al equivocarse apostando con los tres caballeros por demás sabios como lo era Virgo, Aries y Piscis.
Una nueva vida crecía en el vientre de Kardia ya que los síntomas se presentaron en los siguientes días.
El alfa no cabía de la emoción y el omega también ya que deseaba tener una gran familia llena de bellos cachorros franceses y griegos.
Ellos serían los primeros en tener hijos ya que las otras parejas no deseaban por el momento tener descendencia.
Dégel consiente mucho a su escorpión embarazado, con dos meses su vientre se le notaba un poco.
Sus compañeros de armas estaban felices por ellos y Dohko cumplió su apuesta con Shión porque finalmente era hora de que tuvieran un hijo.
En el próximo celo se pondrían manos a la obra para que fuera concebido.
Cumplir cada capricho y antojo de Kardia era agotador para el alfa pero siempre feliz de hacerlo con tal de consentir a sus amores.
En el tercer mes el escorpión tenía un voraz apetito sexual, ésto se debía a las hormonas pero siempre Dégel estaba ahí para complacerlo ya sea por la mañana, tarde o noche.
Meses pasaron y Kardia ya iba en el sexto mes para ésto se sabía que serían dos bebés los que venían en camino ya que el patriarca Sage lo cuidaba mucho debido a su condición del corazón pero hasta ahora no se presentaba ningún síntoma de fiebre.
Las hormonas a veces le jugaban una mala pasada ya que odiaba los cambios de humor.
Un rato se sentía feliz, luego pasaba al llanto para seguirle el enojo.
Cierto día llegó de visita Seraphina junto a Unity su hermano todo empezó bien entre platica y risas hasta que el peliblanco cuando se despidió le dio un beso a Kardia cerca a la comisura de sus labios.
El alfa vio eso y sus celos se presentaron, pero ahí no acabó ya que su amiga también hizo la misma acción que su hermano para ambos salir corriendo riéndose por la travesura.
Con las hormonas a su máxima capacidad el embarazado omega le reclamó a su alfa que no le dio tiempo de contradecir ya que fue hechado del octavo templo y dormir en su respectiva casa zodiacal.
Al siguiente día el peliazul fue en busca de su francés ya que sus pequeños toda la noche no dejaron de patearle el vientre y no pudo dormir bien.
Se disculpó y la reconciliación los llevo a la habitación privada de la onceava casa.
En otra ocasión Dégel no pudo cumplir un antojo de su escorpión y se ganó cinco agujas escarlata en diferentes partes de su cuerpo.
Ó las veces que Kardia hacía berrinches para no comer las verduras que su alfa le preparaba ya que no le gustaban tanto como las manzanas.
Manigoldo y Albafica últimamente frecuentaban a su bello omega.
Sabía que eran amigos los tres pero se llenaba de celos ver como tocan su abultado vientre y miman a su escorpión.
Los alfas son territoriales y posesivos con sus omegas ya que sólo ellos pueden hacerlo.
No podía hacer nada ya que parecería un celoso psicópata.
Así que sólo dejaba salir un largo suspiro para controlarse.
Manigoldo era alfa mientras Albafica un beta, sabía que no corría riesgo alguno ya que su griego estaba marcado pero ya se estaba hartando de verlos a cada maldita hora, minuto y segundos.
¡¡Tocando lo que no es de ellos, con qué derecho lo hacían!!
Debía enfrentarlos en cuánto salieran del templo.
Vio una oportunidad ya que iban a subir a la casa de los peces gemelos interceptándolos entre escorpio y sagitario.
- Ustedes dos que se traen con mi omega?.
Habló demandante el caballero de acuario con la voz de alfa.
Manigoldo y Albafica que iban subiendo los escalones se detuvieron para dar la cara a Dégel.
- No sé de qué hablas. Dijo Manigoldo.
- Tú sabes que Kardia es nuestro amigo. Ésta vez Albafica fue quien habló cruzandose de brazos.
- Son idiotas o se hacen, sé que alguno de ustedes dos me lo quiere arrebatar de mis brazos pero les aseguró que no lo conseguirán ya que él es MÍO yo soy su único alfa. Su enojo se hacía notar por el cambio en la temperatura.
- El único idiota aquí eres tú, ya que tan sólo te imaginas cosas por tus estúpidos celos de alfa territorial, todos son iguales. Dijo escupiendo las palabras el de cabellos celestes.
