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Acuario

Pareja:CamusxMilo
Advertencia:+18
Créditos a @yumitín en twitter









Una de sus fantasías hecha realidad.

Milo portando la armadura de acuario.

Sus pupilas estaban dilatadas por tan magnífica imágen.

Pero ahora deseaba hacerlo suyo ya que era una de las muchas fantasías sexuales que soñaba hacer con Milo pero lástima que sólo eran amigos.

Él lo amaba con todo su frío corazón que se tornaba cálido al lado de ese ardiente escorpión de cabellos alborotados.

Ni en sus locos sueños se imaginaba que por una apuesta ahora vería a su mejor amigo portando su armadura y eso que sólo dijo en broma todo.

Flashback

Era un día normal en el santuario y en la casa de la vasija sagrada dos amigos se encontraban platicando sobre los entrenamientos.

- Lo digo en serio Shura pudo derrotar al loco de Death y eso que dio batalla estando borracho pero igual perdió al quedarse dormido en pleno combate.

Le contaba Milo a Camus ya que por ir a una misión fuera de Grecia se perdió de muchas cosas según a palabras del octavo guardián.

- Jajaja no me esperaba eso, creí que Angelo podía superar sus problemas con el alcohol pero me equivoqué.

- Jajaja y yo no me imaginé que tuviera bien puesto los huevos como para asistir borracho al entrenamiento estando presente Shion, igual tuvo un castigo.

- Jajaja era de esperarse con lo estricto que es el patriarca. ¿Y que más pasó?.

- Pues Afrodita entrenando hizo un berrinche porque lo despeinó sin querer Aioria lanzándole una patada jajaj en verdad que me reí como nunca por el espectáculo.

- Jajaja siempre tan divo piscis no cambia en verdad.

- Yo pude derrotar a Mü, aunque me dio guerra el borreguito pero al final lo conseguí, hasta ahora nadie ha podido vencerme. Alzó su pecho orgulloso de no perder.

- Amigo mío por si no te acuerdas le has ganado a 11 caballeros incluyendo a Kanon y a mí, pero te falta uno.

- Que yo sepa les he ganado a todos.

- No, falta enfrentarte a Aldebarán.

- Oh, el torito será pan comido.

- Él te ganará.

- Ja! ¿Dudas de mi fuerza y agilidad?.

- Eres fuerte y hábil sin dudarlo pero tauro posee el doble de tamaño y el doble de fuerza que tú, eso lo hace un contricante de temer.

- He visto que le han ganado, así que puedo lograrlo.

- No ganarás yo sé lo que te digo.

- Que sí.

- Que no.

- Sí.

- No.

- Sí!.

- No y no ya que mis cálculos no fallan y tú perderas.

- ¿Quieres apostar?

- Me parece bien.

- Si yo gano limpiarás mi templo por un año vestido de maid.

- Acepto ya que te haría un favor en tener limpio y ordenado todo tu cuchitril, pero si yo gano tendrás que ponerte mi armadura pieza por pieza por todo un día sin que nadie se entere de ésto y harás todo lo que te pida.

- Hecho, prepárate para perder Cam. Sonrió triunfante ya que saboreaba su victoria.

- Ya lo veremos escorpión, ya lo veremos. En su mente se dijo <<el que rie a lo último, rie mejor>>.

Cerrarón su trato con un apretón de manos.

Al día siguiente en los entrenamientos matutinos todos ya se encontraban en el coliseo.

Hoy era libre de escoger a tu oponente así que el escorpión sonreía con autosuficiencia.

- Aldebarán hoy seré yo tu oponente.

- Está bien escorpión.

Esperarón su turno hasta que éste llegó.

Se colocarón en posición de combate y Milo ansioso corrió a toda velocidad para taclear al tauro pero grande fue su sorpresa al no moverlo de su posición.

Aldebarán tomó de los brazos al escorpión lanzándolo cerca de las gradas, Camus observaba todo el combate y si sus cálculos fueron correctos su amigo perdería.

Escorpio se levantó sacudiendose el polvo y limpiandose con el dorso de su mano un hilillo de sangre que escurría de la comisura de su labio.

