No entendía porqué había llegado de esa forma, por más que intentaba ceder ante sus caricias no soportó el olor desagradable a alcohol. Rápidamente se llevó sus manos cubriendo su boca y salió corriendo hasta el baño después de experimentar náuseas nuevamente.

Ese lugar a obscuras Degel buscaba inútilmente a Camus, en cuestión de tan solo unos escasos segundos se le había escapado de sus brazos.

— ¡Camus!

Pero aquel joven de cabellos rojizos se encontraba con las manos apoyadas en el lavamanos.
Esperó unos momentos para que aquella sensación se calmara un poco, cuando se sintió mejor trató de tomar un poco de aire y salió para buscar a su maestro antes de que hiciera alguna travesura en ese estado.

— Degel... ¿Me puedes decir donde rayos estás? — Gritó buscándolo en la inmensa obscuridad tratando de ver donde se encontraba.

Sacó su celular para encender la función de la linterna que viene integrada y comenzó a buscarlo por toda la sala.
Ahí se encontraba sentado en la orilla del sofá dispuesto a darle otro trago más a la botella con la que había llegado a su casa.

— ¡Degel, deja eso! — Exclamó Camus quitándosela de las manos, después tomó su camisa con rudeza para preguntarle de u a vez por todas que le había pasado para terminar de esa forma.

— Ahora si ¿Me puedes decir porqué llegaste así a mi casa? — Cuestionó señalando su ropa desaliñada.

— No lo sé... Ahora dame eso — Respondió Degel intentando hablar pero no podía a causa de lo que había tomado.

— No te lo daré, es más... Yo me ocuparé de esto — Camus nuevamente tomó aquella botella de alcohol y con pasos rápidos se acercó a la puerta para abrir; agradecía el hecho que estaba lloviendo y no había luz y justo a tiempo mucho antes de seguir escuchando los reclamos de Degel, aventó lo más lejos que pudo aquella botella causante de todo ese nauseabundo olor.

— ¡Camus porqué lo tiraste! — Exclamó Degel intentando mantenerse de pie pero solo lograba mantener unos cuántos pasos y después buscaba la manera de apoyarse en la pared.

— ¡No Degel! Ahora quiero una buena razón del porqué llegaste en este estado a mi casa — Gritó Camus molesto cerrando la puerta de un solo movimiento.

— Yo creo que es muy obvio ¿No? — Le respondió en un tono muy serio, lentamente se acercó a él para poder tomarlo de la cintura pero Camus se negó rotundamente alejándose de él.

— Si veniste a verme, más te vale que tomes un baño... El olor que desprendes me da nauseas.

Tomó de la mano a su querido maestro y  con pasos lentos lo fue guiando hasta su habitación, tal y como él lo había hecho aquella ocasión cuando lo fue a ver a su casa.
Con la única diferencia que no está ebrio.

— Aún no entiendo que pasó contigo... ¿Cómo es posible que llegaras así.

Mientras escuchaba a su querido alumno se llevó una mano a la cabeza, intentando recordar como fue que llegó de esa manera, sus prendas parecían como las de un mendigo de la calle.

Flashback

Después de haber tomado las llaves de su auto y con el ligero sabor de vino mezclado con el whisky en su boca comenzó su travesía para llegar a la casa de su belleza escarlata.

Mientras manejaba y escuchaba música en el auto, intentaba tratar de pensar en otra cosa que no fuera aquel beso que le causo mucha molestia.
Las calles eran muy solitarias a esas horas de la noche, unas fuertes ráfagas de viento acompañado de las primeras gotas de la lluvia caían sobre su parabrisas.
En ese momento se le ocurrió la idea de pasar a una tienda que se encontraba justamente en la esquina, de esas que abren las veinticuatro horas.
Estacionó su auto y se bajó para comprar unos chocolates y así llevárselos a Camus pero sus planes cambiaron totalmente cuando se encontró con un caballero un poco más alto que él de cabellos largos azules.

— ¿Deuteros? — Cuestionó Degel acercándose con cautela colocando su mano sobre su hombro.

En ese momento aquel joven moreno se dio la vuelta después de pagar la botella de vodka y se encontró con ese joven que lo había mencionado.

— ¿Degel?

— ¿Qué estás haciendo a estas horas de la noche en la tienda? — Preguntó mientras los dos se hacían a un lado de la caja de cobro para no estorbar a los demás clientes que esperaban su turno en la fila.

— Me da gusto verte Degel, después de que llegaste aquí a Grecia ya no te volví a ver.

— Lo mismo digo Deuteros, aunque no entiendo porqué estás comprando alcohol a estas horas de la noche — Respondió Degel señalando la botella que llevaba en sus manos aquel moreno.

— ¡Ah! Esto... Vine a comprarlo pero ya me voy a la casa de mi hermano — Después de decir esto se llevó una mano a su cabeza.

— Hay muchas personas en la caja esperando su turno... ¿Qué te parece si te llevo a tu casa? Cuando regrese espero que ya no haya mucha gente.

En ese momento Degel le hizo una señal para que su amigo lo siguiera, lo llevó hasta su auto y esperó que se subiera del lado del copiloto.

Mientras el francés manejaba, Deuteros le platicaba la mala relación que llevaba con su pareja.
Degel no pudo evitar sentirse de la misma manera, llevar una relación donde ambos se esconden de sus parejas lo hacía pasar por muchas dudas, entre ello era el enojo y coraje que pasó en la tarde al ver a su belleza escarlata en brazos de su pareja.

La voz de Deuteros lo sacó de sus pensamientos.

— Asmita llegó del viaje de su trabajo con varios hematomas, dice que tuvo un accidente y se cayó.

— ¿De verdad?

— Si, eso dice él... Aunque mi hermano me dice que soy un imbécil que abra muy bien los ojos, quizá me engaña pero... Me niego a aceptar la realidad.

Mientras el joven profesor escuchaba sus penas, Deuteros había destapado aquella botella.
Los minutos transcurrían, aquella plática se tornaba un poco más abierta donde confesaban sus pesares, la botella llegaba a la mitad del contenido.
Cuando llegaron a la casa del hermano mayor de Deuteros, Degel lo ayudó a bajar ya que la luz de la ciudad se había ido en su totalidad, seguido de la lluvia que tornaba con más intensidad.

Después de dejar al moreno en la puerta de la casa, con pasos torpes intentaba llegar a su auto pero no se dio cuenta que al intentar llegar a su auto, el nivel del agua de la lluvia había tapado en su totalidad la calle y no se podía diferenciar hasta donde terminaba la banqueta.
En ese preciso momento pisó mal cayendo en el gran charco de agua quedando en mal estado.

— ¡Oh genial! Lo que me faltaba.

Se levantó del suelo y se subió en su auto de nuevo. Intentó buscar su celular pero no lo encontró.

— Cierto... Lo dejé en la sala antes de salir.

Con una sonrisa encendió el motor, miró que Deuteros había dejado la botella en el asiento y le dio otro trago más.

— Yo... Dije que vería a Camus... Y eso haré.

Aquel joven profesor ya tenía aateriormente algunas copas de vino mucho antes, un trago de whisky y ahora le había sumado el vodka.
Una gran combinación para perder la razón mucho más rápido.

— Y si no me abre... Ahorita tiro la puerta.

Se dijo a si mismo tomando camino con dirección a la casa de su belleza escarlata...

Fin flash back.

Camus buscaba entre sus cosas algunas velas para poder iluminar su habitación, era un hecho que haría que Degel se diera un buen baño sumando a ello que no toleraba el olor que desprendía, estaba haciendo un mayor esfuerzo por soportar aquel nauseabundo aroma.

Por fortuna tenía dos velas aromáticas en un  cajón, encendió una para llevarlo hasta el baño y el segundo lo dejo en su habitación.

— Más te vale que aquí me esperes Degel... Iré a buscar algunas prendas que mi papá no use. Las mías no te quedan.

Le respondió en un tono amenazante, salió de la habitación iluminándose con la lámpara de su celular mientras que Degel se quedó sentado en la orilla de la cama intentando deshacer el nudo de su corbata.
Era un hecho que sus ropas ya no tendrían solución...
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Buenas noches personitas bellas, les dejo otro capítulo más de esta historia que me gusta mucho 😅😅
Sé que les dije que subiría dos capítulos pero mejor subo el siguiente cuando tenga listo una pequeña sorpresita que mandé hacer y ya mero terminan.

Así actualizo el siguiente capítulo y les comparto algo que sé que les gustará 💖💖
Sin más me despido y mientras a seguir con las demás historias 🥰🥰🥰 les mando un abrazo.