Me removía inquieta entre sueños, todo se repetía una y otra vez, como la cinta de una película de terror; podía sentir como mi cuerpo se retorcía en el suelo, reaccionando violentamente a mis pesadillas.

Siempre despertaba justo en el momento correcto:

- ¡NO!.- mi grito perforó el aire, cortando momentáneamente mi respiración. La oscuridad pareció retroceder ante mi grito.

Estaba toda transpirada, sudor recorría mi rostro como agua. Respiraba pesadamente, tratando de buscar una manera de calmar mi acelerado corazón.

Ya era de día, —o eso pensaba yo—, estaba aliviada de no tener que dormir de nuevo; odiaba el sueño, era lo que más me irritaba de mis días. Aún estaba un poco desorientada, cuando la oscuridad fue remplazada por luz; pero no era de la habitación, si no del gran corredor que se extendía hacia otras áreas de la casa.

Mi respiración se acortó, y el miedo regresó a mi cuerpo, ¿Me habrá escuchado?. Temblando me arrodillo, esperando que no notara mi reciente problema.

- Oh....- dice, y parece realmente sorprendido de verme despierta.- Bien, estás despierta. Me ahorro más tiempo...- veo como sus zapatos se posan frente a mi, y mi corazón parece reaccionar ante su cercanía. Me da permiso para levantar la vista, y así lo hago. Me muestra una llave, y curiosa la observo.

- Te desatare, y no quiero ningún intento de escape, o la pasaras muy mal esclava.- asiento repetidas veces, procurando no hacerlo enojar de nuevo.- Bien, tendrás permiso de ir al baño y asearte, ropa limpia te espera cuando termines. Tienes 5 minutos para desayunar, te espero en mi habitación.- desato mis cadenas y se fue.

<<"...Te espero en mi habitación...">> ¡No, no, no!

Ahorra si estaba en problemas. Había sido vendida y mi nuevo año podía hacer lo que quisiera conmigo; incluso acostarse conmigo. Asustada, me levanto del suelo con pesadez, caminando con lentitud hacia la puerta; mirando hacia los lados buscando el baño.

Una vez lo encontré, cerré la puerta y suspiré; el baño era igual de grande que la habitación oscura en la que estaba durmiendo, era totalmente blanco, con una tina y grandes ventanales; ademas de una ducha con puertas de cristal.

Había un gran espejo, y un lujoso estante lleno de cremas y perfumes; todos con olores masculinos, realmente agradables. Había perdido el tiempo observando embobada el lujoso baño, que casi olvidaba que me estaban esperando. Apresurada, elijo la ducha para acabar más rápido, y cumplir con el plazo para el desayuno a tiempo.

Lentamente, me quito poco a poco la ropa, dejando al descubierto frente al espejo mi huesuda figura; marcas se extendían por mi piel, mis muñecas y cuello estaban rojos, y dolían con cualquier movimiento demasiado brusco. Moretones amarillentos se encontraban en el valle de mis pechos, causa de las veces que rodee por las escaleras.

Sin ganas de seguir viendo mi masacrado cuerpo, entró lentamente en la ducha, suelto y un suspiro y luego, enciendo la regadera.

[...]

Ya estaba lista, había lavado mi cabello con el shampoo que estaba junto a mi ropa, además de un cepillo para cabello y acondicionador; crema para la piel y un pequeño botiquín.

<< Generoso regalo por parte de la ama de llaves...>> pensé, con alivio.

Salí, y lentamente bajo las escaleras para ir al comedor, el no se encontraba por ningún lado, y estaba bien así; por el momento. Esperaba encontrar mi plato en el suelo, con un trozo de pan duro y agua caliente, pero no; había un gran desayuno. Frutas, jugo de naranja, pan tostado y mermelada de fresa, queso, jamón, una pequeña ensalada y una gelantina.

Era el paraíso.

- Espero que te guste, lo hice con mucho amor.- doy un salto, y casi me caigo de bruces al suelo, la repentina aparición de la ama de llaves, me asusto a muerte.- Siento mucho si te asuste. Ven, siéntate y desayuna, te está esperando arriba; su habitación es la 3 a la izquierda. Toca antes de entrar, odia que entren sin anunciarse.- asiento, tratando de no olvidar su advertencia; la tomaría enserio de ahora en más.

Tomó asiento, y espero. La ama de llaves parece notar mi quietud, y extiende la mano; dudo, no sé si deba, tal vez reciba varios latigazos por esto. Estrecho mi mano, y delicadamente mira mis muñecas, frunce el ceño y asiente para sí misma, uno minutos después, y desapareció.

Sin tomarle mucha importancia, comienzo a devorar todo, jamás en mi corta vida de esclava había comido tanto, tan delicioso. Lo sabores parecían completamente nuevos para mi, cada bocado hacia mi estómago doler, no recuerdo la última vez que había tenido un desayuno decente; pero valió la pena tanta espera.

Una vez termine, me levanto del asiento y me dirijo a las escaleras, con pasos torpes, llego hasta la puerta 3 en el lado izquierdo del pasillo, y toco la puerta. Escucho movimiento, y rápidamente me alejo de la puerta, abre, y puedo distinguir el leve olor a menta de su aliento.

- Entra.- dice cortante, sin chistar, hago lo que me pide. Escucho el suave click de la puerta, y mi respiración se aceleró; podía sentir su presencia, estaba justo detrás de mi.- Sientate.- vuelve a ordenar, automáticamente mi cuerpo se inclina hacia adelante y tomó asiento sobre la cama.

Las sábanas son color negras, con grandes columnas en los lados, tiene un gran armario de color caoba y, una gran ventana cubierta por cortinas del mismo color que el armario. El suelo es de mármol, con una puerta de color blanco; que supongo debe ser el baño.

Tiene un pequeño escritorio con un computador y silla de cuero reclinable, papeles se esparcen por todo el escritorio, y su maletín reposa junto a la silla. Tiene una cómoda con perfumes, relojes, y anillos; las corbatas están en organizadas una tras la otra en la puerta abierta del armario.

- ¿Q-que desea que haga, amo?.- es mejor terminar de una vez con esto, dejar que tomara mi cuerpo de una vez, y poder irme a descansar.

Más rápido de lo que hubiera sido capaz, me toma del brazo y me estrella contra la pared más cercana; mi cuerpo entero comenzó a temblar, su aliento choco contra la piel expuesta de mi cuello, su rostro ahora demasiado cerca del mío, desvió la mirada.

- Una noche será suficiente, tomaré tu cuerpo una vez, y luego podrás irte.- susurro cerca de mi oído, y mis piernas perdieron la fuerza. No me había dado cuenta, pero la parte superior de cuerpo estaba descubierta, no llevaba camisa.

Mis ojos vagaron con disimulo sobre su musculosa figura, tenía la piel perfecta, sin ninguna marca o cicatriz; sus brazos eran fuertes, y me pasaba por dos cabezas. Era delgado, y sus manos eran suaves, su tacto mandaba corrientes eléctricas por toda mi ser. Su rostro era delicado y fuerte, tenía una mandíbula marcada, cejas levemente pobladas, y gruesos labios, carnosos a la vista.

Una ligera barba adornaba su rostro, su cabello era negro y brillaba; por último, sus ojos. Sus ojos eran de un intenso azul, el cielo estaría celoso de ese hermoso color zafiro. Largas pestañas adornaban su rostro, y unos pocos lunares se esparcían sobre su torso; rozar su cuerpo era como sentir las nubes.

Mi cuerpo ardía con su sola cercanía, y me encontré, de pie, frente a él, deseando que sus labios se posaran sobre los míos. Ese pensamiento me aterró.

Sin decir palabras, sus manos vagaron por mi cintura, acariciando a lo largo de mis piernas, sentía que colapsaría en cualquier momento, si el no estuviera sujetándome. Quería decir algo, hacer algo, pero tuve miedo ha hacerlo enojar y me contuve.

- P-porfavor...- las palabras se atoraron en mi garganta, ¿que le iba a decir? ¿Que no quería y por favor se alejara? ¡Era peligroso!

Se detuvo, y mi pulso lo imitó.

- ¿Que?.- gruñó, molesto. Entonces sus ojos se encontraron con los míos, y se quedó quieto. Su aliento con olor a menta choco contra mi rostro, enviando una nueva descarga hacia mi ya debilitado ser.

Sus ojos encontraron mis labios, y se acercó, podía sentir el calor que emanaba de su cuerpo, sus músculos se flexionaron ante el movimiento, la colonia que desprendía de su bronceada tez me mareaba; me atraía hacia él como un iman, fuerte y poderoso. Rozó con cuidado mis labios, y mi corazón dio un vuelco, esperaba con todo mi ser que no pudiese escucharlo.

Depósito un leve beso en la comisura de los míos, girando mi mundo de cabeza.

¡Me estaba volviendo loca!

Su ceño se frunció, y se alejo, como si quemara. Jamás lo confesaría, ni a la luna se lo diría jamás pero, su rechazo había dolido.

- Véte...- gruñó, molesto.

¿Ahora que había hecho mal?

- ¡DIJE QUE TE VAYAS!.- Grito, y lo tomé como una señal para huir de ahi, corrí hacia la puerta y salí disparada de su habitación. Dejándolo de pie, murmurando para sí mismo, y mirando con odio fijamente la pared.

Capítulo dedicado a:
geraldine_2005
Alex-Brady12