Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 31 🚘

Narra Megan.

—¿Vas a decirme la verdad? —pregunta Mikhail, mientras yo estoy masacrando mis uñas con mis dientes, al ver cómo sacan a todos del antro y ha terminado de llamar a Oleg para contarle. Lo veo.

—¿Qué verdad? —musito cómo idiota porque no pensé que se la llevaría.

Connor dijo que solo debía distraer un momento a los escoltas para él hablar con ella. HABLAR, NO LLEVÁRSELA.

¿Qué demonios haré ahora?

—¿Me ves cara de ser idiota, Megan? Sé que has tenido que ver en esto. No estarías tan tranquila sabiendo que no está en buenas manos —me acusa. Cojo aire.

—Con...

—¡¿Dónde está mi mujer, Mikhail?! —grita Oleg, apareciendo. Doy un brinco por su grito y me echo hacia atrás al ver cómo toma a Mikhail por las solapas.

—¿Y yo qué mierda voy a saber, joder? —revira Mikhail, posando sus manos sobre las de Oleg para bajarlas, pero este no lo hace.

—Tu misión era cuidarla, no perderla. Si K no aparece, tu cabeza será lo único que podrán enterrar, Mikhail —advierte Oleg. Contengo el aliento, pero no reacciono, solo lo hago y me pongo junto a Mikhail.

—Fue mi culpa, yo distraje a Mikhail para que me follara en el baño —miento. Mikhail gruñe y Oleg lo suelta, fulminando con la mirada.

—Te dolería más que me meta con ella, así que, o aparece mi mujer, o tío tendrá un regalo con el que entretenerse —advierte. Chillo, cubriendo mi rostro cuando Mikhail atesta su puño directo en el rostro de Oleg.

Enseguida dos de los escoltas toman a Mikhail.

—¡No te atrevas a amenazarme, maldita sea! ¿Por qué mejor no le enseñaste de respeto a ella para que no se fuera con el primer maldito que se at...?

No puede seguir hablando porque Oleg aprovecha que está sujeto por esos hombres y golpea su estómago con su mano cerrada.

—¡No! —grito e intento acercarme al verlo darle más de uno, pero no sé quién me toma por la cintura desde atrás, impidiendo que siga caminando.

—Ni se te ocurra decir algo más de mi mujer, Mikhail.

—Ni tú amenazarme de nuevo con la mía, Oleg —revira Mikhail en un siseo furioso, sosteniéndole la mirada a Oleg. Paso saliva, las lágrimas se derraman por mis mejillas sin pedir permiso.

—Tú sabes quién la tiene, ¿cierto? —pregunta Oleg de pronto, girando para señalarme. Veo a Mikhail con la cabeza gacha y luego a Oleg.

—No —miento y él gruñe.

—Averigüen si el maldito de Connor entró a la ciudad de algún modo. ¡Y lo quiero para ya, joder! —grita. Enseguida todos los hombres comienzan a correr a la salida, soltándome a mí y a Mikhail, que enseguida se acomoda su traje.

Corro hacia él y lo abrazo.

—Si descubro que miente, tendrás que elegir a qué serle fiel, Mikhail, si a ella o mí —advierte Oleg. Me estremezco cuando Mikhail coge mis hombros y me aleja con brusquedad.

—Dime la verdad, americana. ¿Qué tienes que ver en todo esto? —cuestiona. Su mirada ya no es azul como el mar, ahora es oscura, furiosa, peligrosa...

—Yo solo. —Callo, pero brinco con su grito:

—¡Dime ya, maldita sea!

—¡Yo solo quería ayudar a Connor! —grito en respuesta, pero cubro mis labios al entender lo que he hecho. Mikhail me mira mal—. Lo siento, no se suponía que se la llevaría —musito, bajando las manos y la cabeza para ver mis lágrimas caer en el suelo.

—¿Qué hiciste, americana? —pregunta, pero ya no suena molesto, ahora suena derrotado. Alzo la cabeza y lo veo frotarse el rostro.

—¿Vas a decirle la verdad? —pregunto, temblando ligeramente porque no sé lo que Oleg sería capaz de hacerle a Connor de saber que está con K.

—Si los encuentra él, los matará —promete. Jadeo de dolor y me acerco de nuevo a él, cayendo de rodillas.

—Por favor, te lo suplico, no permitas que eso pase. Ellos se aman, por favor —ruego, aferrando mis manos a su camisa sin dejar de llorar.

—Levántate, maldita sea —sisea, tirando de mis manos para que me levante. Limpia mis lágrimas, pero es inútil porque nuevas lágrimas salen—. No vuelvas a arrodillarte ante mí, americana. Ni ante mí ni ante nadie. No te quiero ver de rodillas nunca más —ordena.

Quisiera decirle que me ve de rodillas cada vez que se la chupo, pero entiendo que no es el momento, por lo que solo asiento y él suspira.

—No le diré, pero quiero toda la verdad. Y si sabes dónde están, necesito saberlo también —zanja. Niego con la cabeza y vuelve a verme mal.

—No sé dónde están. Connor me dijo que solo hablaría con ella, no me dijo que se la llevaría, así que no sé dónde están —insisto. Contiene el aliento.

—Oleg va a saber que voló hasta aquí. Y cuando sepa eso, no se quedará tranquilo hasta encontrarlo —promete. Paso saliva.

—No quiero que mueran —musito, bajando la cabeza cuando se aleja.

—Debiste pensarlo antes de apoyarlo con toda esta mierda. ¿Desde cuándo estás planeando separarlos? ¡Es el maldito esposo de tu hermana, joder! —grita.

Arrugo el rostro porque odio que me grite, pero más odio que lo que me grite sea verdad.

—¡Un esposo que no la ama, Mikhail! ¿Te gustaría casarte con una mujer que no te ama? ¿Te gustaría que me casaran con un hombre que no me ama, estando enamorada de otro? —cuestiono. Me mira mal.

—Así es esto. Debió negarse, pero no fue lo que hizo. ¿Crees que son los únicos que son obligados a casarse sin amor? A ti podría pasarte lo mismo. El día de mañana tu padre podría querer aliarse con otra familia poderosa y podría prometerte a su hijo, y tú tendrías que obedecerlo —zanja. Niego con la cabeza, ya sin lágrimas derramándose por mis mejillas.

—Te equivocas, Mikhail. Dejé de pertenecerles a mis padres cuando cumplí la mayoría de edad. Me casaré con el hombre que ame y me ame, no con cualquiera que quieran imponerme —prometo. Ríe con gusto, con algo a lo que no le encuentro gracia alguna.

—Eres tan ingenua, americana —declara. Hago puños mis manos.

—¿Qué hay de ti? ¿Dejarías que me case con otro hombre que no seas tú? —suelto, pero me arrepiento enseguida de mi pregunta cuando sus ojos ya no lucen ni furiosos ni confundidos, sino decididos.

Odio que mi corazón se achique al creer que están decididos a hacerlo.

—No se trata de lo que yo quiero o dejaría que pase, americana —dice. Cojo aire, asintiendo a lo loco para no volver a llorar y me giro.

—Bien, entonces ya no hay nada más que hablar, Mikhail. Sin embargo, que sepas que estoy orgullosa y no me arrepiento de haber ayudado a Connor porque, al menos él sí está seguro de que ama a K y no le importa hacer locuras por amarla —zanjo y comienzo a caminar, pero sus siguientes palabras me detienen.

—¿Te gustaría que Oleg se metiera entre nosotros para separarnos? —cuestiona. Lo miro por encima de mi hombro.

—Es lo que hizo, ¿o lo olvidas? —reviro, recordándole cuando me hizo pasar los peores días por su desprecio.

—No, no fue lo que hizo. La diferencia entre tu plan y el suyo, es que, en su plan, tu vida feliz era su objetivo, en tu plan, desgraciar su vida es el tuyo —decreta y pasa por mi lado, caminando más rápido hasta salir.

Arrugo el rostro, pero mi celular vibra en el bolsillo de mi short y al sacarlo y leer el mensaje de Connor, sonrío porque, al menos una de las dos, logrará ser feliz con quien ama.

Ay wey, pobrecitos mis bebés y Oleg.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro