Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 47 🚘

Narra Mikhail.

Termino de enviarle el mensaje a Oleg, recordándole que necesito que esté sobrio para el plan, y me acerco a Megan cuando sonríe en mi dirección. Se acaban de ir los novios a su luna de miel, por lo que ya nosotros también nos vamos.

—Así que tú debes ser Mikhail —dice la señora, quien ya sé que es la madre de Megan. En toda la tarde evité estar con ellos, pero Megan me ha pedido hace un rato el presentármelos. Asiento y sonrío, tomando su mano cuando me la ofrece.

—Un gusto conocerla, señora Harper. Su hija me ha contado mucho de usted —miento de forma experta. La mujer sonríe, viendo a Megan agradecida.

—Espero que puras cosas buenas —comenta, retirando su mano y riendo suavemente.

—Por supuesto —continuo con mi mentira.

—¿Y dónde van a quedarse? —pregunta Megan, tomando mi mano para cortar con la conversación.

—Aún no tenemos un hotel. Llegamos directo a la boda, nos cambiamos en el avión. Pero buscaremos un hotel cerca —responde el hombre. A él lo conozco, pero dudo que recuerde quién soy. Lo vi un par de veces en reuniones con mi padre cuando aún vivía allá.

—Tenemos suficiente espacio en nuestro apartamento —suelta Megan, haciendo que, no solo yo, sino también su padre, madre y hermana, preguntemos al mismo tiempo:

—¿Qué?

Megan pasa saliva, viéndome un momento.

—Pueden quedarse con nosotros, ¿cierto? —susurra tímida.

—¿Viven juntos? —pregunta su madre, no dejando que yo responda. Elevo la mano de Megan con la que sujeta la mía y dejo un beso en su dorso sin ver a sus padres.

—Eres dueña del apartamento tanto como yo, americana, no tienes que pedirme permiso para que se queden —prometo, aunque por dentro estoy deseando que entienda que no los quiero ahí.

Es más, nos los quiero aquí.

Quiero que se regresen de una vez a Malibú porque de tenerlos más tiempo aquí, querrán saber todo de mí y su padre terminará descubriendo quién soy. Cuando lo sepa, ¿quién me asegura que no me toque asesinarlo también por querer alejarla de mí?

Serían demasiados a quienes matar y ya con mi padre es suficiente.

—Viven juntos —dice ahora su hermana. Mariah. Por fin me fijo en ella. Es la primera vez que la veo y la barriga que tiene me hace creer que puede ser de Connor, pero no pregunto.

—Desde hace varios meses, de hecho —acepto.

—Sí, y estoy segura de que va a encantarles. Tiene una de las mejores vistas de toda la ciudad —promete Megan, sonando bastante emocionada. La veo y sonrío por verla radiante, aunque aún tiene sus ojos un poco rojos.

—Me encantaría conocer tu hogar, mi niña —admite su madre, tomando la mano libre de Megan. Suelto la que yo tenía sujeta y tomo mi celular del bolsillo.

—Le pediré a un escolta que venga por ustedes —aviso y me giro para no hablar delante de ellos, pero escucho claramente cuando Megan le explica a su madre que tenemos varios escoltas.

Claro que tenemos varios escoltas. Desde lo de Emma no me confío de nadie. Incluso, para hacer la boda en este lugar y que ella fuera quien lo decorara, mandé a instalar cámaras en cada esquina y entrada. Por supuesto que me tocó pagar una millonada al hotel para que aceptaran, pero no hay nada que el dinero no compre. Y si existiese algo, el poder lo adquiere.

—Listo, ya está resuelto. ¿Quieren cenar algo antes de ir al apartamento? Seguimos aprendiendo juntos el manejarnos en la cocina —admito ante la risita tonta de Megan. La última vez que intentamos hacer una de las comidas de Lorena, terminamos llenos de salsa para carnes y follando en el suelo.

—Me imagino. Yo estoy bien, no sé los demás —dice Mariah, viendo cómplice a su hermana. Los demás también pasan de la cena, por lo que salimos juntos del hotel y esperamos unos minutos a que Moisés llegue con la camioneta.

—Irán justo detrás de nosotros —les dice Megan, señalando el auto donde ya Joseph se encuentra esperando con la puerta trasera abierta. Todos asienten y nosotros nos giramos—. Lo siento, se me salió solo. Me pongo muy nerviosa cuando los veo porque hace mucho no lo hacía y Mariah siempre fue la perfecta. Ahora, pues, no es como que todo le haya salido perfecto, ¿cierto? —pregunta, hablando muy rápido y agitando sus manos igual de rápido. Río, tomando su cintura para que suba sobre mí.

—No pasa nada, americana. Mientras pueda arrancarte ese maldito vestido que me tiene con la polla dura y follarte con rudeza en cada parte de nuestra habitación, no me importa que escuchen qué tan bien te hago gritar —confieso. Sus mejillas se ponen rojas y muerde su labio con fuerza.

—Acepto. Es más, lástima que el camino sea tan corto, porque tengo unas ganas de follarlo aquí, ruso malhablado —admite, sonando más que sexy con ese tono de voz que ha empleado. Mi polla salta de ansias.

—Te follaré aquí si repites algo así —advierto. Ríe con ganas.

—No lo creo capaz —me reta. Alzo una ceja y la bajo de mis piernas, abriéndolas de una vez y metiéndome por dentro de su vestido hasta que doy con un jodido liguero que me hace gruñir.

—Con que liguero, eh —musito, estirándolo con mis dientes. Se estremece y jadea mi nombre—. Veremos si estás tan necesitada como la primera vez, americana —musito, moviendo su tanga y posando de una vez mi lengua en su coño.

No pasa igual, pero no debo hacer nada, solo lamer dos veces y después chupar con fuerza, para que se corra sin parar, mojando todos mis labios por sus fluidos. Cojo sus piernas cuando intenta cerrarlas luego de haber limpiado todo su orgasmo, impidiendo que me saque.

—Quiero más de uno —declaro y vuelvo, ahora sí, al ataque real en su coño. Maldice en ruso, lo que me pone la polla peor todavía. Cojo sus pliegues con mis labios, chupando, estirando, lamiendo y jugando hasta que un segundo orgasmo me estalla en la cara y lo limpio de igual forma, perezosamente, prolongando aún más.

—No más, por favor —suplica. Sonrío, estirando una última vez sus pliegues y haciendo que se estremezca para salir de entre sus faldas y verla. Está perfecta así con los labios entreabiertos, la respiración irregular, sus mejillas rojas y sus ojos lujuriosos.

—Si no los hubieras invitado, te follaría al entrar —prometo solo para provocarla, tirando de sus labios con mis dientes. Gime.

Río y salgo del auto, dándome cuenta de que ya hemos llegado, para ofrecerle desde afuera mi mano. Me place notar cómo está temblando al aceptarla. Su familia también sale de la camioneta y todos comenzamos a caminar juntos al interior del edificio.

—Espero les guste. Lo hemos decorado juntos —confiesa Megan al entrar al apartamento y este encender sus luces en automático con nuestra presencia.

—Es precioso. Y muy grande —acota su madre, caminando directo hasta los ventanales que dan con la vista directa de la ciudad.

—En realidad, lo compramos solo por la barra —suelto, viendo solo a Megan que se pone del color de los cojines del sofá.

—¿Y qué tiene la barra? —pregunta su madre de forma inocente. Megan comienza a toser y yo río bajo al ver a su hermana acercarse para ayudarla con unas palmadas.

—Es perfecta para comer directamente de ella..., sin platos —añado, viendo a Megan verme con el mismo deseo en sus pupilas.

—¿Sin platos? —replica su madre, sonando bastante indignada. Río.

—Sin platos ni cubiertos —prometo, queriendo decirle que a su hija me la como ahí, más que cualquier otra comida.

En mi casa no tengo barra o mesa de comedor, pero bueno... De que usamos la cocina más que para cocinar, la usamos, jajajajajaja.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro