No te vayas
El puchero de Jinsu era tan grande, junto a sus ojos húmedos de lágrimas que parecía más un niño grande haciendo una pataleta que un vampiro que tenía bastantes años. Victor delante de él punteaba el suelo con el zapato y los brazos cruzados sobre su pecho.
-ya te dije que son tres días.
-Dos, no, mejor uno, mejor aún, no te vayas- Jinsu repetía apretando entre sus dedos el borde de su pullover.
-No voy a tener esta conversación contigo otra vez. Llevamos toda la mañana en lo mismo- Victor resopló cansado y no era solo por intentar convencer al vampiro de no colarse en su maleta e irse de viaje con él.
Si fuera otro momento lo llevara, pero no ahora cuando podía ser un punto vulnerable y usarlo para chantajearlo. Además, no sería de vacaciones sino un campo de guerra. Ya había visto como Jinsu se ponía rodeado de tanta gente. A dónde iba el estrés lo mataría.
-Pero... pero...- Jinsu apretó los labios mirando hacia el suelo. Su flequillo cubría su expresión frustrada. Por más que había insistido Victor no había cedido.
-Bueno, bueno- Eugene, que hacía un rato había llegado para recoger a Jinsu se acercó a ellos y se puso al lado de la pareja. Inclinó la cabeza alzando una ceja, estudiando a los dos- No seas tan duro con tu amo. Si no quieres que vayas no es por capricho ¿verdad?- los orbes de él se centraron en Jinsu, de tal forma que este alzó la cabeza ante la presión de su mirada.
El vampiro menor asintió levemente tragando en seco. Eugene daba miedo cuando estaba serio.
-Ves estúpido Victor, tu amo está preocupado por ti. No quieres que vaya porque su instinto le dice que algo va a pasar. Es normal.
-¿Y acaso yo soy adivino?- Victor le espetó cambiando el tono en dirección a Eugene.
-No, eres estúpido- Eugene le soltó y se acercó a Jinsu rodeando su cuello con su brazo y pegándolo a él- te explico para que esa pequeña cabeza entienda.
Victor se apretó el entrecejo arrepintiéndose de pedirle a Eugene que cuidara a Jinsu. Ahora se preguntaba si estaba a salvo de la mente retorcida del vampiro, o mínimo lo influenciaba. Jinsu de por sí ya era bastante... complicado e indomable.
-A ver, ilumíname- soltó
Eugene chasqueó la lengua.
-Nosotros los amos tenemos en sexto sentido para saber cuándo habrá problemas cercas, lo único es que no sabemos si para el mismo amo, o para es esclavo, por eso no nos solemos separar por demasiado tiempo, además del tema de la sangre. Y que conste que yo tampoco quiero que te lleves a Luca.
-Son solo tres días- Victor se masajeó el cuello- Haré todo rápido para ver si puedo volver más rápido ¿bien? ¿contentos los dos?
-No- Eugene siguió reprendiendo- Pero al menos eres consciente que debes mover el culo.
Jinsu apretaba los labios tanto que estaban blancos. Realmente no había formado muchas escenas para irse con Victor, pero es que realmente no sentía que fuera buena idea separarse de él y menos cuando hacía poco se habían hecho amo y esclavo. Su corazón palpitaba y con el paso de los minutos se ponía más ansioso, eso no era normal en él.
Había estado tanto tiempo solo... y acaso ahora no podía separarse del humano. Qué ironías de la vida.
Victor cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás.
-Realmente me pregunto todos los días en que me he metido- suspiró y se incorporó para caminar hacia Jinsu- Ven.
Le dijo en tono demandante y lo agarró de la mano para arrastrarlo con él al estudio cerrando la puerta dejando solos a Eugene y Luca que se miraron.
-Ellos dos como que todavía tienen que trabajar en algunos detalles- Eugene se acercó a Luca y se puso de puntillas para envolver sus brazos alrededor de su cuerpo- En ese tiempo recuerdo que cuando te decía algo simplemente lo hacías sin replicar. Eras realmente lindo.
Luca pestañeó lentamente
-Todavía lo hago-
Eugene soltó una carcajada y le besó la mejilla.
-Tienes razón. No me replicas- le dejó un beso rápido en los labios- Victor debería aprender mucho más de ti. Con lo fuerte que es el pequeño Jinsu estoy seguro que si se molesta lo hará morder el piso. Lástima que es demasiado bueno para ello. Lo sigo diciendo Victor no se merece a alguien tan lindo.
Esta vez fue Luca el que gruñó y Eugene alzó una ceja.
-Oh, se le olvidaba, no te gusta que llame a alguien lindo además de ti- mostró sus colmillos en una sonrisa pegándose más contra él- Por eso me gustas tanto.
Los brazos de Luca envolvieron su cintura y pegó sus labios a los de su amo. Mientras tanto Victor cerró la puerta detrás de su espalda y la apoyó encarando al vampiro que había soltado delante de él. No sabía por qué había hecho eso ahora mismo no sabía que decirle.
Consolar no era su mejor don.
-¿Y bien? ¿Qué es lo que quieres? Te dejaré pedir una cosa menos que me quede- tenía dinero así que podía comprarle cualquier cosa para saciar su capricho mientras él no estaba. También dejarlo simplemente así, con la cara que tenía en ese momento Jinsu le hacía sentirse realmente mal- Así que quita esa cara. No quiero tener a Eugene llamándome cada cinco minutos porque estás depresivo.