Tauro estaba de brazos cruzados esperando el siguiente ataque, se vengaría de Milo al golpear salvajemente a su corderito, ya que Aldebarán era pareja de Mü y no le gustó verlo golpeado de su rostro y cuerpo.

El octavo guardián impulsivo como siempre corrió y usando su agilidad despistó por un momento a su oponente que lo buscaba por todos lados, golpeó con todas sus fuerzas las piernas del peliblanco pero no logró tumbarlo al suelo, se sorprendió que no funcionara ya que con los demás era fácil.

Una patada recibió y lo mandó a estamparse en una columna, Camus sonreía sútilmente pero la borró de inmediato ya que no deseaba que los demás lo vieran sonreír solo lo hacía con Milo a grandes carcajadas.

Se tocó su abdomen por el dolor y se levantó como pudo.

- ¿Que pasa escorpio? ¿Ya te cansaste?. Dijo el peliblanco con una sonrisa.

- Eso jamás. Apretó los dientes con enojo, el tauro sí que le estaba dando más trabajo que con sus otros compañeros que los derrotaba fácil.

No perdería, ya que deseaba ver a Camus vestido de maid porque era una de sus fantasías perversas con su amigo o mejor dicho el amor de su vida porque sí amaba a Acuario desde hace tiempo.

Cambió su estrategia para tratar de tumbar al suelo al grandote y solo lo lograría golpeando diferentes partes de su cuerpo y así lo hizo pero a Aldebarán no le afectaba en nada esos ataques a su persona, tan solo le hacían cosquillas.

Su pecho subía y bajaba por el cansancio, daba golpes en diferentes partes pero no lograba moverlo ni un centímetro de su posición.

Aldebarán harto del juego le mandó su ataque Gran Cuerno que Milo ya no pudo esquivar tan solo se protegió con sus brazos cruzados pero de todas formas no sirvió de nada ya que lo mandó a estamparse contra otra columna que se hizo trizas y éste quedó noqueado por el impacto.

Tauro fue el ganador del combate y el primero en derrotar al griego.

Camus se acercó al inconsciente de su amigo y lo cargó como costal de papas llevándolo a su templo para que se recuperara de los golpes.

Los otros siguierón entrenando excepto ellos.

Ya en el octavo templo lo depositó en su cama, la sonrisa de Camus era de oreja a oreja ya que ganó la apuesta.

- Perdiste amor mío duerme porque en cuánto te recuperes cobraré mi apuesta.

Le dejó un casto beso en los labios al inconsciente escorpio, se quedó cuidandolo hasta que éste despertó e hizo un berrinche de los buenos al ver la cara burlona de Camus y saber que perdió ante el tauro, adiós racha invicta.

Fin Flashback

Los próximos días se recuperó de los golpes sufridos hasta hoy que cumpliría su apuesta.

Ahora se autoregaña por ser impulsivo en todo pero era su naturaleza por su constelación.

Subió al onceavo templo de mala gana y Camus lo esperaba en la entrada de brazos cruzados pero feliz, se adentrarón a los aposentos privados de acuario para que nadie viera lo que iban a hacer.

Tal como dijo el peliagua se colocó pieza por pieza de la armadura costándole un poco de trabajo.

Camus tenía poca masa muscular ya que era delgado pero Milo tenia mucho músculo y eso le complicaba el ponérsela.

Pero con mucho esfuerzo pudo hacerlo, faltaba la diadema que se la colocó mal en su cabeza.

- Muy bien Milo, ahora date la vuelta. Ordenó Camus que estaba sentado en su cama.

- No quiero. Éste gruñó pero se cruzó de brazos negándose.

- Perdiste la apuesta y tienes que cumplir tu palabra, quedamos que si ganaba harías lo que te pidiera así que es una ordén que debes acatar.

- Ash!. Se dio la vuelta.

No perdió ningún detalle, la falda de la armadura no tapaba bien el redondo trasero moreno y eso que poseian la misma estatura pero no se podría decir lo mismo en masa muscular, su cuerpo igual estaba trabajado pero no como el de Milo.

- Muy bien, ahora gira de forma lenta sobre tu mismo eje. Escuchó otro gruñido salir de su amigo pero acató la ordén girando.

