Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Llamar o no llamar (Parte I)


Llamar o no llamar. (PARTE I).


2 de febrero, 2015.

—Entonces... ¿Me estás diciendo que no puedo hacer una jodida llamada para saber cómo marcha todo? —pregunto con incredulidad.

Golpeo la mano de Doug que pretende robarme de mi comida, finjo gruñirle y él me devuelve el gruñido. Luego ladramos. A Jeff le parece divertido a Max lo estresa.

—Es exactamente lo que acabo de decir. Y dejen de ladrar.

—Pero Max, es una puta injusticia. ¿Cómo sabrán ellos que mis intenciones son buenas?

—Esa es la razón por la que te estudian, para ser justos sobre la decisión —Enarca una ceja—. ¿No te parece suficiente concesión que mientras se haga el proceso ella esté con tus padres?

De acuerdo. Así que siento que le debo el puto mundo a Max por conseguir que mientras se hace toda la mierda de papeleos, Skylie se encuentre con mis padres y al volver conmigo. No fue políticamente correcto usar la influencia para ello, pero si se trata del bienestar de ella, no hay culpa alguna en mi sistema.

Sabía que este sería un proceso difícil, pero tras una larga charla con los asesores y la experiencia de mis padres, casi termino balanceándome en una jodida esquina estresado. Puedes tener las mejores intenciones, buena posición económica y gozar de vuela salud física y mental, pero incluso así todo podría no concretarse. Es mayor la cifra de procesos de adopción denegados que aprobados y eso es malditamente injusto.

Me pone ansioso, preocupado e inquieto.

— ¿Qué tal si hablo por teléfono con quien se encargue de mi caso?

—No. No harás eso —Me advierte Max.

Asiento y volteo a ver a Doug, él rueda sus ojos porque sabe que de ninguna jodida manera estoy de acuerdo. Mi sobrino me observa y cuando le hago una mueca, ríe. ¿Quién iba a pensar que una persona tan parecida a la rubia sería tan adorable y perfecta?

***

4 de febrero, 2015.

— ¿Qué hiciste?

Me sobresalto ante la voz de Harry y llevo una mano a mi pecho. ¡Mierda! Hará que me dé un infarto a mi tierna edad. Tiene el ceño fruncido y los brazos cruzados a la altura del pecho, me encojo de hombros.

—No sé de qué me hablas.

—Lo sabes muy bien. Dime por qué Doug está haciendo payasadas para distraer a Max.

—No sé de lo que me hablas.

—Dexter Thomas.

—Harry Cole.

—Deja de ser un pendejo y habla.

—Oh, así que como mi sobrino no está alrededor para acusarte, aprovechas para llamarme por malas palabras, muy mal, Harry.

»Para que sepas no he hecho nada, solo estoy aquí de pie, apreciando el hermoso pasillo de este hotel. No sé por qué jodidos la rubia está con Max y me siento herido de que cuestiones mi intachable conducta.

—Claro —dice con ironía—. Ahora, dime qué sucede.

—Pues nada, te lo he dicho ya. No seas un jodido pesado.

Posiblemente está por decirme algo que me hará llorarle la verdad como siempre, porque no sé cuál es la maldición que tiene Harry que siempre consigue sacarme las respuestas, pero entonces Doug viene caminando con un trozo de papel en mano.

Sonrío. La rubia sin duda alguna lo ha conseguido.

—Aquí —Golpea el papel contra mi pecho—. Ahora cuidarás una noche a Rayito para que yo pueda hacer algo romántico por tu hermana y sin ponerte idiota al respecto. Ese fue el trato.

—Hecho, pero no quiero que me restriegues ninguna mierda que hagan al día siguiente.

—Justo —Me sonríe complacido, luego observa a Harry—. Oh, hola ahí, Harry.

— ¿Qué hiciste, Doug?

—Fácil, conseguí un número para Dexter.

Harry me observa durante unos segundos y luego sus ojos se abren más e intenta quitarme el papel, lo esquivo, pero él muy idiota pasa sub brazo por mi cuello como si estuviese a instantes de hacerme alguna llave al estilo lucha libre.

—Suéltame, jodido idiota.

—Dame ese papel. No vas a arruinar esto. No puedes hablarle, Dexter.

—Solo haré unas preguntas. No voy a cagarla. ¡Suéltame!

—Dame el maldito papel.

— ¿Niños quieren que llame a Hannah para que acaben con la pelea? —pregunta Doug recostando su espalda en la pared del frente.

—Harry, me está ahorcando, jodido idiota.

No es cierto, pero si está haciendo que se canse mi espalda. Cierro mi mano en puño para que no agarre el papel y gruñe.

»Lo prometo, no haré nada malo. Jodidamente lo prometo.

Pasan unos pocos segundos y me libera, tomo lentas respiraciones y acaricio mi cuello, volteo a verlo, entrecierra sus ojos hacia mí.

—Ten cuidado con lo que haces, Dexter. Esto es algo delicado, un movimiento en falso y tu caso podría irse al carajo.

—Lo sé, solo quiero hacerle unas preguntas, no pretendo arruinar mi caso. Confía en mí.

—Siempre confío en ti —dice encogiéndose de hombros—. Ten cuidado con ese número.

—Lo tendré.

—Entonces... —dice Doug con tono aburrido—. ¿No habrá pelea que grabar y enviarle a Hannah?

—Cállate, jodida rubia.

Verifico el papel en mi mano con el número de la asignada a supervisar mi caso.

***

5 de febrero, 2015.

— ¿Quieres que llamemos a la abuela? —pregunto observándolo.

Jeff deja de comer su preciada galleta para observarme con esos conmovedores ojos azules. Me sonríe enseñándome sus pequeños dientes y yo rio. Él se deja caer de manera teatral en la cama cayendo sobre las almohadas y no puedo evitar reír.

Uno de mis pasatiempos favoritos es pasarla con mis sobrinos y ayuda mucho que ellos sean tan divertidos y adorables. Por eso no me pesa cumplir mi parte del trato con Doug, incluso si eso amerita que el muy pervertido toque con sus manos sucias a mi dulce hermana.

— ¿No se te hace raro haber salido como espermatozoide de la polla de tu papá cuando eres tan adorable?

—Douuuu —Lo llama, luego niega con su cabeza—. No . Dou no .

—Tienes razón, Doug no está. Hoy somos tú y yo. ¿A que soy tu tío favorito?

—Más —Me pide otra galleta y se la doy.

— ¿Cómo me llamo yo, Jeff?

—Tío —Gatea hacia mí y apoya sus pequeñas manos en mi estómago para obsérvame sonriendo, estoy acostado—. Tío.

— ¡Muy bien! Ah, eres un niño tan inteligente que no pareces hijo de Doug. Ahora, ¿Te parece si llamamos a tus abuelos?

— ¡Tater! —Se refiere a mi papá.

—Sí, llamemos a Carter.

Jeff se acuesta con su cabeza en mi pecho e intenta tomar el celular en mis manos. Busco la aplicación para hacer la vídeollamada y espero a que mi papá conteste, él no tarda en hacerlo.

— ¡Tater! —Se emociona mi sobrino—. Hola.

—Hola, nieto rubio. ¿Cómo está el muñequito Jeff?

— ¿Cómo estás, Jeff? —pregunto.

Ben. ¡Tater!

—Hola, papá. ¿Qué tal todo?

—Muy bien, hijo. Hoy hemos salido por helado, hemos llevado a Dan con nosotros. ¿Sabías que ya lee bastante bien para su edad? Es increíble y parece que tal como lo hacía Harry contigo, él quiere ayudar a que Skylie lo haga mejor.

—Ah, no esperaba nada de la ex pequeña bestia. Es un niño muy inteligente y me hace malditamente feliz —Veo a Jeff, cierto, no malas palabras— que ayude a Sky.

—Ella parece estar adaptándose mejor. No ha tenido ninguna otra crisis y cuando llora llamándote, los episodios duran muy poco.

—Me alivia mucho escuchar eso, papá. ¿Cuéntame qué tal el trabajo?

Durante unos pocos minutos hablo con papá siendo ocasionalmente interrumpido por Jeff que quiere acaparar la atención. Para cuando el teléfono llega a manos de mamá, Jeff está prácticamente sobre mi pecho para estar más cerca de la cámara, creo que tiene la idea de que a través de la pantalla puede llegar a su amada abuela.

—Oh, pero si es mi bebé Jeff.

— ¡Abuuuuu! —grita Jeff.

—Ow, mi cosita bonita. Mi bebé.

—Hannah, Jeff no te llama solo, yo también estoy aquí.

—Jeff no me llama Hannah.

— ¡Mamá! —Me quejo, ella ríe—. Dame amor.

—Deja los celos. Claro que hay amor para ti, cielo. Qué alegría ver a dos de mis bebés. ¿Cómo van las cosas?

—Genial. Mañana tenemos un concierto —informo—. Como podrás ver, esta noche Jeff se está quedando conmigo ya que tiene unos padres pervertidos.

— ¡Dexter! No hables así de tu hermana y Doug —Parece escandalizada, yo rio.