- Oye!! No insultes a los demás alfas ya que no todos somos iguales que él mi bella rosa. Señaló al peliverde que apretaba sus puños. Y para que te lo sepas Dégel que aquí Albita y yo somos pareja. Con arrogancia soltó el secreto que ambos guardaban celosamente y no se supiera.
- ¿¿Qué??. Acaso escuchó mal.
- Tal cómo lo escuchaste, yo soy el alfa de ésta bella flor. Verdad que si pecesito?. Sonrió el peliañil en dirección de un sonrojado Albafica.
- Idiota, quedamos que eso sería un secreto pero ya qué. Lo fulminó con la mirada. Así es Dégel, éste cangrejo es mi pareja destinada aunque sigo creyendo que es un castigo soportar a Manigoldo por lo imprudente que puede ser a veces. Suspiró "resignado".
- Oh vamos, si nos la pasamos bien ese día que cumplí mi apuesta. Cómo me hiciste grit... mmm. El doceavo guardián le tapó la boca al de cáncer ya que revelaría algo íntimo.
Dégel arqueó una ceja y Albafica le sonrió nervioso.
En un susurro bajo amenazó a Manigoldo, si decía una palabra más le lanzaría una rosa negra en su orgullo alfa.
El peliañil tragó grueso sintiendo el verdadero terror.
Dégel que los observaba atento se dio cuenta que confundió todo.
- Les creó ahora si me disculpan tengo un escorpión embarazado que atender. Se dio la vuelta y emprendió su caminar de vuelta al octavo templo.
Los dos observaron atentos hasta que el cabello verde desapareció, entonces el peliceleste le dio un zape a Manigoldo.
- Auch!! Eso dolió Albita. Se sobaba dónde le dio el golpe su pareja.
- Eres un idiota Mani por poco dices algo íntimo de nosotros. Le reprendió mirándolo molesto.
- Me vas a negar que no disfrutaste tener un alfa gimiendo tu nombre?. Sonrió con picardía el de cáncer rememorando aquel encuentro.
Albafica le devolvió el gesto y de forma seductora se acercó hasta el peliañil rodeando con sus brazos el cuello.
- Claro que lo disfruté y mucho. Pero ese es un secreto de nosotros dos, nadie debe saberlo. Es parte de nuestro juego y estoy ansioso por volver a apostar contigo para que seas mío de nuevo. Se relamío los labios y Manigoldo acortó la distancia para unir sus labios en un beso.
El de ojos violetas siguió cuidando a su escorpión y más ahora que estaba en el noveno mes a punto de nacer sus cachorros.
Los dolores del parto comenzaron en la madrugada alertando al patriarca y Sasha que estaba emocionada por su amigo.
La vestal asistió al peliazul mientras Dégel caminaba de un lado para el otro nervioso.
Pero su diosa logró calmarlo esperando noticias.
Varias horas después la mujer salía con la buena nueva que todo salió bien y que eran mellizos.
La primera en nacer fue una niña y le siguió un niño ambos saludables igual que su madre se encontraba bien.
Con los nombres no había problema ya que con anticipación los eligieron.
Llego al cuarto dónde Kardia descansaba junto a sus hijos, tenía a cada uno en sus brazos.
El peliazul alzó la mirada y éste le sonrió, se acercó para verlos.
Parecían la combinación perfecta de ambos los bebés y los pocos cabellitos en tono azul con mechones verdes.
Circe era el nombre que eligieron por si era niña o Colin si era un niño pero al enterarse que venían dos en camino dejaron que el destino eligiera si serían gemelos o mellizos de distintos sexos o iguales.
Sus pequeños serían su adoración de ahora en adelante.
Por ellos sería capaz de todo porque juró protegerlos, de todo el mundo si es posible ya que los ama tanto y a futuro alejaría los pretendientes que pueda tener su pequeña Circe que junto a Colin los amenazaría.
Porque como todo Alfa cuida de su territorio y lo que más ama.
🍏❄🦂💙❄🍎
Hola espero que haya sido de su agrado éste one-shot con la temática omegaverse que fue el pedido de VictoriaChan862.
Sinceramente es la primera vez que escribo algo cómo ésto y no sé si me haya salido bien 😅.
Acepto críticas constructivas y su opinión es importante para mí.
Ahora que lo pienso utilizaré la temática de mellizos para mi especial de 10k porque en el de 5k tal vez no lo mencioné pero Dégel y Kardia si tuvieron hijos que fueron Milo y Camus.
Así que otro incesto habrá más adelante!!! 😄😉
Sin más me despido.
Atte. Skarlet Antares 🦂❄💙☠
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