Camus se deleitó al ver como su armadura se entallaba perfectamente al cuerpo de aquel dios griego.

Sonreia gustoso por la vista.

- Podrías sacar tu aguja escarlata y verme de forma intimidante. Milo le dirigió una mirada asesina pero en ese momento su uña carmesí salía a relucir.

- Quiero que hagas poses sexys. Le sonreia Camus a Milo para tranquilizarlo ya que estaba molesto pero no con su amigo sino consigo mismo por perder y es que queria ganar para ver a su Cam vestido de sirvienta haciendo limpieza mientras él se deleitaba con la mirada.

Pero eso no pasó ya que perdió y ahora su amigo era quién disfrutaba de esa apuesta.

Hizo todas las poses sexys que se sabía y una mordiendo su uña carmesí mientras cerraba un ojo de forma coqueta hacia la dirección del onceavo guardian.

Un calor abrasador invadió el interior de Camus, se levantó de la cama para ir hacia el escorpión.

- Espera, te colocaste mal mi diadema. Con el pretexto de su casco se acercó lo suficientemente cerca del rostro de Milo.

La cercanía de sus rostros tenía nervioso al de ojos azules, sus labios estaban en la misma altura y sentía el aliento caliente de Camus chocar contra ellos.

- Listo ya quedó. Le dedicó una sonrisa sin apartarse mucho, vio el rostro sonrojado de Milo.

Sus ojos zafiros se encontrarón con los violetas, no podían apartarse la mirada y como si fuera un imán atrayendo el metal se besarón de forma lenta cerrando sus ojos en cuánto sintieron el contacto.

Un hormigueo los recorrió a ambos.

El beso les supo a gloria separandose a los pocos minutos, volvierón a mirarse y como si se hablaran con la mirada unierón sus labios de nueva cuenta en un beso francés.

Sus lengüas jugaban entre sí viendo quién ganaba la batalla, sus cuerpos por instinto caminarón hacia la cama dónde se dejarón caer sin separar sus labios.

Jadeantes se separarón a falta de aire en sus pulmones, un hilillo de sáliva los unía aún.

Pero ya no podían seguir callando más ese amor que desde hace tiempo sentían el uno por el otro.

- S'agapó.

- Je t'aime.

Dijerón al mismo tiempo en sus lengüas madre y se vieron con ternura ya que sabian lo que significaba.

- Te amo Camie.

- Yo te amo más Milie.

Volvierón a besarse con pasión y amor, Camus en un ágil movimiento quedó arriba colocandose entre las piernas del escorpión, la temperatura en la habitación aumentaba.

La chispa de la pasión se encendía en sus cuerpos buscando un contacto más intimo.

Camus bajó sus besos por la perfecta quijada griega, su rostro siempre le encantó ya que parecía cincelada por el mejor escultor, la piel acanelada que contrastaba con la suya.

Quitó la parte inferior de la armadura para poder tener acceso al cuello mordiendo la piel y dejando chupetones, a Milo le gustó esa sensación gimiendo.

Ese sonido fue música para los oídos del peliagua, quitó de un tirón la playera para seguir besando esa suave piel.

Bajó a los pezones jugando con ellos su lengüa haciendo circulos en esos botoncitos que al sentir la sáliva se endurecierón, los mordió suavemente arrancando más gemidos en su amante que se retorcía debajo suyo.

Siguió su camino besando el abdomen marcado que subía y bajaba preso de la excitación del momento, se detuvo en el ombligo donde volvió a meter su lengüa pero ahora simulaba embestidas, la erección de Milo se hacía más notorio y eso Camus se dio cuenta.

Quitó la falda de su armadura, viendo como en el pantalón verde ajustado estaba húmedo por el líquido pre-seminal.

Sonrió de lado al ver el gran bulto, imaginándose el tamaño de ese pene.

Antes de bajar el pantalon para dejar al descubierto ese miembro, quitó las botas que cubrían hasta arriba de las rodillas tan solo dejó la parte de los brazos y su diadema en Milo.

Sin que nada le estorbe para poder admirar todo ese sensual cuerpo, bajó de un tirón el pantalón con ropa interior incluida.

El enorme miembro quedó al descubierto mostrándose en todo su esplendor y Camus se relamió los labios al ver ese gran trozo de carne que se comería.

El peliagua rodeo con su mano el pene del peliazul masturbandolo, sin esperar más se lo llevó a su boca sintiendo el sabor salado del pre-semen que ya salía.

La longitud del miembro le dificultó que se metiera fácilmente a su boca pero no le importaba nada tan solo sentirlo tan profundo en su garganta.

Sus manos se aferrarón a los muslos morenos para tener dónde sostenerse, comenzó a mover su cabeza de arriba, abajo, su lengüa hacía su labor adentro lamiendo toda la base del tronco.

Las manos por instinto se aferrarón a los cabellos aguamarina marcando un ritmo rápido, sentía un enorme placer al sentir como su pene era succionado de forma deliciosa, sí que esa lengüa hacia maravillas, sentir como su pene era rodeado por esa cálida y húmeda cavidad bucal lo tenía en el mismo olimpo.

Gemía de forma ronca y para buscar más contacto movió su cadera, el ojivioleta por poco se atraganta aguantando las arcadas pero no detuvo su labor.

Sus testículos eran masajeados, su pene se hinchaba más dentro de la boca del onceavo guardián y al ser consciente que le follaba la boca a su Camus los espasmos se hacían presentes anunciando que pronto eyacularía.

Su quijada se entumecía y para que se viniera pronto mordió la punta del pene, arrancando un gutural gemido en su amante que alzó la cadera preso del orgasmo y Camus saboreó todo el espeso semen tragándolo gustoso.

Su pecho subía y bajaba, Camus se colocó de nuevo entre las piernas de Milo y miró de nueva cuenta ese rostro de dios griego.

Sacó su lengüa invitando a su amado a darle un beso obsceno y él aceptó complaciendolo, sintió su propio sabor y eso volvió a excitarlo, su miembro aún seguía semi erguido pero con ésto una nueva erección crecía.

Ese beso encendió más la chispa de la pasión buscando un contacto más íntimo, Camus lamió tres de sus dedos dirigiendo el primero en la entrada de Milo, éste al sentir la intromisión sus músculos se tensaron.

- Mon amour quiero que te relajes para que ésto no te sea incómodo, al principio duele pero luego te gustará y pedirás por más. Le dio un beso en su frente para tranquilizarlo.

- Está bien ángel mío. Suspiró por su boca tratando de estar tranquilo, su cuerpo poco a poco se relajó.

El dedo se movía haciendo circulos, al cabo de unos minutos el segundo ya estaba dentro haciendo movimiento de tijeras dilatando más la entrada, el tercero se introdujo simulando embestidas para ese entonces Milo movía su cadera en busca de más contacto.

Los retiró y su pareja gruñó disconforme, rió bajito por esa acción en su escorpión pero le daría algo mejor.

Volvió a besarlo en sus labios antes de voltearlo boca abajo alzando su cadera, dio un par de nalgadas en cada glúteo y eso encendió el líbido en el peliazul que movía su trasero de forma sugerente.

Camus se deleitó con la mejor vista de ese trasero y su pene dio una punzada de dolor ya que deseaba estar dentro.

Una lámida rápida en su entrada y poco a poco se fue adentrando entre esos anillos de carne que lo apretaban tan rico.

Tan pronto todo su pene estuvo dentro de ese cálido lugar esperó que su pareja se acostumbrara.

Éste dio luz verde al mover su cadera, dio la primer estocada lenta pero profunda así por varios minutos.

- Caaaamie... m-muevete más... más rápido... mmm.

- Oui mon amour. Respondió en francés para acatar el pedido por su amado moviéndose más rápido.

Milo se aferraba fuerte a las sábanas mordiendo la almohada para acallar un poco sus gemidos.

Sentir como el miembro de Camus entraba en lo profundo de su ser le gustaba, esa experiencia era única que la volvería a repetir todos los días si era posible.

