Capítulo 7 (Primera parte)
He aquí a todos, hay veces que tenemos que trazar un mapa y marcar puntos en territorios desconocidos de tal manera de ganar la guerra.
Con amor.
LA GRAN HEREJE.
https://youtu.be/G5LaSwYp6ok
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Fue un día cansado donde se aprendió distintas cosas, en primera instancia estrategias de ataque, nos hemos dividido en cuatro equipos cada uno con distintos artefactos. A mi grupo se le facilitó bencina y fósforos, las herramientas más extrañas en comparación con los otros tres. Por suerte tenía a mi lado a Jane, éramos las dos solamente. Fue realmente dificultoso y un poco doloroso, ambas nos escondimos de vez en cuando entre los árboles y es que el número en contra era bastante numeroso por ende fuimos más cuidados, meticulosas, razonables e incluso sigilosas. Observábamos como los demás gastaban sus recursos con la convicción de obtener una victoria.
En algún momento sentí un minúsculo temor al sentir una flecha clavada en mi pie, mi compañera quería detenerse para impedir que siguiera el sangrado pero no se lo permití. Debía mantenerme en este juego de la muerte si quiero detenerlo.
—Te haré un torniquete, no podemos seguir de esta forma si tú no estás en condiciones —dijo ella preocupada.
—¿Cuándo estaré en condiciones? Quizás seamos carne muerta antes de eso, así que mueve tu trasero y olvídate de mi puto pie —le ordené y obedeció sin chistar.
Perseguí el resplandor maravillada y en algún momento pensé que eras la bendición al mundo hasta que miré mis pies dejando de observar lo que tú querías, lo que podía engañar mis pensamientos.Tu poder mental sobre las personas es realmente hipnotizante y sin pensar las llevas a un pozo hondo donde muere aquella esencia con un lavado de cerebros, llenandoles de agua, ahogandolos y dejándolos inservibles. En pocas palabras una plaga de idiotas que juegan todo el tiempo a Simón dice.
—Hola. —Una dulce chica con cabello largo y ojos saltones me sonreía enormemente—. ¿No es precioso este lugar? Valió la pena resistir —Suspiró asombrada— ¡Mira, allá hay macarrones dulces! —Movía su cabeza a un lado con una alegría contagiosa—. Mi nombre es Jane Hains, ¿el tuyo? Wooow, tiene el cabello muy lindo. —comentó mientras jugueteaba con uno de mis rizos—. ¡No se desarma! —abrió aún más sus ojos—. Perdona, suelo hablar mucho. —Sus mejillas se colorearon por vergüenza.
—Soy Alelí Berenguer, encantada de conocerte. —Mis labios se curvaron mirándole con mis ojos enchinados—. Son rizos naturales. —le di un codazo amigable.
—¿Estás de joda? Estoy segura que utilizaste un rizador —susurró con un puchero.
—No —Moví mi cabello con la mano—. Así son. Vamos por unos macarrones.
—¡Muero por comerme todos! —Su mano me tiró hacia una de las mesas del cóctel, mientras tanto yo observaba hacia unas lámparas de techo preciosas con borde de oro y cristales en toda la superficie en capas—. ¿Alelí? ¿Estás en el planeta tierra o en el espacio?
—Lo siento —Suspiré tratando de volver a la realidad.Este salón tiene una belleza celestial o infernal quien sabe, pero me tenía encandilada, como un insecto que se deja guiar por un farol sin saber que se acerca su final. Observé a fondo, a mano derecha había unas columnas doricas gruesas con grabados antiguos y en cada separación de estas unas cortinas de seda y satín blancas. Respiré con profundidad para quitar mi atención en toda esta hechicería engañosa, le sonrió a Jane—. Sólo quede fascinada con la arquitectura, ¿cómo están los macarrones?
—¡Tienes que probarlos! —me puso uno en la boca sin previo aviso, yo a su vez lo comí intentando no ahogarme y evitar romper en carcajadas—. ¿No son unas delicias?
