Capítulo 1(Segunda Parte)
Todos los edificios de Escarmia son blancos, los árboles, las señalizaciones, e incluso la ropa, menos el lápiz negro que escribe cada palabra en la libreta en la que cada alumno, profesor o cualquier trabajador anota. Aquí no se conoce más que esos dos colores, a veces me pregunto si existen otros que no sean los propios del ser humano. Ahora que observo el salón con las paredes humedecidas, la puerta blanca y rechinante, en un día tan frío que hasta el corazón palpitaba más lento de lo que acostumbrado, mantengo mi mano fija en el lápiz rayando el cuaderno, escuchando la falsa frialdad en la voz de la maestra. Quizás estaba enloqueciendo, me creía diferente, alucinaba que todos podían ser diferentes, o que simplemente en mi mente desquiciada pensaba en el deseo de los demás, en encontrarme con un fin desconocido hasta en ese momento para mí.
Miré hacia adelante y arrugué mi nariz disimulando mi desacuerdo con todas las palabras que salían de esa boca, mi pecho ardía de rabia por no poder expresarme anhelando libertad, por suerte para mí el mantener las apariencias aplacaban ese deseo que me poseía. La vi abrir la puerta y cerré mis ojos escuchando pasos lentos, prepotentes, parecidos a los hielos que se trizan. Abrí mis ojos y vi a tres hombres vestidos de blanco con guantes de cuero del mismo color, sin tener necesidad de visualizar sus rostros observé que a uno de los extraños le hacían falta. Miré mis manos aliviada al no tenerlos puestos, levanté mi rostro viéndole desafiante a los ojos, sin embargo, me arrepentí de haber hecho aquella acción. Aquél era la víbora que quería contagiarme de su veneno para hacerme enloquecer, de aquella droga que se llama ambición la cual recorre y corrompe todo tu cuerpo. Vi por segunda vez sus ojos azules perdiéndome en ellos sin que nadie más se diese cuenta.
—Son los jóvenes encargados de la seguridad de Supremo,van a evaluar por un mes su comportamiento por dos causar. La primera será elegir a los mejores para subir su escala social y hacer un filtro en trabajos bien remunerados separándolos de los más débiles, que ya saben son los que servirán al resto. Tienen que tener en cuenta que eso está destinado, por ende hagan lo mejor en su futuro. La segunda causa es para limpiar Sumisión de herejes, ya sabéis, estos están haciéndose plaga en nuestra sociedad y nadie quiere contagiarse con ese desquicio —sonrió con cierto orgullo y altivez—. Un aplauso para los Venerados.
Al escuchar los aplausos ruidosos con el fin de agradar a esos desconocidos que tenían el poder sobre nosotros los imité con menos fuerza hasta que nos dejaron salir. Respirando hondo arregle mi mochila para marcharme. Cuando todo estaba listo miré la sala y descubrí que en ella estaba solamente él.
—Los guantes son solo suyos, me conseguiré otros, Alelí —me susurró en mi oído para luego retirarse. Cuando estaba completamente sola toqué el lóbulo de mi oreja, y me percaté que en él tenía cristales pequeños de hielo. Mordí mis labios mientras mis piernas tiritaban del susto.
¿Cómo sabía mi nombre?
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Aclarare algunos detalles.
¿Por qué Escarmia es todo blanco? Pues la respuesta es simple el blanco es simbolo de pureza y también es el producto de la fotorrecepción de una luz.
¿Quién esa luz que embriaga a toda una ciudadanía en su forma de pensar?
Me despido con besos y abrazos
Con cariño
La Gran Hereje.
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