La cama estaba desordenada por los movimientos rápidos de cadera del peliagua, sus pieles perladas en sudor, el aroma del sexo se olía en la habitación y el chocar de sus cuerpos le daban un toque erótico al ambiente  donde los amantes se aman.

Con su mano apartó el cabello azul de Milo para hacerlo a un lado y besar el cuello así como toda la piel a su alcance.

- Oh si Camus, ahí justo ahí... sigue no te detengas y parteme en dos!!!. Fue el grito de Milo al sentir como su próstata era tocada constantemente.

Su pene estaba erguido y clamaba por sentir una caricia pero no podía hacerlo él mismo ya que sus manos estaban ocupadas en aferrarse a la sábana.

- Tócame amor. Fue la petición entre gemidos de Milo.

- Claro petit. Una mano dejó de aferrarse a la cadera para dirigirlo al miembro de su amado.

Rodeó la base con su mano empezando a masturbarlo al ritmo de sus embestidas.

Jadeos, gemidos era lo que se escuchaba en la habitación.

Una corriente eléctrica los recorrió a ambos de la cabeza a la punta de los pies anunciando el eminente orgasmo.

- Me... me vengo Cam.

- Yo igual mon amour.

- Juntos?.

- Siempre.

El ritmo aumentó en los embistes y en la mano que masajeaba el pene del peliazul.

Milo derramó su esencia en la mano y parte de la sábana soltando un gran gemido, Camus al sentir que su pene hinchado era apretado por la cavidad anal de su amante terminó dentro de él de forma abundante al mismo tiempo que ese blanco y espeso líquido resbala entre sus dedos.

Se dejarón caer en la cama exhaustos, el peliagua encima del peliazul sin ponerle todo su peso para no aplastarlo.

Regulando sus respiraciónes se acomodarón mejor en la cama, Milo quedó de lado viendo a su amado acuario que se lamía la mano que tenía su semén.

- Eres delicioso Milo. Se relamió los labios de una forma sensual y viendo pícaro a su escorpión que estaba rojo hasta las orejas.

- Idiota. Su cara ardía por la vergüenza.

- Sí, pero soy tu idiota al que amas. Lo jaló para que quedara recostado la cabeza de su amado en su blanco pecho.

- Eso no lo niego. Dijo acariciando el torso del peliagua.

- Me encantó ganar la apuesta.

- Y yo que deseaba vencerte para verte vestido de maid haciendo la limpieza en mi templo, mi vista se hubiera deleitado con semejante belleza gala.

- Si pero desgraciadamente perdiste, pero puedo cumplirte tu fantasía de verme vestido así amor mío.

- En verdad?.

- Claro amor y podrás hacerme lo que quieras.

- Cuándo llegue ese día no te dejaré ir de mi templo ya que serás una deliciosa tentación que me comeré a mordidas.

- Con gusto dejo que me secuestres si es posible.

- Como te verías vestido con mi armadura de escorpio?. Se perdía en su mente al tratar de imaginarselo.

- No lo sé, hay que ver si me veré tan sexy como tú teniéndolo puesta. Volvió a quedar encima de él para ver lo azul de sus ojos y acariciar su rostro con ternura.

- Me cumplirás esa fantasía de verte portando mi armadura?.

- Esa y todas las que se te ocurran corazón. Lo besó en los labios.

- Hasta vestido de manzana?.

- Si.

- Te amo.

- Yo igual, con todo mi corazón.

Se abrazarón para descanzar quedándose dormidos al instante.

Quién lo diría que por una apuesta terminaran confesando su amor y cumplir la fantasía de Camus que era ver a Milo portando la armadura de Acuario.

El amor que se tienen es intenso como la pasión que hay en su interior, de ahora en adelante la pareja disfrutará mucho de esos juegos para cumplir sus fantasías que guardaban muy celosamente en su interior.





🦂❄💙🦂❄💙





Hola mis bellos lectores esperó sea de su agrado éste one-shot que culpando la imágen de arriba me tentó a escribirlo.

Creo que de ahora en adelante las pobres armaduras quedarán traumadas por los jueguitos pervertidos de sus dueños 😂😅😆.

Sin más me despido, nos leemos en la próxima.

Atte. Skarlet Antares ☠❄🦂💙

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