En otro momento Jinsu le hubiera vaciado la cuenta bancaria, aunque ya lo había intentado y era por gusto dada su tipo de cuenta. Ahora... lo que menos él quería era eso.
-Yo... quiero un abrazo- fue lo que pidió.
Victor se quedó sin aire mirando al vampiro con la boca abierta.
-¿Un qué?
-Victor bobo, que quiero un abrazo. De que me vale que me compres algo si al final te vas a ir tres días y me vas a dejar aquí botado. Ni siquiera hemos podido tener sexo porque siempre nos están jodiendo la vida.
-No te estoy dejando botado. Incluso te vas a llevar a Speicer y a tu peluche para la casa de Eugene. No puedo dejarte aquí solo después de lo que pasó- protestó de nuevo Victor- Y no toques el tema del sexo. Como vamos, voy a tener que comprar una isla desierta para poder hacerlo sin que algo mágicamente pase.
JInsu aun tenía un enorme puchero en los labios. Actuar de esa forma infantil... a conciencia no era lo de él. Solo estaba dilatando el momento. Victor tenía responsabilidades y él sabía lo que era eso. En el pasado muchas habían recaído en sus hombros.
-Un abrazo- volvió a decir casi en un susurro- Es lo único que quiero.
Victor suspiro y desenroscó sus brazos que hasta el momento los tenía doblados sobre su pecho. Los abrió ligeramente y Jinsu entendió. Se acercó a él y abrazó el torso de Victor enterrando su cabeza en el pecho de este. Lo apretó un poco, pero Victor no se quejó.
-No seas tacaño, abrázame- murmuró contra su pecho, aunque Victor ya estaba llevando desde antes sus brazos a esa posición.
-No me des órdenes- dijo envolviendo los brazos alrededor del cuerpo de Jinsu y se percató que, aunque su condición física había mejorado en comparación al inicio, aún su cuerpo era pequeño. Quizás no tan delicado como el de Eugene, pero si mucho más estilizado en comparación con él suyo. Aunque bien sabía él lo fuerte que era su amo.
-Me tienes que llamar todas las noches antes de dormirte. Y cuando te levantes- le dijo Jinsu- y no es un pedido, es una orden.
Victor chasqueó la lengua mientras su mano se desplazaba e inconscientemente comenzaba revolver el cabello del mayor.
-Voy a estar ocupado con el trabajo.
-Entonces lo haré yo.
Victor se demoró en responder.
-Has lo que quieras.
Jinsu sonrió y restregó su rostro contra el pecho de él. Victor era de palabras rudas y duro de convencer, así que solo debía irse por otra vía y lograba lo que quería. Solo que esta vez no pudo hacer que no se fuera. Minutos después ya estaban de nuevo en la puerta.
Luca tenía la maleta en una mano y una nevera con hielo en la otra con la sangre para Jinsu. Speicer tenía agarrado a Toby sobre su lomo y lo mantenía firme con la cola y Jinsu sentía que sus piernas no se podían mover.
-Te voy a quemar el celular sino me respondes cuando te llame.
-Ya me lo dijiste- Victor miró hacia Eugene- Que no le pase nada.
Eugene hizo una mueca de prepotencia.
-¿Con quién crees que estás hablando? Como si le fuera ocurrir algo cuando yo estoy cerca- agarró la mano de Jinsu- Vámonos que tú y yo tenemos que hacer cosas divertidas- y lo comenzó a arrastrar hacia afuera
Divertidas, divertidas divertid...
La palabra resonaba en la cabeza de Victor hasta que este reaccionó.
-Oye, ni se te ocurra usarlo en esas cosas que haces tú, y menos con tus juguetes.
Eugene lo miró por encima del hombro con una sonrisa maldita.
-No te preocupes, solo lo entrenaré para que después puedas jugar con él todo lo rico que quieres.
-EUGENE- Victor gruñó mientras el vampiro se alejaba jalando a Jinsu que tenía el cuerpo tenso.
Y Victor también. La razón por la que Eugene era tan asquerosamente rico era por su negocio de juguetes sexuales. Eso le daba tanto dinero debido a que había desarrollado su marca en base a cumplir la más retorcida fantasía de sus clientes. Y pensar que usaría alguno de ellos con Jinsu lo hizo estremecerse.
La idea sería excitante sino fuera porque lo que veía en su cabeza eran las manos de otros sobre esa piel que él había tocado una vez pero que se había quedado con ganas de más.
Sería mejor que Eugene lo no tocara. Sería realmente la primera vez en años... en que su relación tendría un punto de quiebre.
Más no tuvo mucho tiempo que pensar pues vio como Jinsu volvió a entrar por la puerta y de un salto de colgó en él. Sus labios atraparon los suyos y tuvo que aguantar sus muslos para que no cayese de nalgas.
Fue un beso rápido y apenas intenso como los que ellos acostumbraban, pero se alguna forma se sintió bien, diferentes y lo hizo temblar por cada fibra de su cuerpo.
-Se me olvidó decirte. Ten buen viaje- fue lo que le dijo Jinsu ahora con una sonrisa antes de bajarse y salir corriendo por la puerta dejando a Victor tieso en el lugar.
Jinsu siempre lo sorprendía.
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