Capítulo 6 (Envueltos en sábanas)
Ambos descubrían diferentes facetas del contrario, la sutileza de Camus era muy diferente a Kardia.
Con un poco de pena desabrochaba el pantalón de vestir de Degel, pero había notado que su miembro pedía a gritos que lo liberaran de ese apretado lugar.
Ahora era el turno de Camus para jugar, se levantó para colocarse frente a Degel y aventarlo en la cama, ansiaba ahora probar ese elixir, con un poco de inexperiencia lo llevó a su boca, pocas veces tuvo el gusto de hacerlo y eso era porqué Milo lo tomaba de su cabeza y metía su miembro en su boca. Ahora era algo muy diferente, nadie lo estaba forzando, podía hacer lo que se le viniera en gana.
Con la punta de su lengua recorría el falo del contrario saboreando ese líquido transparente que lo cubría.
Aunque ya también ansiaba tenerlo dentro.
Con sus manos comenzó a jugar con él, también miraba como Degel perdía la cordura, cuando comenzaba a repartir besos en toda la parte baja del vientre de su maestro.
Se llevó a su boca ese miembro cubierto de líquido preseminal, Degel se levantó un poco para observar las travesuras que le hacía Camus, a manera tierna tomó sus cabellos para tener una mejor vista, verlo completamente desnudo devorando todo su falo lo excitaba más.
— C... Camus — Susurró intentando controlar su respiración — No creo aguantar... más — Respondió con voz ronca.
Camus no dejó su labor ni un solo momento, de pronto sintió ese elixir caliente llenar su boca. Las últimas gotas resbalaron por sus labios.
Degel se levantó completamente de la cama y con su dedo le quitó aquellos últimos residuos y nuevamente lo besó con pasión desenfrenada, sus húmedas lenguas se entrelazan entre ellas, exploraban más allá arrancando suspiros y gemidos.
Las manos de Degel recorrían sin pudor esa piel nacarada de la cual ya era dueño, tan solo bastaba un roce para despertar sus deseos más placenteros.
— No sabes cuánto he ansiado esto — Susurró re lamiéndose los labios mientras lo acomodaba con sutileza sobre su cama.
De manera repentina terminó de despojarse de su pantalón, acarició su despierto miembro y se agachó para tomar de una vez por todas lo que ambos querían, ser solo uno.
La ropa tirada en el suelo, entre aquellos juegos y roces el reloj marcaba las diez de la noche.
El celular de Degel sonaba a cada rato, eran llamadas constantes de Kardia pero ambos no le daban la más mínima importancia.
— No sabes lo precioso que te ves así esta noche, más de lo que cualquiera imaginará... quiero experimentar, no solo esta ocasión, sino siempre...— Le confesó mirando sus ojos cargados de deseo y después nuevamente bajó, con su lengua comenzó a delinear esa estrecha entrada que pedía a gritos sentir el palpitante falo del contrario.
Camus sentía su cuerpo estremecer, entre las caricias y palabras coquetas de Degel nublaban por completo su mente, sabía como encender el libido, no necesariamente llegar a meter su miembro y ya.
Ese juego de palabras y caricias le hicieron responderle mientras sentía la lengua del contrario invadir su interior...
— Sigue... Sigue tocándome... Mi cuerpo y mi alma ahora te pertenecen — Gimió arqueando su espalda, había perdido completamente la cordura.
Degel al escuchar eso dejó su labor un momento y nuevamente se colocó sobre su amante para besarlo y morder ligeramente sus labios. Un hilo de saliva se dejaba ver después de separarse lentamente mientras Degel se perdía en esa mirada tierna del joven de cabellos rojizos.
— Entonces... Dame la oportunidad de que seamos uno, tus deseos deben de combinarse con la mía... Ahora ambos nos pertenecemos — Susurro sin dejar de ver esos ojos que ahora solo lo miran a él..
Camus dejó escapar un gemido al sentir la piel del contrario rozar con la suya completamente.
Degel tomó su miembro y lo fué introduciendo lentamente en ese obscuro lugar, Camus escondió su rostro en la cabellera verde aferrándose a la espalda de Degel.
