Nuevo esclavo
Jinsu corría para esconderse en el jardín. No quería ser encontrado y perder contra su padre en los escondidos. Pocas veces este tenía tiempo de jugar con él. El joven vampiro tenía una sonrisa que apenas mostraba sus pequeños colmillitos en desarrollo.
Escuchó los pasos de su padre que se acercaban a su dirección, maldito buen olfato que tenían.
-Jinsuuuuu- su padre le decía de forma relajada- Te voy a encontrar. Sé que estás cerca.
Lo mejor de ese juego es que su padre sabía dónde encontrarlo además por el vínculo de sangre entre ellos, lo divertido era escapar y no ser atrapado. Jinsu se cubrió la boca contenido una carcajada y salió corriendo de su lugar alejándose.
Sus piernas eran tan pequeñas que tenía que correr mucho para igualar las grandes zancadas de su padre. Pero no perdería. Su madre le había prometido una sorpresa si lograba ganarle esta vez. Y con lo competitivo que era...
Miró hacia atrás para saber si era seguido cuando chocó contra algo que gritó bajo su peso al caer sobre este. Jinsu sacudió su cabeza y se incorporó rápido.
-Lo siento, estás bien- se encontró que estaba sobre el cuerpo de un joven algunos años mayor que él, con el cabello castaño claro y los ojos marrones muy oscuro, lo más destacable de su rostro era un lunar debajo de la esquina derecha de su labio.
El chico sacudió la cabeza
-Si lo siento...- su voz quedó trancada en su garganta al ver con quien había chocado- Joven amo Lord Jinsu, disculpe, no era mi intención interrumpir su camino. Lo siento, lo siento.
Jinsu alzó sus manos en son de paz.
-No pasa nada, yo tampoco estaba mirando- Jinsu le dijo con una sonrisa y se levantó estirando su mano para ayudar al más grande, pero este simplemente no la tomó y se levantó solo.
-Lo siento, por favor no diga nada- el joven parecía nervioso.
Jinsu no entendía su comportamiento.
-¿Eres nuevo?- el chico asintió y cuando el vampiro fue a hablar de nuevo fue agarrado por las axilas desde atrás y levantado- Ah.
Gritó ante el susto, pero reconoció rápidamente quien era al ser acomodado entre sus brazos.
-Al fin te atrapé- la voz de su padre era gentil y armoniosa. Jinsu sonrió.
-Perdí- había un deje de decepción.
El joven frente a ellos los miró a los dos y tras pedir disculpa simplemente se dio la vuelta y salió corriendo. El vampiro adulto lo vio irse.
-¿pasó algo?
-Mientras corría choqué con él, pero nada más- Jinsu envolvió sus bracitos alrededor del cuello de su padre- No lo había visto antes.
-Llegó hace poco nuevo personal a la mansión. Creo que él es uno de los tres jóvenes que ayudarán en las labores del jardín y establos. Lo comprenderás dentro de unos años cuando tengas que controlar todo esto.
-No quiero, para eso los tengo a ustedes- se abrazó a su padre- y padre no le digas a mami que me agarraste o no me dará la sorpresa- hizo un puchero.
EL vampiro se puso pensativo.
-No sé... eso tendré que pensarlo- le sonrió levemente
Jinsu hizo su puchero más grande y le dio un sonoro beso en la mejilla.
-¿Y ahora?
Su padre soltó una sonrisa y lo abrazó más fuerte.
-Esa forma de manipular tuya la heredaste de tu madre.
Jinsu inclinó la cabeza mostrando todos sus dientes con una sonrisa...
Sonrisa que fue borrada mientras el fuego quemaba todo lo que estaba delante de él. Su cuerpo agarrado con pesadas cadenas, con el rostro surcado de lágrimas y la piel llena de heridas.
Su garganta desgarrada de gritar por sus padres mientras había sido arrastrado alejándolos de él. Ahora ellos se quemaban al igual que las maderas de la mansión.
Él... había sido el único sobreviviendo de la mansión... y... y aquel chico ahora mucho más adulto que se había detenido delante de él, como líder de todas las personas que los habían atacado. Su mirara prepotente oscura desde arriba que brillaba peligrosamente, la sonrisa de superioridad.
Jinsu nunca había comprendido cómo los hechos se habían desarrollado así. Él y su familia siempre se habían mantenido al margen, ayudaban incluso a la gente del pueblo cercano, para ser traicionados de esa forma.
Y el rostro de ese joven con el que había chocado cuando pequeño, había estado frente a él en su peor momento después, se convirtió en su peor pesadilla durante todos los episodios dolorosos que siguieron.
No hubo una tortura donde su rostro no apareciese, no importaba si había sido solo espectador o hasta el mismo torturador. Él... siempre daba la primera orden... hasta que su maestro lo rescató.
****
Jinsu sentía que su cuerpo se enfriaba y comenzaba a temblar.
A diferencia de lo que muchos podían pensar no era de miedo. Más bien era como si cada parte de él recordase por todo lo que había pasado y reaccionara así de forma natural. Dio un paso atrás temblando con el cerebro completamente en blanco.
Solo sabía una cosa... tenía que salir de ahí ahora mismo.
-Lord Jinsu, ha pasado un tiempo que no lo veo, bastantes años para ser precisos- Ellien se corrió el cabello hacia atrás, aunque los mechones de este volvieron a acariciar su frente- No ha cambiado nada.
-Tú tampoco- Jinsu no supo de donde salieron esas palabras, pero sus ojos se abrieron muy grandes.
Espera, cómo era posible aquello. Ellien... era humano. Lo era mientras le hacía todo aquello en el pasado, entonces.
-Eres un esclavo- dijo de forma lenta y pesada.
Ellien sonrió para después soltar una carcajada.
-Por eso siempre eras el centro de atención. Aún mantienes la habilidad para leer el ambiente e instruir todo por ti mismo. Me ahorras los comentarios.
Jinsu tenía la boca tensa y después gruñó con solo pensar que el maldito que le había hecho aquello aún estaba vivo. En el pasado había jurado que se vengaría de él, pero después de que su maestro lo había salvado habían pasado muchos años y de seguro había muerto cuando salió de nuevo a la luz. Estaba muy equivocado.
-¿Qué demonios haces aquí?- apretó la correa de Speicer a su lado. Había notado que el perro había gruñido pero segundos después había bajado la cola y temblaba, aunque intentaba aun así protegerlo.
-Oh, ese perro me es muy familiar- Ellien sonrió- Ah sí verdad ya me acuerdo- se metió las manos dentro de la camisa y sacó un collar donde brillaban dos cosas largas y blancas... eran...
Los colmillos de Speicer.
-Tú...- Jinsu gruñó sonoramente.
-Mi amo me dio ese, pero era muy desobediente así que tenía que disciplinarlo, pero nunca aprendió. Que estafa de familiar.
Jinsu se puso delante de Speicer para mantener alejarlo a pesar de que él mismo temblaba ante la presencia del antiguo humano, ahora familiar. Y por su presencia no era un amo débil. No le importaba quien fuera. No tenía intenciones de meterse con él.
Matarlo sería una opción, pero eso involucraría meterse también con su amo y su vida tranquila terminaría de golpe. Él era fuerte pero el amo de Ellien ahora... lo era mucho más que él. Eso no terminaría bien y además... ahora no solo correrían con las consecuencias él.
A lo largo de los años había aprendido que la venganza no era algo que se pudiera llevar fácilmente y mucho menos en alguien como Ellien.
Jinsu vio como Ellien miró por encima del hombro como si alguien lo estuviese llamando. Suspiró y después le sonrió.
-Fue un placer encontrarnos de nuevo Lord Jinsu. Le puedo asegurar que nos encontraremos de nuevo.
-No te atrevas- Jinsu gruñó amenazadoramente- O no mediré mis acciones aun si estamos rodeados de humanos. Ahora no es como antes.
Ellien no parecía inmutarse.
Realmente no me importa el ambiente, solo estoy feliz de verte nuevamente, quizás podamos jugar como en el pasado.
Fue demasiado. Los recuerdos y el dolor por el que había pasado nubló su juicio ¿juego? Para Jinsu eran los momentos más traumáticos de su vida que aún le daban pesadillas. No eran un puto juego.
Sus ojos se volvieron completamente rojos y sus garras salieron y arremetió contra Ellien con intenciones de desgarrar su cuello. A la mierda lo demás. Él no tenía tanta paciencia para aguantar.
Ellien no se movió, mantuvo su rostro tranquilo mientras Jinsu se acercaba a él cuando una sombra se puso delante de él, lo envolvió y simplemente se dejó consumir.
La garra de Jinsu cortó el aire y los restos de sombra dejándolo completamente solo en medio de la calla. El vampiro jadeaba con todo el cuerpo empapado en sudor y abrumado en temblores. Apretó los labios para no gritar, pero no pudo contener las náuseas y vomitó ahí mismo.
Todo pasaba en su cabeza tan rápido y no podía creer que la historia se volviera a repetir. Sintió la cabeza de Speicer a su lado lamiendo su mejilla.
Los ojos de Jinsu volvieron a la normalidad, aunque su expresión no era buena.
-Lo siento- Jinsu lo abrazó. El cuerpo del perro no había estado bien cuando Victor lo había traído y ahora se podía imaginar todo lo que había pasado su familiar a manos de Ellien. Ahora lo comprendía. El dolor de ambos era muy parecido.
Se aferró más al perro aunque no era suficiente. Sentía que necesitaba a Victor en esos momentos. Y mucho. Antes se había quedado solo, pero ahora... ahora...
No lo pensó cuando sacó su celular y le marcó...
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