Fallando en la prueba
Fallando en la prueba.
17 de julio, de 2014.
Mi casa parece una floristería, las flores no han dejado de llegar. Grace no se detiene y eso me tiene entre desconcertado y sonriendo porque no esperé recibir tantas flores.
También me tiene meditando porque Grace ha sido más que una novia increíble, y yo aún tengo restricciones. Miedos por una relación del pasado. Su canción aún no está lista, está lejos de ser terminada, pero creo que puedo ser un novio mejor antes de contactarla.
Veo el teléfono de la casa ¿Puedo yo llamar a Samantha, hablar con ella y cerrar esa puerta del pasado? No lo sabré hasta intentarlo.
Respiro hondo y tomo el teléfono. Busco el número en mi correo electrónico donde Max lo envió. Una parte de mi desea que no conteste y cuando lo hace mi estómago se revuelve.
— ¿Hola? —me quedo en silencio ¿Qué debo decir? — ¡Ethan! Veo el identificador de llamadas, tengo tu número solo...
Cuelgo. No puedo hacer esto. No puedo y detesto eso. Puedo ser mejor que esto. Debo ser mejor que esto.
***
18 de julio, 2014.
Odio esperar. Lo odio y Andrew lo sabe, entonces Andrew siempre nos hace esperar cuando se le necesita con rapidez. A veces siento que lo hace adrede, pero entonces recuerdo esas veces en las que Andrew llegó tarde para reuniones importantes en las que parecía avergonzado y entiendo que solo parece no poder evitarlo, pero invítalo a una tontería y no sé cómo consigue llegar a tiempo. Puede decirse entonces que Andrew no es la persona más puntual, pero algún defecto tenía que tener santo Wood.
Suspiro y recuesto mi espalda de la silla de la cafetería en donde me dijo que lo esperara, no entendí muy bien para qué me necesita, pero Andrew solo tiene que decir auxilio y me tendrá dispuesto a ayudarle como él siempre lo hace conmigo.
Cierro mis ojos mientras espero y un solo pensamiento llega a mí: extraño a Grace. La extraño mucho y eso me molesta, porque no se suponía que ella me importara tanto, no se supone que quisiera tanto de ella, que pensara tanto en ella. No se supone que ella tendría que tenerme.
Y ahora todo es silencio, no tengo a una habladora a mi alrededor mareándome sin parar, pero tengo sus flores, sonrío, ese es un gesto que nadie nunca he tenido conmigo.
La silla frente a mí se rueda y espero que sea Andrew porque no tengo ánimos de ser un estúpido pidiéndole a un desconocido que se retire. Abro un ojo y encuentro a Andrew observándome con una sonrisa.
—Así que decidiste aparecer al lugar en donde me citaste para una hora que ya ha pasado—él ríe— ¿Qué?
—Soy sincero y te digo que tu chica está planeando una sorpresa para ti, ve a casa.
Por un momento solo lo observo y luego él ríe, suelta una carcajada mientras lo observo.
— ¿Qué acabas de decir?
—Escuchaste muy bien, cielito.
— ¿En mi casa?
—Ajá, yo le di mi juego de llaves, porque soy adorable y sé lo que es bueno para ti. Soy así de sabio y dulce.
—Aw, claro, eres un sol. Dando llaves de mi casa, mintiéndome y emboscándome. Destilas tanta dulzura que quiero abrazarte con mis manos alrededor de tu cuello mientras vas dejando de respirar.
— ¿Lo ves? Me amas, eres tan dulce, cielito.
—Deja de pasar tiempo con Dexter—hago mi silla hacia atrás y me pongo de pie, él permanece sentado y lee el menú— ¿Vienes?
—No, creo que sobro en esa reconciliación. Diviértanse y no seas un idiota con ella.
—Traidor.
—Te lo repito, me amas.
***
Grace está a mi lado, ambos estamos desnudos y he entendido la cosa divertida sobre reconciliarse. Me ha hecho bien hablar sobre por qué llamé a Samantha, no quiero que haya mentiras o silencio. Muchas veces callar las cosas son el detonante de muchas cosas.
Me gustaría poder ser más abierto, hablarle de lo sucedido con Samantha, sobre esa vida perdida, pero no me siento preparado para ello, honestamente no me gusta hablar de ello.
