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Orgasmo doloroso

Abrir una puerta sin que te den permiso y encontrar al hombre con que te vas a casar sentado en un sofá con UN HOMBRE encima, donde sus manos estaban en un lugar muy evidente, fue un verdadero shock para Iris. Mal suceso para empezar el día. Apenas podía sentir que podía respirar cuando una mano se enrollo en su brazo con fuerza desde atrás.

Luca sabía que este descuido le iba a costar caro. Conociendo que Jinsu, el nuevo amo de su jefe estaba allá dentro era de esperarse que algo como lo que estaba ocurriendo se desarrollara. Aunque él se impresiono también pues bien sabía lo escrupuloso que era Víctor con su espacio de trabajo.

-Luca- la voz de su jefe era grave mientras apretaba la cabeza de Jinsu con su mano contra su cuello para no dejar en evidencia lo que ocurría- Sácala de aquí, ahora-

Y Luca reconoció ese maldito brillo en los ojos. Con su fuerza saco a la mujer que comenzaba a chillar y que el fuera regañado tanto por su jefe como por el vampiro quieto en el regazo de este.

Victor nunca se imaginó que Iris fuera a llegar del extranjero de repente ya además que se presentara así. Él no tenía paciencia para tratar con ella. Era una mujer realmente hermosa, no lo podía negar, con bastante poder económico, relaciones y con un porte que le permitiría a cualquier hombre sentirse honrado de tener una esposa así a su lado. Más ella no le satisfacía ni emocionalmente y mucho menos de forma sexual.

Tener sexo con ella era de las experiencias que él podía pasar por alto y hasta olvidarse, no por gusto sus encuentros los podía contar con una sola mano. Simplemente estaba con ella porque era la mujer adecuada para fortalecer su imperio así como lo que se podía llamar la prometida perfecta. Como siempre, su prioridad era su imagen. Aunque ahora la situación era completamente diferente.

Él ya no era un simple humano. Debido a su unión con Jinsu su vida se prolongaría lo mismo del vampiro y al igual que Luca que ya tenía 500 años él podía aspirar a eso y más. Además, como esclavo sabía bien que sus sentimientos y atención se centrarían específicamente en Jinsu como su amo. Era inevitable. Por lo que relaciones externas, no creía que ni el mismo Jinsu las permitiera, bien era sabido lo posesivo que eran los vampiros con sus esclavos.

Como ahora que tuvo que apretar los labios con fuerza para no soltar un sonoro grito de dolor provocado por los colmillos que tensaron la piel bajo ellos. La mordida de Jin se había hecho más férrea y las oleadas de dolor comenzaron a azotar su cuerpo sin mesura. Si, el vampiro estaba molesto y tenerlo pegado a su yugular como que estaba en un problema.

El humano jadeó e intentó quitárselo agarrándolo por los hombros pero sus manos fueron sostenidas otra vez contra el sofá. Definitivamente no estaba siendo una experiencia placentera. Victor estaba temblando y su piel se cubría de una ligera capa de sudor. Poco a poco estaba entendiendo porque los esclavos se rendían a sus amos, pero él no era sumiso como ninguno de ellos.

-Suéltame de una maldita vez- gruñó pero tuvo que cerrar los ojos estremeciéndose ante una nueva ola.

Jinsu no se estaba conteniendo. Definitivamente tendría que tener cuidado cuando permitiera que lo mordiera. Era notable que la fuerza del pequeño cuerpo fuera superior a la suya aunque quisiera ignorarlo, pero era una realidad.

Pronto no fue un jadeo lo que soltó de sus labios, sino un gemido ¿Qué? Y no había sido de dolor. Bueno si, había dolido pero por qué demonios estaba ¿duro? De nuevo.

Volvió a gruñir pero Jin solo lo aferró más al sofá dejando que su cuerpo se recargara al suyo. Victor podía oír como el vampiro tragaba su sangre y aunque se estaba sintiendo débil era más el calor que se acumulaba en su cadera lo que lo estaba volviendo loco.

No, todo menos eso.

Más no pudo evitarlo. Un gemido abandonó su garganta cuando un inesperado orgasmo lo azotó haciendo que todos sus músculos se tensaran. Dejó caer la cabeza hacia atrás con la boca abierta intentando obtener aire mientras se estremecía.

Habiendo obtenido lo que deseaba Jinsu sacó lentamente sus colmillos de su cuello sabiendo lo que provocaba en los humanos y se relamió sonriente.

-te encanta cabrearme esclavo- su voz sonaba ronca y satisfecha. Agarró la barbilla de Victor y le hizo alzarla hasta que sus miradas se encontraron. Sus ojos eran completamente rojos- Te dije que no jugaras conmigo- inclinó la cabeza -¿Quién es esa perra?- sonó dominante.

Victor jadeaba, su pecho subía y bajaba y se manchaba por la sangre que corría de las heridas sin cerrar de su cuello. No podía moverse, su cuerpo estaba completamente entumecido

-No…te…importa- frunció el ceño dándose cuenta que casi no podía ni hablar ¿Qué le había hecho?

Jinsu que no estaba de muy buen humor dejó que la sonrisa en su rostro se desvaneciera. Uno de sus dedos se posó en el centro de la garganta de Victor y el collar de este se iluminó bajo su toque.

-Aun si quiero patearte el culo y no nos llevemos precisamente bien te dejaré algo claro. Soy un vampiro sangre pura y por lo tanto muy dominante. Si tienes la intención de llevar a esa puta a tu cama te aconsejo que no lo hagas, puede ser que sea la única noche de ella- se inclinó hacia su oído- Ahora que estoy lleno no soy tan débil-

Cuando se enderezó estaba sonriendo y sus ojos cambiaban de color.

-Gracias por el desayuno esclavo. Ahora me retiro a trabajar después de llevarte al orgasmo mediante el dolor- recorrió la mejilla del hombre mareado debajo de él- No te sientas avergonzado, que los humanos se vuelvan sumisos y que le guste el dolor es parte de la naturaleza primitiva de un esclavo-

Se levantó ágilmente de las piernas de Victor, se limpió la sangre que estaba en el borde de  su labio y se lamió el dedo. Se acomodó la ropa y se puso sus exagerados espejuelos.

-Nos vemos jefecito- y salió por la puerta dejando a un Victor que apenas se podía mover, con la sangre en su cuello, la ropa como quiera y una mancha húmeda en medio de su pantalón.

En su mente el humano ya pensaba como se iba a des cobrar pero ahora había algo que realmente lo estaba preocupando ¿Realmente se había corrido mientras le dolía? No, negativo. Ese no había sido él.

***
Luca se levantó de su silla viendo a Jinsu salir de la oficina y tragó en seco ante el brillo de los ojos de este. Le cortó el camino y se le enfrentó.

-¿Qué le has hecho?-

Jinsu sonrió y tocó el pecho de este más tranquilo de lo que él humano se esperó.

-¿Yo? Nada, no le hice nada. Simplemente creo que será divertido ver cómo mi esclavo se transforma en lo mismo que tú- su mirada se desplazó hacia la marca roja que rodeaba la muñeca de Luca y que este escondió rápidamente dándose cuenta a que se refería.

El secretario abrió los ojos y entró rápidamente a la oficina de su jefe.

-Buena suerte con eso- le gritó Jinsu y se giró encontrándose, cuando dobló, a la mujer que había entrado sin aviso.

Ambos se miraron de arriba abajo y el vampiro tuvo que reconocer que ella tenía clase y era muy elegante. De perra no tenía nada pero bueno, nunca se sabía. Simplemente de ella provenía un olor que de pronto le pareció familiar aunque no podía recordar donde. Sacudió la cabeza y siguió de lado.

Una vez de vuelta a la oficina se centró en sus tareas. Quería terminar su trabajo lo antes posible para poder descansar. Victor no había dado una directriz de la solución que más le había interesado pero Jinsu no había pasado por alto lo que más le había llamado la atención por lo que trabajó en ellos. Horas más tarde escuchó algunos murmullos en la oficina y alzó su cabeza de la wacom. Se restregó los ojos algo agotados del esfuerzo y vio a Victor salir pasar por delante de ellos, con la muy perra enganchada de su brazo.

¿Acaso el tipo no había aprendido?

Inconscientemente Jinsu apretó la pluma digital en su mano hasta que esta se partió en dos. Un sentimiento extraño se formó en su pecho y juró que sus colmillos comenzaban a descender más largo de lo normal. Podía pelear con Victor. Su relación, después de todo no era de oro, pero él era su esclavo y por lo tanto era suyo. No permitiría que nadie se lo quitara.

Bajó la cabeza para que su estado no fuera notable y fue entonces que escuhó los comentarios.

-Vaya, ella es realmente hermosa.

-Claro que buscaría a nuestro Presidente-

-Están hechos el uno para el otro-

-Oye- Jinsu le preguntó al hombre sentado en la mesa frente a él-¿Quién es ella?-

El hombre estaba rojo debido a la vergüenza de ver a una mujer tan hermosa y elegante pasar muy cerca de él.

-Ella es Iris Stanfort, la heredera del Imperio Stanfort y además…la prometida del presidente-

Una vena palpitó en la sien de Jinsu.

-¿Prometida?-

Y por qué mierda él no sabía nada.

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