—Realmente son una exquisitez, sin embargo, lo que me tienta es probar los pastelitos de mango, ¿me acompañas?
—Creo que no. —Me guiñó el ojo—. Ese señor guapísimo te mira como si quisiera devorarte, quizás él desee ir, te deseo suerte. —Se marchó campante y con la satisfacción de conseguir pareja, aunque yo deseara más su presencia que la de cierto caballero.
—Te ha maravillado el lugar, ¿me equivoco? —Escuché su voz ronca y suave, su mirada estaba fija en mí pero especialmente en mis labios—. ¿No le vas a decir nada a tu prometido?
Solo incliné mi rostro.
Ahora entiendo todo.
TODO.
La manipulación de sus grandes aliados es saciando su avaricia,deseo y vanidad.
Ahora todo tiene sentido.
Cualquier ser puede caer de esta forma a sus pies rendidos.
Yo no soy cualquiera y no me dejaré engañar con ninguno de sus placeres, fortunas o bellezas porque estas pueden llevarte a la ruina, a la autodestrucción.
—En realidad sí, ¿tú ya has estado más de una ocasión en este lugar? —le pregunté con el fin de tejer mi telaraña juntando toda la información posible en cada movimiento, conducta o palabra libre de sus labios.
—Bastante —Me tomó de la mano—. Descuida ya no hay peligro, haz pasado las evaluaciones por lo tanto no pueden acusarnos de colusión.
—Entiendo —Asentí en silencio sin saber qué decir. Aún estaba procesando toda la información.
—Me han dicho que has propuesto la mejor forma de exhibir a aquella mujer.
—¿Mujer? —traté de no exaltarme y mantenerme en tranquilidad—. Vaya, me tiene sorprendida la capacidad y rapidez de la investigación, si no es de molestia decirme, ¿cómo lo saben?
—Se le cayó una de sus coletas y, por lo que yo recuerdo, la hereje no traía ningún tipo de esos artefactos de cabello.
—Va a ser difícil dar en el blanco con todas las mujeres que hay en Escarmia, sin embargo, sólo las colegialas y algunas universitarias ocupan coletas blancas, aunque son más de cuatro mil y todas son iguales.
¡Deje evidencia! ¡¿Cómo no me percate?!
—En un momento pensé que podrías ser tú —rio divertido, pero yo preferí guardar silencio—. No te enfades, soy pesimo para los chistes, pero es imposible que lo seas, llevabas el tocado que te regalé ese día.
Por un momento olvidé ese detalle.
¡Maldito y mal nacido Adelfried! ¡¿Querías matarme?! ¿Eres idiota Alelí? ¿Qué más va a querer? ¿Jugar a las tacitas y ser la familia feliz? Lo dudo, su fin es acabar conmigo.
—La verdad eres pésimo, yo no podría hacer tal idiotez, mucho menos traicionar a la magnificencia de nuestro autoridad —dije con una seguridad fingiendo que su broma me había ofendido.
Esperé una respuesta de su parte, pero no pensé en la reacción que tendría.
Me besó frente todos.
Pactó con la traición misma frente los seres más elogiados e importantes.
No sabes nada.
O quizás lo sepas todo.
¿Quién sabe?
Con fuego no se juega, querido, porque puedes terminar calcinado y morir entre llamas sin poder respirar.
Cuenta la leyenda de que una peste terminó con todo, las cosechas, construcciones y vida. Contra ella nadie puede ya que tarde o temprano todos se enfermaron terminando en un solo sitio, una hermosa plaza con muchas decoraciones, hogueras, plataformas todo listo con lo necesario para una flamante exterminación.
Colorín colorado este cuento con muertes a acabado.
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Mis herejitos hermosos falta mucho...mucho para que esto sea algo muy complejo por ende les pido paciencia poco a poco vamos rellenando donde faltan hallazgos pero antes siempre debe haber un bosquejo.
Les amo.
PD: De vez en cuando pondré canciones por favor pongan atención a ellas aunque no estén en un orden o relacionadas con el capítulo. SON IMPORTANTES Y LLEVAN MENSAJE.
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