La abrazo y ella sonríe acariciando mi barbilla con sus dedos. Su cabello es un desastre y sus ojos están un poco irritados por el feo llanto de cuando llegué, aunque honestamente no creo que ante mis ojos alguna vez ella luzca menos que atractiva. Estoy tan idiotizado que podría resultar vergonzoso si me importara un poco.
—Admite que me extrañaste, Ethan.
—Extrañé hundirme en tu cuerpo, ver, lamer, chupar y morder tus dulces tetas...
—El romanticismo desborda de ti.
—Y te extrañé a ti. Me gustaron las flores, por cierto.
—Eso espero porque son costosas, golpeaste mi cuenta bancaria.
Río y ruedo sobre ella, apoyo mis codos a cada lado de su cabeza y Grace ahora es tan receptiva y confiada que en automático abre sus piernas para mí y me da una sonrisa pícara.
—Yo merezco esas flores y más.
—Y aquí vamos con la falta de modestia.
—Te encanta eso de mí y esto—empujo mis caderas hacia adelante y muerde su labio porque no quiere gemir—también te gusta.
—Eres sexy. Muy sexy.
—Y hace un rato decías que yo era un Dios del sexo.
—Y olvidaremos eso.
—No, por supuesto que no.
—Malo.
—Creo que mi maldad te enciende.
—Todo de ti me enciende, en realidad—ríe antes de morder mi barbilla.
— ¿Qué me haces, Grace?
—Lo mismo que tú me haces a mí. Te quiero.
—También te quiero, habladora.
***
29 de julio, 2014.
Nuestra cita ha marchado muy bien hasta que me fue inevitable no mencionar a Melodía. Mi dulce conejo que mamá cocinó como castigo. Luego es incluso más extraño cuando ella habla de haber roto de Anthony y yo menciono a Samantha. Pero está bien, porque eso entonces me ayuda a darme cuenta como en tan pocos meses Grace se ha vuelto una persona importante para mí.
Cada vez me asusta más, pero hay otra parte a la expectativa de no creerse que estoy teniendo está oportunidad de tener una relación, mis pensamientos son dispersos y mis dudas siguen presentes, pero cada día que pasa me doy cuenta de que quizá no lo hago tan mal, porque ella me dice que la hago feliz y yo soy feliz con ella.
—Habladora—la llamo.
— ¿Si?
—Te quiero.
Palabras que antes se sentían pesadas y que ahora son tan ligeras que pareciera que yo quisiera decir más. Algo mucho más significativo. Grace me sonríe, sus ojos brillan.
—También te quiero, Ethan.
No puedo evitar ponerme de pie y sentarme a su lado en la mesa. Mi nariz acaricia su mejilla e inhalo su olor. Grace se ha convertido en mucho, me siento estúpido por esos meses en los que me alejé temiendo no ser bueno, porque creo que le hago bien y ella me hace bien a mí.
—Eres la rubia más hermosa, divertida y especial que he conocido. Esta es la mejor relación que he tenido en mi vida.
— ¿Seguro?
—Nadie me ha hecho sentir como tú— beso su mejilla, no tengo dudas—. Nunca le...
— ¿Qué?
Nunca le he dicho a alguien con tanta sinceridad que estoy enamorado. Te amo.
¡Jesús! Amo a Grace y mi lengua se siente pesada con la confesión. Es angustiante y emocionante. Es simplemente extraño y reconfortante. Y es atemorizante no saber si estamos en la misma página ¿Por qué, Ethan? ¿Por qué te dejaste volver un idiota dominado? Yo no pude evitar caer.
—Nada, olvídalo— concluyo guardándome una confesión que aterra decirlo en voz alta.
Estoy asustado.
***
1 de agosto, 2014.
—Entonces ¡A quitarse la ropa!
Me gusta la sugerencia de Grace, me gusta nuestros planes. Río y voy por botón de su pantalón, ella está de rodillas sobre la cama, bajo la cremallera y no dudo ni un instantes en colar mi mano dentro de sus bragas, sonrío acariciándola mientras siento lo muy afectada que está por mí. Me encantan los sonidos que hace, siempre me enloquecen y realmente estoy a favor de que Grace sea ruidosa. Mordisqueo su cuello y succiono. Grace me encanta, me fascina, me enloquece, me trae totalmente perdido.
—Te amo.
Todo en mí se paraliza y me pregunto si he escuchado bien, su cuerpo se tensa.
— ¿Uh?
— ¿Ah? — responde, ella es una experta en fingir demencia.
—Grace ¿Qué?
Lastimosamente saco mi mano de sus bragas porque la situación lo amerita, bajo de la cama para sentarme y mi vista se detiene hacia la pared. Hay un eco de sus palabras en mi cabeza. No me lo puedo creer, es difícil de creer y no entiendo muy bien cómo me siento.
Ella me llama y volteo a verla, porque es imposible ignorarla y en parte no quiero hacerlo. Y entonces ella endereza su espalda y me sonríe. Contengo la respiración.
—Es de muy mala educación excitar a tu novia y luego dejarla sin hacer nada ¿Quieres ser el tipo microondas?
Sus palabras me toman por sorpresa, este momento es simplemente tan extraño.
—Pero...
—Pero debes decirme si vamos a continuar lo que empezaste o solo debo darme una buena ducha de agua fría. Voto porque vengas y me enseñes qué tanto va a gustarme en esa posición.
La veo deshacerse de los botones de su camisa y ahora esto parece algo que a mí me encantaría ver. La camisa se va, contengo la respiración cuando sus manos van a sus pechos y los presiona; y luego me tiene totalmente perdido cuando una de sus manos se desliza por su estómago, cuando llega a la cinturilla de sus bragas lo pierdo. Prácticamente salto sobre ella haciéndola ríe. Y ese sonido es todo lo que está bien y todo lo que necesito para volver, y no aferrarme al miedo.
Estoy ubicado entre sus piernas en donde encajo a la perfección. Veo esos bonitos ojos grises mientras su mano acaricia mi barbilla. Su mirada es tan intensa y brilla tanto, siento que me dice muchas cosas. No estoy seguro de qué le dice mi mirada, pero siento tanto en este momento.
Acaricio su nariz con la mía y luego la beso con dulzura, porque puedo ser un hombre apasionado e intenso cuando quiero, pero también estoy dispuesto a darle dulzura a mi habladora. Cuando dejo de besarla recargo mi mejilla de la suya. Siento tanto en este momento que da miedo y las palabras solo escapan:
—Estoy asustado.
Ella ríe y casi me ofendo un poco, pero la curiosidad le gana a mi ofensa.
— ¿Qué? —acabo por preguntar,
— ¿Vas o no vas a enseñarme cómo se siente desde atrás?
— ¡Grace!
— ¿Qué? Solo velo por mis intereses ¿Tienes idea de cuántas veces he leído escenas de ese tipo?
Me levanto sonriendo y saco sus zapatos, si ella quiere saciar su curiosidad yo voy a ayudarla. La desvisto con tanta rapidez que deberían darme algún premio y luego mi ropa sigue. Luego tengo a Grace frente a mí con manos y rodillas apoyadas en la cama. La vista es maravillosa.
—Va a gustarte, lo prometo—susurro, haré que le encante.
— ¡Yo sé que va a gustarme! Vergonzosamente puedes notarlo.
—Sí, lo noto.
Observo hacia abajo, sonrío y luego estoy hundiéndome en Grace. Por un momento estoy pensando en cuánto me gustaría escucharla decir esas dos palabras una vez más. Sentirme amado.
***
6 de agosto, 2014.
—Hola, Ethan.
Me detengo en la entrada de la sala de ensayo notando a Ashton que me sonríe, Doug está muy ocupado intentando pararse sobre sus manos, espero y no se parta la cabeza porque eso arruinaría muchos planes de la banda y tendríamos que buscar otra rubia que toque el teclado, piano y componga como Doug, lo cual tomaría mucho de mi tiempo.
—Ashton—devuelvo el saludo y me acerco sacudiendo su mano y palmeando su hombro. Arrastro una silla para sentándome a su lado— ¿Qué intenta la rubia?
—Creo que partirse la cabeza, deberían ir buscando otro miembro para su banda, por si acaso.
— ¿Cómo puedes ser su amigo? Mírame, yo prácticamente estoy obligado a serlo por estar en la banda, pero tú tienes oportunidad de huir.
—Es entretenido cuando estoy aburrido, por eso lo conservo.
—Perras, las escucho y solo tratan de canalizar todo el amor que sienten por mí—asegura Doug volviendo a estar sobre sus pies— ¿Qué haces aquí, Ethan?
—Terminé una canción y vine a trabajar en la música, supongo que puedo aprovecharme de ustedes y utilizarlos.
—Eres tan perra pretenciosa que asumes que queremos ayudarte.
— ¿Es una canción de amor? —pregunta Ashton y por alguna razón parece muy divertido con la idea.
— ¿Por qué la pregunta?
—Porque escuché rumores sobre tu corazón latiendo locamente por una rubia. Que ahora eres un Ethan feliz.
—Y esos rumores supongo que te lo dijo una rubia chismosa.
—Puede ser—se ríe—, será divertido ayudarte con los arreglos musicales y francamente no tengo nada más que hacer, es eso o esperar a que Doug se parta la cabeza.
Termino riendo y sacudiendo mi cabeza mientras nos ponemos cómodos alrededor de los instrumentos en busca de la melodía para mi canción.
***
9 de agosto, 2014.
Estoy muy agotado de que las cosas siempre se vayan a la mierda cuando parecen ir bien.
Solo quería orinar y cuando he terminado de hacerlo encuentro una puta prueba de embarazo que al tomarla refleja dos rayas rojas que aseguran un positivo.
Siento que mi mundo se cierra, que las paredes son demasiado estrechas, el lugar demasiado pequeño y que viajo en cada momento turbio y malo de mi vida. Escucho a mis padres decirme una y otra vez que no sirvo, que nunca podré tener una familia, escucho a las chicas de la escuela buscándome por sexo y no para nada serio porque creían que no funcionaría. Escucho a la chica de mi adolescencia cuya prueba de embarazo dio negativo decirme lo feliz que estaba porque le había asustado embarazarse de mí.
Y luego escucho a Samantha diciendo todo sobre mi ineficiencia para ser padre. Siento que me asfixio. Mis manos tiemblan y por un momento veo borroso.
Soy malo.
Soy terrible.
No seré bueno.
Lo condené.
Oh, mierda, he condenado a Grace y a ese bebé.
Es una sensación horrible. Me siento terrible, siento impotencia por esto. Y entonces estoy lleno de ira. Ira hacia mí por arruinarlo, por ser tan estúpido.
Estoy lleno de ira hacia la vida por ponerme continuos obstáculos que acaban por derrumbarme. No puedo hacer esto.
No puedo.
Salgo hacia la sala y camino a la cocina con la prueba detrás de mi espalda, Grace está ordenando las cosas. No puedo creer que todo se vaya a ir a la mierda.
Mierda, mierda ¿Qué se supone que haré? Puedo darle todo lo material a un bebé, pero no tengo nada en mí para darle como padre porque no estoy hecho para ello. Lo sé y todos lo saben, menos Grace. Estoy furioso.
—Grace...
Ella está sonriendo y luego deja de hacerlo. Me pregunta qué sucede y de alguna manera mi furia de canaliza en ella, no está bien, pero no puedo evitarlo. No pienso, no razono y el terror se está apoderando con fuerza de mí. Furia es todo lo que siento en este momento.
Alzo mi mano y en un principio no parece ver lo que tengo, pero luego lo hace y sus ojos se abren mucho.
—No puedo confiar en ti...
—Ethan...
— ¡Vaya mierda!
Dejo la prueba contra el mesón, todo es un borrón. Ella pide que escuche y yo estoy cegado. Grito, le grito y se siente mal, pero no puedo controlarme. No tengo control, estoy fuera de mí.
—Yo no puedo confiar en ti Grace, confié en ti y...sí, todos siempre me decepcionan.
Sus expresiones me duelen, todo esto está mal. Hace un sonido de angustia. No puedo creer que esto esté sucediendo. Se siente como una pesadilla. Tiro de mi cabello, grito y ella se asusta.
Hay una serie de gritos entre nosotros mientras discutimos. Todo es confuso. Digo cosas de las que me arrepiento y que la lastiman, y no puedo controlarme. Odio esto, odio este momento.
—Bueno ¿Quieres explicarme cómo mierda encuentro que estás embarazada?
— ¿Te explico cómo se hacen los bebés?
—Confié en ti, dijiste que podía estar seguro ¡Ahora esta mierda!
— ¡Un bebé no es una mierda! — grita de regreso.
—Bueno, supongo que somos un par de estúpidos ¡¿Tienes idea de lo horrible que resulta la idea de ser padre?!
—Creo que estás diciendo mierdas.
— ¿Crees que soy como ellos? ¿Cómo Harry o Doug? ¿Qué el que me suceda va a hacerme mágicamente feliz? Lo siento, pero no. Lo he dicho más de un millón de veces ¡No puedes cambiarme! No estoy hecho para ello, aún más claro, siempre he manifestado que no quiero hijos ¡No iba a cambiar eso por ti!
—Ethan yo te quiero tal y como eres, nunca he intentado cambiarte.
—No lo entiendes.
—Explícamelo.
Ella intenta acercarse, pero retrocedo, temo hacer esto mucho peor. ¿Qué he hecho? ¿Qué hemos hecho?
— ¿Qué sucedió Ethan? ¿Por qué no te crees capaz?
—Supongo que esto me pasa por creer que por una vez podía ser bueno en donde todos decían que fallaría. Por ser tan estúpido y creer que esto iba a funcionar. Esto no puede estar sucediendo...
Mis manos tiemblan mientras van a mi rostro. Los gritos continúan y luego hay algo en rostro de Grace: resignación. Me duele la expresión de tristeza que tiene mientras permanecemos en silencio con todo este peso sobre nosotros.
—Si estoy embarazada... ¿Qué pasaría Ethan?
—Esa prueba da positivo.
—Respóndeme Ethan.
La observo con fijeza, nunca dejaría solo a Grace. Ayudaría con lo que esté en mis manos, trataría de hacerlo mejor para ella, pero en el fondo yo sé que fallaría en lo más importante: en ser buen padre al momento de cuidarlo, de amarlo, de estar ahí para él o ella.
—Me haré cargo.
— ¿Te refieres a cumplir el papel de ser un banco humano y no un padre?
—No va a faltarle nada.
—Sí, sí que lo hará. Vas a faltarle tú.
—Voy a hacerme cargo.
—No necesito tu dinero, todo lo que pude necesitar fue a ti. Queremos cosas muy distintas.
—Lo veo.
—Me estás lastimando ¿Lo sabes?
—No eres la única siendo lastimada.
—Vete Ethan, no creo que debamos hablar. Está claro que tú y yo hemos terminado y no necesito de tu dinero. Podría hacer esto sola. De nada me sirven tus billetes cuando no puedes darme tu corazón. Yo a ti te a...—lágrimas comienza a rodar por sus mejillas. Me duele—. Vete.
—Puedes verme como un monstruo insensible, pero no sabes todo lo que les evito a ti y a ese bebé. No soy bueno.
—No nos evitas nada, te lo evitas a ti mismo. Vete. No necesito o quiero nada que provenga de ti. Y quizá tienes razón, no eres bueno para mí.
Siento como un golpe esas palabras, lo sé, pero duele escucharlo. Estoy cansado de no ser bueno para nadie, de ser el mal para todas las personas que me importan. Es agotador.
Camino hasta la puerta y lo sé, sé que al irme nosotros estaremos terminando lo que apenas estaba empezando. Terminará una de las mejores cosas que me ha pasado en mi vida. Me giro y al verla no quiero alejarme, no quiero, pero ella mismo lo dijo: no soy bueno para ella.
—Voy a hacerme cargo.
—No lo necesito.
—Nunca dejaría desprotegido a... alguien que viene de mí.
— ¿Seguro? Porque se siente como que lo haces.
—Me haré cargo, seremos adultos y lidiáramos con esto. No sabes cuánto lamento esto.
—Me hago una idea.
Salgo de su apartamento y se siente mal. Todo se siente mal. Presiono mis dedos contra mis ojos: no esperé que doliera tanto.
Y cuando mucho más tarde me envía un mensaje diciendo que la prueba no es suya, las cosas están lo suficiente jodidas porque yo demostré que no estoy hecho a la medida de estas situaciones y ella que me puso a prueba en algo que fallé.
Todo se fue al carajo y duele.
Puedo sabes qué es lo que sigue, pero como me pasó cuando narraba con Grace que sufría por ella, aquí sufro con Ethan, lo lastimaron tanto. Desgraciados, están en mi lista, poco a poco espero que caigan en algún libro sea de la saga o fuera de ella haha yo no olvido.
En otras noticias, pueden agregar el cuarto libro de la saga a sus bibliotecas, se llama "L D no es por Dexter" ;)
Espero les guste.
Un beso.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro