Eugene
Victor había aprendido a lo largo de los años a ser un hombre precavido. No por gusto estaba bien posicionado en el mundo de los negocios y nadie se atrevía a estafarle un solo centavo. Pero por alguna razón que desconocía el chico que ahora estaba viviendo en aquella casa y que era parte de su empresa lo desestabilizaba completamente.
Era capaz de hacer que lo llevara a la cama sin ni siquiera preguntarle el nombre. Volverse tan loco como para tener uno de los mejores orgasmos de su vida. Ayudarlo a sobrevivir aunque eso fue para las dos partes, al final le compraba una casa y no poderse contener de tocarlo cuando lo encontró totalmente dormido y vulnerable en el sofá.
Un error en sus cálculos, una pérdida de control de unos minutos para aplacar el calor que lo había invadido y ahora tenía una bestia delante de él, que por lo visto no tenía intención de dejarlo ir.
Victor se había separado de Jinsu y lentamente retrocedía mientras el vampiro se enderezaba con una fluidez que le heló la sangre. El pantalón del mayor cayó al suelo y la tela quedó perdida a sus pies cuando este avanzó. Los ojos ausentes de iris lo fulminaban, los dedos adornado por largas y filosas uñas se movían sin sentido con sonido de los huesos y sus colmillos…ensangrentados y más largos de lo normal.
El humano tragó en seco aunque su rostro se mantuvo lo más tranquilo que pudo. Pensó que podría llevar al límite a Jinsu. Se veía igual que todas las personas a las que podía manipular.
Se había equivocado.
Un gruñido del vampiro le hizo entrecerrar los ojos.
-Jinsu- lo llamó con voz grave pero en respuesta lo que recibió fue otro gruñido más fuerte y que los colmillos se mostraran más. Jinsu estaba realmente molesto.
Miró el peluche en el piso algo sucio con la evidencia de ambos y no entendía porque aquel objeto viejo y algo roto le era tan importante al vampiro. Chasqueó la lengua pero no pudo analizar mucho la situación. Tuvo que correrse hacia un lado cayendo al suelo al Jinsu haber saltado hacia él.
Las garras de Jin chocaron contra la mesa de mármol de la esquina destruyendo el jarrón que la adornaba. El estruendo que se escuchó le hizo saber a Victor que el ataque había sido en serio. Jinsu realmente lo había atacado con intenciones de ¿matarlo? ¿En serio?
Se levantó del suelo con la furia brotando en su pecho.
-Ni pienses que puedes hacer lo que te venga en gana- dijo con los diente apretados recibiendo una mirada fría por parte de Jinsu por encima de su hombro.
El mayor se giró sobre sí mismo y ladeó la cabeza hacia un lado. Parecía en trance, su rostro estaba desprovisto de emociones y no solo eso, había una atmósfera alrededor de él bastante extraña. Como si su presencia fuera más fuerte.
Y otra vez saltó en dirección a Victor, tan rápido que este no tuvo tiempo de esquivarlo y tuvo delante de él las uñas a centímetros de sus ojos.
-Bueno, se acabó la diversión-
Jinsu desapareció de delante de Victor con la misma rapidez con la que lo había atacado y ahora se encontraba en los brazos de otra persona…inconsciente.
-Victor, tú eres el único imbécil que provoca a un vampiro sin mediar consecuencias. Debí dejarle que te arrancara al menos un ojo para que aprendieras de una buena vez- la voz joven resonó en la habitación seguido después del cierre de la puerta. Luca hizo acto de presencia y caminó hacia aquella persona que cargaba a Jinsu sobre uno de sus brazos como un peso muerto.
-¿Qué haces aquí?- le espetó Victor corriéndose el cabello hacia atrás. Su frente estaba empapada de sudor.
-¿Así le dices a tu salvador? Malagradecido. Pero para que sepas no vine por ti sino por él- miró a Jinsu que lo había noqueado después de golpearle el estómago con un movimiento fugaz.
Victor chaqueó la lengua y caminó hacia el sofá y se dejó caer en él. Recordó lo que le había hecho a Jinsu y como que con los últimos acontecimientos la próxima vez tendría más cuidado en cómo actuar. Como que así se sentía estar a punto de perder la vida.
-¿Y por qué quisiste venir Eugene?- alzó la cabeza- Nunca te han interesado otras cosas además de tu esclavo- miró a Luca que extendió las manos para cargar a Jinsu.
Un impulso movió su cuerpo e interpuso su mano entre los dos. Luca simplemente retrocedió.
-Vaya, no sé qué pretendes pero a este chico hay que llevarlo hacia la cama. No pretendo cargarlo todo el tiempo del mundo- protestó el vampiro de cabello rubio platino.
Victor se giró y después de darle una ojeada a Jinsu y notar que además de estar bien inconsciente, sus uñas se habían retraído al igual que los colmillos ¿ya no era peligroso.
-Vamos, mueve el culo- Eugene alzó sus cejas y casi le lanzó a Jinsu a los brazos de este- Qué esclavo más inútil eres. Él es tu amo, deberías cuidar de su bienestar-
-No soy un perro- gruñó Victor.
-Eh, eh, cuidadito con tus palabras que Luca no es un perro- pasó por su lado y se acercó a Luca. Agarró la corbata y tiró de esta hacia abajo- Él es mi dulce esclavo y mi pareja ¿verdad cariño?- dijo con un tono sensual y besó sonoramente su mejilla.
-Vayan a follar a otro lugar- protestó Victor cargando con facilidad a Jinsu en sus brazos y se dirigió hacia el cuarto principal. Era una sensación rara la que sentía en ese momento pues estaba ayudando a la misma persona que hacía pocos minutos casi le desgarra el cuello.
Se estaba volviendo loco.
Lo acostó encima de la cama que había sido tendida en algún momento pues había dado órdenes de que ordenaran la mayoría de las cosas del lugar. Jinsu no se movió. Estaba totalmente dormido. La puerta de la habitación se cerró detrás de la espalda de Eugene.
El cabello casi plateado del vampiro resplandecía a pesar de que apenas había luz en la estancia. Los rayos anaranjados del atardecer danzaban sobre su piel blanca resaltando su belleza casi irreal.
-Es bastante joven- dijo sentándose al lado de Jinsu después de empujar a un lado a Victor- Aun así su condición no se ve bien para su edad-
Eugene agarró una de sus muñecas y la apretó. Con fuerza. Los huesos debajo de los dedos crujieron casi como si se estuvieran destrozando.
-Oye- Victor dio un paso hacia él pero fue detenido por la mirada de advertencia de este.
-Estate quieto. No le voy a hacer más daño del necesario. Necesito comprobar el estado de su cuerpo. Por eso estoy aquí. Tengo que cuidar a los de mi raza. Ya bastante que los humanos nos han llevado casi a la extinción- dijo las últimas palabras con desdén.
Soltó lentamente los dedos. Si, había astillado los huesos y se concentró en esperar a ver como estos se regeneraban. Tardó al menos 5 minutos entre lo que los huesos volvían a su forma original y la hinchazón y el moretón desaparecían.
-Por la sangre en su boca asumo que bebió sangre de ti hace muy poco-
Victor asintió y alzó la mano donde las heridas comenzaban a desaparecer. Siempre lo hacían, menos la del cuello donde se había creado el enlace entre ellos.
-Esto no es bueno- se movió incómodo.
-¿Qué tiene de malo?-
-Victor, espera afuera- Eugene le ordenó. Su tono era autoritario.
Con mala gana Victor salió. Odiaba seguir órdenes pero pocas veces veía a Eugene tan serio. Acaso el estado de Jinsu era tan malo. Se quedó pensando. Había notado que había momento en que el vampiro se veía cabizbajo, más pálido de lo normal. Vivía antes en condiciones que dejaban mucho que desear y le había comentado que gastaba el dinero en otras cosas más importantes. Sangre. Cuando había averiguado el precio de esta solo por curiosidad le pareció que no era precisamente cara. Claro, en comparación con su salario, pero en cambio, cuando hizo cunetas en cuanto al salario de Jinsu como que estaba un poco apretada la situación.
Media hora después Eugene salió de la habitación secándose las manos.
-Al menos, la próxima vez que te corras encima de él límpialo. Los vampiros somos seres que nos gusta estar limpios. No como ustedes cochinos humanos-
-Pero tú te revuelvas con un cochino humano- Victor no tenía mucha paciencia para los comentarios.
Eugene se detuvo delante de él y estrelló su pie con fuerza entre las piernas de Victor, sobre el sofá.
-A veces me pregunto por qué dejo que mi Luca se relacione contigo- chasqueó la lengua- Y hablando de él ¿dónde está?-
-Lo mandé a un recado. Volverá más tarde-
Victor no se inmutó por el carácter de Eugene. Estaba adaptado. El vampiro era alguien con una personalidad difícil en toda la extensión de la palabra y de alguna forma disfrutaba molestarlo y ahora que sabía que duraría el mismo tiempo que Jinsu como que tendría bastante tiempo para molestarse.
-¿Y bien? ¿Cuál es su estado?- preguntó con más interés del que le gustaría.
Eugene se dejó caer en el mueble de al frente.
-Pues te voy avisando que te vayas preparando. Un esclavo normalmente tiene que darle sangre a su amo una vez al día, pero en el caso de él tendrán que ser dos. Su estado por fuera parece que está bien pero por dentro es otra historia-
Que les pareció nuestro sádico Eugene
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