Tras más de una hora de curación, donde la carne era quemada junto a la plata y el cuerpo del vampiro se convulsionaba del dolor, Jinsu cayó exhausto sobre la cama. Su respiración agitada y aun con los ojos cerrados. Aun así había hasta gritado.

-¿Oye, está bien?- Victor podía sentir su espalda empapada en sudor. Había escuchado todo lo que pasaría mientras lo curaba, más no se esperó que esta fuera la reacción de Jinsu.

Eugene dejó el pomo de ácido a un lado y agarró las gazas.

-Por el momento solo necesita descansar un poco para que las heridas cierren rápido. Al igual a la de tu mano- señaló con su mirada la mano del hombre que estaba llena de sangre y de mordidas. Eugene le lanzó un paño- Límpiate-

Y empezó a cubrir cada una de las heridas todavía abiertas de Jinsu sobre su desnudo cuerpo.

-Ah sí, antes que se me olvide, Estate preparado-

Victor frunció el ceño mientras se levantaba dejándolo en la cama y se dirigía al baño para enjuagarse la mano herida.

-No creo que desee algo más para esta noche. Ya fue suficiente-

Eugene lo miró por el rabillo del ojo y sonrió.

-Pues no cariño. La mejor parte viene ahora. Nuestro vampiro aquí perdió mucha sangre, así que por supuesto la tendrá que recuperar-

Victor salió del baño con el ceño fruncido y se acercó a ellos.

-Está inconsciente, no creo que moleste por ahora-

Eugene le pateó la pantorrilla.

-Mira que puedes ser poco sincero y desagradable cuando te da la gana. Él no te molesta, no inventes más excusas y…- alzó la mano para no ser interrumpido- despertará dentro de muy poco, te lo puedo garantizar- sonrió mostrando sus colmillos.

Victor entrecerró los ojos.

-Cuando sonríes así no trae nada bueno. Habla de una puta vez-

Pero Eugene negó con la cabeza y se levantó después de vendar la última herida grave.

-Lo mejor de todo esto es el factor sorpresa- le palmeó el pecho al humano- Si supieras el rostro que pones cada vez que eres sorprendido. Eres realmente sexy- se burló de él y se apartó antes de que Victor perdiera los estribos.

El humano se sacudió el cabello suspirando. Eugene era la única persona que le hacía contar hasta mil para no perder el control. Aunque bueno, ya no era solo Eugene. Cierto vampiro en la cama no se quedaba atrás.

-Y ahora mueve el culo, ayúdame a limpiar su piel y llevarlo hacia otra habitación. Ni pienses que lo dejaré en esta cochinada-

-Si tanto lo quieres límpialo tú- le espetó Victor dándole la espalda. Le dolía la cabeza.

-Oh, en serio- Eugene alzó una ceja- Después no te quejes- agarró otro paño limpia y lo pasó de una forma un poco provocativa por el pecho de Jinsu, el cual hizo un sonido con la garganta.

Victor que estaba mirando por encima del hombro chasqueó los dientes y de un tirón le quitó el paño a Eugene. Este simplemente se rio y se levantó para darle espacio al esclavo. Después de todo sabía que solo necesitaba presionar un poquito para que Victor cediera a sus instintos.

El vampiro fue al baño y trajo con él una palangana de agua y una toalla para ayudar con la limpieza pero no volvió a tocar el cuerpo de Jinsu pero si apreció como el esclavo se encargaba de su amo. Y pudo llegar a la conclusión que a pesar de las palabras duras y frías de Victor, este sentía algo por el chico. Sino ni siquiera se hubiera preocupado por él.

Conocía muy bien a Victor. Incluso desde que era niño y había sido rescatado tras el asesinato de su madre por eso sabía que él era un hombre que no se vería vulnerable ante nadie. Se había forjado una gruesa coraza que apenas si él podía penetrar. Un hombre que no mostraría sentimientos de afecto y podía ser como un témpano de hielo. Pero en el fondo era alguien que daría lo que fuera por lo que le gustaba y quería.

Ejemplo de ello era el lugar donde estaban ahora. Por mucho que decía que era por su ego de no tener a un amo en la ruina total ¿Por qué se había tomado tantas molestias en que el lugar fuera tan cómodo y acogedor? Y además ¿Desde cuándo Victor era tan atento con la cosas de los demás? Ya había visto el peluche limpio y arreglado en la esquina.

Un gemido leve vino de Jinsu. Victor acababa de limpiar la parte del cuello encima de uno de los vendajes grandes que estaban allí. Realmente le habían hecho daño y se asombró del cuidado que estaba teniendo el humano para limpiarlo.

Sus manos se movían suavemente por la piel con el paño húmedo y después la secaba llevándose todos los rastros de sangre y dejando la piel limpia. Y así lo hizo hasta que depositó la segunda pierna sobre la cama. Dejó la toalla a un lado y se levantó.

-Muévete- le espetó a Eugene.

-Eh…y ese tono-

-No pienso tirar todo mi trabajo por la borda, lo voy a llevar al otro cuarto de una buena vez. Deja las sábanas así, mandaré a alguien a que las reemplace junto al colchón-

Eugene pestañeó.

-Y pretendías que lo limpiara yo imbécil-

Victor estaba cansado y con nada de paciencia ya por lo que agarró del brazo al vampiro y tiró de él fuera de la cama para que no le estorbara más. Escuchó protestas por parte de Eugene pero no le hizo caso, en cambio se inclinó y cargó en brazos a Jinsu con tanto cuidado que Eugene se quedó con la boca abierta.

No le dejó decir nada pues fue hacia otra de las habitaciones donde lo dejó en la cama.

-¿Y ahora?- Victor puso la mano sobre las caderas

Eugene sonrió-

-¿Por qué primero no te vayas cochino?-

-Me vuelves a llamar cochino y tendremos serios problemas Eugene-

El vampiro le pasó por al lado sin mucho interés y se sentó al lado de Jinsu tapándolo con una sábana y prendiendo el aire acondicionado. Sabía que dentro de poco haría mucho calor en toda la habitación y no precisamente por la temperatura ambiental.

-No le voy a hacer nada si eso es lo que estás pensando. Deja de cuidarlo como un maldito perro guardián. Dios, que eres insufrible-

Victor gruñó pero se dirigió hacia el baño de esa misma habitación.

-Ah sí, no te vistas mucho, puede que no te dure mucho encima- se burló escuchando como la puerta era tirada- Es tan fácil burlarse de él que hasta pierde el encanto- se rio- Entonces-

Eugene se giró hacia y la sonrisa en su rostro se desvaneció completamente siendo reemplazada por una expresión sombría. Sus ojos se tornaron muy rojos y las uñas de sus dedos crecieron notablemente.

-Bueno querido. Ya que por fin estamos solos tu y yo- acercó su mano hacia su cabeza y la dejó puesta sobre su frente- Veamos que secretos tienes-

Y cerró sus ojos mientras el cuerpo de Jinsu se tensaba bajo su tacto. Para cuando los volvió a abrir estaba pálido y había sudor en su sien. Soltó una extraña sonrisa.

-Vaya, eres una maldita caja de sorpresa- le quitó el cabello del rostro  Jinsu y le acarició la mejilla- Pensar que has pasado por todo eso y aun puedes ser tan fuerte de aferrarte a la vida- entonces agarró con fuerza su barbilla- Sería bueno que me dijeras quien es esa persona que no pude ver en tus recuerdos y que tanto llamas tu maestro-

Pero no recibió respuesta. Solo el sonido de la puerta del baño abrirse y salir Victor con una toalla en envuelta en su cintura y con la piel aun húmeda. Rápidamente Eugene cambió su semblante retirando sus manos de Jinsu y chifló.

-Oye guapetón sexy, no te creas tanto. Mi esclavo está mucho mejor-

-Que me importa- Victor lo ignoró y centró su atención en Jinsu estudiándolo.

-No le hice nada si eso es lo que pensabas- Eugene se levantó y caminó hacia la puerta- Aunque te recomiendo que guardes energía. Hpy serás bien drenado-

Y cerró la puerta a su espalda para no darle explicaciones a Victor. Pero él si quería explicaciones. Había visto los recuerdos de Jinsu como si él hubiera sido el vampiro y todavía se erizaba solo de recordarlo. Había tanto sufrimiento en su pasado, tanta tortura, que aún no entendía como no notaba aquel sentimiento de venganza en Jinsu. Si eso le hubiera pasado a él definitivamente borraría a todos de la faz de la tierra.

De ser un noble a ser tratado como un maldita rata y no romperse en el proceso. Había que tener mucha fuerza de voluntad. Sus respetos hacia ese chico.

-¿Ocurre algo?- el cuerpo de Luca se detuvo delante de él.

Eugene sonrió y estiró los brazos enrollándolos en su cuello. Buscó su boca y comenzó a besarla con ansias incluso mordiendo su labio inferior. Las manos de Luca acunaron su cadera y lo pegaron a él. Cuando Eugene se ponía de esa forma tan melosa, era porque algo ocupaba su cabeza y lo abrumaba. Pero no preguntaría de más. Había aprendido por las malas que no era bueno hacerlo. Por suerte hacía muchos años de eso.

-Realmente me estresa- Victor, dentro del cuarto se dejó caer en la sábana y el cansancio del día cayó sobre él.

Necesitaba realmente descansar y dormir antes de enfrentarse a todo el trabajo que tenía. Ni siquiera había puesto a cargar su celular así que hizo eso y lo puso en la mesita de noche. Había mensajes pero si los leía tendría una noche en vela y no deseaba eso.

Unas horas de sueño ahora que Jinsu estaba curándose y con Eugene en la casa cuidando, no le vendrían mal. Pero esos planes solo estaban en la mente de él.

Una mano de pronto agarró su muñeca y tiró de él con tanta fuerza que cayó acostado en la cama. Estaba aún conmocionado cuando un peso se posicionó sobre su cadera, justo encima de su ingle y unas manos con uñas se enterraron en su pecho.

Victor pensó que nunca volvería a ver esa imagen. Aun recordaba como su vida había colgado de un hilo aquella vez en que los ojos de Jinsu habían cambiado y no había dudado en matarlo. Solo no se esperó que a pesar de no provocarlo lo tuviera en ese mismo estado sentado a horcajadas sobre él.

Solo que esta vez no parecía tener intenciones de matarlo…sino de devorarlo.