Repartía pequeños besos para distraer un poco el dolor por la intromisión, poco a poco esas estrechas paredes se amoldaban perfectamente en su miembro. Nuevamente se apropió de los labios del joven adentrándose a la lujuria y el deseo.
— ¡Ahh..! — Dejó escapar un gemido entre ese apasionado beso.
— ¿Te lastimé? — Susurró Degel preocupado, porqué era la primera vez que lo hacía de esa forma, tomando el lugar como activo.
— No... — Contestó Camus sonriendo, tus palabras hacen que pierda completamente el dolor.
Al escuchar esto Degel comenzó a moverse de manera lenta, el interior de su amado lo apretaba de una manera tan excitante que podía sentir esas paredes estrechas, le hubiera gustado haber sido el primero en tomar su virginidad, su entrega hubiera sido de esta misma manera tan sutil, sin embargo ambos se conocieron en momentos muy distintos pero eso no era impedimento que ambos siguieran disfrutándose claro si Camus aún quería seguir el juego.
Un juego que los terminaría llevándolos a quererse y amarse...
Camus no sentía dolor, la forma en la que lo trataba Degel hacía completamente que ese dolor se volviera placentero.
Sus cuerpos comenzaban a sudar, sus cuerpos pedían más roces entre ellos, Degel salió lentamente del interior de su amado para probar otra posición una que le permitiera susurrarle al oído sus más profundos deseos.
Se colocó detrás de él, levantó su pierna del joven y fué introduciendo lentamente su falo nuevamente en ese sitio que se amoldaba perfectamente a su alrededor.
Aún sosteniendo la pierna comenzó a dar movimientos mientras que su otra mano se encargaba de rodear su cuello para atraerlo más a él, en esa posición podía decirle hasta las cosas más prohibidas que se le pudieran ocurrir...
— Se me hará mucho más difícil... Verte de frente en las clases — Susurró cerca de su oído sin romper ese vaivén, sentía su cuerpo temblar por cada palabra que le decía, pero realmente era su sentir, Degel se desconocía totalmente, una faceta que jamás había demostrado.
— Ah... Ahora me tiene — Gimió justo en el momento que su profesor bajó su pierna y colocó su mano sobre su cintura para hacer los movimientos más repentinos.
— Seré el dueño de tus labios y quien toque tu piel...
Si, ambos ya perdieron completamente la cordura. Solo querían que esto no acabara.
Unos movimientos más, los gritos y sonidos que inundaban aquella habitación cada vez se hacían más fuertes, la cabecera de la cama de Degel golpeaba con la pared.
Si bien afuera estaba lloviendo, para ellos fué el momento ideal para dejarse llevar, despertando completamente el deseo que se tenían y que por timidez jamás decían nada.
Y pensar que todo esto se dio por aquellas fotos que Camus envió por error.
— ¡Oh Degel! — Gritó Camus cuando las manos de su profesor tocaban su vientre, después subían a su pecho, con sus dedos jugaba con sus pezones erectos sin romper el vaivén.
Camus hizo su cabeza para atrás, Degel dejaba besos en su cuello aún en esa posición.
— Camus... — Gimió justo en el momento en el que liberó toda su esencia dentro de Camus. Al sentir esa calidez en su interior no pudo evitar terminar en aquellas sábanas blancas que cubrían la cama, manchando esa zona.
Degel lentamente salió poco a poco también salía esa esencia blanquecina también, tomó a Camus en sus brazos mientras ambos trataban de controlar la respiración.
Nuevamente se unieron en un beso de manera tierna.
Se cubrieron con las sábanas, Camus poco a poco comenzaba a cerrar sus ojos mientras se acomodaba en los brazos de Degel.
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Buenas tardes personitas bellas, hasta yo misma me sorprendo subiendo capítulos constantes de esta historia, pero a veces cuando ya tengo listo el capítulo, algo me dice súbelo y bueno aquí está la otra parte de esta entrega.
Un abrazo los quiero mucho 🥰🥰🥰🥰
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