Capítulo 3
Me pregunto si soy la única que se da cuenta del control al cual somos sometidos por una mente siniestra llena de ambiciones y sin sensibilidad alguna. Él se dedica a borrar cualquier tipo de deseo, anhelo o sueños de nuestras mentes, llenando nuestras cabecitas con un montón de información, esta queda grabada como un disco rayado y a mí me molesta, me irrita, al igual que el sonido de un mosquito revoloteando cerca de la cara o el de un cuchillo rallando un vidrio. A veces siento una locura por todo mi alrededor. ¿Esto pasa de manera libre?¿Nos manipulan? ¿O nos dejamos manipular por mero gusto?
Mi cabeza duele, arde, me martilla y está apunto de explotar. Sin embargo, yo no puedo ser como cualquier hereje, yo debo camuflarme, salvar mi pellejo, buscar una salida y de alguna manera vengar a aquellas almas encarceladas las cuales encontraron la llave para salir de la jaula pero se la arrebataron de la misma forma. Robaron,aplastaron y mataron sus vidas. Su libertad. Su ser. Muchas veces me pregunto si yo soy, si existo o soy un mero reflejo de lo deseado por Supremo y nunca podré existir y vivir con libertad como cada uno de nosotros deberíamos.
Alelí, no puedes perder el control de tus emociones, no sacas nada, debes poseer dentro de ti la estrategia, actuar como un camaleón, adecuarse a todo este mundo de oscuridad, y opacar tu luz.
—No puede sudar tu frente, ni mover los pies contra el suelo con frecuencia tampoco debes jugar con tus manos, tus ojos no pueden mirar de un lugar a otro como si estuvieras atrapada en la mentira que estás creando —Suspiré viendo mi rostro en mi ventana—. Si vas a mentir hazlo bien, sé la reina de la mentira, tanto así que todos crean lo dicho por tu boca y confíen.Tu actitud, Berenguer, debe ser como la de una serpiente. Sigilosa, silencioso hasta llegar y matar con su veneno, sin dar aviso a la muerte de su víctima.Yo no seré la víctima esta vez, Supremo lo será. —Mentalicé y repetí ese discurso para mí misma. Una vez, dos, tres y las veces necesarias para darme confianza aunque en algunos de esos intentos lágrimas cálidas recorrían mis mejillas, pero así como llegan se van hasta no quedar ninguna, obteniendo el enfoque a mi objetivo. Burlarme de todos ellos, burlarme de los que me han utilizado como un títere, es mi turno de mover las cuerdas y utilizarlos a ustedes con un fin en específico.
Salí de mi habitación con paso ligero, con seguridad guardada, mirando como el frío empañaba todas las ventanas y formaba pequeños cristales ¿Hay otras estaciones? Siempre ha sido tan gélido. Abrí la puerta del baño por la manilla, sentí como esta se calentaba tan solo por tocarla, entré respirando hondo y dejé el agua correr del lavamanos. Mojé mi rostros las veces necesarias para sentir la frescura en mi piel.
Ese día no puedes despegar la vista de quien te evalúe, ese es un buen signo de honestidad, y aunque no lo estés siendo es lo que corresponde en este caso.
Alelí, debes seguir siendo una actriz, pero de las que se saben el guión de izquierda a derecha, y en el caso de olvidar una frase crear otra situación aún mejor para los espectadores.
Di pequeños golpecitos en mi rostro provocando la entrada de las gotas de agua a mis poros, peiné mi cabello y le sonreí a mi reflejo antes de retirarme.
Debía ir de compras a la ciudad para traer los mandados a la casa de mis padres. Sin embargo, en mi camino sentí un golpe fuerte en mi espalda y cuando por impulso estaba por responder vi un puño defendiendome.
—Piensa una y otra vez antes de golpear a tu oponente, Fischer, no vayas a decepcionar a tu padre con un comportamiento dudoso a las leyes de nuestra monarca. —Reconocí esa voz mientras me sostenía con muy poca fuerza.
—Yo...Yo, señor, yo no hice...no crea yo la estaba —trató de justificarse torpemente.
—Estabas tomando venganza de la forma más lastimera, Falcone, y no olvides esto, si no fuera por tu progenitor no hubieras calificado. Ahora lárgate —le ordenó con voz autoritaria, distinguí la derrota en el hijo del entrenador de Sumisión y observé al que estaba a mi lado.
—No necesitaba su defensa, señor. —Agaché mi rostro en forma de reverencia y humildad, que claramente no sentía, pero por suerte eso no saltaba a la vista.
—Para ti soy Adelfried. —Tomó cuidadosamente mi mano—. No creo en las casualidades. ¿Tú sí?
Cuidado, pequeña, un par de ojos te escanean sin parar y quizás cuando menos lo piensas.
—¿Es necesario decirle por su nombre?
—¿Prefieres Ade? Así me dice mi madre —Me acomodó un mechón rebelde de cabello—. Te acompaño, no me gustaría otra situación de riesgo para ti.
—No es necesario, señor —Observé sus ojos con devoción aunque mi pecho ardía de ira.
—Dime Ade —insistió antes de tomar el papel de los mandados de mis manos—. Ibas de compras, vamos, te ayudo.
—¿No es peligroso tener este tipo de comportamiento conmigo? —pregunté mirando sus labios esperando para obtener alguna información.
—No cuando la situación es de interés. —Me sonrió—. Y tú eres intrigante —declaró al caminar a mi lado a paso lento por las calles yendo al mercado.
—¿Intrigante? —Tomé su brazo para detenerle.
—Sí, lo eres —. Me confirmó mientras acercaba su mano a mi rostro—.Me interesas y sabes que no puedes negarte a ninguna de mis peticiones. Si voy a tu casa a hablar con tus padres para pedir tu mano no podrás decir que no. —Con su pulgar acarició lentamente mi mejilla haciéndome temblar con suavidad—. No te soy indiferente y eso se nota, Alelí.
Ahora entiendo todo, él desea colarse en mi territorio tal como en un juego de ajedrez. ¿Piensas que esto es un jaque mate, verdad? Pues, querido, hay muchos movimientos que quedan a mi favor.
—Tiene razón —le dediqué una sonrisa encantadora—. No le soy indiferente, Adelfried, por lo mismo le pido que después de acompañarme al mercado visite mi casa un momento, mis padres estarán encantados de conocerle y yo esperaré ansiosa a su petición.
Este es el primer paso para acorralar al rey, estoy jugando tu juego y cuando menos te lo esperes te aplastaré como a una cucaracha.
—No puedo negarme —respondió a la par de una sonrisa entrando al mercado—, y usted no podrá impedirme comprar estos mandados y cargarlos.
—Claro que no, sus deseos son órdenes e imponerse sería algo bastante idiota si esto me beneficia.
Lo vi asentir con un brillo peculiar en los ojos, un brillo dominante. Sin embargo, para su pesar no causó ningún efecto de doblegación en mí.
He dejado entrar al peligro aunque soy hereje y si de peligros hablamos soy una experta.
Cuidado, cuidado soldadito, no sea que la guerra la pierdas.
—¿Querida, estás preocupada por la decisión de tus padres? Sabes perfectamente la respuesta que darán, florecilla —Me mira con discreción.
—Sí...aún así. ¿No cree que es muy pronto? —me atreví a cuestionar.
—Le es conveniente, sé que toda su familia es perteneciente al Venerenciado.
—Tiene muchísima razón.
No me preocupa nada, solo estoy maquinando qué piezas mover, porque aunque me hiciste un jaque, yo seré la que daré el jaque mate.
—Estamos listos. ¿Necesitas algo más? ¿Se te antoja algo?—Para ese momento sus manos estaban llenas de bolsas.
—No quiero abusar de quién puede ser mi futuro prometido. —Mis ojos se posaron al suelo.
Asentí otra vez y ambos nos subimos a un automóvil blanco. Sospechaba que no solo era un Venerado, él era de la elite. Debía estar en algún cargo más honorable, el carro era mucho más lujoso de los de mi familia.
Dos calles faltaban para llegar a mi hogar.
Esto me esta asustando, el reloj no está jugando a mi favor, lo tenía planeado.Él lo sabe,pero debo hacerme la desentendida, si no las campanas que anuncian mi muerte sonarán antes de lo pensado.
Mantén la calma, ten seguridad y sobre todo marca cada ataque en tu mapa. Esto es la guerra y no olvides ganar la batalla final si no quieres perder este juego.
Pasamos los edificios de la prole y nos adentramos a los condominios de las familias de alta clase, de donde pertenezco. Una casa,otra y otra. Todas amplias, gigantes parecidas a las mansiones. El automóvil se estacionó en la puerta de mi casa, él bajó y me ofreció su mano para salir. Tocó la puerta con las bolsas que descansaban en el piso y al momento mi madre le recibió con una gran sonrisa y me dedicó una mirada llena de orgullo.
No cualquiera trae un miembro de la élite para presentar.
—Sea bienvenido a nuestra humilde morada, señor.
¿Humilde? ¿Esto es en serio, madre? ¿Alguna vez viste los departamentos pequeños de la prole? Son como una caja de fósforos, no viven como humanos y cada edificio tiene un baño en común. ¿Dices que esto es humilde? Si cada uno tiene un baño en su cuarto y además está el principal.
—Nos haría un honor al compartir la cena con nosotros —Tomó las bolsas obsérvandome algo disgustada—. Disculpe a mi hija, la ama de llaves se tomó el día del mes, las demás empleadas estaban ocupadas y ella tuvo la mala suerte de ir al mercado, a mezclarse por esos sitios.
—No hay problema, yo me ofrecí —Entró conmigo a paso suave a la vez—. Me quedo a cenar. Tienes una familia encantadora.
—¿Joven, a qué se debe esta grata visita? —La voz de mi padre se hizo presente.
—¿Por qué no dejamos que hable mientras compartimos en la mesa cariño? —intervino mi madre antes de besarlo, como siempre lo hacía, por costumbre, tan frívolo y sin pasión.
—Siempre lo supe. Mi hija pequeña es la más astuta, sabía que su elección sería aún más alta en comparación a sus hermanas.
—No ha sido elección de su hija —Adelfried nos acompañó en el sofá—. Yo insistí en cortejarla, yo decidí venir hasta acá, yo quiero que Alelí Berenguer sea mi mujer —dictó así sin más, a secas, sin ninguna pizca de romanticismo, ni calidez, ni cariño y mucho menos de amor. Esto solo se trata de poseer un trofeo.
—Es imposible rechazar esta oferta —Mi progenitor tocó mi hombro—. Mi hija estará encantada de compartir toda su vida con usted, señor.
¿Encantada? Sin preguntas, sin deseos de saber realmente qué quiero. ¿Cómo pueden venderme así solo para tener más estatus social? ¿Tienen corazón? ¿Por qué a mí esto no me parece normal? A pesar de tenerlo claro estoy apunto de colapsar y eso no puede suceder.
—Sí, nuestra hija es la mejor esposa que puede haber elegido.
Cállate, mamá,cállate.
¿No te importa mis sentimientos y mi opinión? Quiero llorar, gritar y mandar toda esta falsa a la mierda, pero no puedo. Me prometí ganar.
No agregué nada más, solo le dediqué una simple reverencia mostrando mi aceptación. A pesar de que dentro de mí deseaba negarme rotundamente.
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Mis amados herejes :
Solo os dejaré una pregunta, ¿Por qué Adelfried quiso comprometerse tan rápido con Alelí si apenas la esta conociendo?
Pd:¿Por qué ella cree que es un jaque?,¿Qué saca con agradar a Ade?, ¿Sera que Adelfried también a calculado todo y su primer encuentro no fue una casualidad?, ¿Él tendrá la jugada adelantada y esta con ventaja?
Con cariño y gran amor.
La Gran Hereje
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