—Oh, mamá, cómo si no supiéramos cómo fue creado Jeff.

—Obviaré tu comentario. Ahora dime, Doug me escribió ayer diciéndome que Harry y tú estaban siendo malvados entre ustedes.

—Jodida rubia.

—Dexter Thomas.

—Bueno, solo estábamos jugando a la lucha libre —Es una genial excusa—. Doug solo quiere ser un lameculo contigo.

—Oh, señor, ¿Qué voy a hacer contigo y ese vocabulario, Dexter?

— ¿Amarme? —pregunto.

—Ámame —dice Jeff haciendo ojitos para su abuela, por supuesto que ella suspira.

Jeff abandona mi pecho para ir por una galleta y al volver se sienta sobre mi estómago pareciendo muy cómodo. Comienzo a moverme ocasionando que se tambalee y eso lo hace soltar breves carcajadas, mamá casi se derrite mientras lo ve.

—Así que mamá, ya me asignaron una supervisora para el caso.

—Eso fue bastante rápido.

—Sí, Max movió algunos hilos —aclaro—. La cosa es que ella estará yendo a casa a supervisar todo. Sé que con ustedes todo está grandioso, pero igual estoy nervioso.

—Es normal que lo estés, cielo, esto es muy importante para ti y para nosotros.

—Quiero que todo salga bien, no quiero que algo se arruine.

—Tu mejor arma es ser autentico, mientras todos actuemos como somos realmente, verán que en nuestra familia hay un lugar especial para Skylie.

—Tienes la capacidad de con solo tu voz hacerme sentir en paz, Hannah. Muy bien hecho.

—Oh, pequeño tonto. Te amo.

—Yo también te amo, mamá.

—Skylie todavía está despierta, eso tal vez se deba a que tomó un chocolate caliente mientras jugábamos a la fogata. Supongo que quieres hablar con ella.

—Supones muy bien. Gracias por cuidarnos, mamá.

—Siempre, cielo.

Mientras mamá va en busca de Skylie, noto que Jeff me hace un puchero no luciendo muy feliz.

— ¿Qué pasa? ¿Quieres algo?

—Mami. ¡Mami!

Mierda. Vale, puedo hacer control de la hora mamitis.

—Mami viene en un rato —Como mañana—. ¿Quieres otra galleta?

—No. ¡Mami!

Sus labios tiemblan y esos ojos de por sí muy conmovedores, ahora comienza a albergar lo que podrían ser unas serias lágrimas.

— ¿Rojo?

¡Jesús! Skylie hace que mi corazón lata muy deprisa. Incluso Jeff olvida su deseo de ver a Hilary para acercarse a la pantalla y sonreír.

—Bebé —Por alguna razón Jeff se empeña en llamar a Skylie bebé siendo que él es, evidentemente, más pequeño.

—Sí, es mi bebé —Le digo, luego sonrío a la cámara— ¡Hola, Skylie!

— ¡Rojo! —Me da una suave sonrisa aunque en sus ojos se vislumbra la emoción—. Hola, Jeff.

— ¡Hola, bebé! —Jeff agita su mano.

—Adivina, Skylie —digo, antes de que puedan entrar en una disputa por el tema de bebé.

— ¿Qué?

—He encontrado un apodo perfecto y muy, pero muy especial para ti.

— ¿Si? ¿Ya tengo un apodo especial? ¿Cuál? ¿Cuál es? —Su entusiasmo es evidente.

Finjo hacer un redoble de tambores y ambos niños ríen encantados. Me sentiré orgulloso de tal logro.

—Lucecita —anuncio—. Porque eres mucha, mucha luz y contigo nunca estaré en la oscuridad.

Y es verdad, siento que Skylie fue una pequeña luz que no esperaba encontrar para que me guiara en un mejor camino al que me dirigía antes. Estaba cometiendo error tras error, pero encontrarla, ha sido lo mejor que me ha sucedido y a eso no podría llamarle error nunca.

—Lucecita —repite—. Es bonito. Soy Lucecita.

—Lo eres.

—Es bebé —dice Jeff señalándola.

—Soy Lucecita.

—Es bebé.

Estamos en esa tonta disputa por al menos dos minutos antes de que Jeff se canse y baje de la cama y se siente molesto en el suelo. Molesto porque Skylie no afirme que es una bebé como él quiere.

—Oye, amigo, no te enojes. —Le digo.

Creo que emite algo muy parecido a un "jum" y se mantiene dándome la espalda. Sí, ese carácter se parece mucho al de mi hermana con sus berrinches. Vuelvo mi atención a Skylie.

—Cuéntame, ¿Qué tal la escuela?

—Bien —No dice más.

— ¿Solo bien? ¿Te gusta?

—Es bonita —Juega con sus dedos— y grande.

— ¿Qué hay sobre tus amigos?

Esos ojos me miran con tristeza y se hace un nudo en mi garganta de inmediato.

—Nunca tengo amigos.

—Eso es porque todavía no te conocen, cuando lo hagan verán cuán genial eres.

— ¿Tengo piojos?

— ¿Uh? No, no tienes.

Es decir, cuando la encontré milagrosamente no tenía y mamá no me ha dicho nada de ella contrayéndolo mientras no he estado en casa.

—Ana dice que sí.

— ¿Quién es Ana? —pregunto.

Sí, quién es esa.

—Una niña de la clase. Su mami le dijo.

¿Qué tan idiota puede ser la mamá de Ana para sembrar intrigas de esa manera en una niña? Sí, supongo que luego tendré alguna charla con tan inteligente adulto.

—Pues no, no tienes piojos, Skylie.

—Uhmm...

—De verdad no tienes. En tu cabello no hay ni un solo piojo.

— ¿Me abandonaste? —pregunta de la nada.

Sobo mi pecho como si pudiese llegar al dolor sordo mi corazón. El terror en su expresión es evidente, trago.

—No, Lucecita, no te abandoné. Estoy trabajando ¿Recuerdas? Te lo conté antes de viajar. Pero voy a volver.

— ¿Cuándo?

—En dos meses.

— ¿Cuánto es eso?

—Unas semanas.

—Eso es muchísimo, eso es una eter...eter...

—Eternidad —La ayudo.

— ¡Una eternidad!

—Pasará muy rápido.

—Uhmmm...

—Oye, no voy a abandonarte. Promesa —Alzo mi meñique porque sé que Doug le enseñó eso, ella alza el suyo—. Prometo que no voy a abandonarte.

—Y las promesas no se rompen.

—Exacto —Sonrío.

— ¡Es bebé! —dice de la nada Jeff, volteo a verlo y luego su labio tiembla, comienza a llorar—. Mami. ¡Mami!

De acuerdo, creo que ese pequeño tiene sueño y solo está fastidiado, razón por la que está a instantes de ponerse llorón. Debo dormirlo.

—Jeff llora —Me dice Skylie con preocupación.

—Sí, debo hacer que se sienta mejor. Te llamo mañana ¿De acuerdo?

—Bien —Me da una sonrisa—. Carter leerá un cuento, es muy bueno.

—Sí, lo es —Le arrojo un beso y ella le da el teléfono de nuevo a mamá.

— ¿Qué le sucede a mi bebé? —pregunta ante el llanto de Jeff.

—Que quiere joder, supongo. Todo un drama como su papá —digo viendo al niño que ahora está teatralmente acostado en el suelo como si le hubiesen disparado o algo mientras llora.

— ¡Dexter!

—Es verdad, míralo —volteo la cámara para que lo vea—. Pareciera que estuviese grabando alguna loca película de disparos y se estuviese haciendo el muerto, pero llorando.

—Oh, Jesús. Solo ve y consuélalo, debe de tener sueño.

—Sí —Me rio—, eso haré. Buenas noches, mamá. Te amo.

—También te amo. Besos para Jeff.

Dejo el teléfono a un lado y bajo de la cama. Me agacho frente a mi sobrino y él me ve mientras llora, ni siquiera patalea, solo está acostado en el suelo llorando. No puedo evitar reír, eso parece ofenderlo porque se gira y me da la espalda mientras llora.

—Mi mami —Llora—. ¡Papá!

—Ah, así que ahora es papá, niño listo.

Alzo al pequeño drama vestido en pijama de ositos y lo acurruco contra mi pecho, lloriquea durante unos minutos más y luego solo se queda dormido. Efectivamente solo tenía sueño, no suele ser un bebé de llantos o difícil de cuidar. De hecho, es el más fácil de mis sobrinos para cuidar, él y Adam.

Lo acuesto en la cama y lo arropo, luego tomo el papel en mi mesita de noche con el número que Doug consiguió para mí.

Llamar o no llamar.

No quiero complicar las cosas, pero quiero, necesito, decir algo. Hacer valer mis preocupaciones, presentarme. No lo sé, pero algo debo hacer.

Suspiro y dejo la hoja en el lugar, por hoy, no llamaré.





Holisss. Son pocos extras, pero están resultando más largo de lo planeado. Así que mientras termino de escribir la otra parte, aquí dejo la primera.

Espero les guste.

Un beso.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro